LOS 350 DÍAS DE ISRAEL MÁS 40 DÍAS DE JUDÁ = 390 DÍAS DEL ERROR COMETIDO

13. ¿Por cuántos días habría de acostarse Ezequiel sobre su lado izquierdo ante el ladrillo grabado, y con qué propósito en mira?

13 El hecho de que la destrucción de Jerusalén habría de ser en castigo por el error religioso de su pueblo escogido Jehová se lo declaró directamente a Ezequiel, que estaba representando el sitio de Jerusalén, diciendo: “Y en cuanto a ti, acuéstate sobre tu lado izquierdo, y tienes que poner el error de la casa de Israel sobre él. Por el número de los días que te acostarás sobre él llevarás el error de ellos. Y yo mismo tengo que darte los años de su error hasta el número de trescientos noventa días, y tienes que llevar el error de la casa de Israel. Y tienes que completarlos.”—Ezequiel 4:4-6.

14. ¿Por qué habría de considerarse a Jerusalén responsable por el error de “la casa de Israel” por 390 días?

14 Por esto Ezequiel habría de indicar, no la largura del sitio venidero de Jerusalén, sino el año exacto en el cual habría de ser destruida la ciudad, al fin de su sitio. Aquí la expresión “la casa de Israel” representa al reino septentrional o norteño de las diez tribus rebeldes de Israel, que no reconocían a Jerusalén como su capital. Sin embargo, a Jerusalén se le consideraba responsable del error religioso del reino septentrional de Israel, porque, desde los años finales del rey Salomón, aquella ciudad había dado a todas las tribus de Israel, las doce, un ejemplo religioso malo, que llevaba a la idolatría.

15. ¿Cómo estuvo implicado el rey Roboam en el “error” del reino septentrional de Israel? Por eso, ¿se zanjó con Jehová el asunto de rendir cuentas cuando Samaria fue destruida en 740 a. de la E.C.?

15 También, el hijo y sucesor del rey Salomón, Roboam, no había tratado bondadosamente con los motivos de queja de las diez tribus que se quejaban. De modo que las había impelido a sublevarse y las había alejado de Jerusalén como centro de la adoración de Jehová. Por consiguiente Jerusalén no estaba libre de culpa tocante al error religioso del reino septentrional de Israel. Este reino rebelde de Israel no duró trescientos noventa (390) años desde su comienzo en 997 a. de la E.C., porque fue destruido por la Potencia Mundial Asiria alrededor del año 740 a. de la E.C. Aunque esto sirvió de castigo directo por apartarse de la adoración de Jehová como Dios, la destrucción del reino septentrional de Israel, con su capital final en Samaria, no zanjó el asunto en lo que tocaba a Jehová. Todavía quedaba algo que zanjar en las cuentas de la capital madre, Jerusalén. ¿Cuándo habría de zanjarse esto?

16. ¿Cuándo habría de zanjarse el asunto de rendir cuentas por el “error” del reino septentrional de Israel?

16 Al fin de trescientos noventa años desde el comienzo del reino septentrional, norteño, de Israel. Ese “error” no podía empezar más temprano que al comienzo de aquel reino mismo, en 997 a. de la E.C. Ciertamente empezó entonces. En aquel año de revuelta, ¿qué hizo el rey Jeroboán?

17, 18. Según el registro de 1 Reyes 12:26-33, ¿qué hizo el rey de las tribus sublevadas, Jeroboán?

17 “Y Jeroboán empezó a decir en su corazón: ‘Ahora el reino se volverá a la casa de David. Si este pueblo continúa subiendo a ofrecer sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén, entonces el corazón de este pueblo de seguro se volverá a su señor, Roboam el rey de Judá; y ciertamente me matarán y se volverán a Roboam el rey de Judá.’ Por lo tanto el rey tomó consejo e hizo dos becerros de oro y le dijo al pueblo: ‘Es demasiado para ustedes el que suban a Jerusalén. Aquí está tu Dios, oh Israel, que te subió de la tierra de Egipto.’

18 “Entonces colocó el uno en Betel, y el otro lo puso en Dan. Y esta cosa llegó a ser causa de pecado, y el pueblo empezó a ir delante del uno hasta Dan. Y él se puso a hacer una casa de lugares altos y a hacer sacerdotes de la gente en general, que, casualmente, no eran de los hijos de Leví. . . . Y empezó a hacer ofrendas sobre el altar que él había hecho en Betel el día quince del mes octavo, en el mes que él había inventado por sí; y procedió a hacer una fiesta para los hijos de Israel y a hacer ofrendas sobre el altar para hacer humo de sacrificio.”—1 Reyes 12:26-33; 2 Crónicas 11:14, 15.

19. ¿Cuándo terminarían esos 390 años, y qué muestra en cuanto a Jehová esta cuenta del tiempo de los asuntos?

19 Habiendo sido hallado el año del comienzo del “error” de la casa de Israel, a saber, 997 a. de la E.C., entonces si medimos trescientos noventa años desde ese año llegamos a la fecha de la destrucción de Jerusalén. Es el año 607 a. de la E.C.* El que el profeta Ezequiel haya calculado esa fecha al recibir la profecía seis años antes que Jerusalén sufriera destrucción o no, no lo sabemos. Pero la exactitud del asunto demuestra que Jehová de veras es un Contador de Años y que él había determinado con anticipación el año en que habría de ejecutar completamente su decisión judicial en la Jerusalén infiel. Esto es algo que la correspondencia del día moderno de la Jerusalén infiel, a saber, la cristiandad, debe tomar seriamente a pechos en esta fecha avanzada. ¿Se da cuenta ella, al examinar la Biblia, de que sus días están contados?

LOS CUARENTA DÍAS DE LLEVAR EL ERROR DE JUDÁ

20. En el segundo caso, ¿cuántos días habría de estar acostado Ezequiel sobre su lado derecho, y con qué propósito en mira?

20 Sin embargo, ¿no había ningún “error” de parte del reino meridional o sureño de Judá, cuyo castigo hubiera de ejecutarse en Jerusalén al grado de destruirla? Sí. Jehová no pasó por alto esto, pues, siguiendo, le dijo lo siguiente a Ezequiel, que estaba representando en pantomima el sitio de Jerusalén: “Y tienes que acostarte sobre tu lado derecho en el segundo caso, y tienes que llevar el error de la casa de Judá cuarenta días. Un día por un año, un día por un año, es lo que te he dado. Y al asedio de Jerusalén fijarás tu rostro, con tu brazo desnudo, y tienes que profetizar contra ella. Y, ¡mira! ciertamente pondré cuerdas sobre ti para que no te vuelvas de tu un lado a tu otro lado, hasta que hayas completado los días de tu sitio.”—Ezequiel 4:6-8.

21. Si Ezequiel estaba en dirección al este, ¿hacia qué reinos respectivamente estarían vueltos su lado izquierdo y su lado derecho, y cuál fue el total de los días de estar acostado él en este sitio mímico de Jerusalén?

21 Si Ezequiel estaba acostado con la cabeza en dirección al este en su sitio mímico de Jerusalén, entonces su lado izquierdo estaría al norte, la dirección del anterior reino septentrional de Israel, y su lado derecho estaría al sur. De modo que era adecuado que se acostara sobre su lado derecho al llevar el “error” del reino meridional de Judá. Por supuesto, el que Ezequiel se acostara sobre su lado derecho por cuarenta días fue después de acostarse sobre el lado izquierdo por trescientos noventa días, lo cual significaría cuatrocientos treinta días de acostarse como en sitio.

22. ¿Cómo aplicaron los cuarenta días en cuanto al “error” del reino de Judá con referencia a los 390 días por el “error” de Israel, y por eso cómo aplicaron los cuarenta años en cuanto a Judá con respecto a los 390 años por Israel?

22 Sin embargo, en el cumplimiento mismo en la Jerusalén de la antigüedad, los cuarenta días por el “error” de la “casa de Judá” correrían concurrentemente con los últimos cuarenta días de los trescientos noventa días por el “error” de la “casa de Israel.” La unidad de medir tiempo que Jehová le dio a Ezequiel fue: “un día por un año,” hecha enfática al ser repetida. Esta fue la misma unidad de medir tiempo que Jehová dio cuando requirió que los rebeldes israelitas vagaran cuarenta años en el desierto después de haber salido de Egipto. (Números 14:34) De modo que esa unidad de tiempo que se declaró allá en 1512 a. de la E.C. tenía por lo menos 899 años cuando Jehová se la volvió a declarar a Ezequiel. En armonía con ello los cuarenta años por el “error” de la “casa de Judá” habrían de correr concurrentemente con los últimos cuarenta años del período de 390 años por el “error” de la “casa de Israel.” Los últimos cuarenta años de ese período comenzaron en el año 647 a. de la E.C. (350 años después de 997 a. de la E.C.) Esos cuarenta años terminaron en 607 a. de la E.C. Ambos períodos, el más largo y el más corto, tenían que convergir en la misma fecha, pues la Jerusalén antigua fue destruida solo una vez, a saber, en 607 a. de la E.C.

23, 24. ¿Cómo fue señalado el período de cuarenta años de llevar el “error” de Judá, y cómo indica 2 Reyes 24:3, 4; 21:16 por qué comenzó entonces a pesar de que Josías restauró la adoración pura en ese tiempo?

23 Ahora surge una pregunta: ¿Fue el principio de esos cuarenta años por el “error de la casa de Judá” señalado por algo que indicaba un comienzo de contar “error” religioso? Sí, el año de apertura de ese período fue el decimotercer año del reinado del buen rey Josías de Jerusalén, y fue en ese año que Jehová nombró a Jeremías hijo de Hilcías el sacerdote para servir como Su profeta en la tierra de Judá. (Jeremías 1:1-3; 25:3) Pero, ¿no estaba restaurando en aquel tiempo el buen rey Josías la adoración pura de Jehová por toda la tierra de Judá? ¿Por qué, entonces, debería comenzar Jehová a contar “error” contra la “casa de Judá” en ese año? Se debía a los pecados del rey Manasés, abuelo del rey Josías, pecados que habían sido tan abundantes y sumamente alarmantes y desagradables que Jehová no podía borrarlos de la cuenta que tenía contra Jerusalén como ciudad idólatra, manchada de sangre. Leemos:

24 “Fue solo por orden de Jehová que esto tuvo lugar contra Judá, para quitarlo de su vista por los pecados de Manasés, conforme a todo lo que había hecho; y también por la sangre inocente que él había derramado, de manera que llenó a Jerusalén de sangre inocente, y Jehová no consintió en conceder perdón.”—2 Reyes 24:3, 4; 21:16.

25. ¿Cómo indica 2 Reyes 23:25-27 que, a pesar de los esfuerzos nobles del rey Josías, quedaba una cuenta que Jehová habría de saldar con Jerusalén?

25 Aun después de los nobles esfuerzos del rey Josías por poner en vigencia la ley de Jehová en Judá y Jerusalén, leemos: “Y resultó que no hubo rey como él antes de él que se volviera a Jehová con todo su corazón y con toda su alma y con toda su fuerza vital, conforme a toda la ley de Moisés; tampoco después de él se ha levantado uno semejante a él. Sin embargo, Jehová no se volvió del gran ardor de su cólera, con que ardía su cólera contra Judá por todas las cosas ofensivas con las cuales Manasés los había hecho ofender. Antes bien dijo Jehová: ‘A Judá, también, quitaré de mi vista, tal como he quitado a Israel; y ciertamente rechazaré a esta ciudad que he escogido, aun a Jerusalén, y la casa [templo] de la que he dicho: “Mi nombre continuará allí.”’”—2 Reyes 23:25-27.

26. ¿De qué manera no había mejorado las cosas el rey Amón en Judá, dejando así una fuerte cantidad de imperdonable responsabilidad para Jerusalén cuando su hijo Josías llegó a ser rey?

26 El padre de Josías, el rey Amón, no había mejorado los asuntos en Judá y Jerusalén, pues tocante al rey Amón está escrito: “Y procedió a hacer lo que era malo a los ojos de Jehová, tal como había hecho Manasés su padre; y a todas las imágenes esculpidas que Manasés su padre había hecho Amón sacrificó, y continuó sirviéndoles. Y no se humilló a causa de Jehová lo mismo que Manasés su padre se humilló, pues Amón fue uno que hizo aumentar la culpabilidad. Finalmente sus siervos conspiraron contra él y le dieron muerte en su propia casa.” (2 Crónicas 33:22-25) Así el rey Amón dejó a Judá y Jerusalén con un repugnante registro y una fuerte cantidad de imperdonable responsabilidad ante Jehová cuando su hijo y sucesor, Josías, llegó a ser rey en 659 a. de la E.C.

27. Si los cuarenta años hubieran comenzado a contarse cuando el rey Manasés fue llevado cautivo a Babilonia, ¿por qué pudieran haber terminado esos cuarenta años durante el reinado de Josías, y por qué habría sido esto inadecuado?

27 En el decimotercer año del reinado de Josías, Jehová levantó a Jeremías hijo de Hilcías el sacerdote como su profeta, en 647 a. de la E.C. Por el profetizar de Jeremías, Jehová definitivamente dio a saber su propósito de hacer que Judá y Jerusalén sufrieran desolación completa. (Jeremías 19:1-5; 25:1-11) En armonía con esto, Jehová hizo del decimotercer año del reinado del rey Josías el principio de la cuenta de los cuarenta años de llevar el “error de la casa de Judá.” Este período de cuarenta años terminó en 607 a. de la E.C., o veintiún años después de la muerte del rey Josías. Si el período de cuarenta años hubiera comenzado durante el reinado de su abuelo, el rey Manasés, especialmente desde el tiempo en que el rey Manasés fue llevado cautivo a Babilonia por el rey de Asiria, entonces los cuarenta años podrían haber terminado durante el reinado del rey Josías. ¿Por qué? Porque el reinado del rey Manasés duró cincuenta y cinco años, y el reinado de su hijo Amón duró dos años, y el del rey Josías treinta y un años. (2 Crónicas 33:10 a 34:2, 19-28) El reinado de Josías fue bueno de principio a fin, y por eso no se permitió que la calamidad que había de venir al fin de cuarenta años viniera en su día.—2 Reyes 22:11-20; 2 Crónicas 34:14-33.