lunes, 18 de noviembre de 2013

SEMANA DEL 18 DE NOVIEMBRE 2013


CÁNTICO 20
Bendice nuestras reuniones


Estudio Bíblico de 
Congregación 
(jl lecciones 8 a 10) (30 minutos)

Textos lección 8:
(1 Samuel 16:7) Pero Jehová dijo a Samuel: “No mires su apariencia ni lo alto de su estatura, porque lo he rechazado. Porque no de la manera como el hombre ve [es como Dios ve], porque el simple hombre ve lo que aparece a los ojos; pero en cuanto a Jehová, él ve lo que es el corazón”.
(Génesis 18:25) ¡Es inconcebible de ti el que vayas a obrar de esta manera para dar muerte al justo con el inicuo, de modo que tenga que ocurrirle al justo lo mismo que le ocurre al inicuo! Es inconcebible de ti. ¿El Juez de toda la tierra no va a hacer lo que es recto?”.
(1 Timoteo 2:9, 10) Igualmente deseo que las mujeres se adornen en vestido bien arreglado, con modestia y buen juicio, no con estilos de cabellos trenzados y oro o perlas o traje muy costoso, 10 sino como es propio de mujeres que profesan reverenciar a Dios, a saber, mediante buenas obras.
(Tito 2:10) no cometiendo robos, sino desplegando buena fidelidad a plenitud, para que en todas las cosas adornen la enseñanza de nuestro Salvador, Dios.
(1 Pedro 2:12) Mantengan excelente su conducta entre las naciones, para que, en la cosa de que hablan contra ustedes como [de] malhechores, ellos, como resultado de las obras excelentes de ustedes, de las cuales son testigos oculares, glorifiquen a Dios en el día para la inspección [por él].
Textos lección 9:
(Filipenses 4:6, 7) No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; 7 y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús.
(Hechos 17:11) Ahora bien, estos eran de disposición más noble que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así.
(Mateo 13:51, 52) ”¿Captaron ustedes el sentido de todas estas cosas?”. Ellos le dijeron: “Sí”. 52 Entonces les dijo: “Siendo así, todo instructor público, cuando ha sido enseñado respecto al reino de los cielos, es semejante a un hombre, un amo de casa, que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas”.
Textos lección 10:
(Deuteronomio 6:6, 7) Y estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón; 7 y tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.
(Santiago 4:8) Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. Límpiense las manos, pecadores, y purifiquen su corazón, indecisos.
(Salmo 1:1-3) Feliz es el hombre que no ha andado en el consejo de los inicuos, y en el camino de los pecadores no se ha parado, y en el asiento de los burladores no se ha sentado.  2 Antes bien, su deleite está en la ley de Jehová, y día y noche lee en su ley en voz baja.  3 Y ciertamente llegará a ser como un árbol plantado al lado de corrientes de agua, que da su propio fruto en su estación y cuyo follaje no se marchita, y todo lo que haga tendrá éxito.
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Escuela del Ministerio Teocrático

Lectura de la Biblia: Hebreos 9 al 13 |
Puntos sobresalientes (10 min.)

*** w08 15/10 pág. 32 Puntos sobresalientes de las cartas a Tito, Filemón y los Hebreos ***

9:16. ¿Quién es el “humano que hace el [nuevo] pacto”? Jehová es el Originador del nuevo pacto, mientras que Jesús es el “humano que hace el pacto”. Jesús es el Mediador de ese pacto, y con su muerte suministró el sacrificio que le daría validez (Luc. 22:20; Heb. 9:15).
11:10, 13-16. ¿Qué “ciudad” esperaba Abrahán? No era una ciudad literal, sino simbólica. Él esperaba la “Jerusalén celestial”, compuesta por Cristo Jesús y los 144.000 cogobernantes en su gloria celestial. A estos también se les llama “la santa ciudad, la Nueva Jerusalén” (Heb. 12:22; Rev. 14:1; 21:2). Abrahán anhelaba vivir bajo la gobernación del Reino de Dios.
12:2. ¿Qué era “el gozo que fue puesto delante de [Jesús]” por el que “aguantó un madero de tormento”? El gozo de ver lo que lograría su ministerio, a saber, santificar el nombre de Jehová, vindicar su soberanía y rescatar a la humanidad de la muerte. Jesús también tenía la vista fija en el galardón de gobernar como Rey y servir de Sumo Sacerdote para nuestro beneficio.
13:20. ¿Por qué se dice que el nuevo pacto es “eterno”? Hay tres razones: 1) nunca será reemplazado; 2) lo que logre será permanente, y 3) las “otras ovejas” seguirán beneficiándose de él después del Armagedón (Juan 10:16).
12:3, 4. Cuando atravesemos pruebas menores u oposición poco severa, no nos ‘cansemos ni desfallezcamos en nuestras almas’. Antes bien, esforcémonos por progresar hacia la madurez y mejorar nuestra capacidad de aguantar las adversidades. Decidámonos a resistir “hasta la sangre”, es decir, hasta la muerte (Heb. 10:36-39).
12:13-15. No debemos permitir que ninguna “raíz venenosa”, o sea, nadie de la congregación que critique la manera como se hacen las cosas, impida que ‘hagamos sendas rectas para nuestros pies’.
12:26-28. Las “cosas que han sido hechas” por alguien ajeno a Dios —como el sistema de cosas actual y el “cielo” malvado— serán sacudidas y destruidas. Cuando eso ocurra, solo permanecerán “las cosas que no son sacudidas”, a saber, el Reino y los que lo apoyan. De ahí la importancia de que proclamemos con celo el Reino y vivamos en armonía con sus normas.
13:7, 17. Tener presente esta exhortación de ser obedientes y sumisos a los superintendentes de la congregación nos ayudará a mostrar siempre un espíritu colaborador.

w11 1/1 págs. 25-26 
Siguió adelante pese a los golpes de la vida
Siglos más tarde, el apóstol Pablo incluyó a Samuel entre los jueces y profetas que “efectuaron justicia” (Hebreos 11:32, 33). Así es, Samuel contribuyó a que se hiciera lo que era justo y recto a los ojos de Jehová. Y lo logró porque, en lugar de dejarse vencer por las dificultades, siguió realizando su labor mientras esperaba con paciencia a que Jehová enderezara los asuntos. Además, demostró ser una persona agradecida. Tras la victoria en Mizpá, levantó un monumento para recordar lo que Dios había hecho a favor del pueblo (1 Samuel 7:12).
Si queremos hacer lo que es justo a los ojos de Jehová, tenemos que ser pacientes, humildes y agradecidos, como lo fue Samuel. ¿Y quién no tiene necesidad de cultivar esas cualidades? A Samuel le fue muy útil desarrollarlas cuando todavía era un hombre joven, pues en su vejez afrontó pruebas y desilusiones mucho más graves, como veremos a continuación.

w06 1/11 pág. 27 párr. 2 
Respetemos nuestras reuniones sagradas
2 El lugar que Jehová escogió para que lo adoraran los israelitas había de ser sagrado. Por eso, el tabernáculo y sus muebles y utensilios fueron ungidos y santificados para que llegaran “a ser santísimos” (Éxodo 30:26-29). Asimismo, las dos partes en que se dividía este santuario se denominaban “el Lugar Santo” y “el Santísimo” (Hebreos 9:2, 3). Y cuando el tabernáculo fue reemplazado por el templo en Jerusalén, esta ciudad se convirtió en el centro del culto a Jehová, razón por la que se llamó “la ciudad santa” (Nehemías 11:1; Mateo 27:53). Durante su ministerio terrenal, Jesús respetó el templo y se indignó por el descaro de quienes lo utilizaban como atajo y zona de negocios (Marcos 11:15, 16).

w09 15/5 pág. 32 párr. 15 
¿Por qué debemos seguir a Cristo?
15 Jesús es “la vida” porque él compró a la humanidad con su sangre. Mediante “Cristo Jesús nuestro Señor”, Jehová nos da el regalo de la vida eterna (Rom. 6:23). Jesús también será “la vida” para quienes están dormidos en la muerte (Juan 5:28, 29). Y como Sumo Sacerdote, liberará para siempre a sus súbditos terrestres del pecado y la muerte durante su Reinado Milenario (Heb. 9:11, 12, 28).

w02 15/9 pág. 11 párr. 5 
“Prestemos más de la acostumbrada atención”
5 Aquellos discípulos debían comprender algo fundamental respecto al sistema de adoración que Jesús había instituido: aunque se basaba más en la fe que en la vista, era superior a la Ley transmitida mediante el profeta Moisés. “Si la sangre de machos cabríos y de toros, y las cenizas de novilla rociadas sobre los que se han contaminado, santifica al grado de limpieza de la carne —escribió Pablo—, ¿cuánto más la sangre del Cristo, que por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para que rindamos servicio sagrado al Dios vivo?” (Hebreos 9:13, 14.) En efecto, el perdón que se obtiene en virtud de la fe en el sacrificio redentor de Jesucristo es muy superior de diversas maneras al que proporcionaban los sacrificios que se ofrecían bajo la Ley (Hebreos 7:26-28).

w06 15/11 pág. 24 párr. 16 
Mantengámonos en el amor de Dios
16 Nuestra salvación depende de que tengamos una conciencia limpia (1 Pedro 3:21). Como hemos puesto fe en la sangre derramada de Jesús, nuestra conciencia ha quedado limpia de obras muertas, lo que nos permite rendir “servicio sagrado al Dios vivo” (Hebreos 9:13, 14). Si pecáramos deliberadamente, tendríamos contaminada la conciencia y ya no seríamos personas limpias, aptas para servir a Dios (Tito 1:15). Pero con la ayuda de Jehová, podremos mantener una buena conciencia

w01 15/11 pág. 11 párr. 8 
Jehová nos muestra cómo contar nuestros días
8 “Aun de tiempo indefinido a tiempo indefinido tú eres Dios”, cantó el salmista. La expresión “tiempo indefinido” puede aplicarse a algo que tiene fin, pero cuya duración no se especifica (Éxodo 31:16, 17; Hebreos 9:15). Sin embargo, significa “eterno” en el Salmo 90:2 y en otros lugares de las Escrituras Hebreas (Eclesiastés 1:4). Pese a que nuestra mente es incapaz de concebir la eternidad de Dios, él no tuvo principio ni tendrá fin (Habacuc 1:12). Siempre estará vivo y dispuesto a ayudarnos.

w03 1/5 pág. 17 párr. 10 
¿Dónde hallar verdadero consuelo?
10 Más de sesenta años después de que Jesús sacrificara su vida humana y fuera resucitado para vivir en los cielos, el apóstol Juan dijo por inspiración divina: “Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan un pecado. Y no obstante, si alguno comete un pecado, tenemos un ayudante para con el Padre, a Jesucristo, uno que es justo. Y él es un sacrificio propiciatorio por nuestros pecados, pero no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Juan 2:1, 2). ¡Cuánto nos consuelan los beneficios de su sacrificio humano perfecto! Sabemos que Dios nos ofrece el perdón de los pecados, una conciencia limpia, una buena relación con él y, en el futuro, vida eterna (Juan 14:6; Romanos 6:23; Hebreos 9:24-28; 1 Pedro 3:21).

w00 15/8 pág. 22 párr. 19 
Sacrificios de alabanza que agradan a Jehová
19 Estamos viviendo en el tiempo en que la “sombra de las buenas cosas por venir” ha sido reemplazada por “la sustancia misma de las cosas” (Hebreos 10:1). Jesucristo ya ha entrado en el cielo mismo en calidad de gran Sumo Sacerdote antitípico y ha presentado el valor de su propia sangre para hacer expiación en favor de cuantos tienen fe en su sacrificio (Hebreos 9:10, 11, 24-26). Sobre la base de aquel gran sacrificio y al ofrecer a Dios con entusiasmo nuestros sacrificios de alabanza limpios e incontaminados, nosotros también podemos seguir adelante ‘regocijándonos y sintiéndonos alegres de corazón’, con la vista puesta en las abundantes bendiciones de Jehová que nos esperan (Malaquías 3:10).

w09 15/5 pág. 31 párr. 14 
¿Por qué debemos seguir a Cristo?
14 Jesús es “la verdad” porque siempre dijo la verdad y vivió conforme a ella, pero también porque cumplió las decenas de profecías que se escribieron acerca del Mesías. El apóstol Pablo lo expresó así: “No importa cuántas sean las promesas de Dios, han llegado a ser Sí mediante él” (2 Cor. 1:20). Además, la “sombra de las buenas cosas por venir”, que se encuentra en la Ley mosaica, se convirtió en una realidad al llegar Jesús (Heb. 10:1; Col. 2:17). Todas las profecías apuntan a él, y todas ellas aclaran el papel central que desempeña en el cumplimiento del propósito divino (Rev. 19:10). Para presenciar el cumplimiento de dicho propósito, debemos seguir a Cristo.

w10 15/12 pág. 15 párr. 18 
“Ahora es el tiempo especialmente acepto”
18 Los cristianos debemos servir a Dios con entrega, o sea, concentrados por completo en alcanzar nuestro objetivo, sin dejarnos distraer o desanimar. ¿Y cuál es ese objetivo? Cumplir con la voluntad divina, tal como hizo Jesús (Heb. 10:7). Jehová quiere que se reconcilie con él la mayor cantidad posible de personas. Por eso, imitemos el ejemplo de Jesús y de Pablo y dediquémonos con fervor a la obra más importante y urgente que existe en nuestros días.

w10 15/1 págs. 3-4 párr. 3 
¿Por qué hay que dedicarse a Jehová?
3 Jesús fijó el modelo el día de su bautismo, cuando hizo pública su decisión de efectuar la voluntad de su Padre. Claro, como él había nacido en Israel, una nación que ya estaba dedicada a Dios, no tenía por qué volver a dedicarse. Tampoco estaba satisfaciendo alguna exigencia de la Ley. Estaba haciendo algo más. Según indica la Biblia, le dijo a Jehová: “¡Mira! He venido [...] para hacer tu voluntad” (Heb. 10:7; Luc. 3:21). Así es, con su bautismo, se estaba presentando ante su Padre para cumplir sus deseos. Hoy, los cristianos seguimos su modelo al bautizarnos, aunque en nuestro caso sí estamos declarando públicamente que nos hemos dedicado en oración a Dios.

w06 1/7 pág. 28 párr. 9 
Joven, escoge servir a Jehová
9 Jehová nos pudo haber hecho como robots, programados para hacer su voluntad y nada más. En cambio, nos trató con dignidad, pues nos dio libertad para elegir. Nuestro Dios desea que sus siervos estén contentos de ser sus súbditos. Le deleita que todos, jóvenes o adultos, le sirvan por amor. El mejor ejemplo de sumisión a Dios por amor es el de su Hijo unigénito, de quien Jehová afirmó: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado” (Mateo 3:17). Este Hijo primogénito dijo a su Padre en una oración: “En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado, y tu ley está dentro de mis entrañas” (Salmo 40:8; Hebreos 10:9, 10).
w09 15/9 pág. 28 párr. 12 
¿Valoramos lo que Jehová ha hecho para liberarnos?
12 Debemos tener presente que Jesús no fue quien determinó que se realizara el sacrificio redentor. Quien lo determinó fue Jehová, pues dicho sacrificio era esencial para que se cumpliera su voluntad. El apóstol Pablo indicó que el altar de los sacrificios del templo representaba la voluntad de Dios (Heb. 10:10). De modo que es sobre todo a Jehová a quien debemos agradecer nuestra liberación, pues dicha liberación solo fue posible por su voluntad (Luc. 1:68). Además, es una muestra de su gran amor por la humanidad (léase Juan 3:16).

w00 15/11 pág. 18 párr. 14 
¿Quiénes son los ministros de Dios hoy día?
14 En la actualidad, la ordenación para el ministerio cristiano es muy parecida. Mediante los estudios bíblicos se imparte conocimiento sobre Dios y sus propósitos a quienes están “correctamente dispuestos para vida eterna” (Hechos 13:48). Cada estudiante aprende a aplicar en su vida los principios bíblicos y a ofrecer a Dios oraciones significativas (Salmo 1:1-3; Proverbios 2:1-9; 1 Tesalonicenses 5:17, 18). Se relaciona con otros creyentes y se beneficia de las disposiciones del “esclavo fiel y discreto” (Mateo 24:45-47; Proverbios 13:20; Hebreos 10:23-25). De este modo va progresando en un proceso educativo bien estructurado.

w02 1/11 pág. 11 párr. 6 
“Mantengan excelente su conducta entre las naciones”
6 Ahora bien, no estamos en la congregación tan solo para recibir; también hemos de dar. De hecho, Jesús dijo que “hay más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20:35). El apóstol Pablo puso de relieve este espíritu de generosidad cuando escribió: “Tengamos firmemente asida la declaración pública de nuestra esperanza sin titubear, porque fiel es el que ha prometido. Y considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, sin abandonar el reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar ustedes que el día se acerca” (Hebreos 10:23-25).

w02 1/8 págs. 13-14 párr. 20 
Sumisión leal a la autoridad divina
20 Lejos de cuestionar la autoridad de estos ancianos que trabajan con empeño, realmente los valoramos. Su historial de fidelidad, a menudo a lo largo de muchas décadas, nos inspira confianza. Fielmente se preparan para las reuniones de la congregación y las dirigen, trabajan a nuestro lado en la predicación de las “buenas nuevas del reino” y nos aconsejan con las Escrituras cuando lo necesitamos (Mateo 24:14; Hebreos 10:23, 25; 1 Pedro 5:2). Además, nos visitan cuando nos hallamos enfermos y nos consuelan en los momentos tristes. Velan por los intereses del Reino de forma leal y desinteresada. El espíritu de Jehová está sobre ellos; tienen la aprobación divina (Gálatas 5:22, 23).
w00 1/12 pág. 12 párr. 13 
Jehová reanima al cansado
13 Jehová también nos da fuerzas mediante las reuniones de la congregación cristiana. “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”, dijo Jesús (Mateo 18:20). Esta promesa la hizo cuando trataba diversos asuntos que debían atender los que tienen mayores responsabilidades en la congregación (Mateo 18:15-19). No obstante, encierra un principio aplicable a todas nuestras reuniones y asambleas, que comienzan y terminan con oración en el nombre de Jesús (Juan 14:14). Por lo tanto, asistir a estos actos es un privilegio, sea que acudan miles de personas o solo unas pocas. Demostremos gratitud por estos programas orientados a fortalecer nuestra espiritualidad y a incitarnos al amor y a las obras excelentes (Hebreos 10:24, 25).

w00 1/12 pág. 16 párr. 10 
¿Amamos en sumo grado los recordatorios de Jehová?
10 La gratitud por las disposiciones divinas nos impulsará a asistir todas las semanas a nuestras cinco reuniones de congregación. Pablo subrayó esta necesidad cuando escribió: “Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, sin abandonar el reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar ustedes que el día se acerca” (Hebreos 10:24, 25).

w01 1/12 págs. 15-16 párr. 6 
Desarrollemos el corazón para temer a Jehová
6 Además de admiración y reverencia, el temor piadoso incluye un sano miedo a desagradar a Jehová o desobedecerle. ¿Por qué? Pues bien, aunque él es “tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa”, no olvidemos que “de ninguna manera dará exención de castigo” (Éxodo 34:6, 7). Es amoroso y misericordioso, pero no tolera la injusticia ni el pecado intencional (Salmo 5:4, 5; Habacuc 1:13). No dejará impunes a quienes se oponen a él y practican de forma deliberada e impenitente lo que es malo a Sus ojos. Como dijo el apóstol Pablo, “es cosa horrenda caer en las manos del Dios vivo”. En definitiva, el sano miedo a hallarnos en esta situación constituye una protección para nosotros (Hebreos 10:31).
w02 15/7 pág. 10 párr. 5 
Añadamos devoción piadosa a nuestro aguante
5 Tanto Pedro como Pablo enlazan la devoción piadosa con el aguante (1 Timoteo 6:11). Aguantar no es solo soportar con firmeza las adversidades, sino afrontar las pruebas, los obstáculos, las tentaciones o la persecución sin perder la esperanza, con paciencia, perseverancia y valor. Puesto que vivimos “con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús”, es de esperar que se nos persiga (2 Timoteo 3:12). A fin de demostrar que amamos a Jehová y cultivar las cualidades necesarias para la salvación, debemos aguantar (Romanos 5:3-5; 2 Timoteo 4:7, 8; Santiago 1:3, 4, 12). Sin aguante no obtendremos la vida eterna (Romanos 2:6, 7; Hebreos 10:36).

w03 1/3 pág. 18 párr. 21 
Confiemos en Jehová con todo el corazón
21 Pablo dice: “Nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma” (Hebreos 10:39). Que todos, pues, sirvamos fieles a Jehová hasta el final. Tenemos más que sobradas razones para depositar nuestra total confianza en Jehová ahora y para siempre (Salmo 37:3; 125:1).

w03 15/1 pág. 10 párr. 4 
¿Realmente tiene fe en las buenas nuevas?
4 Pero ¿qué es la fe? El apóstol Pablo escribió: “Fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen” (Hebreos 11:1). Nuestra fe nos garantiza que todo lo que Dios promete en su Palabra puede darse por hecho. Es como si poseyéramos una escritura de propiedad a nuestro nombre. La fe también es “la demostración evidente”, o la prueba que nos convence, de las cosas que no vemos. La percepción mental y la gratitud de corazón nos persuaden de que tales cosas son reales aunque no podamos verlas (2 Corintios 5:7; Efesios 1:18).

w01 15/6 pág. 22 párr. 17 
Continuemos constantes como si viéramos a Quien es invisible
17 Jehová se interesa mucho por nosotros, lo cual no quiere decir que esté esperando a que cometamos errores para castigarnos. Al contrario, nos observa con el mismo interés amoroso de un padre que desea recompensar a sus hijos obedientes. Es muy reconfortante saber que a nuestro Padre celestial le complace nuestra fe y que es “remunerador de los que le buscan solícitamente” (Hebreos 11:6). Tengamos fe absoluta en Jehová y ‘sirvámosle con corazón completo’ (1 Crónicas 28:9).

w01 1/1 pág. 10 párr. 9 
Edificados por el amor
9 La importancia de que nos motive el amor se ve de otro modo. La Biblia promete abundantes beneficios ahora y bendiciones inimaginables en el futuro a los que siguen tras la devoción piadosa por amor (1 Timoteo 4:8). La firme creencia en estas promesas y la convicción de que Jehová “llega a ser remunerador de los que le buscan solícitamente” permiten a los cristianos permanecer sólidos en la fe (Hebreos 11:6). La mayoría de nosotros anhelamos el cumplimiento de las promesas divinas y nos hacemos eco del sentimiento del apóstol Juan: “¡Amén! Ven, Señor Jesús” (Revelación [Apocalipsis] 22:20). En efecto, meditar sobre las bendiciones que nos aguardan si somos fieles nos fortalece para perseverar, igual que a Jesús le ayudó a aguantar “el gozo que fue puesto delante de él” (Hebreos 12:1, 2).

w03 15/4 pág. 22 párr. 18 
Jóvenes, ¡Jehová no olvidará la obra de ustedes!
18 Las bendiciones que provienen de servir a Jehová son de larga duración, sí, eternas. Es verdad que de cuando en cuando tal vez afrontes algo de oposición o burlas por ser testigo de Jehová. Pero piensa en Moisés. La Biblia dice que “miraba atentamente hacia el pago del galardón” (Hebreos 11:24-26). Tú también puedes estar seguro de que Jehová recompensará tus esfuerzos por aprender y hablar a otros acerca de él. Ciertamente, él nunca ‘olvidará tu obra y el amor que muestres para con su nombre’ (Hebreos 6:10).

w01 15/6 pág. 19 párr. 6 
Continuemos constantes como si viéramos a Quien es invisible
6 Recordemos siempre que aunque nosotros no vemos a Jehová, él sí nos ve a nosotros. Tener conciencia de su existencia y estar convencidos de que se encuentra cerca de todos los que lo invocan nos ayudará a ser constantes, es decir, firmes e inmovibles en nuestra fidelidad a él (Salmo 145:18). Seremos como Moisés, de quien Pablo dijo: “Por fe dejó a Egipto, pero sin temer la cólera del rey, porque continuó constante como si viera a Aquel que es invisible” (Hebreos 11:27).

w02 15/7 pág. 14 párr. 19 
Añadamos devoción piadosa a nuestro aguante
19 Es seguro que nos sobrevendrán pruebas, pero estas no tienen por qué apartarnos de la carrera hacia la vida eterna. Recordemos que Jehová puede librarnos de ellas. A la vez que nos ‘quitamos todo peso’ y “[corremos] con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, [miremos] atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús” (Hebreos 12:1-3). Si examinamos con detenimiento el ejemplo de Jesús y procuramos imitarlo de palabra y obra, cultivaremos la devoción piadosa y la manifestaremos en mayor medida.
w06 15/5 págs. 24-25 párr. 15 
¿Está usted preparado para sobrevivir?
15 Quienes desean formar parte de la congregación cristiana han de satisfacer ciertos requisitos. Lógicamente, a los burlones no se les permite entrar en ella, como tampoco se les permitió entrar en el arca de Noé (2 Pedro 3:3-7). Por otra parte, desde el año 1952 en particular, los testigos de Jehová hemos apoyado de manera más plena una medida encaminada a proteger a la congregación: la expulsión de los pecadores que no se arrepienten. Por supuesto, a los que sí se arrepienten se les ayuda con amor a hacer “sendas rectas para sus pies” (Hebreos 12:12, 13; Proverbios 28:13; Gálatas 6:1).

w08 15/5 pág. 4 párr. 9 
¿Cómo deberíamos tratar al prójimo?
9 Jesús se refirió a otra cualidad que produce felicidad cuando dijo: “Felices son los pacíficos, puesto que a ellos se les llamará ‘hijos de Dios’” (Mat. 5:9). La palabra griega que aquí se traduce “pacíficos” significa literalmente “pacificadores”, es decir, personas que promueven la paz. Si tenemos esta cualidad, no haremos nada que “[separe] a los que se han familiarizado entre sí”, como difundir calumnias, y tampoco toleraremos que otros lo hagan (Pro. 16:28). Promoveremos la paz de palabra y obra, tanto dentro como fuera de la congregación (Heb. 12:14). Pero, sobre todo, nos esforzaremos al máximo por estar en paz con Jehová (léase 1 Pedro 3:10-12).
w11 1/11 pág. 16 
¿Cómo nos benefician las leyes de Dios?
La ley divina prohíbe las relaciones sexuales fuera del matrimonio (Hebreos 13:4). Las parejas que obedecen esta ley se sienten más seguras y crean un mejor ambiente en el que educar a los hijos. Por otra parte, el sexo fuera del matrimonio provoca enfermedades, divorcios, actos violentos, traumas emocionales y familias con uno solo de los padres. (Lea Proverbios 5:1-9.)
Al evitar situaciones que pudieran llevarnos a desobedecer esta ley, protegemos nuestra amistad con Dios y no herimos a los demás. (Lea 1 Tesalonicenses 4:3-6

w01 15/3 pág. 14 párr. 17 
Venzamos las debilidades humanas
17 Pablo nos asegura que ninguna tentación sobrepasará jamás la capacidad que Dios nos dé para resistirla. Jehová ‘dispondrá la salida para que podamos aguantarla’ (1 Corintios 10:13). De hecho, si seguimos confiando en Dios, no permitirá que la tentación se intensifique tanto que carezcamos de la fortaleza espiritual necesaria para ser íntegros. Él desea que logremos resistir activamente la inclinación a hacer lo que es impropio a sus ojos. Además, podemos tener fe en esta promesa suya: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé” (Hebreos 13:5).
w05 1/8 pág. 25 párr. 20 
Jehová tiene contados “los mismísimos cabellos de la cabeza de ustedes”
20 Tal vez Jehová haya permitido que sus pruebas persistan. En tal caso, tenga muy presente la promesa que él hace a los que le temen: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé” (Hebreos 13:5). Usted puede recibir el mismo apoyo y consuelo. Jehová tiene contados “los mismísimos cabellos” de su cabeza. Él ve su aguante, siente su dolor y se interesa profundamente en usted. Y nunca ‘olvidará su obra ni el amor que ha mostrado para con su nombre’ (Hebreos 6:10).
w07 15/4 pág. 19 ¿Recuerda usted?
El apóstol Pablo nos invita a “contemplar”, o considerar con atención, los resultados de la fiel conducta de los ancianos y luego seguir su ejemplo de fe (Hebreos 13:7). Lo hacemos porque así lo pide la Palabra de Dios. Además, nos hemos persuadido de que lo único que desean los ancianos es velar por los intereses del Reino, así como por nuestro propio bienestar.—1/4, página 28.

w03 15/8 pág. 30 ¿Recuerda usted?
¿Por qué podemos estar seguros de que Jehová se fija en lo que hacemos?
Los relatos bíblicos demuestran que Jehová se fija en lo que hacen los seres humanos. Tuvo en cuenta el sacrificio que ofreció Abel, y está al tanto de nuestros “sacrificio[s] de alabanza, es decir, el fruto de labios” (Hebreos 13:15). Jehová era consciente de que Enoc procuraba agradarle y llevar una vida honrada, sin tacha. Además, Dios observó a la viuda no israelita de Sarepta que compartió con el profeta Elías lo poco que tenía. Jehová también se fija en nuestras obras de fe.—1/5, páginas 28-31.

w08 15/7 pág. 6 párr. 14 
¿Por qué es importante predicar de casa en casa hoy día?
14 Ayudar a la gente a sobrevivir es importante, pero existe una razón de mucho más peso para predicar de casa en casa. En Malaquías 1:11, Jehová profetiza: “Desde el nacimiento del sol aun hasta su puesta mi nombre será grande entre las naciones, y [...] una presentación se hará a mi nombre, aun una dádiva limpia; porque mi nombre será grande entre las naciones”. En cumplimiento de esta profecía, los siervos de Jehová alaban públicamente el nombre de su Dios por toda la Tierra efectuando con humildad su ministerio (Sal. 109:30; Mat. 24:14). La principal razón que tenemos para predicar públicamente y de casa en casa es que queremos ofrecer “sacrificio de alabanza” a Jehová (Heb. 13:15).

w03 15/8 pág. 20 párr. 10 
¿Qué espera Jehová de nosotros?
10 ¿Y qué puede decirse de nuestros días? ¿No vemos condiciones similares? Al igual que Miqueas, estamos rodeados de injusticias, de un ambiente de desconfianza que promueve la desintegración de la sociedad y la familia. Pese a ello, los siervos de Dios no permitimos que el espíritu injusto de este mundo se infiltre en la congregación cristiana. Al contrario, nos esforzamos por defender la honradez y la integridad, y por manifestar dichas cualidades en nuestra vida cotidiana. Procuramos “comportarnos honradamente en todas las cosas” (Hebreos 13:18). Al hacerlo, es decir, al ejercer justicia, recibimos muchas bendiciones, pues fomentamos un ambiente de hermandad en el que reina la confianza
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  • Núm. 2: ¿Es tener una relación personal con Dios lo que realmente importa? (rs pág. 314 párrs. 3, 4).
 Por supuesto que tal relación es importante. El sencillamente asistir a los servicios religiosos de manera formalista no puede tomar el lugar de dicha relación. Pero tenemos que ejercer cuidado. ¿Por qué? En el primer siglo, había quienes creían que estaban en buena relación con Dios, pero Jesús mostró que estaban muy equivocados (Juan 8:41-44). El apóstol Pablo escribió acerca de ciertas personas que evidentemente eran celosas en su fe y que obviamente pensaban que estaban en buena relación con Dios, pero que no comprendían lo que realmente se requería para tener la aprobación de Dios. (Rom. 10:2-4.)
 ¿Podríamos nosotros estar en buena relación personal con Dios si tratáramos sus mandamientos como de poca importancia? Uno de estos es que nos reunamos con regularidad con nuestros compañeros de creencia. (Heb. 10:24, 25.)
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  • Núm. 3: ¿Cómo podemos consolar a los demás? 
  • (Rom. 15:4; 2 Cor. 1:3, 4)

*** w11 15/10 págs. 29-31 Debemos “consolar a todos los que están de duelo” ***
Consolemos a nuestros hermanos
7 Hoy día es imposible no sufrir algún tipo de inquietud, pues en este mundo reinan la maldad y el dolor. Mientras Dios no lo destruya, seguiremos padeciendo penas y sinsabores. Además, hemos de hacer frente a la persecución predicha en las Escrituras, viéndola como una oportunidad de demostrar que somos fieles a Jehová y defendemos su soberanía universal (2 Tim. 3:12). Con la ayuda y el consuelo de nuestro Padre celestial, seremos como los cristianos ungidos de la antigua Tesalónica, quienes fueron ejemplares “a causa del aguante y la fe [...] en todas sus persecuciones y [...] tribulaciones” (léase 2 Tesalonicenses 1:3-5).
8 Jehová siempre concede a sus siervos la fortaleza que necesitan. Tomemos como ejemplo a Elías. Cuando la malvada reina Jezabel amenazó con matarlo, cayó presa del pánico, salió huyendo y llegó a decir que quería morirse. Pero Dios no lo reprendió, sino que amorosamente lo reconfortó y le infundió valor para seguir con su misión profética (1 Rey. 19:1-21). Ciertamente, Jehová siempre conforta a su pueblo, y así lo demuestra la historia de los cristianos del siglo primero. En efecto, en un pasaje leemos: “La congregación por toda Judea y Galilea y Samaria entró en un período de paz, siendo edificada; y como andaba en el temor de Jehová y en el consuelo del espíritu santo, siguió multiplicándose” (Hech. 9:31). ¡Qué maravilloso es saber que nosotros, al igual que ellos, contamos con “el consuelo del espíritu santo”!
9 Algo que también nos reconforta a los cristianos es estudiar el ejemplo de Jesús y seguir sus pasos. Él mismo dijo: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen sobre sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera” (Mat. 11:28-30). Como bien sabemos, Cristo trataba a los demás de un modo muy edificante y amoroso. Y el hecho de repasar su ejemplo y luego esforzarnos por imitarlo refresca nuestro ánimo, aliviándonos de las tensiones del diario vivir.
10 Otra fuente de consuelo es nuestra hermandad. En particular, los superintendentes cristianos son una gran ayuda para quienes afrontan situaciones difíciles. Bien dijo el discípulo Santiago: “¿Hay alguno [espiritualmente] enfermo entre ustedes? Que llame a sí a los ancianos de la congregación, y que ellos oren sobre él”. ¿Cuáles serán los resultados? “La oración de fe sanará al indispuesto, y Jehová lo levantará. También, si hubiera cometido pecados, se le perdonará.” (Sant. 5:14, 15.) Por supuesto, todos los miembros de la congregación podemos animarnos unos a otros.
11 Hay problemas que las mujeres prefieren tratar entre ellas. Las hermanas maduras y experimentadas tienen la oportunidad de dar excelentes consejos a las más jóvenes, pues probablemente ya han pasado por situaciones parecidas. Su actitud compasiva y sus cualidades femeninas son de gran valor (léase Tito 2:3-5). Claro, es igualmente necesario que los ancianos y otros cristianos “hablen confortadoramente a las almas abatidas” de la congregación (1 Tes. 5:14, 15). No hay que olvidar que Dios “nos consuela en toda nuestra tribulación” con un propósito: “para que nosotros podamos consolar a los que se hallan en cualquier clase de tribulación” (2 Cor. 1:4).
12 Las reuniones cristianas, con sus edificantes explicaciones bíblicas, siempre han sido una fuente de consuelo muy importante. Así, leemos que Judas y Silas “animaron a los hermanos con muchos discursos, y los fortalecieron” (Hech. 15:32). Además, tanto antes como después de las reuniones tenemos conversaciones que nos reconfortan. Por eso, si estamos atravesando problemas, no nos alejemos de los hermanos, pues no vamos a mejorar nada haciéndolo (Pro. 18:1). Por el contrario, sigamos esta exhortación inspirada del apóstol Pablo: “Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, sin abandonar el reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar ustedes que el día se acerca” (Heb. 10:24, 25).
La Palabra de Dios es nuestra fuente de consuelo
13 Sin importar si llevamos tiempo bautizados o apenas estamos dando los primeros pasos para aprender de Jehová y sus propósitos, todos disponemos de una gran fuente de alivio: la Biblia. Así lo indicó Pablo: “Todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza” (Rom. 15:4). La Palabra de Dios infunde ánimo al cristiano y lo capacita para que “sea enteramente competente y esté completamente equipado para toda buena obra” (2 Tim. 3:16, 17). ¡Cuánto nos reconforta conocer los propósitos divinos y contar con una esperanza firme para el futuro! Por consiguiente, demos buen uso a las Escrituras y las publicaciones que las explican. Sin lugar a dudas, recibiremos consuelo y muchos otros beneficios.
14 Jesús nos dejó un magnífico ejemplo. Él utilizó la Palabra de Dios para instruir y consolar al prójimo. Después de resucitar, se apareció a dos de sus discípulos y les estuvo “abriendo por completo las Escrituras”, llegándoles al corazón con sus explicaciones (Luc. 24:32). El apóstol Pablo supo imitar el excelente ejemplo de Cristo. En numerosas ocasiones “razonó con [sus oyentes] a partir de las Escrituras”. ¿Cómo reaccionaron ellos? Los de Berea “recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente” (Hech. 17:2, 10, 11). Sin duda, es muy necesario que leamos la Biblia todos los días. Gracias a ella y a las publicaciones cristianas, encontraremos consuelo y esperanza en estos tiempos tan difíciles.
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Reunión de Servicio
Cántico 10
"Aquí estoy yo envíame ami"
  • 10 min. Sección de preguntas. Análisis con el auditorio. Luego ponga al tanto a la congregación de lo que se ha logrado durante la campaña de distribución del tratado Noticias del Reino número 38.
Si una publicadora dirige un estudio bíblico en la puerta de una casa en compañía de un publicador, ¿debe cubrirse la cabeza?
Cuando una publicadora dirige una sesión fija y programada de estudio bíblico en presencia de un publicador, debe cubrirse la cabeza (1 Cor. 11:3-10). La Atalaya del 15 de julio de 2002 dice en la página 27: “Como se trata de una sesión programada de enseñanza, la persona que imparte el curso de hecho lo preside, de modo que, en tales circunstancias, este se convierte en una extensión de la congregación. Si una Testigo bautizada dirigiera un estudio en presencia de un Testigo varón bautizado, debería cubrirse”. La pauta siempre es la misma, sin importar que el estudio se dirija dentro de la casa, en la puerta o en cualquier otro lugar.
(1 Corintios 11:3-10) Pero quiero que sepan que la cabeza de todo varón es el Cristo; a su vez, la cabeza de la mujer es el varón; a su vez, la cabeza del Cristo es Dios. 4 Todo varón que ora o profetiza con algo sobre la cabeza avergüenza su cabeza; 5 pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta avergüenza su cabeza, porque es una y la misma cosa como si fuera [mujer] con la cabeza rapada. 6 Porque si la mujer no se cubre, que también se trasquile; pero si le es vergonzoso a la mujer ser trasquilada o rapada, que se cubra. 7 Porque el varón no debe tener cubierta la cabeza, puesto que es la imagen y gloria de Dios; pero la mujer es la gloria del varón. 8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón; 9 y, más aún, el varón no fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 10 Por eso la mujer debe tener una señal de autoridad sobre la cabeza, debido a los ángeles.
Pero ¿y si el estudio aún no se ha establecido? En ese caso no es necesario que la publicadora se cubra la cabeza, incluso si el propósito de la revisita es demostrar en qué consiste un curso bíblico o analizar parte de una publicación diseñada para dar clases bíblicas. Como los estudios que se dirigen en las puertas por lo general se establecen poco a poco y tras varias revisitas, los publicadores deben ejercer buen juicio y tener en cuenta las circunstancias a la hora de determinar cuándo debe una hermana cubrirse la cabeza.
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Lo primero que quizá se pregunte alguien cuando un publicador llega a su casa es quién es y para qué está allí. A fin de sacarlo de dudas, algunos publicadores suelen aclarar enseguida la razón de su visita. Tras saludar a la persona, dicen algo como: “Estoy ofreciendo un curso gratuito de la Biblia” o “Vine para tratar con usted un problema que les preocupa a muchos vecinos: la delincuencia”, y luego le plantean una pregunta sencilla. Una vez que la persona sabe cuál es la razón de la visita, es más probable que esté dispuesta a seguir escuchando el mensaje.
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Anuario 2013 página 91, párrafo 2, a página 92, párrafo 1,
Primeros discípulos karen
Cierto día de 1940, una precursora llamada Ruby Goff se hallaba predicando en Insein, un pequeño pueblo a las afueras de Yangón. Como no encontraba mucho interés, oró: “Jehová, por favor, permíteme hallar una oveja antes de volver a casa”. En el siguiente hogar, conoció a Hmwe Kyaing, una mujer karen que pertenecía a la Iglesia Bautista y que aceptó con gusto el mensaje del Reino. Casi de inmediato, ella y sus hijas, Chu May (Daisy) y Hnin May (Lily), comenzaron a estudiar la Biblia y a progresar en sentido espiritual. Aunque Hmwe Kyaing falleció poco después, Lily, su hija menor, llegó a ser la primera persona de la etnia karen que se bautizó como testigo de Jehová. Luego, su hermana Daisy también se bautizó. Lily y Daisy llegaron a ser precursoras entusiastas y dejaron tras de sí un legado que aún perdura. Hoy día, un gran número de sus descendientes y estudiantes de la Biblia sirven a Jehová en Myanmar y otros países.

Anuario 2013 páginas 108 y 109
Jehová nos abrió el camino
MAURICE RAJ
AÑO DE NACIMIENTO 1933
AÑO DE BAUTISMO 1949
OTROS DATOS Ha dedicado más de cincuenta años al servicio de tiempo completo, la mayor parte de estos como superintendente de sucursal en Myanmar. Aún es miembro del Comité de Sucursal.*
* La biografía del hermano Raj se publicó en La Atalaya del 1 de diciembre de 2010.
* EN 1988, violentas protestas sacudieron Yangón. Miles de personas se lanzaron a las calles exigiendo reformas políticas. La nación se hallaba en una situación crítica, y el ejército dio un golpe de estado e impuso la ley marcial en casi todo el país. Muchos de los manifestantes perdieron la vida.
Eso ocurrió justo en el mes que debíamos enviar el informe anual de la sucursal a la sede mundial en Nueva York. No obstante, todas las vías de comunicación habían sido interrumpidas y no encontrábamos la manera de enviarlo. Entonces me enteré de que la embajada de Estados Unidos estaba despachando su correspondencia diplomática fuera del país por helicóptero. Se me ocurrió que nuestro informe podría incluirse en esa correspondencia, así que me puse mi mejor traje y mi mejor corbata y me fui a la embajada.
Mientras conducía por las calles empapadas por la lluvia, noté una calma extraña en la ciudad. De repente me encontré con una enorme barricada de troncos en el camino, de modo que estacioné el auto y seguí a pie.
Al ir acercándome a la embajada, vi que había cientos de personas pidiendo a gritos que las dejaran entrar, pero los soldados, con expresión seria, bloqueaban el portón de entrada. Me detuve un instante e hice una oración en silencio. Un estudiante vio que yo iba bien vestido y gritó: “¡Este hombre debe ser de la embajada!”. Ante eso, tuve que abrirme paso a través del gentío hasta que por fin logré llegar al portón, donde un enorme soldado me miró con desconfianza.
—¿Quién es usted y qué quiere? —preguntó bruscamente.
—Quiero ver al embajador —le respondí—. Necesito enviar un mensaje muy importante a Estados Unidos.
El soldado me miró fijamente un rato. De repente, abrió el portón, tiró de mí y volvió a cerrarlo de golpe para que nadie más entrara.
—Sígame —gruñó.
Una vez en la puerta de la embajada, el soldado me dejó con un funcionario que se veía aburrido y que volvió a preguntarme qué quería.
Entonces le expliqué: “Vengo de la sucursal de la Sociedad Watch Tower. Traigo un informe muy importante que debe llegar este mes a nuestra sede mundial en Nueva York. ¿Podría incluirlo en su correspondencia oficial?”. Y extendiéndole mi valioso sobre, dije: “Lo lamento, pero no tengo sello postal”.
Un tanto desconcertado, el funcionario me hizo varias preguntas y luego me aseguró que enviaría el informe. Más tarde supe que había llegado a Nueva York a tiempo.
Cántico 56
Oye mi oración
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Atalaya: 
Cántico 27
"Ponte del lado de Jehova"

Párrafo 2
Gálatas 6:5 Porque cada uno llevará su propia carga de responsabilidad.
Párrafo 3
Efesios 4:28 El que hurta, ya no hurte más, sino, más bien, que haga trabajo duro, haciendo con las manos lo que sea buen trabajo, para que tenga algo que distribuir a alguien que tenga necesidad.
Párrafo 4
Proverbios 21:5 Los planes del diligente propenden de seguro a ventaja, pero todo el que es apresurado se encamina de seguro a la carencia.
Romanos 12:3 Pues por la bondad inmerecida que se me ha dado digo a cada uno que está allí entre ustedes que no piense más de sí mismo de lo que sea necesario pensar; sino que piense de tal modo que tenga juicio sano, cada uno según le haya distribuido Dios una medida de fe.
1 Pedro 4:7 Pero el fin de todas las cosas se ha acercado. Sean de juicio sano, por lo tanto, y sean vigilantes en cuanto a oraciones.
Párrafo 5
Salmo 51:5 ¡Mira! Con error fui dado a luz con dolores de parto, y en pecado me concibió mi madre.
Romanos 3:23 Porque todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios,
2 Corintios 4:4 entre quienes el dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para que no pase [a ellos] la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios.
Tito 3:3 Porque hasta nosotros en un tiempo éramos insensatos, desobedientes, extraviados, esclavizados a diversos deseos y placeres, ocupados en maldad y envidia, aborrecibles, y nos odiábamos unos a otros.
Proverbios 14:12 Existe un camino que es recto ante el hombre, pero los caminos de la muerte son su fin después.
Párrafo 6
Deuteronomio 32:4 La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él.
2 Timoteo 1:7 Porque Dios no nos dio un espíritu de cobardía, sino de poder y de amor y de buen juicio.
Párrafo 7
Salmo 127:3 ¡Miren! Los hijos son una herencia de parte de Jehová; el fruto del vientre es un galardón.
Efesios 6:4 Y ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová.
Párrafo 9
Jeremías 17:9 ”El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado. ¿Quién puede conocerlo?
Isaías 55:8, 9 “Porque los pensamientos de ustedes no son mis pensamientos, ni son mis caminos los caminos de ustedes —es la expresión de Jehová—. 9 Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que los caminos de ustedes, y mis pensamientos que los pensamientos de ustedes.
Párrafo 10
Proverbios 3:5, 6 Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. 6 En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas.
Párrafo 11
Hebreos 5:13, 14 Porque todo el que participa de leche no conoce la palabra de la justicia, porque es pequeñuelo. 14 Pero el alimento sólido pertenece a personas maduras, a los que mediante el uso tienen sus facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto.
Párrafo 12
2 Corintios 6:3, 4 De ninguna manera estamos dando causa alguna para tropiezo, para que no se encuentre falta en nuestro ministerio; 4 antes bien, de toda manera nos recomendamos como ministros de Dios, por el aguante de mucho, por tribulaciones, por necesidades, por dificultades,
Lucas 16:10 La persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho, y la persona injusta en lo mínimo es injusta también en lo mucho.
1 Corintios 10:31 Por esto, sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de Dios.
Párrafo 13
Filipenses 2:13 porque Dios es el que, por causa de [su] beneplácito, está actuando en ustedes a fin de que haya en ustedes tanto el querer como el actuar.
Párrafo 14
Romanos 7:18 Porque sé que en mí, es decir, en mi carne, nada bueno mora; porque la facultad de desear está presente conmigo, pero la facultad de obrar lo que es excelente no está [presente].
Romanos 7:22-25 Verdaderamente me deleito en la ley de Dios conforme al hombre que soy por dentro, 23 pero contemplo en mis miembros otra ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24 ¡Hombre desdichado que soy! ¿Quién me librará del cuerpo que está padeciendo esta muerte? 25 ¡Gracias a Dios mediante Jesucristo nuestro Señor! Así pues, con [mi] mente yo mismo soy esclavo a la ley de Dios, pero con [mi] carne a la ley del pecado.
Filipenses 4:13 Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.
Párrafo 15
1 Reyes 18:21 Entonces Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: “¿Hasta cuándo irán cojeando sobre dos opiniones diferentes? Si Jehová es el Dios [verdadero], vayan siguiéndolo; pero si Baal lo es, vayan siguiéndolo a él”. Y el pueblo no dijo una palabra en respuesta a él.
Josué 24:15 Ahora, si es malo a sus ojos servir a Jehová, escójanse hoy a quién quieren servir, si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados que estaban al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra están morando. Pero en cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos a Jehová”.
Josué 5:6 Porque los hijos de Israel habían andado cuarenta años en el desierto, hasta que se hubo acabado toda la nación de los hombres de guerra que habían salido de Egipto [y] que no habían escuchado la voz de Jehová, a quienes Jehová juró que nunca les dejaría ver la tierra que Jehová había jurado a sus antepasados darnos, una tierra que mana leche y miel.
Párrafo 18
2 Pedro 3:13 Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en estos la justicia habrá de morar.
Romanos 12:2 Y cesen de amoldarse a este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios.
2 Corintios 13:5 Sigan poniéndose a prueba para ver si están en la fe, sigan dando prueba de lo que ustedes mismos son. ¿O no reconocen que Jesucristo está en unión con ustedes? A no ser que estén desaprobados.
Hebreos 10:38, 39 “Pero mi justo vivirá a causa de la fe”, y, “si se retrae, mi alma no se complace en él”. 39 Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.

Cántico 83
El valor del autodominio
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PFC777

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