lunes, 3 de marzo de 2014

SEMANA DEL 3 DE MARZO 2014

CANTICO 112
“JEHOVA NUESTRO GRAN DIOS”
ESTUDIO BIBLICO DE CONGREGACION
(cl cap. 3 parrs. 19-21 y recuadro de la pag. 34.)

¿Cómo podemos ser santos en sentido relativo a pesar de nuestra imperfección?
19 = Lo mismo sucede hoy. Las ofrendas realizadas en el altar de Jerusalén fueron meras sombras de algo mayor: el sacrificio perfecto de Jesucristo en el año 33 E.C. (Hebreos 9:11-14.) Recibimos el perdón de los pecados si nos arrepentimos con sinceridad, nos enmendamos y ciframos fe en dicho sacrificio (1 Juan 2:2). Así pues, nosotros también podemos tener una condición pura ante Dios. De ahí que el apóstol Pedro nos recuerde: “Está escrito: ‘Tienen que ser santos, porque yo soy santo’” (1 Pedro 1:16). Observe que Jehová no dijo que debíamos ser tan santos como él. Nunca nos pide imposibles (Salmo 103:13, 14). Nos dice, más bien, que seamos santos porque él lo es. “Como hijos amados”, tratamos de imitarlo lo mejor que nos permite la imperfección (Efesios 5:1). La santificación es un proceso constante. Al ir creciendo nuestra espiritualidad, tratamos día a día de seguir “perfeccionando la santidad” (2 Corintios 7:1).
a) ¿Por qué es importante tener presente que podemos estar limpios a los ojos del Dios santo? b) ¿Qué efecto tuvo en Isaías conocer que sus pecados habían sido expiados?
20 = Jehová ama la rectitud y la pureza, pero odia el pecado (Habacuc 1:13). Sin embargo, no nos odia a nosotros. Nos perdona siempre que mantengamos su criterio sobre el pecado -es decir, mientras aborrezcamos el mal y amemos el bien- y luchemos por seguir los pasos perfectos de Cristo (Amós 5:15; 1 Pedro 2:21). Saber que podemos estar limpios a los ojos del Dios santo tiene un profundo efecto en nosotros. Tengamos presente que, al principio, la santidad divina le recordó a Isaías su propia impureza, por lo que exclamó: “¡Ay de mí!”. Pero al comprender que sus pecados habían sido expiados, cambió de actitud. Así, cuando Jehová solicitó un voluntario, el profeta, aun sin saber en qué consistiría la misión, respondió al instante: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí” (Isaías 6:5-8).
¿Qué razones hay para estar seguros de que nos es posible cultivar la santidad?
21 = Estamos hechos a la imagen del Dios santo, quien nos ha dotado de cualidades morales y facultades espirituales (Génesis 1:26). Efectivamente, tenemos la capacidad de cultivar la santidad. Si seguimos haciéndolo, Jehová se complacerá en ayudarnos y, mientras tanto, nos acercaremos cada vez más a él. Cuando estudiemos sus cualidades en los siguientes capítulos, veremos que existen muchas razones de peso para acercarnos a Dios.
[Nota]
La expresión “inmundo de labios” es acertada, pues la Biblia a menudo emplea el término labios en sentido figurado con referencia al habla o el idioma. Buena parte de los pecados que cometemos los seres humanos imperfectos está relacionada con el uso de la facultad del habla (Proverbios 10:19; Santiago 3:2, 6).
Preguntas para meditar
Levítico 19:1-18 ¿Qué principios hemos de aplicar para que nuestra conducta sea santa?
Deuteronomio 23:9-14 ¿Qué relación hay entre limpieza física y santidad? ¿Cómo debe repercutir este hecho en el arreglo personal y de la casa?
Romanos 6:12-23; 12:1-3 Si procuramos ser santos, ¿cómo debemos ver el pecado y las influencias mundanas?
Hebreos 12:12-17 ¿Cómo vamos en pos de la santificación?
Escuela del ministerio teocrático
Lectura de la Biblia 36 – 39 y Puntos Sobresalientes
 Gén. 38:26. Judá no actuó bien con Tamar, su nuera viuda. Aun así, cuando se le hizo ver que era el responsable de su embarazo, Judá admitió el error con humildad. Nosotros también debemos estar dispuestos a reconocer los errores.
 Gén. 39:9. La respuesta que dio José a la esposa de Potifar indica que su forma de pensar se amoldaba a lo que pensaba Dios sobre la moralidad y que los principios piadosos guiaban su conciencia. ¿No deberíamos nosotros esforzarnos por lograr el mismo objetivo mientras crecemos en el conocimiento exacto de la verdad?

·        GEN. 36:1 EDOM = (Rojo), EDOMITAS.
Edom era el sobrenombre que recibió Esaú, el hermano gemelo de Jacob, debido a que vendió su primogenitura por un guisado rojo. (Gé 36:1; 25:30-34.) Casualmente, Esaú era muy rubicundo cuando nació (Gé 25:25) y algunas de las regiones en donde él y sus descendientes se establecieron más tarde se distinguieron por su color rojizo.
·        GEN. 37:33.  Algo que también nos ayuda a entender el precio emocional que pagó Jehová es un suceso que vivió Jacob. José era su hijo más querido, pero los demás hijos le tenían envidia y lo odiaban. Un día, el patriarca le mandó que fuera a ver cómo estaban sus hermanos, quienes pastoreaban el rebaño a unos 100 kilómetros (60 millas) al norte de su hogar en Hebrón. A pesar de los malos sentimientos que le tenían, José obedeció de buena gana. ¡Imagínese qué dolor sintió Jacob cuando ellos regresaron con la ropa del joven ensangrentada! Al verla exclamó: “¡Es la larga prenda de vestir de mi hijo! ¡Una feroz bestia salvaje debe de haberlo devorado! ¡De seguro ha sido despedazado José!”. Aquello lo dejó destrozado y estuvo de duelo muchos días (Gén. 37:33, 34). Es cierto que Jehová no reacciona igual que los seres humanos imperfectos. Pero este suceso nos permite hacernos una idea de cómo tuvo que sentirse al ver que torturaban y ejecutaban atrozmente a su amado Hijo en la Tierra.

GEN.38:15 ¿Qué circunstancias llevaron a Judá a tener relaciones sexuales con una mujerque tomó por ramera, según Génesis 38:15, 16?
Aunque Judá tuvo relaciones sexuales con una mujer que tomó por prostituta, ella en realidad no lo era. Veamos qué sucedió, según se expone en el capítulo 38 de Génesis.
Antes de que el primogénito de Judá tuviera hijos con su esposa Tamar, se le dio muerte porque “resultó malo a los ojos de Jehová” (Génesis 38:7). En aquel tiempo era costumbre contraer matrimonio de cuñado, lo cual exigía que cuando un hombre muriera sin herederos, su hermano se encargara de perpetuar su linaje. Pero el segundo hijo de Judá, Onán, no quiso cumplir con su obligación. Como consecuencia, murió cuando se ejecutó la sentencia divina contra él. Judá entonces hizo que su nuera Tamar volviera al hogar de su padre hasta que Selah, su tercer hijo, tuviera suficiente edad para casarse con ella. Sin embargo, pasaron los años, y Judá no dio su hijo en matrimonio a Tamar. De modo que, cuando la esposa de Judá murió, Tamar ideó un plan a fin de conseguir un heredero por medio de Judá, el israelita que había sido su suegro. Lo hizo disfrazándose de prostituta de templo y sentándose en el camino por donde sabía que pasaría Judá.
Como no reconoció a Tamar, Judá tuvo relaciones con ella. Sagazmente, ella consiguió que él, a cambio, le diera algunos objetos como garantía de pago, y los utilizó posteriormente para probar que él la había dejado encinta. Cuando se reveló la verdad, Judá no la culpó, sino que dijo con humildad: “Ella es más justa que yo, por razón de que yo no la di a Selah mi hijo”. Y muy apropiadamente, “no volvió a tener más coito con ella” (Génesis 38:26).
Judá obró mal al no dar a Tamar a su hijo Selah como había prometido. Además, mantuvo relaciones íntimas con una mujer que tomó por prostituta de templo, lo cual iba en contra del propósito de Dios de que las relaciones sexuales se limitaran solo al matrimonio (Génesis 2:24). Pero en realidad, Judá no tuvo relaciones con una ramera, sino que inadvertidamente reemplazó a su hijo Selah en el matrimonio de cuñado y engendró hijos legítimos.
Respecto a Tamar, ella no obró de manera inmoral. A sus hijos gemelos no se les consideró hijos de fornicación. Cuando Boaz de Belén tomó a Rut, la moabita, en matrimonio de cuñado, los ancianos de Belén hablaron favorablemente del hijo de Tamar, Pérez, al decir a Boaz: “Llegue a ser tu casa como la casa de Pérez, que Tamar le dio a luz a Judá, de la prole que Jehová te dé de esta joven” (Rut 4:12). Pérez también está incluido entre los antepasados de Jesucristo (Mateo 1:1-3; Lucas 3:23-33).

GEN. 39:9   w13 15/2  4 = Por ejemplo, pensemos en Abrahán, Isaac y Jacob. Estos patriarcas y sus familias debieron conversar sobre cómo agradar a Jehová. Por eso no sorprende que José rechazara una proposición inmoral y así evitara “pecar contra Dios” (Gén. 39:7-9)

W07 15/10  23 = Cuando la esposa de aquel egipcio trató de seducir a José, aún no estaba escrito ningún libro de la Biblia ni se habían dado los Diez Mandamientos. No obstante, él reaccionó diciendo: “¿Cómo podría yo cometer esta gran maldad y realmente pecar contra Dios?” (Génesis 39:9). El motivo principal por el que respondió así no era el deseo de complacer a sus familiares, ya que estos vivían lejos. Lo que más quería era agradar a Dios, ya que conocía la norma divina: el matrimonio es una unión en la que solo hay lugar para un hombre y una mujer que forman “una sola carne”. Además, tuvo que haberse enterado del incidente de su abuela Rebeca con Abimélec. Cuando este rey descubrió que era una mujer casada, comprendió que ningún hombre de su reino debía unirse a ella, pues quien lo hiciera cometería un pecado y acarrearía culpa a su pueblo. Y Jehová dio su bendición, lo que reveló su punto de vista acerca del adulterio. Sin duda, el conocimiento que tenía José de estos asuntos contribuyó a que la voz de su conciencia resonara aún con más fuerza y lo moviera a rechazar la inmoralidad sexual (Génesis 2:24; 12:17-19; 20:1-18; 26:7-14).
Gen. 39:21 w02 15/5 14-17 = La bondad amorosa de Dios alivia y protege
11 Repasemos a continuación el capítulo 39 de Génesis, el cual tiene como protagonista a José, un bisnieto de Abrahán que fue vendido como esclavo y llevado a Egipto. No obstante, “Jehová resultó estar con José” (Gé 39 versículos 1, 2). De hecho, hasta su amo egipcio, Potifar, llegó a la conclusión de que Jehová lo respaldaba (Gé 39 versículo 3). Sin embargo, José se enfrentó a pruebas muy graves. Se le acusó falsamente de agresión sexual contra la esposa de Potifar, por lo que se le encarceló (Gé 39 versículos 7-20). Fue en “el hoyo carcelario” donde “con grilletes afligieron sus pies, en hierros entró su alma” (Génesis 40:15; Salmo 105:18).
12 ¿Qué ocurrió durante esa prueba especialmente dura? “Jehová continuó con José y siguió extendiéndole bondad amorosa.” (Gé 39 Versículo 21a.) Un acto concreto de bondad amorosa dio inicio a una serie de sucesos que a la larga lo aliviaron de sus sufrimientos. Jehová le otorgó “hallar favor a los ojos del oficial principal de la casa de encierro” (Gé 39 versículo 21b). Como consecuencia, este funcionario le dio un puesto de responsabilidad (Gé 39 versículo 22). Luego, José conoció al hombre que con el tiempo hablaría de él a Faraón, el rey de Egipto (Génesis 40:1-4, 9-15; 41:9-14). Este, a su vez, lo nombró segundo gobernante del país, lo que resultó en que llevara a cabo una labor salvadora cuando el hambre azotó la tierra egipcia (Génesis 41:37-55). Los sufrimientos de José comenzaron cuando tenía 17 años, y duraron más de doce (Génesis 37:2, 4; 41:46). Pero durante todo ese período de angustia y aflicción, Jehová Dios le manifestó bondad amorosa protegiéndolo del desastre total y conservándolo con vida para que desempeñara una función privilegiada en el propósito divino.

Núm. 1 = Génesis 37:1-17

Núm. 2: ¿Por qué no se condenará a los resucitados por lo que hicieron en el pasado? (rspág. 330 párr. 5)
¿Se resucitará a algunos solo para pronunciar juicio contra ellos y condenarlosentonces a la muerte segunda?
  ¿Qué significa Juan 5:28, 29? Allí dice: “Todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio”. Lo que Jesús dijo aquí debe entenderse a la luz de la revelación que dio más tarde a Juan. (Véase Revelación 20:12, 13, citado en la página 330.) Tanto los que en el pasado hicieron cosas buenas como los que practicaron cosas malas serán “juzgados individualmente según sus hechos”. ¿Qué hechos? Si fuéramos a adoptar el punto de vista de que la gente habría de ser condenada sobre la base de los hechos de su vida anterior, eso no estaría de acuerdo con Romanos 6:7: “El que ha muerto ha sido absuelto de su pecado”. Tampoco sería razonable resucitar a algunas personas sencillamente para destruirlas. Por eso, en Juan 5:28, 29a Jesús estaba señalando a la resurrección futura; después, en el resto del Jn 5 versículo 29, expresó el resultado final que habrá después que hayan sido elevados a la perfección humana y hayan sido sometidos a juicio.

Núm. 3: Abigail. Manifieste cualidades que honran a Jehová (it-1 págs. 22, 23, Abigail núm. 1)
Abigail = ([Mi] Padre Se Ha Regocijado).
Una de las esposas de David. Antes había estado casada con Nabal, un hombre rico de Maón, ciudad que se hallaba en el límite del desierto de Judá, al O. del mar Muerto. (1Sa 25:2, 3; Jos 15:20, 55.) Abigail era “buena en cuanto a discreción y hermosa en cuanto a forma”, mientras que Nabal, nombre que significa “Insensato; Estúpido”, era “áspero y malo en sus prácticas”.
Después de la muerte del profeta Samuel, David y sus hombres se mudaron a la región donde pastaban los rebaños del esposo de Abigail. Los hombres de David fueron como un “muro” protector alrededor de los pastores y rebaños de Nabal, tanto de noche como de día. Por eso, cuando llegó el tiempo de esquilar a las ovejas, David hizo que unos jóvenes subieran a Carmelo para llamar la atención de Nabal al buen servicio que se le había rendido y pedir que les diera algo de alimento. (1Sa 25:4-8, 15, 16.) Pero el avaro Nabal les gritó reprensiones e insultó a David, tratándole de persona despreciable, y a todos ellos, de esclavos fugitivos. (1Sa 25:9-11, 14.) Esto enfureció tanto a David que se ciñó la espada y condujo a unos cuatrocientos hombres hacia Carmelo para acabar con Nabal y con todo varón de su casa. (1Sa 25:12, 13, 21, 22.)
Cuando un siervo que estaba preocupado por lo sucedido le refirió este incidente, Abigail mostró su perspicacia al recoger inmediatamente un amplio suministro de alimento y grano y enviarlo con sus siervos delante de ella, tal como hiciera Jacob al salir al encuentro de Esaú. (1Sa 25:14-19; Gé 32:13-20.) Sin decir nada a su esposo, fue a encontrarse con David, a quien convenció mediante una súplica larga y ferviente, con la que dio muestras de sabiduría y lógica, así como de respeto y humildad, de que las palabras insensatas de Nabal no justificaban que se derramara sangre injustamente ni que no se esperara que Jehová mismo resolviera el asunto de la mejor manera. (1Sa 25:14-20, 23-31.) David dio gracias a Dios por el buen juicio y la acción presta de aquella mujer. (1Sa 25:32-35; compárese con Pr 25:21, 22; 15:1, 2.)
Una vez de regreso en su casa, Abigail esperó a que su esposo recobrara la sobriedad, pues se había emborrachado en un banquete, y luego le informó lo que ella había hecho. Entonces “el corazón de él llegó a estar muerto dentro de él, y él mismo quedó como una piedra”, y a los diez días Jehová hizo que muriera. Al recibir estas noticias, David envió una proposición de matrimonio a Abigail, que aceptó sin vacilar. Compartió el afecto de David con Ahinoam, una jezreelita a quien previamente David había tomado por esposa. Saúl ya había dado a su hija Mical, la primera esposa de David, a otro hombre. (1Sa 25:36-44.)
Abigail estuvo con David en Gat, en el extremo occidental de la Sefelá, y luego en la región NO. del Négueb, en Ziqlag. Durante la ausencia de David, hubo una incursión de amalequitas desde el sur. Quemaron Ziqlag y se llevaron a todas las mujeres y niños, entre ellos a Abigail y Ahinoam. Después que Jehová le aseguró que tendría éxito, David persiguió a los amalequitas con sus hombres y, en un ataque por sorpresa, los venció y recuperó a los cautivos y todos los bienes. (1Sa 30:1-19.)
Tres días después de haber regresado a Ziqlag, llegaron las noticias de la muerte de Saúl. (2Sa 1:1, 2.) Abigail acompañó a su esposo a Hebrón de Judá, donde se ungió rey a David. Allí le dio a luz un hijo, Kileab (2Sa 3:3), también llamado Daniel en 1 Crónicas 3:1. Durante su estancia en Hebrón, David llegó a tener seis esposas, pero en el relato ya no se vuelve a hacer mención de Abigail ni de su hijo. (2Sa 3:2-5.)

REUNION DE SERVICIO
CANTICO 117
NECESITAMOS LA INSTRUCCIÓN DIVINA

10 Min.  Algunas presentaciones
Cómo iniciar estudios bíblicos el primer sábado de marzo
“Lo estamos visitando brevemente con motivo de un acontecimiento que se celebrará el 14 de abril. Ese día es el aniversario de la muerte de Jesús. Algunas personas se reúnen para recordar la ocasión porque creen que su muerte fue muy significativa, pero otras no están tan seguras de su importancia. ¿Cree usted que la muerte de Jesús nos beneficia personalmente?” Permita que la persona responda. Luego muéstrele la última página deLa Atalaya del 1 de marzo y analice la información de la primera pregunta y al menos uno de los textos. Ofrézcale las revistas y quede en volver para examinar la siguiente pregunta.
LA ATALAYA 1 de marzo “Muchas personas se preguntan por qué Dios no hace nada por acabar con la injusticia y el sufrimiento del mundo. ¿Cree usted que es porque a él no le importa, o porque considera que a los seres humanos nos hace bien sufrir? [Permita que la persona responda. Luego lea Juan 3:16.] Aunque muchos citan este versículo para probar que sí le importamos a Dios, no saben exactamente cómo nos beneficia la muerte del Hijo de Dios. Esta revista explica cómo la muerte de Jesús hará posible el fin de la injusticia y el sufrimiento en la Tierra.”
¡Despertad Marzo “Estamos haciendo visitas breves con el deseo de aclarar una idea equivocada que mucha gente tiene sobre este versículo de la Biblia [lea Génesis 1:1]. Algunos creen que el universo fue creado, como dice aquí, pero otros no creen que haya sido así. ¿Usted qué opina? [Permita que la persona responda.] A muchos les cuesta creer en la creación porque los líderes religiosos enseñan algo que la Biblia en realidad no dice. Esta revista presenta la explicación lógica y creíble que da la Biblia sobre el comienzo del universo.”

10 Min. Necesidades de la Congregacion

10 Min. ¿Cómo nos fue? Mejore sus habilidades en el ministerio: lleve un registro de las personas interesadas
“Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza.” (1 Tim. 4:16.) Este consejo inspirado que el apóstol Pablo dio a Timoteo muestra que, seamos nuevos o experimentados, debemos esforzarnos por mejorar. Con este fin, Nuestro Ministerio del Reinocontendrá una nueva serie titulada “Mejore sus habilidades en el ministerio”. Cada artículo analizará una habilidad importante y ofrecerá sugerencias para desarrollarla. Se nos anima a todos a prestar especial atención a dicha habilidad durante el mes. Al cabo del mes, tendremos la oportunidad de explicar en una sección de la Reunión de Servicio los beneficios que hemos obtenido. En esta ocasión, se nos invita a concentrarnos en llevar un registro de las personas interesadas.
Por qué es importante. Nuestra comisión implica más que solo predicar: supone visitar de nuevo a quienes muestren interés y enseñarles la verdad, regando así las semillas que hemos plantado (Mat. 28:19201 Cor. 3:6-9). Para ello, tenemos que volver a encontrar a las personas, hablarles de lo que les importa y agregar algo nuevo apoyándonos en la conversación anterior. De ahí la necesidad de hacer un registro cuando encontremos a alguien interesado.
Cómo hacerlo:
  • Lleve en el bolso o maletín los útiles necesarios. Mantenga los registros impecables, ordenados y al día. Anote los datos justo al terminar la visita.
  • Apunte información sobre la persona, como su nombre y datos de contacto (dirección, número de teléfono, correo electrónico). ¿Qué cosas observó acerca de ella o su familia que sean relevantes?
  • Escriba los detalles de la conversación. ¿Qué textos leyó? ¿Qué dijo la persona sobre sus creencias? ¿Le dejó alguna publicación? Anote la hora, el día y la fecha de la visita.
  • Escriba lo que piensa hacer la próxima vez. ¿De qué tema prometió hablar? ¿Cuándo se comprometió a volver?
  • Actualice el registro cada vez que vuelva. No pasa nada si toma notas demás.
Intente esto durante el mes:
Cuando esté haciendo un registro, dígale a su compañero qué cosas está apuntando.

Cantico 95
GUSTEN Y VEAN QUE JEHOVA ES BUENO
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ESTUDIO DE LA ATALAYA
CANTICO 106
LA AMISTAD CON JEHOVA
Adoremos a Jehová, el Rey de la eternidad
“Al Rey de la eternidad [...] sea honra y gloria para siempre.” (1 TIM. 1:17)
¿QUÉ CONTESTARÍA?
¿Por qué nos atrae la manera de gobernar de Jehová?
¿Cómo ha demostrado siempre Jehová interés y amor por su familia humana?
¿Qué lo motiva a usted a adorar al Rey de la eternidad?
EL REY Sobhuza II de Suazilandia reinó por casi sesenta y un años. Sin duda, es todo un logro para un hombre gobernar por tanto tiempo. Ahora bien, existe un rey que no está limitado por la corta vida del ser humano. Tanto es así que la Biblia lo llama “Rey de la eternidad” (1 Tim. 1:17). Y un salmista declaró el nombre de este Soberano al decir: “Jehová es Rey [...] para siempre” (Sal. 10:16).
2 La duración de su reinado diferencia a Jehová de cualquier rey humano. No obstante, lo que nos atrae es su manera de gobernar. En el antiguo Israel, un rey que estuvo cuarenta años en el trono alabó a Dios con estas palabras: “Jehová es misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa. Jehová mismo ha establecido firmemente su trono en los cielos mismos; y sobre toda cosa su propia gobernación real ha tenido la dominación” (Sal. 103:8, 19). Pero Jehová no es solo nuestro Rey, sino también nuestro querido Padre celestial. ¿De qué manera ha actuado como Padre? ¿Y cómo ha ejercido su gobierno desde la rebelión de Edén? Las respuestas a estas dos preguntas nos acercarán más a él y nos impulsarán a servirle de todo corazón.

EL REY DE LA ETERNIDAD FORMA UNA FAMILIA UNIVERSAL
3 ¡Cuánta alegría debió sentir Jehová al crear a su Hijo unigénito! No trató a su primogénito, el primer miembro de su familia, como a un simple súbdito. Todo lo contrario, lo amó como a un Hijo y lo invitó a participar en la creación de otros súbditos perfectos (Col. 1:15-17). Así es, juntos crearon millones de ángeles. Estos siervos de Dios, descritos como “ministros suyos, que hacen su voluntad”, le sirven con gozo, y Jehová los dignifica llamándolos hijos. Ellos forman parte de su familia universal (Sal. 103:20-22; Job 38:7).
4 Una vez creados los cielos y la Tierra físicos, Jehová agrandó su familia universal. Después de hacer de nuestro planeta un lugar precioso y capaz de sostenerse por sí mismo, coronó su obra con la creación del primer hombre, Adán, a su imagen y semejanza (Gén. 1:26-28). Como Creador, tenía el derecho de esperar que Adán le obedeciera. Y como Padre, transmitió sus instrucciones con amor y bondad. Esas instrucciones eran razonables, no los privaban de su libertad (lea Génesis 2:15-17).
5 A diferencia de muchos reyes humanos, a Jehová le gusta delegar responsabilidades en sus súbditos y así demostrarles que confía en ellos como miembros de su familia. A Adán, por ejemplo, le dio autoridad sobre los animales y le encargó la emocionante tarea de ponerles nombre (Gén. 1:26; 2:19, 20). Por otro lado, para poblar el planeta, Dios pudo haber creado millones de seres humanos perfectos por separado, pero prefirió hacerle a Adán un complemento perfecto: una mujer, Eva (Gén. 2:21, 22). Así le dio a la pareja la oportunidad de llenar la Tierra con sus descendientes. En condiciones perfectas, los seres humanos extenderían los límites del Paraíso hasta que abarcara todo el globo terráqueo. Entonces, junto con los ángeles en los cielos, adorarían a Dios para siempre como una familia universal unida. ¡Qué magnífico porvenir! ¡Y qué prueba del amor paternal que nos tiene Jehová!

SUS HIJOS SE REBELAN CONTRA SU AUTORIDAD
6 Por desgracia, en vez de aceptar a Jehová como su Soberano, Adán y Eva prefirieron unirse a Satanás, un hijo espiritual de Dios que se hizo rebelde (Gén. 3:1-6). Pero vivir apartados del gobierno divino solo les trajo dolor, sufrimiento y muerte tanto a ellos como a sus descendientes (Gén. 3:16-19; Rom. 5:12). A Jehová ya no le quedaban súbditos obedientes en la Tierra. ¿Significaba eso que ya no estaba al mando, que había renunciado a ser el Soberano de la Tierra y sus habitantes? ¡Claro que no! Dios siguió ejerciendo su autoridad al echar del jardín de Edén a nuestros primeros padres y colocar querubines a la entrada para evitar que volvieran (Gén. 3:23, 24). Al mismo tiempo, demostró su amor de padre asegurando que cumpliría su propósito de tener una familia universal de hijos fieles, tanto espirituales como humanos. Prometió que vendría una “descendencia” que acabaría con Satanás y con los efectos del pecado de Adán (leaGénesis 3:15).
7 En los siglos posteriores, algunos hombres, como Abel y Enoc, eligieron ser leales a Jehová. Sin embargo, la mayoría de la gente lo rechazó como su Padre y Rey. Para los días de Noé, “la tierra se [había llenado] de violencia” (Gén. 6:11). ¿Quiere decir esto que Jehová había dejado de tener el control de los asuntos humanos? ¿Qué revela la historia bíblica?
8 Fijémonos en el relato de Noé. Jehová le dio instrucciones y planos detallados para construir un arca inmensa que los salvaría a él y a su familia inmediata. Dios también demostró gran amor por toda su familia humana al comisionar a Noé como “predicador de justicia” (2 Ped. 2:5). Sin duda, este advirtió a las personas de la destrucción que se acercaba y les rogó que se arrepintieran, pero nadie le hizo caso. Por décadas, él y los suyos vivieron rodeados de gente terriblemente violenta e inmoral. Jehová, como Padre amoroso, protegió y bendijo a aquella fiel familia de ocho miembros. Al traer el diluvio universal en el año 2370 antes de la era común (a.e.c.), confirmó que tenía pleno dominio sobre los hombres y ángeles rebeldes. Está claro que seguía al mando (Gén. 7:17-24).

JEHOVÁ SIGUE REINANDO DESPUÉS DEL DILUVIO
9 Noé y su familia salieron del arca, llenaron sus pulmones de aire fresco y dieron sus primeros pasos en la Tierra ya limpia. Jehová los había cuidado y protegido. ¡Qué agradecidos le estaban! Enseguida, Noé hizo un altar para ofrecerle sacrificios. Dios los bendijo a él y a los suyos, y les dio esta comisión: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra” (Gén. 8:20–9:1). Una vez más, la humanidad tenía la oportunidad de adorar a Jehová unida y poblar este planeta.
10 Pero el Diluvio no acabó con la imperfección. Tampoco libró a los hombres de la influencia invisible de Satanás y sus demonios. Por eso, al cabo de poco tiempo, la rebelión contra el bondadoso dominio de Jehová volvió a surgir. Nemrod, bisnieto de Noé, desafió la soberanía divina a una escala sin precedentes; la Biblia lo define como “un poderoso cazador en oposición a Jehová”. Fundó grandes ciudades, como Babel, y se proclamó rey de “la tierra de Sinar” (Gén. 10:8-12). ¿Qué medidas tomó el Rey de la eternidad contra este rey rebelde que intentaba frustrar su propósito de llenar la Tierra? Dios hizo que la gente hablara en diferentes lenguas. ¿Qué logró con esto? Que, al no entenderse unos a otros, los seguidores de Nemrod se vieran obligados a dispersarse “por toda la superficie de la tierra”. Eso sí, se llevaron con ellos sus prácticas religiosas falsas y sistemas de gobierno humanos (Gén. 11:1-9).
11 Aunque después del Diluvio la mayoría de la gente adoraba a dioses falsos, algunos hombres fieles continuaron honrando a Dios. Uno de ellos fue Abrahán, quien dejó atrás las comodidades de su hogar en la ciudad de Ur y pasó muchos años viviendo en tiendas (Gén. 11:31; Heb. 11:8, 9). Puesto que llevaba una vida nómada, viajaba por regiones dominadas por distintos reyes, muchos de los cuales vivían en ciudades amuralladas. Pero Jehová los protegió a él y a su familia como un padre. El salmista lo expresó así: “No permitió que ningún humano los defraudara, antes bien, a causa de ellos censuró a reyes” (Sal. 105:13, 14). Y por lealtad a su amigo Abrahán, Dios le prometió: “Reyes saldrán de ti” (Gén. 17:6; Sant. 2:23).
12 Dios les repitió a Isaac y a Jacob, el hijo y el nieto de Abrahán, respectivamente, la promesa de bendecirlos. Tal bendición incluiría que de su descendencia salieran reyes (Gén. 26:3-5; 35:11). Ahora bien, antes de que aparecieran estos reyes, los descendientes de Jacob llegaron a ser esclavos en Egipto. ¿Significó esto que Jehová no iba a cumplir su promesa y que había renunciado a ser el Soberano de la Tierra? Por supuesto que no. A su debido tiempo, demostró su poder y dejó claro que su autoridad era muy superior a la del testarudo faraón. Y como los israelitas confiaron en él, los liberó de manera espectacular a través del mar Rojo. No hay duda, Jehová seguía siendo el Soberano del universo. Y, como Padre amoroso, usó su inmenso poder para proteger a su pueblo (leaÉxodo 14:13, 14).

JEHOVÁ LLEGA A SER REY DE ISRAEL
13 Inmediatamente después de su milagrosa liberación, los israelitas alabaron a Jehová con una canción de victoria. Esta canción, que se registra en el capítulo 15 de Éxodo, incluye en el versículo 18 la siguiente declaración: “Jehová reinará hasta tiempo indefinido, aun para siempre”. En efecto, Jehová llegó a ser Rey de aquella nueva nación (Deut. 33:5). Sin embargo, el pueblo no se conformó con tener a Jehová como su Gobernante invisible. Unos cuatrocientos años después de salir de Egipto, le pidieron a Dios que les diera un rey humano, como lo tenían las naciones paganas que los rodeaban (1 Sam. 8:5). Aunque les concedió su petición, en realidad Jehová nunca dejó de ser su Rey. Así lo demuestra lo que ocurrió durante el reinado de David, el segundo rey humano que tuvo Israel.
14 David llevó la sagrada arca del pacto a Jerusalén. Durante esta alegre ocasión, los levitas entonaron una canción de alabanza que incluía estas palabras: “Digan entre las naciones: ‘¡Jehová mismo ha llegado a ser rey!’” (1 Crón. 16:31). ¡Qué declaración tan interesante! Ahora bien, si Jehová es el Rey de la eternidad, ¿cómo puede en ciertos momentos llegar a ser Rey? Pues bien, Jehová llega a ser Rey cuando, en un momento determinado o para encargarse de alguna situación, hace uso de su autoridad directamente o asigna a alguien para que lo represente. Este aspecto de su soberanía tiene una trascendencia de largo alcance. Antes de que David muriera, Jehová le prometió que su reinado continuaría indefinidamente: “Levantaré tu descendencia después de ti, que saldrá de tus entrañas; y realmente estableceré con firmeza su reino” (2 Sam. 7:12, 13). Y así fue: al cabo de más de mil años apareció esa “descendencia” de David. ¿De quién se trataba, y cuándo se convertiría en Rey?
JEHOVÁ NOMBRA UN NUEVO REY
15 En el año 29 de la era común (e.c.), Juan el Bautista comenzó a predicar que “el reino de los cielos se [había] acercado” (Mat. 3:2). Cuando Jesús fue bautizado por Juan, Jehová lo ungió como el Mesías prometido y el futuro Rey del Reino de Dios. Y expresó su cariño paternal por él al decir: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado” (Mat. 3:17).
16 Jesús glorificó a su Padre durante todo su ministerio (Juan 17:4). Hizo esto al proclamar el Reino de Dios (Luc. 4:43). Incluso enseñó a sus seguidores a pedir en oración que viniera ese Reino (Mat. 6:10). Como futuro Rey, Jesús pudo decirles a sus enemigos: “El reino de Dios está en medio de ustedes” (Luc. 17:21). Más adelante, la noche antes de su muerte, Jesús celebró un pacto con sus seguidores, “un pacto [...] para un reino”. De ese modo les ofreció a algunos de sus fieles discípulos la oportunidad de reinar con él en el Reino de Dios (lea Lucas 22:28-30).
17 ¿Cuándo llegaría Jesús a ser Rey del Reino de Dios? No pudo ser justo después de celebrar el pacto con sus discípulos. La tarde siguiente, él fue ejecutado y sus discípulos se dispersaron (Juan 16:32). Sin embargo, al igual que en ocasiones pasadas, Jehová seguía al mando. Al tercer día resucitó a su Hijo, y, en el Pentecostés del año 33, Jesús estableció un reino espiritual sobre la congregación cristiana de sus hermanos ungidos (Col. 1:13). Pero aún tendría que esperar algún tiempo para asumir por completo su poder real sobre la Tierra como la prometida “descendencia”. Jehová le dijo: “Siéntate a mi diestra hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies” (Sal. 110:1).

ADOREMOS AL REY DE LA ETERNIDAD
18 Por milenios, la autoridad real de Jehová ha sido desafiada en el cielo y en la Tierra. No obstante, él nunca renunció a su soberanía: siempre siguió al mando. Y, como Padre amoroso, protegió y cuidó a súbditos leales como Noé, Abrahán y David. ¿Verdad que esto nos motiva a someternos y acercarnos a nuestro Rey?
19 Ahora bien, ¿cómo ha llegado Jehová a ser Rey en la actualidad? ¿Cómo podemos ser súbditos leales de su Reino y convertirnos en hijos perfectos de su familia universal? ¿Qué estamos pidiendo en realidad cuando decimos “Venga tu reino”? Estas preguntas se contestarán en el próximo artículo.
CANTICO 46
JEHOVA ES NUESTRO REY

PFC777

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