domingo, 17 de junio de 2012

SEMANA DEL 18 DE JUNIO


Cántico 61 y oración
"¿Que clase de persona debo ser?

  • Estudio Bíblico de Congregación 
  • (bt cap. 22 párrs. 7-14 y recuadro pág. 174, 177) (25 minutos)

(Hechos 21:4-9) Tras hacer una búsqueda, hallamos a los discípulos, y permanecimos allí siete días. Pero por el espíritu le decían repetidamente a Pablo que no pusiera pie en Jerusalén. 5 De modo que, cuando hubimos completado los días, salimos y nos pusimos en camino; pero nos acompañaron todos ellos, junto con las mujeres y los niños, hasta fuera de la ciudad. Y, arrodillándonos en la playa, hicimos oración 6 y nos despedimos los unos de los otros, y nosotros subimos al barco, pero ellos se volvieron a sus hogares. 7 Entonces completamos la navegación desde Tiro y llegamos a Tolemaida, y saludamos a los hermanos y nos quedamos con ellos un día. 8 Al día siguiente partimos, y llegamos a Cesarea, y entramos en casa de Felipe el evangelizador, que era uno de los siete hombres, y nos quedamos con él. 9 Este tenía cuatro hijas, vírgenes, que profetizaban.
Párrafo 7
(Hechos 21:4) Tras hacer una búsqueda, hallamos a los discípulos, y permanecimos allí siete días. Pero por el espíritu le decían repetidamente a Pablo que no pusiera pie en Jerusalén.
Párrafo 8
(Hechos 21:4) Tras hacer una búsqueda, hallamos a los discípulos, y permanecimos allí siete días. Pero por el espíritu le decían repetidamente a Pablo que no pusiera pie en Jerusalén.
(Hechos 21:12) Pues, cuando oímos esto, nos pusimos a suplicarle, tanto nosotros como los de aquel lugar, que no subiera a Jerusalén.
Párrafo 9
(Mateo 16:21-23) Desde ese tiempo en adelante Jesucristo comenzó a mostrar a sus discípulos que él tenía que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos y de los sacerdotes principales y de los escribas, y ser muerto, y al tercer día ser levantado. 22 Con eso, Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo: “Sé bondadoso contigo mismo, Señor; tú absolutamente no tendrás este [destino]”. 23 Pero él, dándole la espalda, dijo a Pedro: “¡Ponte detrás de mí, Satanás! Me eres un tropiezo, porque no piensas los pensamientos de Dios, sino los de los hombres”.
Párrafo 10
(Mateo 16:24) Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento y sígame de continuo.
Párrafo 11
(Hechos 21:5-7) De modo que, cuando hubimos completado los días, salimos y nos pusimos en camino; pero nos acompañaron todos ellos, junto con las mujeres y los niños, hasta fuera de la ciudad. Y, arrodillándonos en la playa, hicimos oración 6 y nos despedimos los unos de los otros, y nosotros subimos al barco, pero ellos se volvieron a sus hogares. 7 Entonces completamos la navegación desde Tiro y llegamos a Tolemaida, y saludamos a los hermanos y nos quedamos con ellos un día.
Párrafo 12
(Hechos 21:8) Al día siguiente partimos, y llegamos a Cesarea, y entramos en casa de Felipe el evangelizador, que era uno de los siete hombres, y nos quedamos con él.
(Hechos 6:2-6) De modo que los doce convocaron a la multitud de los discípulos y dijeron: “No es cosa grata el que nosotros dejemos la palabra de Dios para distribuir [alimento] a las mesas. 3 Por eso, hermanos, búsquense siete varones acreditados de entre ustedes, llenos de espíritu y de sabiduría, para que los nombremos sobre este asunto necesario; 4 pero nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra”. 5 Y lo que se habló fue grato a toda la multitud, y seleccionaron a Esteban, varón lleno de fe y de espíritu santo, y a Felipe y a Prócoro y a Nicanor y a Timón y a Parmenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía; 6 y los colocaron delante de los apóstoles, y, después de haber orado, estos les impusieron las manos.
(Hechos 8:4-13) No obstante, los que habían sido esparcidos iban por la tierra declarando las buenas nuevas de la palabra. 5 Felipe, uno de estos, bajó a la ciudad de Samaria y se puso a predicarles al Cristo. 6 Las muchedumbres prestaban atención de común acuerdo a las cosas que Felipe decía, mientras escuchaban y miraban las señales que él ejecutaba. 7 Porque había muchos que tenían espíritus inmundos, y estos clamaban con voz fuerte y salían. Además, muchos paralíticos y cojos fueron curados. 8 De modo que llegó a haber mucho gozo en aquella ciudad. 9 Ahora bien, en la ciudad había cierto varón, Simón por nombre, que, antes de esto, había estado practicando artes mágicas y asombrando a la nación de Samaria, mientras decía que él mismo era alguien grande. 10 Y todos ellos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención y decían: “Este hombre es el Poder de Dios, que puede llamarse Grande”. 11 De modo que le prestaban atención porque los había asombrado durante mucho tiempo con sus artes mágicas. 12 Pero cuando creyeron a Felipe, que estaba declarando las buenas nuevas del reino de Dios y del nombre de Jesucristo, procedieron a bautizarse, tanto varones como mujeres. 13 Simón mismo también se hizo creyente, y, después de bautizarse, atendía constantemente a Felipe; y quedaba asombrado al contemplar las señales y grandes obras poderosas que se efectuaban.
(Hechos 8:26-38) Sin embargo, el ángel de Jehová habló a Felipe y dijo: “Levántate y ve hacia el sur, al camino que baja de Jerusalén a Gaza”. (Este es un camino por el desierto árido.) 27 Ante aquello, él se levantó y se fue, y, ¡mira!, un eunuco etíope, hombre en poder bajo Candace reina de los etíopes, y que estaba sobre todo el tesoro de ella. Él había ido a Jerusalén para adorar, 28 pero volvía, y estaba sentado en su carro y leía en voz alta al profeta Isaías. 29 De modo que el espíritu dijo a Felipe: “Acércate y únete a este carro”. 30 Felipe corrió al lado y le oyó leer en voz alta a Isaías el profeta, y dijo: “¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?”. 31 Él dijo: “¿Realmente, cómo podría hacerlo, a menos que alguien me guiara?”. Y suplicó a Felipe que subiera y se sentara con él. 32 Ahora bien, el pasaje de la Escritura que leía en voz alta era este: “Como oveja fue llevado al degüello; y como cordero que es mudo ante el que lo trasquila, así él no abre su boca. 33 Durante su humillación apartaron de él el juicio. ¿Quién referirá los detalles de su generación? Porque su vida se quita de la tierra”. 34 En respuesta, el eunuco dijo a Felipe: “Ruégote: ¿De quién dice esto el profeta? ¿De sí mismo, o de algún otro hombre?”. 35 Felipe abrió la boca y, comenzando por esta Escritura, le declaró las buenas nuevas acerca de Jesús. 36 Entonces, siguiendo por el camino, llegaron a cierta masa de agua, y el eunuco dijo: “¡Mira! Agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?”. 37 —— 38 Con eso, mandó parar el carro, y ambos bajaron al agua, tanto Felipe como el eunuco; y él lo bautizó.
Párrafo 13
(Hechos 21:9) Este tenía cuatro hijas, vírgenes, que profetizaban.
Párrafo 14
(Romanos 1:11, 12) Porque anhelo verlos, para impartirles algún don espiritual a fin de que se les haga firmes; 12 o, más bien, para que haya un intercambio de estímulo entre ustedes, por cada uno mediante la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía.
(Romanos 12:13) Compartan con los santos según las necesidades de estos. Sigan la senda de la hospitalidad.

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Textos del recuadro de la pág. 174
(Hechos 8:40) Pero Felipe se halló en Asdod, y pasó por el territorio y siguió declarando las buenas nuevas a todas las ciudades hasta que llegó a Cesarea.
(Hechos 10:1) Ahora bien, en Cesarea había cierto varón de nombre Cornelio, oficial del ejército de la banda italiana, como se le llamaba,
(Hechos 21:8, 9) Al día siguiente partimos, y llegamos a Cesarea, y entramos en casa de Felipe el evangelizador, que era uno de los siete hombres, y nos quedamos con él. 9 Este tenía cuatro hijas, vírgenes, que profetizaban.
(Hechos 9:28-30) Y él continuó con ellos, entrando y saliendo en Jerusalén, hablando denodadamente en el nombre del Señor; 29 y hablaba y disputaba con los judíos de habla griega. Pero estos intentaron eliminarlo. 30 Cuando los hermanos descubrieron esto, lo llevaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.
(Hechos 18:21, 22) sino que se despidió y agregó: “Volveré otra vez a ustedes, si Jehová quiere”. Y se hizo a la mar desde Éfeso 22 y bajó a Cesarea. Y subió y saludó a la congregación, y bajó a Antioquía.
(Hechos 21:7, 8) Entonces completamos la navegación desde Tiro y llegamos a Tolemaida, y saludamos a los hermanos y nos quedamos con ellos un día. 8 Al día siguiente partimos, y llegamos a Cesarea, y entramos en casa de Felipe el evangelizador, que era uno de los siete hombres, y nos quedamos con él.
(Hechos 23:33-35) Los [jinetes] entraron en Cesarea y entregaron la carta al gobernador y también le presentaron a Pablo. 34 De modo que él la leyó e inquirió de qué provincia era él, y averiguó que era de Cilicia. 35 “Te daré audiencia cabal —dijo— cuando lleguen también tus acusadores.” Y mandó que lo tuvieran bajo guardia en el palacio pretoriano de Herodes.
(Hechos 24:27-25:4) Pero, cuando hubieron transcurrido dos años, Félix tuvo por sucesor a Porcio Festo; y porque Félix deseaba ganarse el favor de los judíos, dejó a Pablo en cadenas.
25 Por lo tanto, Festo, después de entrar en [el gobierno de] la provincia, a los tres días subió de Cesarea a Jerusalén; 2 y los sacerdotes principales y los hombres prominentes de los judíos le dieron información contra Pablo. Así que se pusieron a suplicarle, 3 pidiendo para sí, como favor contra el [hombre], que enviara para que él viniera a Jerusalén, puesto que ellos le estaban poniendo una emboscada para eliminarlo por el camino. 4 Sin embargo, Festo contestó que Pablo había de ser guardado en Cesarea, y que él mismo iba a partir para allá en breve.
(Hechos 27:1) Entonces, como se decidió que navegáramos a Italia, procedieron a entregar a Pablo así como a ciertos otros presos a un oficial del ejército de nombre Julio, de la banda de Augusto.

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Textos del recuadro de la pág. 177
(Mateo 28:19, 20) Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, 20 enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas”.
(Hechos 1:8) pero recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra”.
(Joel 2:28, 29) ”Y después de eso tiene que ocurrir que derramaré mi espíritu sobre toda clase de carne, y sus hijos y sus hijas ciertamente profetizarán. En cuanto a sus viejos, sueños soñarán. En cuanto a sus jóvenes, visiones verán. 29 Y aun sobre los siervos y sobre las siervas derramaré en aquellos días mi espíritu.
(Hechos 2:17, 18) ‘“Y en los últimos días —dice Dios— derramaré algo de mi espíritu sobre toda clase de carne, y sus hijos y sus hijas profetizarán, y sus jóvenes verán visiones y sus viejos soñarán sueños; 18 y aun sobre mis esclavos y sobre mis esclavas derramaré algo de mi espíritu en aquellos días, y profetizarán.
(Hechos 21:8, 9) Al día siguiente partimos, y llegamos a Cesarea, y entramos en casa de Felipe el evangelizador, que era uno de los siete hombres, y nos quedamos con él. 9 Este tenía cuatro hijas, vírgenes, que profetizaban.
(1 Timoteo 3:1-13) Esa declaración es fiel. Si algún hombre está procurando alcanzar un puesto de superintendente, desea una obra excelente. 2 El superintendente, por lo tanto, debe ser irreprensible, esposo de una sola mujer, moderado en los hábitos, de juicio sano, ordenado, hospitalario, capacitado para enseñar, 3 no un borracho pendenciero, no un golpeador, sino razonable, no belicoso, no amador del dinero, 4 hombre que presida su propia casa excelentemente, que tenga hijos en sujeción con toda seriedad 5 (si de veras no sabe algún hombre presidir su propia casa, ¿cómo cuidará de la congregación de Dios?); 6 no un hombre recién convertido, por temor de que se hinche [de orgullo] y caiga en el juicio pronunciado contra el Diablo. 7 Además, debe también tener excelente testimonio de los de afuera, para que no caiga en vituperio y en un lazo del Diablo. 8 Los siervos ministeriales, igualmente, deben ser serios, no de lengua doble, no dados a mucho vino, no ávidos de ganancia falta de honradez, 9 manteniendo el secreto sagrado de la fe con una conciencia limpia. 10 También, que primero se pruebe a estos en cuanto a aptitud; entonces que sirvan como ministros, al estar libres de acusación. 11 Las mujeres, igualmente, deben ser serias, no calumniadoras, moderadas en los hábitos, fieles en todas las cosas. 12 Que los siervos ministeriales sean esposos de una sola mujer, y presidan de manera excelente a [sus] hijos y sus propias casas. 13 Porque los hombres que sirven excelentemente están adquiriendo para sí mismos una excelente posición y gran franqueza de expresión en la fe con relación a Cristo Jesús.
(Tito 1:5-9) Por esta razón te dejé en Creta, para que corrigieras las cosas defectuosas e hicieras nombramientos de ancianos en ciudad tras ciudad, como te di órdenes; 6 si hay algún hombre libre de acusación, esposo de una sola mujer, que tenga hijos creyentes no acusados de disolución, ni ingobernables. 7 Porque el superintendente tiene que estar libre de acusación como mayordomo de Dios, no [ser] voluntarioso, ni propenso a la ira, ni borracho pendenciero, ni golpeador, ni ávido de ganancia falta de honradez, 8 sino hospitalario, amador del bien, de juicio sano, justo, leal, que ejerza autodominio, 9 que se adhiera firmemente a la fiel palabra en lo que toca a su [arte de] enseñar, para que pueda exhortar por la enseñanza que es saludable y también censurar a los que contradicen.
(1 Timoteo 2:12) No permito que la mujer enseñe, ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que esté en silencio.

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Escuela del Ministerio Teocrático


  • Lectura de la Biblia: Lamentaciones 3, 4, 5 | Puntos sobresalientes (10 min.)

*** w07 1/6 págs. 10-11 Puntos sobresalientes del libro de Lamentaciones ***
3:16. ¿Qué quiere decir la expresión: “Con grava hace que se me quiebren los dientes”? Según una obra de consulta, “en el camino al destierro, los judíos se vieron obligados a cocer su pan en huecos abiertos en la tierra, lo que hacía que se mezclara con grava”. Al comerlo, podían rompérseles los dientes.
4:3, 10. ¿Por qué compara Jeremías “la hija de [su] pueblo” a “avestruces en el desierto”? Job 39:16 dice que el avestruz “trata a sus hijos bruscamente, como si no fueran suyos”. Por ejemplo, cuando los polluelos salen del huevo, la madre se marcha con otras hembras y el macho se queda a cargo. ¿Y cómo proceden ambos padres cuando se encuentran frente a un peligro? Huyen del nido, abandonando a sus pequeñuelos. Durante el sitio babilónico, el hambre en Jerusalén fue tan grave que las madres, que por naturaleza son compasivas, se volvieron crueles con sus propios hijos, como los avestruces en el desierto. Hasta los chacales mostraban mejores sentimientos maternales.
5:7. ¿Pide cuentas Jehová a la gente por los errores de sus antepasados? No, Jehová no castiga directamente a la gente por los pecados de sus antepasados. “Cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios”, sostiene la Biblia (Romanos 14:12). No obstante, las consecuencias de tales errores pueden perdurar y afectar a las nuevas generaciones. Por ejemplo, la idolatría de los israelitas hizo difícil que hasta los fieles de tiempos posteriores siguieran la senda de la rectitud (Éxodo 20:5).

Lecciones para nosotros:
3:8, 43, 44. Durante las calamidades que padecieron los habitantes de Jerusalén, Jehová se negó a escuchar sus gritos de auxilio. ¿Por qué razón? Por su desobediencia y falta de arrepentimiento. De manera que si queremos que Jehová conteste nuestras oraciones, tenemos que obedecerle (Proverbios 28:9).
3:20. Jehová, “el Altísimo sobre toda la tierra”, es tan excelso que tiene que condescender para “tender la vista sobre cielo y tierra” (Salmo 83:18; 113:6). Pero Jeremías sabía muy bien que el Todopoderoso está dispuesto a inclinarse hacia la gente, es decir, a descender a su nivel para animarla. ¡Qué felices podemos estar de que el Dios verdadero no solo sea omnipotente y omnisciente, sino también humilde!
3:21-26, 28-33. ¿Cómo podemos aguantar hasta el sufrimiento más intenso? Jeremías nos da la respuesta. No debemos olvidar que los actos de bondad amorosa de Jehová son abundantes y que sus misericordias son muchas. Hay que recordar asimismo que el solo hecho de estar vivos es motivo suficiente para no perder la esperanza, y que es preciso ser pacientes y esperar la salvación de Jehová en silencio, sin quejarnos. Además, debemos ‘poner la boca en el mismísimo polvo’, es decir, someternos humildemente a las pruebas reconociendo que si Dios las permite, es por una buena razón.
3:27. Las pruebas de fe que sobrevienen en la juventud quizás impliquen aguantar penalidades y burlas; pero “bueno le es al hombre [...] llevar el yugo durante su juventud”. ¿Por qué? Porque aprender a llevar el yugo del sufrimiento en la juventud lo prepara para afrontar los problemas que surjan más adelante en la vida.
3:39-42. No conviene “entregarse a quejas” cuando se está sufriendo debido a los propios pecados. En lugar de quejarnos por las consecuencias de las malas acciones, “escudriñemos nuestros caminos y explorémoslos, y volvámonos [...] hasta Jehová”. Lo más sabio es arrepentirse y rectificar nuestra conducta.

*** w88 1/9 pág. 27 Jehová da esperanza en medio del dolor ***

Jehová sigue mostrando misericordia
Debemos ser pacientes y esperar en Jehová. Jeremías señala esto a medida que habla en representación del pueblo afligido. Dios estorba su oración, y él ha llegado a ser el tema de la canción de burla de sus enemigos. Parece que ha perecido su esperanza, o su “expectación de parte de Jehová”. Pero desplegará “una actitud de espera” porque “bueno es Jehová al que espera en él”. (3:1-27.)

El arrepentimiento genuino trae la misericordia divina. Convencido de esto, Jeremías exhorta: “Volvámonos, sí, hasta Jehová”. Por el pecado del pueblo, Dios ha impedido el acceso a él en oración como con una masa de nubes de cólera. Pero Jeremías ora: “He clamado tu nombre, oh Jehová. [...] No escondas tu oído de mi alivio”. Por supuesto, los enemigos impenitentes serán aniquilados. (3:28-66.)

“Tráenos de vuelta”
Si pecamos voluntariosamente, podemos acarrearnos destrucción. Debido al pecado de Judá, se ha considerado a los “preciosos hijos de Sión” como vasijas rotas sin valor. Durante el sitio, a los que murieron por la espada les fue mejor que a los que murieron lentamente de hambre. Sí, Dios había “derramado su ardiente cólera”. Los profetas y sacerdotes contaminados vagaban ciegamente, y se había capturado al rey Sedequías, “el ungido de Jehová”. Ahora Dios dirigiría su atención al pecaminoso Edom. (4:1-22.)

Solo Jehová da verdadera esperanza en medio del dolor. Jeremías se dio cuenta de esto, porque suplicó: “Acuérdate, oh Jehová, de lo que nos ha sucedido”. ‘Extranjeros ocupan nuestras casas. Llevamos las consecuencias del error de nuestros antepasados, y simples muchachos cargan leña en trabajos forzados.’ Sin embargo, Jeremías espera misericordia, pues ora: “Tráenos de vuelta, oh Jehová, a ti mismo, y prontamente volveremos”. (5:1-22.)

Reflexionemos, pues, sobre estas lecciones del libro de Lamentaciones: El pecado no trae gozo, Dios es justo al castigar a los pecadores, y los responsables llevan culpa si no condenan el mal. Debemos esperar pacientemente en Jehová, confiando en que si hay arrepentimiento genuino habrá misericordia divina, mientras que podemos acarrearnos destrucción si somos pecadores voluntariosos. Este libro inspirado también nos convence de que sólo Jehová da verdadera esperanza en medio del dolor.

*** w87 15/2 pág. 22 ¿Hay algún beneficio en el sufrimiento? ***
El libro mismo contiene cinco poemas en los que se expresa lamento por la terrible destrucción que le sobrevino a Jerusalén a manos de los babilonios. En el tercer poema, el profeta Jeremías, llevado por el espíritu de Dios, desahoga sus sentimientos intensos y los transfiere a la entera nación en la figura de un hombre físicamente capacitado. (Lamentaciones 3:1.) Aunque Jeremías sufrió junto con la entera nación, la experiencia no lo amargó. Él esperaba con optimismo el tiempo cuando el favor de Dios estaría con Su pueblo de nuevo, y aceptó lo que le ocurrió a la nación como una justa ejecución del juicio divino.

*** cl cap. 20 págs. 199-200 párr. 3 “Sabio de corazón”, pero humilde ***
3 Como es santo, no tiene altanería, defecto que contamina a quien lo posee (Marcos 7:20-22). Observemos, además, las palabras que dirigió Jeremías a Jehová: “Sin falta se acordará tu alma y se inclinará sobre mí” (Lamentaciones 3:20). Imagínese: el Soberano Universal accedía a ‘inclinarse’, a bajarse al nivel del profeta, que era imperfecto, y favorecerlo con su atención (Salmo 113:7). Efectivamente, Dios es humilde. Ahora bien, ¿qué encierra su humildad?, ¿qué relación guarda con la sabiduría? y ¿qué importancia tiene para nosotros?

*** jr cap. 10 págs. 122-123 párr. 19 ¿Nos preguntamos a diario “dónde está Jehová”? ***
19 Jeremías también aprendió de sus vivencias personales mientras Jehová lo usó para advertir al pueblo. En el cuarto año de Jehoiaquim, Jehová le mandó escribir todas las palabras que le había hablado desde los días de Josías hasta ese momento. ¿Con qué objetivo? Animar a los judíos a que se volvieran de su mal camino y así pudieran recibir el perdón (léase Jeremías 36:1-3). Jeremías, quien madrugaba para proclamar los mensajes de Dios, hasta les rogó que dejaran sus prácticas detestables (Jer. 44:4). Por experiencia propia, Jeremías entendió que Dios había enviado a los profetas movido por la compasión. ¿No habrá engendrado esto en él una compasión semejante? (2 Cró. 36:15.) Ahora comprendemos por qué dijo lo siguiente al sobrevivir a la destrucción de Jerusalén: “Son los hechos de bondad amorosa de Jehová el que no nos hayamos acabado, porque sus misericordias ciertamente no terminan. Son nuevas cada mañana” (Lam. 3:22, 23).

*** w87 15/2 pág. 25 ¿Hay algún beneficio en el sufrimiento? ***
No obstante, la gente pudiera causarse sufrimiento a sí misma. Los israelitas infieles dieron la espalda a Jehová Dios, rechazando su cuidado protector. Entonces, con justicia, él los abandonó a sus enemigos. De modo que no tenían base para quejarse respecto a lo que les había sobrevenido. Esto se enfatiza en la pregunta: “¿Cómo puede un hombre viviente entregarse a quejas, un hombre físicamente capacitado, a causa de su pecado?”. (Lamentaciones 3:39.) En vez de quejarse, los israelitas deberían haberse vuelto a Jehová con arrepentimiento, suplicándole misericordia. Leemos: “De veras escudriñemos nuestros caminos y explorémoslos, y volvámonos, sí, hasta Jehová. Levantemos nuestro corazón junto con las palmas de nuestras manos a Dios en los cielos: ‘Nosotros mismos hemos transgredido, y nos hemos portado rebeldemente’”. (Lamentaciones 3:40-42.)
En efecto, no era tiempo para quejarse. Era un tiempo para que examinaran cuidadosamente sus caminos, su derrotero en la vida o conducta, y para considerar en lo que habían resultado. Más bien que continuar en sus propios caminos para perjuicio suyo, debían regresar a Jehová y obedecer sus mandatos. Las expresiones exteriores de arrepentimiento —el meramente levantar las palmas de las manos en oración— no era suficiente. Era necesario que se arrepintieran sinceramente de sus transgresiones.
Así que, cuando experimentemos sufrimiento, deberíamos examinar nuestro derrotero en la vida. ¿Nos hemos acarreado problemas nosotros mismos debido a que pasamos por alto la ley de Dios? Si así es, entonces no tenemos base para culpar al Altísimo. Más bien, deberíamos mostrar que nos hemos beneficiado de la dolorosa disciplina mediante abandonar el derrotero incorrecto y volvernos a Dios con arrepentimiento. Si nos hemos esforzado por llevar una vida recta y aun experimentamos aflicción, no debemos olvidar que Dios no aprueba lo que los inicuos quizás nos hagan. Mientras tanto, deberíamos someternos humildemente a nuestras pruebas, esperando con paciencia y sin quejarnos hasta que Jehová Dios traiga alivio. Nos beneficiaremos si ponemos en práctica el consejo de la Palabra de Dios cuando nos encaremos al sufrimiento. Aprenderemos a ser pacientes, a aguantar y a depender completamente de Jehová. Nunca imitemos el proceder odioso del hombre opresivo, sino continuemos siendo bondadosos y compasivos para con nuestro semejante.

*** w07 1/3 págs. 18-19 Contentos de esperar en Jehová ***
El profeta Jeremías señaló lo siguiente: “Bueno es que uno espere, aun callado, la salvación de Jehová” (Lamentaciones 3:26). Lo que quiso decir es que el pueblo de Dios no debería quejarse de la forma en que Jehová lo había disciplinado al permitir que Jerusalén fuera destruida. Debería, más bien, aprovechar la situación para reflexionar en su proceder de desobediencia y en la necesidad de cambiar de actitud (Lamentaciones 3:40, 42).
La forma como nos beneficia la disciplina de Jehová pudiera compararse al proceso de maduración de una fruta. Sobre la disciplina divina, la Biblia dice: “A los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber, justicia” (Hebreos 12:11). Así como la fruta necesita tiempo para madurar, hace falta tiempo para reaccionar a la corrección que Dios da y cambiar de actitud. Por ejemplo, si por nuestra mala conducta llegamos a perder algún privilegio en la congregación, estar dispuestos a esperar en Dios impedirá que nos desalentemos y nos rindamos. En tales circunstancias resultan animadoras las palabras que escribió David por inspiración: “Estar bajo su cólera es por un momento, estar bajo su buena voluntad es por toda la vida. Al atardecer puede alojarse el llanto, pero a la mañana hay un clamor gozoso” (Salmo 30:5). Si cultivamos una actitud de espera y aplicamos los consejos que nos dan las Escrituras y la organización de Dios, nos llegará el momento de lanzar “un clamor gozoso”.

*** w97 1/5 pág. 32 El yugo en la juventud ***
A finales del siglo VII a.E.C., Jeremías escribió: “Bueno le es al hombre físicamente capacitado llevar el yugo durante su juventud”. (Lamentaciones 3:27.) ¿Qué quería decir? Que aprender a soportar las pruebas cuando somos jóvenes nos ayuda a prepararnos para los desafíos de la edad adulta. Aunque desagradables, las adversidades son inevitables para los cristianos, sean jóvenes o adultos. (2 Timoteo 3:12.) Pero el beneficio de la fidelidad sobrepasa el alivio temporal que pudiéramos obtener al transigir.

*** w86 1/11 pág. 19 párr. 13 Jóvenes que contribuyen a una familia unida y feliz ***
13 Cuando Jeremías recibió de Jehová la comisión de profeta, exclamó: “¡Realmente no sé hablar, pues solo soy un muchacho!”. Pero Jehová lo tranquilizó y fortaleció. Por motivo de sus sufrimientos, temores y desilusiones, a veces Jeremías se sintió con deseos de abandonar su servicio, y en una ocasión dijo: “¡Maldito sea el día en que nací!”. (Jeremías 1:6, 19; 20:7-9; 11, 14.) Más adelante él escribió: “Bueno le es al hombre físicamente capacitado llevar el yugo durante su juventud”. (Lamentaciones 3:27.) Pero, ¿cómo se puede considerar beneficioso el llevar un yugo de adversidad? El ejemplo de José ilustra bien esto.
16 Tanto José como Jeremías sufrieron, pero no por culpa de ellos. Ya habían cultivado cualidades piadosas. No obstante, fueron refinados aún más en el curso de las adversidades que arrostraron. ¡Cuánto más necesitan tal refinamiento los jóvenes que han errado! La disciplina, aunque sea difícil de aceptar, produce justicia, si uno es entrenado por ella. (Hebreos 12:5-7, 11.) Esta formación puede producir en ti una fortaleza interna semejante al acero templado por el calor. Así como “Jehová continuó con José y siguió extendiéndole bondad amorosa”, así también te dará a ti fortaleza más allá de la que es normal y bendecirá abundantemente tu aguante. (Génesis 39:21; 2 Corintios 4:7.)

*** w87 15/2 págs. 23-24 ¿Hay algún beneficio en el sufrimiento? ***
¿Qué debería caracterizar a tal espera? El libro de Lamentaciones contesta: “Bueno es Jehová al que espera en él, al alma que sigue buscándolo. Bueno es que uno espere, aun callado, la salvación de Jehová. Bueno le es al hombre físicamente capacitado llevar el yugo durante su juventud. Que se siente solitario y se quede callado, porque él le ha impuesto algo. Que ponga su boca en el mismísimo polvo. Quizás exista una esperanza. Que dé su mejilla al mismísimo que lo golpea. Que tenga suficiente cantidad de oprobio”. (Lamentaciones 3:25-30.)
Note que durante dicho tiempo de aflicción uno debería continuar esperando en Dios con optimismo por alivio, y acercarse más a él. La persona querrá ser paciente y esperar callada o sin quejarse hasta que el Todopoderoso haya traído la liberación o salvación. Por lo tanto, es muy beneficioso el que uno aprenda a llevar un yugo de sufrimiento durante su juventud. ¿Por qué? Porque esto hará que sea mucho más fácil para uno aguantar una experiencia similar más tarde en la vida sin perder la esperanza. El saber que se ha enfrentado a grandes dificultades anteriormente le dará una base para tener la esperanza de que podrá hacerlo de nuevo.

*** jr cap. 9 págs. 106-107 párr. 9 ‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ ***
9 Pues bien, pensemos en el estado en que se hallaba Jerusalén durante el sitio babilonio. La ciudad se abrasaba lentamente en el calor del asedio, a diferencia de Sodoma, que fue calcinada en un instante y cuya destrucción fue, en cierto modo, más soportable (Lam. 4:6). Baruc escribió la profecía de que los habitantes de Jerusalén morirían por la espada, el hambre y la peste, y tiene que haber sido testigo de su cumplimiento. La escasez de alimentos tocó fondo. ¡Qué horror estar en una ciudad donde las madres, por naturaleza compasivas, cocinaron a sus propios hijos y se los comieron! (Lam. 2:20; 4:10; Jer. 19:9.) No obstante, Baruc sobrevivió. En medio de tanto caos, la vida en sí era como un despojo, como el botín que se lleva el vencedor en una batalla. Obviamente, Baruc aceptó el consejo divino de no buscar “cosas grandes” y se granjeó el favor de Jehová, como lo atestigua el hecho de que sobreviviera (Jer. 43:5-7).

*** w73 15/2 pág. 123 ¿Espera usted de la ciencia un mundo mejor? ***
¿Realmente aconteció esto? Sí. Cuando, solo unos tres años y medio después, Nabucodonosor sitió a Jerusalén, la gente llegó a estar en grandes aprietos. Predominaba la inanición. Madres hasta se comieron a sus propios hijos. La enfermedad derribó a millares. La contienda entre los judíos sitiados aumentó la angustia. Cuando los soldados de Nabucodonosor entraran en la ciudad, jóvenes y ancianos fueron muertos atrozmente en las calles. Príncipes fueron colgados de la mano. Los cautivos fueron arrastrados a la esclavitud en Babilonia. Aunque Dios había puesto su nombre en la ciudad y en el templo, no obró para salvarlos, tan grande era su furia por la repugnante idolatría y prácticas obscenas de los judíos. (Lam. 2:21; 4:9, 10; 5:12) ¿Hemos de pensar que Dios obrará de modo diferente hoy día?
La cristiandad ha alegado llevar el nombre de Dios y de Cristo y dirigir a la gente en sus caminos. Pero, al contrario, la cristiandad les ha acarreado el mayor vituperio a Jehová Dios, a su Hijo y a Su adoración. Ha sido un instrumento en la mano del enemigo de Dios, Satanás el Diablo, para apartar a tantos como sea posible del Dios verdadero.
En consecuencia, la cristiandad rebelde, apóstata, con sus sistemas religiosos, sentirá la furia de Jehová sin piedad y sin ninguna atención a sus clamores. La Biblia describe la caída del imperio mundial de religión falsa, la simbólica Babilonia la Grande, de la cual la cristiandad es la parte dominante. Describiéndola como una gran ramera, la Palabra profética de Dios dice: “En un solo día vendrán sus plagas, muerte y lamento y hambre, y será quemada por completo con fuego, porque fuerte es Jehová Dios que la juzgó.”—Rev. 18:2, 8.

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  • Núm. 1: Lamentaciones 5:1-22
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  • Núm. 2: *Cómo responder si alguien pregunta: 
  • "¿Creen ustedes en la virgen María?" (rs pág. 234 párrs. 1-3)
Usted pudiera contestar: ‘Las Sagradas Escrituras dicen claramente que la madre de Jesucristo fue una virgen, y nosotros creemos eso. Dios fue el Padre de él. El niño que nació fue verdaderamente el Hijo de Dios, tal como el ángel le dijo a María (Luc. 1:35)’. Entonces pudiera añadir: ‘Pero ¿se ha preguntado usted alguna vez por qué era tan importante que Jesús naciera de esa manera? [...] Sólo así podía proporcionarse un rescate apropiado que haría posible que se nos librara del pecado y la muerte (1 Tim. 2:5, 6; entonces tal vez Juan 3:16)’.
O contestar: ‘Sí, creemos en ella. Creemos todo lo que las Sagradas Escrituras dicen respecto a ella, y definitivamente dicen que fue en su condición de virgen cuando dio a luz a Jesús. También son muy alentadoras otras cosas que las Escrituras dicen respecto a María y las lecciones que podemos aprender del ejemplo de ella. (Use la información de la página 228)’.
‘Ustedes no creen en la Virgen María’
Usted pudiera contestar: ‘Reconozco que hay quienes no creen que una virgen dio a luz al Hijo de Dios. Pero nosotros lo creemos. (Abra uno de nuestros libros a una sección donde se considere este asunto, y muéstresela al amo de casa.)’. Entonces pudiera añadir: ‘Pero ¿se necesita más que eso para obtener la salvación? [...] Note lo que Jesús dijo en oración a su Padre (Juan 17:3)’.

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  • Núm. 3: ¿Por qué estamos seguros de que la Biblia es un libro inspirado por Dios? (2 Tim. 3:16)
*** w10 1/3 págs. 4-7 La Biblia tiene origen divino ***
La Biblia tiene origen divino
¿SABE usted a qué se refería el apóstol Pablo cuando dijo que la Biblia fue inspirada por Dios? (2 Timoteo 3:16.) Pablo empleó un término griego que literalmente significa “insuflada por Dios” o “soplada por Dios”. Con eso quiso decir que los escritores bíblicos escribían únicamente lo que Dios les indicaba mediante su espíritu santo.
En palabras del apóstol Pedro, esos hombres “hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo” (2 Pedro 1:21). De ahí que Pablo llamara a los libros bíblicos “los santos escritos, que pueden hacer[nos] sabio[s] para la salvación mediante la fe relacionada con Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15).
Pese a todo, muchas personas cuestionan hoy la autoría divina de la Biblia. Según sir Charles Marston, llama la atención “el desdén con que algunos han mirado los relatos de la Biblia”. Y es que numerosos críticos han protagonizado feroces ataques contra ella. Algunos incluso la han descalificado acusándola de no ser más que un montón de “mitos y [...] cuentos de hadas”.
Analice las pruebas
A cada uno de nosotros le corresponde decidir si confiará o no en lo que dicen las Sagradas Escrituras. Y esta es una decisión en la que no podemos darnos el lujo de equivocarnos. ¿Por qué? Porque si la Biblia efectivamente tiene origen divino, sería perjudicial —quizá hasta mortal— pasar por alto sus advertencias. Y está claro que quienes la consideran un libro cualquiera no dejan que guíe todo aspecto de su vida ni determine sus creencias (1 Tesalonicenses 2:13).
Ahora bien, ¿cómo puede usted determinar si la Biblia merece su confianza? Igual que lo haría con una persona. ¿Confiaría plenamente en alguien que acaba de conocer? Seguramente no. Antes invertiría tiempo en conocerlo mejor y comprobar que, en efecto, merece su confianza. ¿Por qué no hace lo mismo con la Biblia? En vez de creer las hipótesis o las opiniones prejuiciadas de otras personas, analice las pruebas que demuestran que las Sagradas Escrituras tienen origen divino.
Acusaciones de supuestos amigos
No se sorprenda si muchos expertos atacan la autenticidad y confiabilidad de la Biblia. Hoy día, la mayoría de estos comentaristas bíblicos —aunque se consideran cristianos y, por tanto, deberían respetarla— “sólo hablan de la Escritura como un registro, exposición y celebración humanos” (Nuevo Diccionario de Teología).
Muchos incluso cuestionan si las personas que escribieron la Biblia eran quienes afirmaban ser. Sostienen, por ejemplo, que el libro de Isaías no fue escrito por este profeta, sino por otras personas mucho después de que él muriera. Según Lowther Clarke, autor del Concise Bible Commentary, el libro de Isaías “es fruto del trabajo de distintas generaciones”. Sin embargo, cada vez que Jesucristo y sus discípulos citaban porciones del libro de Isaías, se las atribuían a este profeta (Mateo 3:3; 15:7; Lucas 4:17; Juan 12:38-41; Romanos 9:27, 29).
Pero algunos críticos de la Biblia, como J. R. Dummelow, van todavía más lejos: aseguran que las profecías del libro de Daniel “son, en realidad, relatos históricos que el autor quiso hacer pasar por predicciones”. De nuevo, quienes hacen esta afirmación olvidan las palabras del propio Jesús. En una profecía sobre “la cosa repugnante que causa desolación”, mencionó que ya se había hablado de ella “por medio de Daniel el profeta” (Mateo 24:15). ¿Citaría Jesús del libro de Daniel si este fuese una falsificación? Nadie que afirme ser cristiano creería algo semejante.
¿Tan importante es?
Tal vez usted se pregunte: “¿De veras es tan importante saber quién escribió los libros de la Biblia?”. Pues sí que importa, y mucho. Imagínese que llega a sus manos lo que supuestamente es el testamento de un amigo suyo. Pero unos abogados le dicen que no lo escribió él, sino unos conocidos que, con las mejores intenciones, incluyeron lo que pensaban que eran los deseos del fallecido. ¿Tendría ese documento el mismo valor para usted? ¿Estaría completamente seguro de que contiene los deseos de su amigo?
Precisamente eso es lo que les pasa a numerosas personas con la Biblia. Como no confían en que Dios sea su verdadero autor, muchos —incluidos algunos que dicen ser cristianos— desobedecen sin contemplaciones los mandatos bíblicos relacionados con la honradez y la moralidad sexual, entre otros. Hay quienes, para justificarse, les restan importancia diciendo: “¡Es que esas normas son del Antiguo Testamento!”. Con todo, no tienen en cuenta que el apóstol Pablo se refería a ese Antiguo Testamento cuando habló de “los santos escritos” que eran “inspirad[os] de Dios”.
“Pero si quienes hacen esas críticas son biblistas, algo de razón tendrán —puede que alguien proteste—. ¿O es que todo lo que dicen está mal?” Por supuesto que no. De hecho, es gracias a la labor de muchos investigadores concienzudos que hoy sabemos lo que decía el texto original de la Biblia. Por ejemplo, ellos han identificado los pequeños errores que se introdujeron con el paso de los siglos en las sucesivas copias del texto bíblico. De todos modos, admitir que los copistas cometieron errores es una cosa, y otra muy diferente, rechazar la Biblia y decir que es como cualquier otro libro escrito por el hombre.
Confíe en “los santos escritos”
Poco antes de decirle a Timoteo que Dios había inspirado la Biblia, Pablo le indicó por qué era esencial contar con los escritos inspirados. Le dijo: “En los últimos días [...] hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo extraviados” (2 Timoteo 3:1, 13). En tiempos del apóstol ya había sabios e intelectuales que usaban “argumentos persuasivos” para confundir a la gente y debilitar su fe en Jesucristo (1 Corintios 1:18, 19; Colosenses 2:4, 8). Por eso, a fin de que Timoteo no cayera en las trampas de estos hombres, el apóstol le recomendó que continuara estudiando lo que había aprendido desde niño en los santos escritos (2 Timoteo 3:14, 15).
Esta recomendación es particularmente válida en nuestros tiempos, pues vivimos en “los últimos días” que mencionó Pablo. Por tanto, no nos dejemos convencer por los “argumentos persuasivos” que plantean algunos expertos brillantes. Más bien, imitemos a los primeros cristianos: jamás dudemos de la Biblia, que en verdad es la Palabra inspirada de Dios.
Para ello, es posible que necesitemos fortalecer nuestra fe en la Biblia. Si así lo desea, los testigos de Jehová le ayudarán con mucho gusto. Ellos podrán explicarle, por ejemplo, cómo la Palabra de Dios ha resultado ser una guía confiable a lo largo de la historia, cómo es exacta en cuestiones científicas, cómo todas sus partes concuerdan entre sí y cómo se han cumplido sus profecías. Si le interesa aprender esto y mucho más, escriba sin ningún compromiso a los editores de esta revista pidiéndoles más información. Al igual que otros millones de personas de buen corazón, comprobará por usted mismo que la Biblia de veras tiene origen divino.

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Reunión de Servicio
Cántico 4
"Un buen nombre ante Dios"

  • 10 min. Anuncios. Sección de preguntas. Discurso.
¿Qué debe tomar en cuenta la persona que quiera que, después de su muerte, todos sus bienes, o parte de estos, pasen a la organización de Jehová?
Cuando uno muere ya no tiene más control sobre sus posesiones (Ecl. 9:5, 6).
(Eclesiastés 9:5, 6) Porque los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto, ni tienen ya más salario, porque el recuerdo de ellos se ha olvidado. 6 También, su amor y su odio y sus celos ya han perecido, y no tienen ya más porción hasta tiempo indefinido en cosa alguna que tenga que hacerse bajo el sol.
De ahí que muchos hagan un testamento o un contrato de fideicomiso que explique cómo desean que se distribuyan sus bienes materiales (2 Rey. 20:1). Y en este documento legal por lo general también se indica quién será el albacea o administrador fiduciario (a veces llamado fideicomisario).
(2 Reyes 20:1) En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Por consiguiente, Isaías hijo de Amoz el profeta entró a donde él y le dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Da mandatos a tu casa, porque tú mismo realmente morirás y no vivirás’”.
En muchos países, cuando alguien fallece sin haber hecho este documento legal, las autoridades determinan cómo distribuir sus bienes. Así pues, si tenemos ciertos planes con respecto a nuestras posesiones —como dejarle todas o algunas a la organización de Jehová—, debemos establecerlo en un documento legal y escoger muy bien al albacea o administrador fiduciario. Puede solicitar información adicional a la sucursal sobre las donaciones por testamento o fideicomisos.
Estos cargos conllevan una gran responsabilidad. Reunir los bienes y luego distribuirlos consume tiempo e implica realizar muchos trámites; todo depende de la cantidad y el valor de las propiedades. Además, las autoridades fijan a menudo pautas que han de seguirse. Por tanto, no porque alguien sea un miembro de la congregación será apto para desempeñar estas funciones.
La labor de distribuir o administrar un patrimonio debe recaer en una persona capaz, confiable y dispuesta a cumplir con la voluntad del fallecido (véase el artículo “Los beneficios de la planificación patrimonial”, de ¡Despertad! del 8 de diciembre de 1998).
Si alguien le pide que se encargue de sus bienes al morir. Primero calcule los gastos y, después de haber orado, vea si podrá cumplir con esa responsabilidad (Luc. 14:28-32). Cuando la persona fallezca, usted deberá informárselo a los beneficiarios.
(Lucas 14:28-32) Por ejemplo, ¿quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para completarla? 29 De otra manera, pudiera poner el fundamento, pero no poder terminarla, y todos los que miraran pudieran comenzar a burlarse de él, 30 diciendo: ‘Este hombre comenzó a edificar, pero no pudo terminar’. 31 ¿O qué rey, al marchar al encuentro de otro rey en guerra, no se sienta primero y delibera si puede con diez mil soldados hacer frente al que viene contra él con veinte mil? 32 En realidad, si no puede hacerlo, entonces, mientras aquel todavía está lejos él envía un cuerpo de embajadores y pide paz.
Así mismo, tendrá la autoridad y la obligación de distribuir los bienes de acuerdo con la ley y según lo indique el testamento o fideicomiso. El albacea o administrador fiduciario jamás deberá salirse de los límites establecidos en el documento, independientemente de que los bienes sean muchos o pocos. Todos los bienes que alguien deje a una entidad jurídica de los testigos de Jehová son fondos dedicados que pertenecen a la organización de Jehová (Luc. 16:10; 21:1-4).
(Lucas 16:10) La persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho, y la persona injusta en lo mínimo es injusta también en lo mucho.
(Lucas 21:1-4) Ahora bien, al levantar la vista, vio a los ricos que echaban sus dádivas en las arcas de la tesorería. 2 Entonces vio a cierta viuda necesitada echar allí dos monedas pequeñas de ínfimo valor, 3 y dijo: “En verdad les digo: Esta viuda, aunque pobre, echó más que todos ellos. 4 Porque todos estos echaron dádivas de lo que les sobra, mas esta echó, de su indigencia, todo el medio de vivir que tenía”.

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  • 10 min. ¿Recuerda usted? Análisis con el auditorio basado en La Atalaya del 15 de abril de 2012, página 32.
¿RECUERDA USTED? ¿Ha leído con atención los últimos números de La Atalaya?
Compruebe si sabe contestar las siguientes preguntas:

¿En qué sentido puede servirnos de advertencia la vida de Salomón?
Dios bendijo al rey Salomón y lo utilizó en su servicio. No obstante, Salomón pasó por alto los consejos divinos durante su reinado. Además de casarse con la hija del faraón, tomó muchas otras esposas y permitió que esas mujeres paganas lo fueran arrastrando a la adoración falsa. Esto nos enseña la importancia de evitar que se desarrollen en nosotros tendencias o actitudes malas (Deu. 7:1-4; 17:17; 1 Rey. 11:4-8) (15/12, páginas 10 a 12).
(Deuteronomio 7:1-4) ”Cuando Jehová tu Dios por fin te introduzca en la tierra a la cual vas para tomar posesión de ella, entonces tendrá que quitar de delante de ti naciones populosas: los hititas y los guirgaseos y los amorreos y los cananeos y los perizitas y los heveos y los jebuseos, siete naciones más populosas y más fuertes que tú. 2 Y Jehová tu Dios ciertamente las abandonará en tus manos, y tendrás que derrotarlas. Sin falta debes darlas por entero a la destrucción. No debes celebrar ningún pacto con ellas ni mostrarles ningún favor. 3 Y no debes formar ninguna alianza matrimonial con ellas. No debes dar tu hija al hijo de él, ni debes tomar su hija para tu hijo. 4 Porque él apartará a tu hijo de seguirme, y ellos ciertamente servirán a otros dioses; y la cólera de Jehová realmente se encenderá contra ustedes, y él ciertamente te aniquilará de prisa.
(Deuteronomio 17:17) Tampoco debe él multiplicarse esposas, para que no se desvíe su corazón; tampoco debe aumentar mucho para sí plata y oro.
(1 Reyes 11:4-8) Y al tiempo en que envejeció Salomón aconteció que sus esposas mismas habían inclinado el corazón de él a seguir a otros dioses; y su corazón no resultó completo para con Jehová su Dios como el corazón de David su padre. 5 Y Salomón empezó a ir tras Astoret, la diosa de los sidonios, y tras Milcom, la cosa repugnante de los ammonitas. 6 Y Salomón empezó a hacer lo que era malo a los ojos de Jehová, y no siguió de lleno a Jehová como David su padre. 7 Fue entonces cuando Salomón procedió a edificar un lugar alto a Kemós, la cosa repugnante de Moab, en la montaña que estaba enfrente de Jerusalén, y a Mólek, la cosa repugnante de los hijos de Ammón. 8 Y así hizo para todas sus esposas extranjeras que hacían humo de sacrificio y ofrecían sacrificios a sus dioses.
¿Por qué podemos ver a Sara como una obediente sierva de Dios y una excelente esposa?
Cuando Dios ordenó a Abrahán que se marchara de Ur, eso significaba dejar su familia, amigos y modo de vida para ir rumbo a lo desconocido. A pesar de ello, Sara colaboró con su esposo y confió en que Dios la bendeciría. Ella respetó a Abrahán y manifestó hermosas virtudes (1/1, página 8).

¿Por qué le pidió Jehová a Abrahán que sacrificara a su amado hijo?
Es importante recordar que Dios no permitió que Abrahán llevara a cabo el sacrificio. Aquel cuadro profético sirvió para mostrar cuánto le costaría a Jehová sacrificar a su Hijo, Jesús (1/1, página 23).
¿Cómo sabemos que desde el siglo primero nunca ha dejado de haber cristianos ungidos en la Tierra?
En la parábola de Jesús sobre “el trigo” y “la mala hierba”, “la semilla excelente” se refiere a “los hijos del reino” (Mat. 13:24-30, 38). La mala hierba crecería junto con el trigo hasta que llegara el momento de la cosecha. Por lo tanto, aunque no podemos asegurar quiénes formaban parte del trigo simbólico, podemos estar seguros de que desde el siglo primero hasta nuestros días siempre ha habido ungidos en la Tierra (15/1, página 7).
(Mateo 13:24-30) Otra ilustración les propuso, diciendo: “El reino de los cielos ha llegado a ser semejante a un hombre que sembró semilla excelente en su campo. 25 Mientras los hombres dormían, vino el enemigo de él y sobresembró mala hierba entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el tallo brotó y produjo fruto, entonces apareció también la mala hierba. 27 De modo que los esclavos del amo de casa vinieron y le dijeron: ‘Amo, ¿no sembraste semilla excelente en tu campo? Entonces, ¿cómo sucede que tiene mala hierba?’. 28 Él les dijo: ‘Un enemigo, un hombre, hizo esto’. Ellos le dijeron: ‘¿Quieres, pues, que vayamos y la juntemos?’. 29 Él dijo: ‘No; no sea que por casualidad, al juntar la mala hierba, desarraiguen el trigo junto con ella. 30 Dejen que ambos crezcan juntos hasta la siega; y en la época de la siega diré a los segadores: Junten primero la mala hierba y átenla en haces para quemarla; entonces pónganse a recoger el trigo en mi granero’”.
(Mateo 13:38) el campo es el mundo; en cuanto a la semilla excelente, estos son los hijos del reino; pero la mala hierba son los hijos del inicuo,

¿Qué acontecimientos conducirán directamente al Armagedón?
Las naciones emitirán una declaración significativa de “¡Paz y seguridad!” (1 Tes. 5:3). Los gobiernos se volverá n contra la religión falsa (Rev. 17:15-18). Habrá un ataque contra los siervos de Jehová. Entonces vendrá el fin (1/2, página 9).
(1 Tesalonicenses 5:3) Cuando [los hombres] estén diciendo: “¡Paz y seguridad!”, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta; y no escaparán de ninguna manera.
(Revelación 17:15-18) Y me dice: “Las aguas que viste, donde está sentada la ramera, significan pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas. 16 Y los diez cuernos que viste, y la bestia salvaje, estos odiarán a la ramera y harán que quede devastada y desnuda, y se comerán sus carnes y la quemarán por completo con fuego. 17 Porque Dios puso en sus corazones llevar a cabo Su pensamiento, aun llevar a cabo el solo pensamiento [de ellos] al dar ellos su reino a la bestia salvaje, hasta que se hayan realizado las palabras de Dios. 18 Y la mujer que viste significa la gran ciudad que tiene un reino sobre los reyes de la tierra”.

¿Cómo podemos superar la tendencia a la envidia?
Estas son algunas medidas que podemos tomar: esforzarnos por sentir amor y cariño por nuestros hermanos en la fe, relacionarnos con personas espirituales, hacer el bien y alegrarnos “con los que se regocijan” (Rom. 12:15) (15/2, páginas 16 y 17).
(Romanos 12:15) Regocíjense con los que se regocijan; lloren con los que lloran.

¿Quiénes hablan el idioma náhuatl, y qué se está haciendo por ellos?
Era el idioma de los antiguos aztecas, y hoy en día lo hablan un millón y medio de personas en México. Los Testigos predican en náhuatl y producen varias publicaciones en ese idioma (1/3, páginas 13 y 14).
A la hora de dar consejos, ¿qué principios debemos tener presentes?
Determinar cuál es la verdadera situación. No dar respuestas precipitadas. Atenerse humildemente a la Palabra de Dios. Si es posible, utilizar una biblioteca teocrática. No tomar decisiones por otros (15/3, páginas 7 a 9).

¿Por qué dijo Jesús a sus oyentes que recorrieran dos millas si alguien les pedía “una milla de servicio”? (Mat. 5:41.)
(Mateo 5:41) y si alguien bajo autoridad te obliga a una milla de servicio, ve con él dos millas.
En aquella época, Israel estaba ocupado por los romanos, y estos podían obligar a cualquier hombre a prestarles un servicio. Al decir a sus oyentes que cuando les pidieran una milla recorrieran dos, Jesús los animó a realizar de buena gana los servicios que las autoridades tenían derecho a exigirles (1/4, página 9).
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  • 15 min. El valor de las publicaciones bíblicas. Análisis con el auditorio basado en el Anuario 2012, página 92, párrafo 1; página 112, párrafo 3, y página 113. Pida a los presentes que hagan comentarios sobre las lecciones aprendidas.

Anuario 2012, página 92, párrafo 1El año siguiente, Ingebret Andersen, quien vivía en las afueras de Skien, obtuvo la traducción al danonoruego del libro The Plan of the Ages (El plan de las edades), probablemente uno de los ejemplares que Knud había llevado a Noruega. Desde hacía mucho, Ingebret había estado interesado en la “segunda venida” de Cristo, y ahora, tanto él como su esposa, Berthe, estaban fascinados con lo que leían. Él no tardó en empezar a predicar. De hecho, iba a reuniones religiosas para hablar con los asistentes sobre el Reinado Milenario de Cristo y después visitaba a los que mostraban interés. Al poco tiempo se formó en Skien una congregación de al menos diez Estudiantes de la Biblia.
Anuario 2012, página 112, párrafo 3
Para 1937, Olaf Rød y otro hermano eran los únicos Testigos de Haugesund. Cierto día, mientras estaban en casa de Olaf hablando acerca de la gran muchedumbre, se preguntaron cómo se reuniría a tantas personas. De pronto, escucharon que alguien llamó a la puerta. Cuando Olaf abrió, allí estaba Alfred Trengereid, quien había encontrado un ejemplar de La Torre del Vigía (actualmente La Atalaya). Tanto le había gustado que enseguida remó hasta Haugesund para pedirle más publicaciones a Olaf, el único Testigo de quien tenía conocimiento. Olaf, sorprendido, pensó: “¡Ya están empezando a llegar!”. Y en efecto, las personas siguieron llegando, aunque cada cual a su tiempo y manera. Alfred se convirtió en uno de los muchos que respondieron favorablemente al mensaje del Reino y se hicieron Testigos.

Anuario 2012, página 113
Cumplió su palabra
JOHANNES KARSTAD. AÑO DE NACIMIENTO 1903. AÑO DE BAUTISMO 1931. OTROS DATOS Durante ocho años predicó en embarcaciones.
EN 1929, mientras Johannes se recuperaba de tuberculosis en el hospital, se puso a leer la Biblia y le prometió a Dios que le serviría cuando recobrara la salud.
Poco antes de que lo dieran de alta, Johannes leyó con gran interés algunos de los libros de los Estudiantes de la Biblia. Con el tiempo consiguió más libros, los cuales leyó cuatro o cinco veces, y no tardó mucho en empezar a hablar a los demás de las verdades que había descubierto. En cuanto se recuperó por completo, fue a Bergen y se puso en contacto con el hermano Ringereide, quien le sugirió que se hiciera precursor. Aunque Johannes acababa de comenzar a predicar, no dudó en emprender el precursorado.
De 1931 a 1938 sirvió en la embarcación llamada Ester, y luego estuvo cerca de un año en otra de nombre Ruth. Desplazándose por toda la costa, llegó a sitios tan lejanos como Tromsø, en el extremo norte del país. En 1939, Johannes fue nombrado superintendente viajante en la parte oriental de Noruega, y por un tiempo sirvió también como betelita de media jornada. Tras la II Guerra Mundial se casó con una hermana llamada Sigrid, y ambos se dedicaron al precursorado. En 1995, estando en Fredrikstad, Johannes terminó su servicio en la Tierra.

Cántico 24 y oración
"¡ Mantén la vista en el premio !"

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Estudio de la Atalaya: 
“Jehová sabe librar a su pueblo”

Cántico 133
"Busca al Dios de tu salvación"

Párrafo 1
1 Tesalonicenses 5:2, 3 Porque ustedes mismos saben bastante bien que el día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche. 3 Cuando [los hombres] estén diciendo: “¡Paz y seguridad!”, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta; y no escaparán de ninguna manera.
Sofonías 1:14-17 ”El gran día de Jehová está cerca. Está cerca, y hay un apresurarse muchísimo [de él]. El sonido del día de Jehová es amargo. Allí un hombre poderoso da un grito. 15 Ese día es día de furor, día de angustia y de zozobra, día de tempestad y de desolación, día de oscuridad y de tenebrosidad, día de nubes y de densas tinieblas, 16 día de cuerno y de señal de alarma, contra las ciudades fortificadas y contra las elevadas torres de las esquinas. 17 Y ciertamente causaré angustia a la humanidad, y ciertamente andarán como ciegos; porque han pecado contra Jehová. Y su sangre realmente será derramada como polvo, y sus entrañas como el estiércol.
Mateo 24:21, 22 porque entonces habrá gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder. 22 De hecho, a menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de los escogidos aquellos días serán acortados.
Párrafo 2
Ezequiel 38:2 “Hijo del hombre, pon tu rostro contra Gog [de] la tierra de Magog, el cabecilla principal de Mesec y Tubal, y profetiza contra él.
Ezequiel 38:14-16 ”Por lo tanto profetiza, oh hijo del hombre, y tienes que decir a Gog: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “¿No será en aquel día en que mi pueblo Israel esté morando en seguridad que tú [lo] sabrás? 15 Y ciertamente vendrás de tu lugar, de las partes más remotas del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos montados a caballo, una gran congregación, hasta una numerosa fuerza militar. 16 Y de seguro subirás contra mi pueblo Israel, como nubes para cubrir el país. En la parte final de los días ocurrirá, y ciertamente te traeré contra mi tierra, con el propósito de que las naciones me conozcan cuando me santifique en ti delante de sus ojos, oh Gog”’.
Párrafo 5
Génesis 7:6 Y Noé tenía seiscientos años de edad cuando ocurrió el diluvio de aguas sobre la tierra.
Génesis 5:32 Y Noé llegó a tener quinientos años de edad. Después Noé llegó a ser padre de Sem, Cam y Jafet.
Párrafo 6
Génesis 6:9-18 Esta es la historia de Noé. Noé fue hombre justo. Resultó exento de falta entre sus contemporáneos. Noé andaba con el Dios [verdadero]. 10 Con el tiempo Noé llegó a ser padre de tres hijos: Sem, Cam y Jafet. 11 Y la tierra llegó a estar arruinada a la vista del Dios [verdadero], y la tierra se llenó de violencia. 12 De modo que Dios vio la tierra y, ¡mire!, estaba arruinada, porque toda carne había arruinado su camino sobre la tierra. 13 Después de eso Dios dijo a Noé: “El fin de toda carne ha llegado delante de mí, porque la tierra está llena de violencia como resultado de ellos; y, ¡mira!, voy a arruinarlos junto con la tierra. 14 Haz para ti un arca de madera de árbol resinoso. Harás compartimientos en el arca, y tendrás que cubrirla por dentro y por fuera con alquitrán. 15 Y de esta manera la harás: trescientos codos la longitud del arca, cincuenta codos su anchura, y treinta codos su altura. 16 Harás un tsóhar [techo; o ventana] para el arca, y la completarás hasta el punto de un codo hacia arriba, y pondrás la entrada del arca en su costado; la harás con un [piso] bajo, un [piso] segundo y un [piso] tercero. 17 ”Y en cuanto a mí, aquí voy a traer el diluvio de aguas sobre la tierra para arruinar de debajo de los cielos a toda carne en la cual está activa la fuerza de vida. Todo lo que está en la tierra expirará. 18 Y de veras establezco mi pacto contigo; y tienes que entrar en el arca, tú y tus hijos y tu esposa y las esposas de tus hijos contigo.
Párrafo 7
Génesis 7:1-5 Después de eso Jehová dijo a Noé: “Entra, tú y toda tu casa, en el arca, porque es a ti a quien he visto justo delante de mí en medio de esta generación. 2 De toda bestia limpia tienes que tomar para ti de siete en siete, el macho y su hembra; y de toda bestia que no es limpia solamente dos, el macho y su hembra; 3 también de las criaturas voladoras de los cielos de siete en siete, macho y hembra, para conservar viva prole sobre la superficie de toda la tierra. 4 Porque dentro de solo siete días más voy a hacer que llueva sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y ciertamente borraré de sobre la superficie del suelo toda cosa existente que he hecho”. 5 Y Noé procedió a hacer conforme a todo lo que le había mandado Jehová.
Génesis 7:11 En el año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, en el día diecisiete del mes, en este día fueron rotos todos los manantiales de la vasta profundidad acuosa, y las compuertas de los cielos fueron abiertas.
Párrafo 8
Mateo 24:36 ”Respecto a aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre.
Habacuc 2:3 Porque [la] visión es todavía para el tiempo señalado, y sigue jadeando hasta el fin, y no dirá mentira. Aun si tardara, manténte en expectación de ella; porque sin falta se realizará. No llegará tarde.
Párrafo 10
Éxodo 14:1-4 Jehová ahora habló a Moisés, diciendo: 2 “Habla a los hijos de Israel, que se vuelvan y acampen delante de Pihahirot, entre Migdol y el mar, a vista de Baal-zefón. Frente a él han de acampar junto al mar. 3 Entonces ciertamente dirá Faraón respecto a los hijos de Israel: ‘Andan errantes en confusión en la tierra. El desierto los tiene encerrados’. 4 De modo que yo realmente dejaré que se haga obstinado el corazón de Faraón, y él ciertamente correrá tras ellos, y yo me conseguiré gloria por medio de Faraón y de todas sus fuerzas militares; y los egipcios ciertamente sabrán que yo soy Jehová”. Por consiguiente, ellos hicieron precisamente aquello.
Éxodo 14:5-10 Más tarde, al rey de Egipto se dio informe de que el pueblo había huido. Inmediatamente se mudó el corazón de Faraón, y también el de sus siervos, respecto al pueblo, de modo que dijeron: “¿Qué es esto que hemos hecho, de haber enviado a Israel de servirnos como esclavo?”. 6 De modo que él procedió a alistar sus carros de guerra, y tomó consigo a su pueblo. 7 Y procedió a tomar seiscientos carros escogidos y todos los demás carros de Egipto, y guerreros sobre cada uno de ellos. 8 Así dejó Jehová que se hiciera obstinado el corazón de Faraón, el rey de Egipto, y este se fue corriendo tras los hijos de Israel, mientras los hijos de Israel iban saliendo con mano alzada. 9 Y los egipcios se fueron corriendo tras ellos, y todos los caballos de los carros de Faraón y sus soldados de caballería y sus fuerzas militares iban alcanzándolos mientras estaban acampados junto al mar, junto a Pihahirot, a vista de Baal-zefón. 10 Cuando Faraón logró acercarse, los hijos de Israel empezaron a alzar los ojos, y aquí venían los egipcios marchando tras ellos; y a los hijos de Israel les dio mucho miedo, y empezaron a clamar a Jehová.
Párrafo 11
Éxodo 14:19, 20 Entonces el ángel del Dios [verdadero] que iba delante del campamento de Israel partió y se puso detrás de ellos, y la columna de nube partió de la vanguardia de ellos y se situó detrás de ellos. 20 De manera que se introdujo entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel. Por una parte resultaba ser una nube junto con oscuridad. Por otra parte seguía alumbrando la noche. Y este grupo no se acercó a aquel grupo durante toda la noche.
Éxodo 14:21-25 Moisés ahora extendió su mano sobre el mar; y Jehová empezó a hacer que el mar se retirara por un fuerte viento del este durante toda la noche, y que la cuenca del mar se convirtiera en suelo seco, y se iba efectuando una partición de las aguas. 22 Por fin los hijos de Israel fueron por en medio del mar sobre tierra seca, mientras las aguas eran un muro para ellos a su derecha y a su izquierda. 23 Y los egipcios emprendieron la persecución, y todos los caballos de Faraón, sus carros de guerra y sus soldados de caballería empezaron a entrar tras ellos, en medio del mar. 24 Y durante la vigilia matutina aconteció que Jehová empezó a mirar hacia el campamento de los egipcios desde dentro de la columna de fuego y nube, y empezó a poner en confusión el campamento de los egipcios. 25 Y siguió quitándoles ruedas a sus carros, de modo que los conducían con dificultad; y los egipcios empezaron a decir: “Huyamos de todo contacto con Israel, porque Jehová ciertamente pelea por ellos contra los egipcios”.
Párrafo 12
Éxodo 14:26-28 Por fin Jehová dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan sobre los egipcios, sus carros de guerra y sus soldados de caballería”. 27 En seguida extendió Moisés su mano sobre el mar, y el mar empezó a volver a su estado normal al amanecer. Mientras tanto los egipcios huían para no encontrarse con él, pero Jehová sacudió a los egipcios, echándolos en medio del mar. 28 Y las aguas siguieron reg
esando. Finalmente cubrieron los carros de guerra y a los soldados de caballería que pertenecían a todas las fuerzas militares de Faraón y que habían entrado en el mar tras ellos. No se dejó que quedara ni siquiera uno solo de entre ellos.


Párrafo 15
Mateo 24:17, 18 El que esté sobre la azotea no baje para sacar los efectos de su casa; 18 y el que esté en el campo no vuelva a la casa a recoger su prenda de vestir exterior.
Lucas 19:43 Porque vendrán días sobre ti en que tus enemigos edificarán en derredor de ti una fortificación de estacas puntiagudas y te rodearán y te afligirán de todos lados,
Párrafo 16
Santiago 3:17 Pero la sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer, llena de misericordia y buenos frutos, sin hacer distinciones por parcialidad, sin ser hipócrita.
Párrafo 17


Habacuc 3:18, 19 sin embargo, en cuanto a mí, ciertamente me alborozaré en Jehová mismo; ciertamente estaré gozoso en el Dios de mi salvación. 19 Jehová el Señor Soberano es mi energía vital; y él hará mis pies como los de ciervas, y sobre mis lugares altos me hará pisar.
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Cántico 131
"Jehova es mi Roca de salvación"

LUIS Y ERICKA

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