SEMANA DEL 13 DE FEBRERO
Cántico 7
Estudio Bíblico de Congregación
(bt cap. 16 párrs. 13-18) (25 minutos)
(bt cap. 16 párrs. 13-18) (25 minutos)
“Bautizados sin demora” (Hechos 16:25-34)
13. ¿Qué sucesos llevaron al carcelero a preguntar qué debía hacer para salvarse?13 A los dos nuevos reclusos tuvo que tomarles un tiempo asimilar el torbellino de sucesos del día.
A eso de la medianoche, ya se habían recuperado de la agresión, al punto de que “estaban orando
y alabando a Dios con canción”. De golpe, un temblor sacudió la prisión. El carcelero despertó
sobresaltado, vio que las puertas estaban abiertas y pensó que se habían fugado los presos.
Sabiendo que lo castigarían por haber permitido la huida, “desenvainó su espada y estaba a punto
de quitarse la vida”. Pero Pablo le gritó: “¡No te hagas ningún daño, porque todos estamos aquí!”.
El angustiado oficial les preguntó: “Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?”. Pablo y Silas
le indicaron que la solución no estaba en ellos y le mostraron a quién tenía que acudir: “Cree en el
Señor Jesús y serás salvo” (Hech. 16:25-31).
(Hechos 16:25-31) (25)-Mas como a la mitad de la noche, Pablo y Silas estaban orando y alabando a Dios con canción; sí, los presos los oían. (26)- De repente ocurrió un gran terremoto, de modo que se sacudieron los fundamentos de la cárcel. Además, se abrieron al instante todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. (27)- El carcelero, despertando del sueño y viendo abiertas las puertas de la prisión, desenvainó su espada y estaba a punto de quitarse la vida, imaginándose que los presos se habían escapado. (28)- Pero Pablo clamó con voz fuerte, y dijo: “¡No te hagas ningún daño, porque todos estamos aquí!”. (29)- De modo que él pidió luz y entró de un salto y, sobrecogido de temblor, cayó ante Pablo y Silas. (30)- Y los sacó fuera y dijo: “Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?”. (31)- Ellos dijeron: “Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa”.
14. a) ¿Cómo ayudaron Pablo y Silas al carcelero? b) ¿Qué bendición recibieron por haber afrontado la persecución con gozo?
14 ¿Era una pregunta sincera? Parece que sí, pues el apóstol no puso en duda la actitud de aquel
hombre. Pero como se trataba de un pagano que no conocía las Escrituras, tenía que aprender
las verdades bíblicas fundamentales y aceptarlas de todo corazón si quería hacerse cristiano.
Por eso, Pablo y Silas “le hablaron la palabra de Jehová”. Absortos en la exposición de la Biblia,
probablemente se olvidaron del dolor de las heridas. Sin embargo, el nuevo discípulo observó
las profundas cortaduras en sus espaldas y se puso a limpiárselas. Luego, “él y los suyos, fueron
bautizados sin demora”. ¡Qué bendición habían recibido los dos misioneros por haber afrontado la
persecución con gozo! (Hech. 16:32-34.)
(Hechos 16:32-34) (32)-Y le hablaron la palabra de Jehová junto con todos los que estaban en su casa. (33)- Y él los tomó consigo en aquella hora de la noche y les lavó las heridas; y todos, él y los suyos, fueron bautizados sin demora. (34)- Y los introdujo en su casa y les puso la mesa, y se regocijó mucho con toda su casa ahora que había creído a Dios.
15. a) ¿De qué manera han seguido muchos Testigos el ejemplo de Pablo y Silas? b) ¿Por qué
debemos seguir volviendo a los hogares de nuestro territorio?
15 Al igual que Pablo y Silas, muchos hermanos de la actualidad han predicado el mensaje mientras
estaban encarcelados por su fe. Y también han tenido buenos resultados. Por ejemplo, en una
encuesta realizada en un país donde estaban prohibidas nuestras actividades, el 40% de los
Testigos señaló que habían aprendido la verdad en prisión (Isa. 54:17). Por otro lado, tal como
el carcelero aceptó las buenas nuevas después del terremoto, algunas personas responden al
mensaje cuando ven que su pequeño mundo es sacudido por un suceso desagradable. Por eso,
debemos visitarlas vez tras vez para estar siempre a su disposición.
(Isaías 54:17) Sea cual sea el arma que se forme contra ti, no tendrá éxito, y sea cual sea la lengua que se levante contra ti en el juicio, la condenarás. Esta es la posesión hereditaria de los siervos de Jehová, y su justicia proviene de mí”, es la expresión de Jehová.
“¿Y ahora nos echan fuera secretamente?” (Hechos 16:35-40)
16. ¿Cómo dio un giro la situación al día siguiente de los azotes?16 A la mañana siguiente, los magistrados ordenaron la puesta en libertad de los dos cristianos.
Pero Pablo protestó: “Nos fustigaron públicamente sin ser condenados, a nosotros que somos
hombres romanos, y nos echaron en la prisión; ¿y ahora nos echan fuera secretamente? ¡No, por
cierto!, antes, que vengan ellos mismos y nos saquen”. Al enterarse de que habían castigado a dos
ciudadanos romanos, los magistrados “tuvieron temor”, pues habían atentado contra sus derechos.
La situación había dado un giro de 180 grados. Los habían azotado en público, y en público tuvieron
que disculparse. Así que fueron a suplicarles que se marcharan de Filipos. Ellos accedieron, aunque
primero animaron al creciente grupo de discípulos.
* La ley romana estipulaba que todo ciudadano tenía derecho siempre a un juicio imparcial y que nunca debía ser castigado públicamente sin sentencia previa.
17. ¿Qué importante lección dieron Pablo y Silas a los nuevos discípulos?
17 Puede que Pablo y Silas se hubiesen ahorrado los golpes de haber hecho valer sus derechos
antes (Hech. 22:25, 26). Sin embargo, los nuevos creyentes se habrían quedado con la impresión
de que utilizaron su ciudadanía para no sufrir por Cristo. ¿Y cómo se habrían sentido los que
no tenían ese privilegio? A fin de cuentas, la ley no los eximía a ellos de ser azotados. Así que,
al aguantar el abuso, los dos misioneros mostraron a todos que los siervos de Dios pueden
mantenerse firmes ante la persecución. Además, al exigir posteriormente el reconocimiento de su
condición de ciudadanos, obligaron a los magistrados a dejar constancia en las actas de que habían
actuado contra la ley, lo que podría disuadirlos de cometer más atropellos contra los cristianos
filipenses, que hasta cierto punto gozarían de protección legal.
(Hechos 22:25, 26) Mas cuando lo hubieron estirado para darle los latigazos, Pablo dijo al oficial del ejército que estaba de pie allí: “¿Les es lícito azotar a un hombre que es romano y no condenado?”. 26 Pues, al oír esto el oficial del ejército, fue al comandante militar e informó de ello, diciendo: “¿Qué piensas hacer? ¡Este hombre es romano!”.
18. a) ¿Cómo imitan a Pablo los superintendentes cristianos? b) ¿Cómo podemos “defender y
establecer legalmente las buenas nuevas”?
18 Hoy, los superintendentes cristianos también enseñan con el ejemplo. Están dispuestos a
hacer lo mismo que esperan de sus hermanos. Además, todos los cristianos, al igual que Pablo,
evaluamos con cuidado la forma y el momento en que utilizaremos nuestros derechos legales
para recibir protección. Cuando es necesario, recurrimos a los tribunales locales, nacionales e
incluso internacionales para conseguir el amparo jurídico que nos permita seguir adorando a Dios.
Pero nuestra aspiración no es realizar reformas sociales, sino, más bien, “defender y establecer
legalmente las buenas nuevas”, tal como indicó el apóstol a la congregación de Filipos unos diez
años después de su encarcelamiento en esa ciudad (Fili. 1:7). Y sea que nuestras gestiones tengan
éxito o no, estamos decididos, como Pablo y sus compañeros, a “declararles las buenas nuevas” a
todas las personas en cualquier lugar al que nos dirija el espíritu santo (Hech. 16:10).
(Filipenses 1:7) Es del todo correcto que yo piense esto respecto a todos ustedes, por cuanto los tengo en mi corazón, ya que todos ustedes son partícipes conmigo en la bondad inmerecida, tanto en mis cadenas [de prisión] como en defender y establecer legalmente las buenas nuevas.
(Hechos 16:10) Ahora bien, luego que hubo visto la visión, procuramos salir para Macedonia, pues llegamos a la conclusión de que Dios nos había mandado llamar para declararles las buenas nuevas.
Escuela del Ministerio Teocrático
Lectura de la Biblia: Isaías 52, 53, 54, 55, Puntos sobresalientes (10 min.)
*** w07 15/1 pág. 10 Puntos sobresalientes del libro de Isaías (parte 2) ***
53:10. ¿En qué sentido se deleitó Jehová en aplastar a su Hijo? Jehová es compasivo y bondadoso, así que
sin duda le dolió ver sufrir a su amado Hijo. Aun así, se deleitó al ver que Jesús le obedeció de buena gana y
al considerar todo lo que su sufrimiento y muerte haría posible (Proverbios 27:11)(Isaías 63:9).
53:11. ¿Mediante qué conocimiento “traerá [el Mesías] una posición de justos a muchas personas”? Es el
conocimiento que Jesús adquirió al venir a la Tierra como ser humano y sufrir injustamente hasta el extremo
de morir (Hebreos 4:15). Así proporcionó un sacrificio redentor, lo cual era necesario para que los cristianos ungidos y la gran muchedumbre llegaran a tener una posición justa ante Dios (Romanos 5:19)(Santiago 2:23,(25).
52:5, 6. Los babilonios llegaron a la conclusión equivocada de que el Dios verdadero era débil. No se dieron cuenta de que Israel cayó en la esclavitud debido a que había desagradado a Jehová. Cuando la calamidad azota al prójimo, no debemos precipitarnos a sacar conclusiones respecto al porqué de lo sucedido.
52:7-9; 55:12, 13. Hay al menos tres razones para que participemos con gozo en la obra de predicar y hacer discípulos. Nuestros pies son hermosos para las personas humildes que tienen hambre espiritual. Vemos a Jehová “ojo a ojo”, es decir, disfrutamos de una estrecha relación con él. Y también gozamos de prosperidad espiritual.
52:11, 12. Para poder llevar “los utensilios de Jehová” —los medios para rendir servicio sagrado—, debemos mantener nuestra pureza espiritual y moral.
*** w05 1/7 págs. 18-19 párrs. 10-12 Proclamemos las “buenas nuevas de algo mejor” ***
10 ¿Y qué podemos decir del segundo aspecto de nuestro ministerio, el mensaje? ¿Qué mensaje
anunciamos? El profeta Isaías lo describió bellamente al exclamar: “¡Cuán hermosos sobre las montañas son
los pies del que trae buenas nuevas, del que publica paz, del que trae buenas nuevas de algo mejor, del que
publica salvación, del que dice a Sión: ‘¡Tu Dios ha llegado a ser rey!’” (Isaías 52:7).
11 La expresión clave de este pasaje, “tu Dios ha llegado a ser rey”, nos recuerda el mensaje que debemos
proclamar, a saber, las buenas nuevas del Reino de Dios (Marcos 13:10). Fijémonos asimismo en que este
versículo revela el carácter positivo de nuestro mensaje. Isaías emplea expresiones como “salvación”, “buenas nuevas”, “paz” y “algo mejor”. Centurias después, en el siglo primero de nuestra era, Jesucristo cumplió esta profecía de forma singular al publicar con celo las noticias de algo mejor, el venidero Reino de Dios (Lucas4:43). En tiempos modernos, en especial desde 1919, los testigos de Jehová seguimos el modelo de Jesús al proclamar con fervor las buenas nuevas del Reino establecido de Dios y sus bendiciones.
12 ¿Qué efecto tienen las buenas nuevas del Reino en quienes las aceptan? Como en tiempos de Jesús,
estas siguen siendo una fuente de esperanza y consuelo (Romanos 12:12;(15:4). Infunden esperanza en la
gente de buen corazón porque les enseñan razones sólidas para aguardar tiempos mejores (Mateo 6:9, 10;
2 Pedro 3:13). Dicha esperanza genera optimismo en las personas temerosas de Dios, de quienes dice el
salmista que “no tendrá[n] miedo siquiera de malas noticias” (Salmo 112:1,(7).
*** w97 15/4 pág. 27 ¿Recuerda usted? ***
¿En qué sentido son “hermosos” ‘los pies de los que declaran las buenas nuevas’ del Reino de Dios? (Isaías
52:7.)
Por lo general, el que va a predicar a otros utiliza los pies para desplazarse. Los pies aquí representan a la
persona. Por ello, para los muchos que oyen las buenas nuevas del Reino y responden favorablemente, los
pies de esos mensajeros son de hecho una visión hermosa.—15/1, página 13.
*** w97 15/12 pág. 21 párr. 17 Haga declaración pública para salvación ***
17 El apóstol Pablo tiene otra importante pregunta: “¿Cómo, a su vez, predicarán a menos que hayan
sido enviados? Así como está escrito: ‘¡Cuán hermosos son los pies de los que declaran buenas nuevas de
cosas buenas!’”. (Romanos 10:15.) Pablo cita de Isaías 52:7, que es parte de una profecía de restauración
que se ha estado cumpliendo desde 1919. En este tiempo Jehová ha mandado de nuevo al “que trae buenas
nuevas, [...] publica paz, [...] trae buenas nuevas de algo mejor, [...] publica salvación”. Los “atalayas” ungidos de Dios y sus compañeros siguen clamando obedientemente con gozo. (Isaías 52:7,(8.) Es posible que los pies de quienes publican la salvación se cansen o incluso se llenen de polvo al andar de casa en casa, pero sus rostros irradian gozo. Saben que han recibido la comisión divina de proclamar buenas nuevas de paz y consolar a los que se lamentan, ayudándolos a invocar el nombre de Jehová para su salvación.
*** lv cap. 8 pág. 89 párrs. 9-10 Dios ama a las personas limpias ***
9 Pureza espiritual. Implica no mezclar la religión verdadera con la falsa. Recordemos a los israelitas que
estaban cautivos en Babilonia. Cuando fueran a partir para Jerusalén, tendrían que obedecer el siguiente
mandato divino: “Sálganse de allí, no toquen nada inmundo; [...] manténganse limpios” (Isaías 52:11).
Ellos iban a regresar a su tierra principalmente para restaurar la adoración de Jehová. Por lo tanto, el culto
que rindieran tendría que estar completamente limpio de todo lo que ofendiera a Dios, lo que incluía las
enseñanzas, prácticas y costumbres de la religión babilónica.
10 Hoy, los cristianos verdaderos también debemos tener mucho cuidado de no contaminarnos con la
religión falsa (1 Corintios 10:21). Su influencia está tan extendida que, si nos descuidamos, podría afectarnos.Ciertamente, no son pocos los países donde las doctrinas paganas —como, por ejemplo, la inmortalidad del alma— impregnan un buen número de tradiciones, ceremonias y otras actividades cotidianas (Eclesiastés 9:5, 6,(10). Sin embargo, los cristianos verdaderos no queremos participar en ninguna costumbre ligada a la religión falsa. Por eso, no podemos permitir que la presión de la gente nos lleve a rebajar las normas bíblicas para la adoración pura (Hechos 5:29).
*** w89 1/6 pág. 12 párrs. 9-11 Perfeccionemos la santidad en el temor de Dios ***
9 Siglos después, Jehová hizo que por inspiración Isaías dirigiera estas palabras proféticas al resto fiel que
regresaría de Babilonia a Judá: “Apártense, apártense, sálganse de allí, no toquen nada inmundo; sálganse de en medio de ella, manténganse limpios, ustedes los que llevan los utensilios de Jehová [que se usarían para restablecer la adoración pura en el templo de Jerusalén]”. (Isaías 52:11.)
10 De manera similar, los israelitas espirituales y sus compañeros deben evitar contaminarse con las
religiones idólatras de este mundo. El apóstol Pablo, en una carta a cristianos ungidos de la congregación
de Corinto, dijo: “[¿]Qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos templo de un Dios vivo; así como dijo Dios: ‘Yo residiré entre ellos y andaré entre ellos, y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo’. ‘“Por lo tanto, sálganse de entre ellos, y sepárense —dice Jehová—, y dejen de tocar la cosa inmunda”’; ‘“y yo los recibiré”’”. (2 Corintios 6:16,17.)
11 Desde 1919 a los miembros limpiados y refinados del resto ungido se les ha librado de las religiones
inmundas e idólatras de Babilonia la Grande. (Malaquías 3:1-3.) Ellos han prestado atención al clamor
celestial: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas”. (Revelación 18:4.) Desde 1935 una creciente gran muchedumbre de “otras ovejas” también ha prestado atención a ese clamor y ha abandonado la inmunda religión babilónica. Los ungidos y sus compañeros también se mantienen limpios espiritualmente al evitar todo contacto con las ideas perniciosas de los apóstatas. (Juan 10:16; 2 Juan 9-11.)
*** w87 1/11 págs. 15-16 párrs. 2-3 ¿Permanece usted limpio en todo respecto? ***
2 Mientras excitadamente se preparaban para su partida, indudablemente los judíos que se proponían
regresar recordaron las palabras del profeta Isaías: “Apártense, apártense, sálganse de allí, no toquen nada
inmundo; sálganse de en medio de ella, manténganse limpios, ustedes los que llevan los utensilios de Jehová”. (Isaías 52:11.) Por supuesto, los levitas fueron quienes de hecho transportaron los utensilios. (Números 1:50, 51; 4:15.) Sin embargo, Isaías había predicho que todos los que regresaran serían portadores honorarios de los vasos. Por eso, todos estaban obligados a estar limpios. No habían de despojar de objetos valiosos a los babilonios como habían hecho los israelitas cuando salieron de Egipto. (Compárese con Éxodo 12:34-38.) Tenían que estar libres de todo motivo materialista o egoísta al regresar. En cuanto a los “ídolos estercolizos” de Babilonia, tan solo tocar a uno sería contaminador.(Jeremías 50:1, 2.) Solo estando limpios en todo sentido podían los judíos andar en “el Camino de la Santidad” de regreso a Jerusalén. (Isaías 35:8, 9.)
3 Hoy día los testigos de Jehová también tienen que ser limpios como portadores de los “utensilios” de
Jehová. El apóstol Pablo citó las palabras de Isaías y las aplicó a cristianos de su día, diciendo: “Limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. (2 Corintios 6:17–7:1.) Además de vivir en un mundo impuro, tenemos que luchar contra nuestras tendencias heredadas de imperfección. (Génesis 8:21.) Jeremías 17:9 nos recuerda esto: “El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado. ¿Quién puede conocerlo?”. Algunos se engañan a sí mismos y engañan a otros al creer que llevan una vida limpia y aceptable a Dios, cuando en realidad no sucede así. Por eso, practican una forma de hipocresía. Por lo tanto, cada uno de nosotros tiene que preguntarse: ‘¿Estoy haciendo todo esfuerzo posible por estar limpio delante de Jehová en todo respecto?’. Algo que nos ayudará a hacer esto es concentrar la atención ahora en cuatro aspectos de la limpieza.
*** g98 8/12 pág. 11 ¿Qué es Jesús hoy día? ***
Además, el clero regala la vista de sus feligreses con artificios que a los ojos del Altísimo son inútiles,
tales como imágenes religiosas, hábitos clericales, costosas catedrales y pinturas adornadas con
conceptos paganos, como el halo del dios sol. Todo ello, a pesar de lo que el Todopoderoso manda a sus
siervos: “Apártense, apártense, sálganse de allí, no toquen nada inmundo [...], ustedes los que llevan los
utensilios de Jehová” (Isaías 52:11; 2 Corintios 6:14-18).
Quienes dicen representar al Creador, pero infringen sus mandamientos y enseñan al prójimo a hacer otro
tanto, recogerán lo que siembran. Recibirán sentencia condenatoria y tendrán que pagar el precio cuando este sistema de cosas sea destruido. Como dijo el profeta Oseas, “siembran vientos, y recogerán tempestades”
(Oseas 8:7, Nácar-Colunga, 1947; véase Revelación 17:1-3, 15, 16).
*** w09 15/1 pág. 26 párrs. 3-4 El Siervo de Jehová: traspasado por nuestra transgresión ***
3 (Léase Isaías 53:3.) Para el Hijo unigénito debió de haber sido muy difícil dejar a su querido Padre, venir
a la Tierra y sacrificar su vida para salvar a la humanidad del pecado y la muerte (Fili. 2:5-8). Ese sacrificio
lograría algo que los sacrificios animales estipulados en la Ley mosaica nunca lograron: el perdón completo
de los pecados (Heb. 10:1-4). Por eso, lo menos que podía haber hecho la gente era recibirlo favorablemente. Al menos eso es lo que deberían haber hecho los judíos, que estaban esperando al Mesías prometido (Juan 6:14). Pero Cristo fue “despreciado” por los judíos, quienes, según la profecía de Isaías, lo consideraron “como de ninguna importancia”. El apóstol Juan escribió: “Vino a su propia casa, pero los suyos no lo recibieron” (Juan 1:11). Y el apóstol Pedro les dijo a los judíos: “El Dios de nuestros antepasados [...] ha glorificado a su Siervo, Jesús, a quien ustedes, por su parte, entregaron y repudiaron ante el rostro de Pilato, cuando él había decidido ponerlo en libertad. Sí, ustedes repudiaron a aquel santo y justo” (Hech. 3:13, 14).
4 Isaías también predijo que Jesús estaría “familiarizado con la enfermedad”. Aunque, como indica la
Biblia, Jesús se cansaba de vez en cuando, nunca tuvo problemas de salud (Juan 4:6). ¿En qué sentido,
entonces, se familiarizó con la enfermedad? En el sentido de que en su ministerio conoció a personas que
estaban enfermas, a muchas de las cuales curó, movido por la compasión (Mar. 1:32-34). Así Jesús cumplió esta profecía: “Verdaderamente nuestras enfermedades fueron las que él mismo llevó; y en cuanto a nuestros dolores, él los cargó” (Isa. 53:4a; Mat. 8:16, 17).
*** w00 1/8 pág. 32 ¿Cómo se manifiesta la sabiduría piadosa? ***
Los seres humanos tienden a menospreciar a las personas de escasos recursos, aunque estas hayan
realizado acciones nobles. Así le sucedió a Jesús. Isaías había profetizado sobre él: “Fue despreciado y fue
evitado por los hombres, un hombre que era para dolores y para estar familiarizado con la enfermedad” (Isaías 53:3). Algunas personas despreciaron a Jesús tan solo porque no tenía la misma posición e importancia que las autoridades de su día. No obstante, poseía una sabiduría mucho mayor que la de los seres humanos pecadores. Los habitantes de la ciudad donde se crió no querían reconocer que el “hijo del carpintero” manifestara tal sabiduría y realizara semejantes obras poderosas. Pero ese fue un grave error, pues el relato sigue diciendo que Jesús “no hizo allí muchas obras poderosas a causa de la falta de fe de ellos”. ¡Qué gran pérdida sufrieron aquellas personas! (Mateo 13:54-58.)
No cometamos nunca la misma equivocación. “La sabiduría queda probada justa por sus obras”, dijo
Jesús. Quienes hacen la obra de Dios y divulgan la sabiduría celestial no se distinguen por su posición social,
sino por el “fruto excelente” que producen: sus acciones y su fe basada en la Biblia (Mateo 7:18-20;
*** w09 15/1 pág. 28 párr. 13 El Siervo de Jehová: traspasado por nuestra transgresión ***
13 (Léase Isaías 53:11, 12.) Jehová dijo lo siguiente de su Siervo escogido: “El justo, mi siervo, traerá una
posición de justos a muchas personas”. ¿Qué quiere decir eso? Al final del versículo 12 encontramos una
pista: “Y por los transgresores [el Siervo] procedió a interponerse”. Todos los descendientes de Adán nacemos en pecado, somos transgresores, y por tanto recibimos “el salario que el pecado paga”: la muerte (Rom. 5:12; 6:23). Por eso necesitamos reconciliarnos con Jehová. El capítulo 53 de Isaías describe muy bien cómo Jesús se interpuso, o intercedió, a favor de la humanidad pecadora. Dice así: “El castigo que era para nuestra paz estuvo sobre él, y a causa de sus heridas ha habido una curación para nosotros” (Isa. 53:5).
*** w95 1/1 pág. 16 párr. 8 La nación íntegra ***
8 Particularmente desde 1919 se ha emitido la siguiente llamada a la organización de Jehová: “Haz
más espacioso el lugar de tu tienda. Y que extiendan las telas de tienda de tu magnífico tabernáculo. No te
retengas. Alarga tus cuerdas de tienda, y haz fuertes aquellas estacas de tienda tuyas”. (Isaías 54:2.) En
respuesta a esa llamada, la predicación continúa efectuándose sin cesar, incluso en el gélido Yukón —lindante con Alaska—, donde un grupo de precursores fuertes tienen que aguantar temperaturas que bajan hasta los 50 °C bajo cero durante semanas. En los últimos años, muchedumbres de personas han afluido con rapidez cada vez mayor a la nación íntegra de Jehová. Las puertas se han abierto aún más para recibir a personas de países asiáticos fuera de la cristiandad, de los que fueron baluartes comunistas, de muchos países africanos y de los dominios del catolicismo, como por ejemplo, Italia, España, Portugal y Sudamérica. Los inmigrantes constituyen ahora un nuevo territorio. En Inglaterra, por ejemplo, los Testigos atienden las necesidades espirituales de trece grupos étnicos de habla extranjera.
*** w94 1/4 pág. 13 párrs. 18-19 Enseñanza divina contra enseñanzas demoníacas ***
18 Aunque Satanás ha estado inundando la Tierra con enseñanzas demoníacas desde los tiempos de
Edén, siempre ha habido algunas personas que han buscado la enseñanza divina. El número de esas
personas asciende a millones hoy día. Entre ellas están los cristianos ungidos que quedan en la Tierra,
que abrigan la esperanza segura de reinar con Jesús en su Reino celestial, así como la creciente gran
muchedumbre de “otras ovejas”, cuya esperanza es heredar el ámbito terrestre de ese Reino. (Mateo 25:34;
Juan 10:16; Revelación 7:3, 9.) Estas personas forman una organización mundial, a la que aplican las palabras de Isaías: “Y todos tus hijos serán personas enseñadas por Jehová, y la paz de tus hijos será abundante”. (Isaías 54:13.) 19 Ser enseñado por Jehová implica más que conocer la doctrina verdadera, aunque esta es muy importante. Jehová nos enseña a vivir, a aplicar la enseñanza divina en nuestra vida personal. Por ejemplo, nos oponemos al egoísmo, a la inmoralidad y al espíritu de independencia que predomina en el mundo. Reconocemos que la implacable búsqueda de riquezas en este mundo es mortífera. (Santiago 5:1-3.) Nunca olvidamos la enseñanza divina que transmitió el apóstol Juan: “No estén amando ni al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”. (1 Juan 2:15.)
*** w91 1/3 pág. 23 párr. 12 “Busque la paz y siga tras ella” ***
12 Por lo tanto, cuando veamos perturbada la paz que tenemos con otros, debemos orar por la sabiduría de
arriba para saber qué hacer, y pedir que el espíritu santo nos fortalezca para hacer lo correcto. (Lucas 11:13; Santiago 1:5; 1 Juan 3:22.) Luego, en conformidad con nuestra oración, podemos buscar guía en la fuente de sabiduría divina, la Biblia, además de examinar la literatura bíblica que tengamos disponible en busca de consejo sobre cómo aplicar las Escrituras. (2 Timoteo 3:16.) Quizás también deseemos pedir consejo a los ancianos de la congregación. El paso final sería seguir la guía recibida. Isaías 54:13 dice: “Todos tus hijos serán personas enseñadas por Jehová, y la paz de tus hijos será abundante”. Esto da a entender que nuestra paz depende de que pongamos en práctica lo que Jehová nos enseña.
*** w08 15/9 pág. 7 párr. 3 Jehová es nuestro Libertador ***
3 Por mucho que se oponga Satanás, jamás podrá impedir que los testigos de Jehová le den a su Dios la
adoración que se merece. La Palabra de Dios afirma: “Sea cual sea el arma que se forme contra ti, no tendrá éxito, y sea cual sea la lengua que se levante contra ti en el juicio, la condenarás” (Isa. 54:17). Los opositores han tratado de impedir que el pueblo de Dios cumpla con su comisión de predicar, pero han fracasado en el intento.
*** w08 15/11 pág. 28 párr. 5 “Opónganse al Diablo” como hizo Jesús ***
5 Dirigiéndose a la nación de Israel como si fuera su mujer, Jehová le dijo: “Sea cual sea el arma que se
forme contra ti, no tendrá éxito, y sea cual sea la lengua que se levante contra ti en el juicio, la condenarás.
Esta es la posesión hereditaria de los siervos de Jehová, y su justicia proviene de mí” (Isa. 54:11, 17). En “los últimos días”, el pueblo de Dios ha vivido el cumplimiento de esta promesa (2 Tim. 3:1-5, 13). Y seguiremos resistiendo los ataques del Diablo, con la seguridad de que Jehová está de nuestro lado y no permitirá que den resultado las tácticas satánicas para acabar con nosotros (Sal. 118:6, 7).
Núm. 1: Isaías 56:1-12
Núm. 2: ¿Qué aprendemos del ejemplo de lealtad incondicional de Pedro? (Juan 6:68, 69)
*** w10 1/1 págs. 24-28 Un hombre de lealtad incondicional ***
PEDRO miraba con preocupación las caras de quienes escuchaban a Jesús. Se encontraban en
la sinagoga de Capernaum, la ciudad donde vivían tanto Pedro como sus familiares, sus amigos y
sus compañeros de trabajo. Su negocio de pesca también estaba allí, a orillas del mar de Galilea.
Sin duda, Pedro deseaba que toda aquella gente compartiera con él la emoción de escuchar al
mismísimo Jesús, el mejor maestro de la historia, hablándoles del Reino de Dios. Sin embargo,
parecía que las cosas no iban a salir como Pedro esperaba. De hecho, muchos habían dejado de prestar atención. Algunos incluso estaban murmurando y criticando descaradamente el mensaje de Jesús. Pero lo que más inquietaba a Pedro era que algunos de los discípulos de Cristo tampoco parecían cómodos. Sus rostros ya no reflejaban laalegría de estar aprendiendo la verdad. Se los veía claramente molestos. Varios de ellos afirmaron que el discurso de Jesús era ofensivo, se negaron a seguir escuchando y se marcharon de allí. Es más, a partir de ese momento dejaron de seguir a Jesús. A Pedro y a los demás apóstoles también les costó asimilar las palabras de su Maestro. Seguramente Pedro se daba cuenta de que, tomadas al pie de la letra, podrían resultar ofensivas. ¿Qué haría él? No era la primera vez que se ponía a prueba su lealtad a Jesús, y tampoco sería la última. Veamos, pues, cómo logró este hombre superar las pruebas de fe y mantenerse leal. Cuando los demás no fueron leales En realidad, fueron muchas las ocasiones en las que las palabras y reacciones de Jesús dejaron desconcertado a Pedro. El día anterior, por ejemplo, después de haber alimentado milagrosamente a varios miles de personas, intentaron nombrarlo rey, pero él no lo permitió. Luego ordenó a sus discípulos que subieran a una barca y se dirigieran a Capernaum. Esa misma noche, mientras navegaban, volvieron a quedarse admirados al ver a Jesús caminar hacia ellos sobre las aguas del mar de Galilea en medio de una tormenta. En aquella ocasión, también le enseñó a Pedro una
importante lección sobre la fe. Al amanecer se dieron cuenta de que la multitud los había seguido. Y ¿qué hizo Jesús? Reprendió a la gente, pues lo que buscaban no era aprender verdades espirituales, sino recibir más comida milagrosamente. En la sinagoga de Capernaum, Jesús continuó hablando del asunto y les transmitió una compleja pero importante enseñanza. Sin embargo, su explicación volvió a dejarlos a todos
sorprendidos. Jesús quería que aquellas personas cambiaran su actitud materialista, que comprendieran que
tenían ante sí al enviado de Dios, quien entregaría su vida para darle a la humanidad la posibilidad
de vivir para siempre. Para lograrlo, Jesús se comparó a sí mismo al maná, el pan que cayó del cielo
en los días de Moisés. Como vio que algunos lo criticaban, añadió una gráfica comparación: explicó
que para obtener la vida era necesario comer su carne y beber su sangre. Fue entonces cuando,
como vimos al principio, muchos se molestaron y decidieron abandonarlo. Dijeron: “Este discurso es
ofensivo; ¿quién puede escucharlo?” (Juan 6:48-60, 66).
¿Reaccionó igual Pedro? Es probable que también se sintiera confundido, pues aún no había
comprendido que Jesús tenía que morir para cumplir la voluntad de Dios. Con todo, no se marchó
con aquellos discípulos tan susceptibles. Sin duda, había algo en lo que Pedro era muy diferente a
ellos. ¿Qué era? Sigamos analizando el relato.
Jesús les preguntó a los apóstoles: “Ustedes no quieren irse también, ¿verdad?” (Juan 6:67).
Aunque la pregunta iba dirigida a los doce, fue Pedro quien respondió. Solía ser así, no sabemos si
porque tal vez era el mayor de todos o, sencillamente, porque era incapaz de callar lo que sentía.
Y su respuesta fue de lo más memorable: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida
eterna” (Juan 6:68).
¡Qué conmovedor! Es obvio que su fe en Jesús le había hecho cultivar una valiosa cualidad: la
lealtad. Pedro tenía claro que Jesús era el único Salvador y que su vida dependía de que escuchara
esas enseñanzas sobre el Reino de Dios. Y aunque no siempre entendiera todo lo que Jesús decía,
no había otro modo de obtener el favor de Dios y recibir la vida eterna.
¿Opina usted lo mismo? Hoy día, muchas personas afirman que aman a Jesús pero, por desgracia,
no son leales de verdad. Ser realmente leal a Cristo implica ver sus enseñanzas como las veía
Pedro. Hay que esforzarse por aprenderlas, comprenderlas y vivirlas, aun cuando algunas de ellas
nos sorprendan o no encajen con nuestras preferencias personales. La lealtad es el único camino
para recibir la vida eterna que Jesús nos ofreció.
Cuando fue corregido Poco después, Jesús partió con los apóstoles y otros discípulos en un largo viaje hacia el norte. La cumbre nevada del monte Hermón, ubicado en la frontera norte de la Tierra Prometida, podía verse desde las azules aguas del mar de Galilea. A medida que se acercaban, la montaña iba
creciendo ante sus ojos, mientras subían por el camino que les llevaba hasta las aldeas cercanas
a Cesarea de Filipo. Fue en ese lugar, con una inmejorable vista de la Tierra Prometida a sus pies,
donde Jesús les planteó a sus discípulos una cuestión crucial.
“¿Quién dicen las muchedumbres que soy?”, preguntó. Nos imaginamos a Pedro clavando su
mirada en los bondadosos ojos de su Maestro, consciente de su extraordinaria inteligencia. Jesús
quería averiguar a qué conclusión habían llegado las personas a las que había hablado. Los
discípulos le contaron algunos de los rumores que circulaban sobre su identidad. Con todo, Jesús
deseaba indagar más, quería saber si sus discípulos más allegados también los habían creído. Por
eso insistió: “Pero ustedes, ¿quién dicen que soy?” (Lucas 9:18-22).
De nuevo, Pedro no lo pensó ni un segundo antes de contestar. Su respuesta expresó el sentir de
muchos de los presentes: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo”. Seguramente con una sonrisa,
Jesús lo felicitó complacido y le explicó que es Jehová Dios —y no el hombre— quien revela esa
importante verdad a sus siervos fieles. En efecto, Jehová le había permitido a Pedro comprender
una de las enseñanzas divinas más importantes que se hayan revelado jamás: la identidad del
Cristo, el Mesías prometido (Mateo 16:16, 17).
Las Escrituras se habían referido a Cristo como “la piedra que los edificadores rechazaron” (Salmos
118:22; Lucas 20:17). Teniendo presentes esta y otras profecías, Jesús reveló que Jehová fundaría
una congregación sobre la piedra (o masa rocosa) que Pedro acababa de identificar. A continuación,
le confirió a Pedro un gran honor dentro de dicha congregación. No le dio un puesto superior al de
los otros apóstoles —como algunos afirman—, sino que le otorgó importantes responsabilidades.
El relato indica que le prometió “las llaves del reino” (Mateo 16:19). Es decir, le encargó abrir las
puertas de entrada al Reino de Dios primero a los judíos, luego a los samaritanos y, finalmente, a
los gentiles (los no judíos).
Eso sí, Jesús advirtió posteriormente que se exigiría más de quienes recibieran más
responsabilidades, y poco después, Pedro comprobó cuánta razón tenía (Lucas 12:48). Jesús siguió
explicando verdades sobre el Mesías, como que pronto sería torturado y asesinado en Jerusalén.
Pero a Pedro le disgustó tanto escuchar aquello que lo llevó aparte y lo reprendió: “Sé bondadoso
contigo mismo, Señor; tú absolutamente no tendrás este destino” (Mateo 16:21, 22).
Por supuesto, lo dijo con la mejor intención del mundo. Por eso, debió quedarse atónito cuando
Jesús le dio la espalda y, mirando a los demás discípulos —quienes tal vez opinaran como Pedro—,
exclamó: “¡Ponte detrás de mí, Satanás! Me eres un tropiezo, porque no piensas los pensamientos
de Dios, sino los de los hombres” (Mateo 16:23; Marcos 8:32, 33). Todos podemos aprender mucho
de la respuesta de Jesús. Admitámoslo: es muy fácil que nuestra mentalidad humana desplace a
la espiritual. Y si no vigilamos nuestros comentarios, sin quererlo podríamos ponernos del lado de
Satanás, aun cuando nuestra intención sea contribuir a la voluntad de Dios. Pero volvamos al relato
de Pedro y veamos cómo reaccionó ante aquella reprensión.
Pedro comprendía que Cristo no estaba hablando literalmente cuando lo llamó “Satanás”. A fin
de cuentas, cuando Jesús se dirigía al Diablo, lo hacía en otros términos. En cierta ocasión,
por ejemplo, le dijo: “Vete”, mientras que a Pedro le dijo: “Ponte detrás de mí” (Mateo 4:10). Por
tanto, no estaba rechazando a Pedro como apóstol, pues veía su buen corazón y su potencial;
sencillamente estaba corrigiendo su forma de pensar. En otras palabras, el Maestro le estaba
pidiendo que dejara de estorbarle el paso y que se colocara detrás de él para seguirlo y apoyarlo.
En lugar de ofenderse o replicarle, Pedro fue humilde y aceptó la corrección. ¡Cuánto podemos
aprender los cristianos de este hombre tan leal! Todos necesitamos que nos corrijan de vez en
cuando, pero si queremos que eso nos sirva para acercarnos más a Jesucristo y a su Padre, Jehová
Dios, debemos aceptar la disciplina y aprender la lección (Proverbios 4:13).
Recompensado por su lealtad
Poco después, Jesús realizó otra sorprendente afirmación: “Hay algunos de los que están en
pie aquí que de ningún modo gustarán la muerte hasta que primero vean al Hijo del hombre
viniendo en su reino” (Mateo 16:28). ¿Quiénes tendrían ese extraordinario honor? Seguro que
Pedro se moría de curiosidad. Pero después de la reprimenda que acababa de recibir, tal vez se
preguntaba: “¿Estaré yo entre ellos?”.
Sin embargo, una semana más tarde, Jesús se llevó a Santiago, Juan y Pedro “a una montaña
encumbrada”, quizás al monte Hermón, que se encontraba a unos pocos kilómetros. Posiblemente
era de noche, pues a aquellos tres hombres les costaba mantenerse despiertos. Ahora bien,
mientras Jesús oraba, ocurrió algo que los despejó de golpe (Mateo 17:1; Lucas 9:28, 29, 32).
De repente, la cara de Jesús comenzó a brillar, hasta hacerse tan reluciente como el Sol. Su ropa
también se volvió de un blanco deslumbrante. Entonces vieron aparecer a su lado dos figuras, que
representaban a Moisés y Elías. Ambos conversaban con Jesús sobre su “partida”, es decir, sobre
su muerte y resurrección en Jerusalén. Desde luego, estaba claro que Pedro se había equivocado al
afirmar que Jesús no tendría que sufrir esa horrible experiencia (Lucas 9:30, 31).
Según parece, Pedro sintió el impulso de tomar parte de algún modo en aquella fascinante visión.
En cierto momento, pareció como si Moisés y Elías estuvieran alejándose de Jesús, así que Pedro
dijo: “Instructor, es excelente que estemos aquí; por eso, erijamos tres tiendas: una para ti y una
para Moisés y una para Elías”. Aquellos personajes no necesitaban tiendas de campaña, pues
no eran más que representaciones simbólicas de dos siervos de Jehová que habían muerto tiempo
atrás. Está claro que Pedro no sabía muy bien lo que estaba diciendo, pero ¿verdad que nos
conmueve la actitud tan noble y entusiasta de este hombre? (Lucas 9:33.)
Aquella noche, Pedro, Santiago y Juan recibieron otro honor. Por encima de sus cabezas se formó
una nube en la montaña, y de ella salió una voz que dijo: “Este es mi Hijo, el que ha sido escogido.
Escúchenle”. ¡Era la voz de Jehová mismo! Con eso concluyó la visión, y los tres volvieron a
quedarse a solas con Jesús (Lucas 9:34-36).
Pedro debió sentirse muy privilegiado por tener aquella visión, y nosotros podemos sentirnos igual
por saber lo que ocurrió esa noche. Décadas después, el apóstol afirmó contarse entre los que
fueron “testigos oculares de [la] magnificencia” de Jesús. En efecto, tuvo el honor de verlo en su
futuro puesto como glorioso Rey celestial. La visión confirmó muchas profecías de la Palabra de
Dios y fortaleció a Pedro para superar posteriores pruebas de fe (2 Pedro 1:16-19). Y a nosotros
también nos bendecirá Jehová si somos como Pedro. Pues bien, ¿cómo podemos imitar su
ejemplo? Manteniéndonos leales al Maestro que Dios ha nombrado, aprendiendo de él, aceptando
su corrección y siguiendo sus enseñanzas día a día.
0 Núm. 3: *¿Aprueba la Biblia la poligamia? (rs pág. 236 párr. 2-pág. 237 párr. 2)
1 Tim. 3:2, 12: “El superintendente por lo tanto debe ser irreprensible, esposo de una sola mujer [...]
Que los siervos ministeriales sean esposos de una sola mujer.” (A estos hombres no solo se les
confió cierta responsabilidad, sino que ellos eran también ejemplos que otros de la congregación
cristiana habían de imitar.)
1 Cor. 7:2: “A causa de la ocurrencia común de la fornicación, que cada hombre tenga su propia
esposa y que cada mujer tenga su propio esposo.” (Aquí no se hace ninguna concesión para que
alguno de ellos tuviera varios cónyuges.)
¿Por qué permitió Dios que Abrahán, Jacob y Salomón tuvieran cada uno más de una
esposa?
Jehová no es el autor de la poligamia. Dio a Adán solamente una esposa. Más tarde, Lamec,
descendiente de Caín, tomó para sí dos esposas (Gén. 4:19). Con el tiempo otros imitaron su
ejemplo, y algunos tomaron como concubinas a esclavas. Dios toleró la práctica, y bajo la Ley
de Moisés hasta estableció medidas para asegurar que se tratara debidamente a las mujeres
que estuvieran en tal relación. Hizo esto hasta que se estableció la congregación cristiana,
pero entonces requirió que Sus siervos volvieran a la norma que él mismo había instituido en
Edén.
En cuanto a Abrahán, él tomó a Sarai (Sara) como esposa. Cuando ella tenía unos 75 años
de edad y creía que nunca tendría un hijo, ella pidió a su esposo que tuviera relaciones con la
sirvienta suya para que Sarai pudiera tener un hijo legal mediante ella. Abrahán lo hizo, pero
esto ocasionó graves desavenencias en su casa (Gén. 16:1-4). Jehová cumplió su promesa
a Abrahán respecto a una “descendencia” cuando, posteriormente, de manera milagrosa hizo que Sara misma llegara a estar embarazada (Gén. 18:9-14). No fue sino hasta después de la
muerte de Sara cuando Abrahán tomó otra esposa. (Gén. 23:2; 25:1.)
Jacob llegó a ser polígamo debido a que su suegro lo engañó. La poligamia no era lo que
Jacob tenía presente cuando fue a buscar una esposa en Padán-aram. El registro bíblico
suministra suficientes detalles acerca de la desdichada rivalidad entre sus esposas. (Gén.
29:18–30:24.)
Se sabe muy bien que Salomón tuvo muchas esposas, al igual que concubinas. Pero no
todo el mundo está al tanto de que, al hacer esto, él estaba violando el mandamiento que
Jehová había dado claramente en cuanto a que el rey “tampoco debe [...] multiplicarse
esposas, para que no se desvíe su corazón” (Deu. 17:17). También debe notarse que, debido
a la influencia de sus esposas extranjeras, Salomón se volvió a la adoración de dioses falsos
y “empezó a hacer lo que era malo a los ojos de Jehová [...] Y Jehová llegó a estar enojado
con Salomón”.
Reunión de Servicio
Cántico 117
5 min. Anuncios.
* Publicaciones que se ofrecerán en febrero: ¿Existe un Creador que se interese por nosotros? , El secreto
de la felicidad familiar o La Biblia... ¿la Palabra de Dios, o palabra del hombre? Marzo: el libro Enseña .
Propóngase iniciar estudios bíblicos en la primera visita. Si la persona ya tiene el libro pero no acepta el
estudio, ofrézcale una revista menos reciente o algún folleto que le interese. Abril y mayo: La Atalaya y
¡Despertad! Si la persona muestra interés, ofrézcale el tratado ¿Le gustaría saber la verdad? y esfuércese por comenzar un estudio. Al volver a visitar a las personas que asisten a la Conmemoración u otras ocasiones teocráticas pero que aún no son parte de la congregación, concéntrese en comenzar estudios con el libro Enseña .
* El discurso especial se presentará el fin de semana siguiente a la Conmemoración y se titula "¿Faltará
menos de lo que usted cree?".
10 min. Hágase un buen maestro (primera parte). Discurso basado en el libro Benefíciese, página 56, párrafo 1, a página 57, párrafo 2 .
Hágase un buen maestro
¿QUÉ pretende lograr como maestro? Si hace poco que es publicador del Reino, sin duda deseará
aprender a dirigir estudios de la Biblia, pues Jesús dio a sus seguidores la comisión de hacer
discípulos (Mat. 28:19, 20). En caso de que ya tenga experiencia en esta actividad, tal vez se
proponga llegar más eficazmente al corazón de aquellos a quienes procura ayudar. Si es padre o
madre, de seguro anhela ser la clase de maestro o maestra que motive a sus hijos a dedicar su vida
a Dios (3 Juan 4). Y si es anciano o aspira a ello, es probable que quiera ser un orador que infunda
aprecio por Jehová y sus caminos. ¿Cómo podrá alcanzar estos objetivos?
Aprenda una lección del Gran Maestro, Jesucristo (Luc. 6:40). Fuera que hablara a una multitud en
una ladera o a un puñado de personas mientras andaban por el camino, tanto lo que decía como
la manera de decirlo dejaban huella. Jesús ponía a trabajar la mente y el corazón de la gente, y
señalaba prácticas aplicaciones fáciles de comprender. ¿Puede usted lograr lo mismo?
<> Confíe en Jehová
Jesús perfeccionó su enseñanza gracias a la relación íntima que lo unía a su Padre celestial y a la
bendición del espíritu de Dios. ¿Ruega usted sinceramente a Jehová que le conceda habilidad para
impartir cursos de la Biblia? Si tiene hijos, ¿le solicita sin cesar que lo guíe para enseñarles? ¿Acude
de corazón a él cuando se prepara para pronunciar discursos o dirigir reuniones? Tal confianza en
Jehová expresada mediante la oración hará de usted un mejor maestro.
La dependencia de Jehová también se demuestra confiando en su Palabra, la Biblia. La última
noche de su vida como ser humano perfecto, Jesús oró a su Padre: “Yo les he dado tu palabra”
(Juan 17:14). Pese a su vasta experiencia, jamás enseñó nada que no hubiera aprendido de su
Padre, y de ese modo nos dio el ejemplo (Juan 12:49, 50). La palabra de Dios, conservada en la
Biblia, tiene el poder de influir en los seres humanos: en sus actos, pensamientos más recónditos
y emociones (Heb. 4:12). A medida que aumente nuestro conocimiento de las Escrituras y
aprendamos a utilizarlo en el ministerio, cultivaremos las cualidades docentes que atraen al prójimo
hacia Dios (2 Tim. 3:16, 17).
<> Honre a Jehová
Ser un maestro a semejanza de Cristo entraña más que pronunciar discursos interesantes. Es
cierto que Jesús maravilló a la gente con “palabras llenas de gracia” (Luc. 4:22). Sin embargo, ¿con
qué propósito hablaba así? No con el de convertirse en el centro de atención, sino para honrar a
Jehová (Juan 7:16-18). Además, dio esta exhortación a sus discípulos: “Resplandezca la luz de
ustedes delante de los hombres, para que ellos vean sus obras excelentes y den gloria al Padre de
ustedes que está en los cielos” (Mat. 5:16). Este consejo ha de influir en nuestra enseñanza, así que
debemos evitar cuanto nos desvíe de tal objetivo. Por consiguiente, al pensar en qué decir y cómo
decirlo, conviene que nos preguntemos: “¿Infundirá aprecio por Jehová, o centrará la atención en mi
persona?”.
Por ejemplo, las ilustraciones y las experiencias de la vida real pueden ser eficaces en la
enseñanza, pero si incluimos demasiados detalles, quizá eclipsemos la idea que pretendemos
destacar. De igual modo, las historias que no hacen más que entretener nos distraen del propósito
de nuestro ministerio. En tal caso, el maestro se haría el centro de atención y dejaría de cumplir el
verdadero objetivo de la educación teocrática.
10 min. Dios lo hace crecer (1 Cor. 3:6). Análisis con el auditorio basado en el Anuario
2011, página 55, párrafos 1 y 2, y página 138, párrafo 3, a página 139, párrafo 1 . Pida a los
presentes que hagan comentarios sobre las lecciones aprendidas.
Anuario 2011, página 55, párrafos 1 y 2
NADIE LLAMÓ A SU PUERTA. Míriam, quien vive en Bolivia, estuvo orando a Dios durante una
semana: “Permíteme conocerte, pero no me envíes a los testigos de Jehová. No quiero que llamen
a mi puerta”.
Esa misma semana, Míriam recibió una llamada telefónica. Era Candy, una precursora especial
que se ofreció a llevarle las revistas en una hora, y ella aceptó. En menos de lo convenido, la
hermana llegó a la casa. Míriam le abrió la puerta con brusquedad y le dijo que entrara y se sentara.
Entonces, molesta, comenzó a caminar de un lado a otro negando con la cabeza. Cuando Candy
le preguntó qué le pasaba, la mujer contestó: “¡No puede ser! Por más de una semana le he estado
orando a Dios para que me dé su guía y dirección, pero le dije específicamente que no quería la
ayuda de los testigos de Jehová, que siempre están llamando a mi puerta. Entonces, usted me
habla por teléfono en lugar de llamar a la puerta. Desde ese momento le estuve pidiendo a Dios que
le impidiera llegar. Y aquí está. ¡Es increíble! Está claro que su voluntad es que ustedes, los testigos
de Jehová, me ayuden”. De inmediato comenzó a estudiar.
Anuario 2011, página 138, párrafo 3, a página 139
Mientras Don y Shirley Fielder servían de precursores en Hula, empezaron un estudio bíblico con
Alogi Pala y su esposa, Renagi. “Alogi era ladrón y siempre estaba metido en peleas —cuenta
Don—. Además, sufría una enfermedad tropical que le daba a su piel un aspecto muy desagradable,
y una úlcera le había consumido parte de la boca. Él y su esposa mascaban nuez de areca, así que
lo que se veía entre sus dientes ennegrecidos era algo de color rojo sangre. Lo cierto es que uno
jamás se imaginaría que alguien como Alogi aceptaría la verdad. Aun así, los dos se interesaron
en el mensaje y comenzaron a ir a las reuniones, donde discretamente se sentaban en la parte de
atrás. ”En unos seis meses —continúa Don— fuimos viendo la impresionante transformación de Alogi;
dejó de robar y abandonó las peleas físicas y verbales. Además, él y Renagi mejoraron en su aseo
personal, empezaron a participar en las reuniones y pronto ya estaban predicando. De hecho, se
cuentan entre los primeros publicadores de Hula.”
Abel Warak, que vivía en Nueva Irlanda, había perdido la sensibilidad en las manos y los pies
debido a la lepra. Cuando oyó de la verdad por primera vez, casi no caminaba y no le importaba la
vida. El mensaje bíblico, sin embargo, cambió su actitud y sus perspectivas por completo, lo cual le
infundió ánimo y fuerzas renovadas. Incluso llegó a ser precursor. En el pasado, Abel había tenido
la costumbre de pescar para complementar su alimentación, pero ya no podía caminar sobre los
arrecifes porque tenía los pies entumecidos. Así que los hermanos le compraron unas botas de
goma que le llegaban a las rodillas. Él, por su parte, aprendió a andar en bicicleta, lo cual le permitía
desplazarse más lejos para predicar. A veces viajaba 100 kilómetros (60 millas) para hacer revisitas,
y en una ocasión pedaleó 145 kilómetros (90 millas) a fin de llegar a la casa de un señor interesado
e invitarlo a la Conmemoración.
Se han dado casos en los que el “conocimiento de Jehová” ha ayudado a individuos feroces a
realizar grandes cambios (Isa. 11:6, 9). Por citar un ejemplo, en 1986, unas sesenta personas
de dos aldeas cercanas a Banz asistieron a una asamblea de distrito en Lae y se sentaron en
las primeras filas del auditorio. Estos habitantes de las montañas habían sido enemigos desde
siempre y vivían en constantes luchas entre sí. Pero después de que unos precursores especiales
les predicaron las buenas nuevas, decidieron vivir en paz. Experiencias como esta recuerdan las
palabras registradas en Zacarías 4:6, donde dice: “‘No por una fuerza militar, ni por poder, sino
por mi espíritu’, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Este es el mismo espíritu que mueve a muchas
personas sinceras a amoldar su vida a las normas morales de la Biblia.
(Isaías 11:6) Y el lobo realmente morará por un tiempo con el cordero, y el leopardo mismo se echará con el cabrito, y el becerro y el leoncillo crinado y el animal bien alimentado todos juntos; y un simple muchachito será guía sobre ellos.
(Isaías 11:9) No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar.
(Zacarías 4:6) De consiguiente, respondió y me dijo: “Esta es la palabra de Jehová a Zorobabel, y dice: ‘“No por una fuerza militar, ni por poder, sino por mi espíritu”, ha dicho Jehová de los ejércitos.
10 min. "Este es el momento de hacer los planes." Preguntas y respuestas. En el párrafo 3, pida al superintendente de servicio que describa los planes para las reuniones del servicio
del campo durante marzo, abril y mayo.
ESTE ES EL MOMENTO DE HACER LOS PLANES
1. ¿Qué oportunidad nos brinda la temporada de la Conmemoración, y qué haremos para
aprovecharla?
1. Cada año, la temporada de la Conmemoración nos brinda una nueva oportunidad de alabar a
nuestro bondadoso Dios (Sal. 109:30). Seguro que, en agradecimiento por la dádiva del rescate,
haremos todo lo posible por aprovechar el mes de marzo para aumentar nuestro ministerio. Pues
bien, este es el momento para hacer los planes (Pro. 21:5).
(Salmo 109:30) Yo elogiaré a Jehová en gran manera con mi boca, y en medio de mucha gente lo alabaré.
(Proverbios 21:5) Los planes del diligente propenden de seguro a ventaja, pero todo el que es apresurado se encamina de seguro a la carencia.
2. ¿Cómo reaccionaron algunos al enterarse de que en abril de 2011 habría una reducción en el
requisito de horas del precursorado auxiliar? ¿Cómo se sintió usted?
2. El precursorado auxiliar. El año pasado nos llenó de alegría saber que en abril habría
una reducción en el requisito de horas del precursorado auxiliar. A este respecto, un joven
escribió: "Todavía no soy precursor regular porque no he terminado la escuela. Pero en abril voy
a solicitar el precursorado auxiliar de treinta horas con la meta de llegar a las cincuenta". Por su
parte, una publicadora que trabaja a tiempo completo comentó: "¿Treinta horas? ¡Claro que puedo
lograrlo!". Cuando se hizo el anuncio, una hermana de ochenta y tantos años que había sido
precursora regular dijo: "¡Siempre había querido volver a participar en el precursorado! Jehová sabe
que aquella época fue la mejor de mi vida". En ese mes, también hubo publicadores que, aunque no
pudieron ser precursores auxiliares, se propusieron aumentar su servicio.
3. ¿Qué razones tenemos para hacer el precursorado auxiliar en marzo, abril y mayo?
3. Marzo será un buen mes para hacer el precursorado auxiliar, pues nuevamente tendremos la
oportunidad de elegir entre cumplir con el requisito de treinta horas o con el de cincuenta. Además,
a partir del sábado 17 de marzo participaremos en una campaña especial para invitar a la gente
a la Conmemoración, que se celebrará el 5 de abril. Esperamos que, tras haber disfrutado del
precursorado auxiliar en marzo, muchos se animen a completar las cincuenta horas en abril y mayo.
4. ¿Qué podría hacerse a fin de aumentar nuestra participación en el servicio? ¿Qué resultados
obtendremos al final?
4. En su próxima Noche de Adoración en Familia se podrían analizar maneras de aumentar el
servicio durante la temporada de la Conmemoración (Pro. 15:22). Pídale a Jehová que bendiga sus
esfuerzos (1 Juan 3:22). Además, no olvide que al aumentar su participación en el servicio, alabará
aún más a Jehová y se sentirá más feliz (2 Cor. 9:6).
(Proverbios 15:22) Resultan frustrados los planes donde no hay habla confidencial, pero en la multitud de consejeros hay logro.
(1 Juan 3:22) y cualquier cosa que le pedimos la recibimos de él, porque estamos observando sus mandamientos y estamos haciendo las cosas que son gratas a sus ojos.
(2 Corintios 9:6) Mas en cuanto a esto, el que siembra parcamente, parcamente también segará; y el que siembra liberalmente, liberalmente también segará.
Cántico 107
Estudio de la Atalaya:
“Fieles de la antigüedad guiados por el espíritu de Dios”
Cántico 81
Párrafo 1
<> 2 Tesalonicenses 3:2 y para que seamos librados de hombres dañinos e inicuos, porque la fe no es posesión de todos.
<> Romanos 10:17 De modo que la fe sigue a lo oído. A su vez, lo oído es mediante la palabra acerca de Cristo.
<> Gálatas 5:22, 23 Por otra parte, el fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 apacibilidad, autodominio. Contra tales cosas no hay ley.
Párrafo 2
<> Santiago 5:17 Elías era hombre de sentimientos semejantes a los nuestros, y, no obstante, en oración oró que no lloviera; y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
<> Hebreos 11:34 detuvieron la fuerza del fuego, escaparon del filo de la espada, de un estado débil fueron hechos poderosos, se hicieron valientes en guerra, pusieron en fuga a los ejércitos de extranjeros.
Párrafo 3
<> Isaías 63:11-14 Y uno empezó a acordarse de los días de mucho tiempo atrás, de Moisés su siervo: “¿Dónde está Aquel que los hizo subir del mar con los pastores de su rebaño? ¿Dónde está Aquel que puso dentro de él Su propio espíritu santo? 12 ¿Aquel que hizo que Su hermoso brazo fuera a la diestra de Moisés; Aquel que partió las aguas de delante de ellos para hacer para sí mismo un nombre de duración indefinida; 13 Aquel que los hizo andar a través de las aguas agitadas de modo que, cual caballo en el desierto, no tropezaron? 14 Tal como cuando baja una bestia misma a la llanura-valle, el mismísimo espíritu de Jehová procedió a hacerlos descansar”. Así condujiste a tu pueblo para hacer para ti mismo un nombre hermoso.
<> Números 11:14, 15 No puedo, por mí solo, llevar a todo este pueblo, porque es demasiado pesado para mí. 15 Por eso, si de esta manera estás haciendo conmigo, por favor, mátame [y acábame] del todo, si he hallado favor a tus ojos, y no mire yo mi calamidad”.
<> Números 11:16, 17 A su vez Jehová dijo a Moisés: “Reúneme setenta hombres de los ancianos de Israel, de quienes de veras conozcas que son ancianos del pueblo y oficiales suyos, y tienes que llevarlos a la tienda de reunión, y ellos tienen que apostarse allí contigo. 17 Y yo tendré que descender y hablar contigo allí; y tendré que quitar parte del espíritu que está sobre ti y colocarlo sobre ellos, y ellos tendrán que ayudarte a llevar la carga del pueblo para que no la lleves tú, tú solo.
Párrafo 4
<> Juan 1:16 Porque todos nosotros recibimos de su plenitud, sí, bondad inmerecida sobre bondad inmerecida.
<> Juan 3:34 Porque aquel a quien Dios envió habla los dichos de Dios, porque él no da el espíritu por medida.
Párrafo 5
<> Romanos 15:13 Que el Dios que da esperanza los llene de todo gozo y paz por el creer de ustedes, para que abunden en la esperanza con poder de espíritu santo.
Párrafo 6
<> Éxodo 35:30-35 Entonces Moisés dijo a los hijos de Israel: “Miren, Jehová ha llamado por nombre a Bezalel hijo de Urí hijo de Hur, de la tribu de Judá. 31 Y procedió a llenarlo del espíritu de Dios en sabiduría, en entendimiento y en conocimiento y en habilidad para toda clase de artesanía 32 y para diseñar medios útiles, para trabajar en oro y plata y cobre, 33 y en trabajo de piedras para engastarlas y en trabajo de madera para hacer ingeniosos productos de toda clase. 34 Y ha puesto en su corazón que él debe enseñar, él y Oholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan. 35 Los ha llenado de sabiduría de corazón para hacer toda obra de artífice y de bordador y de tejedor en hilo azul y lana teñida de púrpura rojiza, en fibra escarlata carmesí y lino fino, y de obrero de telar, hombres que hacen toda clase de obra y que diseñan medios útiles.
<> Éxodo 1:13, 14 Por consiguiente, los egipcios hicieron trabajar a los hijos de Israel como esclavos bajo tiranía. 14 Y siguieron amargándoles la vida con dura esclavitud en [trabajos de] argamasa de barro y ladrillos y con toda forma de esclavitud en el campo, sí, toda forma de esclavitud suya en la cual los usaban como esclavos bajo tiranía.
Párrafo 7
<> 2 Crónicas 1:2-6 Y Salomón procedió a decir la palabra a todo Israel, a los jefes de los millares y de las centenas y a los jueces y a todos los principales de todo Israel, los cabezas de las casas paternas. 3 Entonces Salomón y toda la congregación con él fueron al lugar alto que había en Gabaón; porque allí era donde se hallaba la tienda de reunión del Dios [verdadero], que Moisés el siervo de Jehová había hecho en el desierto. 4 Sin embargo, David había subido el arca del Dios [verdadero] desde Quiryat-jearim al lugar que David le había preparado, porque le había asentado una tienda en Jerusalén. 5 Y el altar de cobre que Bezalel hijo de Urí hijo de Hur había hecho había sido puesto delante del tabernáculo de Jehová; y Salomón y la congregación acudieron como siempre a este. 6 Salomón ahora hizo ofrendas allí delante de Jehová sobre el altar de cobre que pertenecía a la tienda de reunión, y procedió a ofrecer sobre él mil ofrendas quemadas.
<> Éxodo 36:1, 2 ”Y tiene que trabajar Bezalel, también Oholiab y todo hombre de corazón sabio a quien Jehová ha dado sabiduría y entendimiento en estas cosas para saber hacer toda la obra del servicio santo conforme a todo lo que Jehová ha mandado”. 2 Y Moisés procedió a llamar a Bezalel y a Oholiab y a todo hombre de corazón sabio en cuyo corazón Jehová había puesto sabiduría, todo aquel cuyo corazón lo impelió a dirigirse a la obra para hacerla.
Párrafo 9
<> Éxodo 13:17 Y aconteció, al tiempo en que Faraón envió al pueblo, que Dios no los guió por el camino de la tierra de los filisteos simplemente porque estaba cerca, porque dijo Dios: “Puede ser que el pueblo sienta pesar al ver guerra y ciertamente se vuelva a Egipto”.
<> Éxodo 17:8 Y los amalequitas procedieron a venir y a pelear contra Israel en Refidim.
Párrafo 10
<> Números 2:18 ”La división [de tres tribus] del campamento de Efraín en sus ejércitos estará hacia el oeste, y el principal para los hijos de Efraín es Elisamá hijo de Amihud.
<> Números 2:24 ”Todos los inscritos del campamento de Efraín son ciento ocho mil cien en sus ejércitos, y ellos deben ser los terceros en emprender la marcha.
<> 1 Crónicas 7:26, 27 Ladán su hijo, Amihud su hijo, Elisamá su hijo, 27 Nun su hijo, Jehosúa su hijo.
<> Éxodo 17:9-13 Ante esto, Moisés dijo a Josué: “Escógenos hombres y sal tú, pelea contra los amalequitas. Mañana voy a apostarme sobre la cima de la colina, con la vara del Dios [verdadero] en la mano”. 10 Entonces hizo Josué tal como le había dicho Moisés, a fin de pelear contra los amalequitas; y Moisés, Aarón y Hur subieron a la cima de la colina. 11 Y ocurría que tan pronto como Moisés alzaba la mano, los israelitas resultaban superiores; pero tan pronto como dejaba bajar la mano, los amalequitas resultaban superiores. 12 Cuando las manos de Moisés se hicieron pesadas, entonces tomaron una piedra y se la pusieron debajo, y él se sentó sobre ella; y Aarón y Hur le sostenían las manos, uno de este lado y el otro de aquel lado, de modo que sus manos se mantuvieron firmes hasta que se puso el sol. 13 Por lo tanto Josué venció a Amaleq y su pueblo a filo de espada.
Párrafo 11
<> Deuteronomio 34:9 Y Josué hijo de Nun estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto su mano sobre él; y los hijos de Israel empezaron a escucharle y se pusieron a hacer tal como Jehová había mandado a Moisés.
<> Josué 1:7-9 ”Sólo sé animoso y muy fuerte para que cuides de hacer conforme a toda la ley que Moisés mi siervo te mandó. No te desvíes de ella a la derecha ni a la izquierda, para que actúes sabiamente adondequiera que vayas. 8 Este libro de la ley no debe apartarse de tu boca, y día y noche tienes que leer en él en voz baja, a fin de que cuides de hacer conforme a todo lo que está escrito en él; porque entonces tendrás éxito en tu camino y entonces actuarás sabiamente. 9 ¿No te he dado orden yo? Sé animoso y fuerte. No sufras sobresalto ni te aterrorices, porque Jehová tu Dios está contigo adondequiera que vayas”.
Párrafo 12
<> Hebreos 11:34 detuvieron la fuerza del fuego, escaparon del filo de la espada, de un estado débil fueron hechos poderosos, se hicieron valientes en guerra, pusieron en fuga a los ejércitos de extranjeros.
<> Jueces 6:34 Y el espíritu de Jehová envolvió a Gedeón de modo que se puso a tocar el cuerno, y los abí-ezritas llegaron a ser convocados en pos de él.
<> Jueces 7:2-8 Jehová ahora dijo a Gedeón: “La gente que está contigo es demasiada para que yo dé a Madián en su mano. Israel tal vez se gloriaría contra mí, y diría: ‘Mi mano fue la que me salvó’. 3 Y ahora proclama, por favor, a oídos del pueblo, y di: ‘¿Quién hay que tema y tiemble? Que se retire’”. De modo que Gedeón los puso a prueba. Con eso, veintidós mil de los del pueblo se retiraron, y hubo diez mil que quedaron. 4 Sin embargo, Jehová dijo a Gedeón: “Todavía hay demasiada gente. Hazlos bajar al agua para ponértelos a prueba allí. Y tiene que suceder que del que yo te diga: ‘Este irá contigo’, él es uno que irá contigo, pero todo aquel de quien te diga: ‘Este no te acompañará’, él es uno que no irá”. 5 De modo que él hizo que la gente bajara al agua. Entonces Jehová dijo a Gedeón: “A todo el que lama un poco del agua con la lengua tal como lame el perro, lo pondrás aparte, también a todo el que se doble sobre las rodillas para beber”. 6 Y el número de los que lamieron con la mano a la boca resultó ser trescientos hombres. En cuanto a toda la demás gente, se dobló sobre las rodillas para beber agua. 7 Jehová ahora dijo a Gedeón: “Por los trescientos hombres que lamieron [el agua] los salvaré, y daré a Madián en tu mano. En cuanto a toda la otra gente, que se vaya cada uno a su lugar”. 8 De modo que tomaron en la mano las provisiones de la gente, y sus cuernos, y a todos los hombres de Israel los envió, cada cual a su hogar; y retuvo a los trescientos hombres. En cuanto al campamento de Madián, este se hallaba más abajo de él, en la llanura baja.
<> Jueces 8:10 Ahora bien, Zébah y Zalmuná estaban en Qarqor, y sus campamentos con ellos, y eran unos quince mil todos los que quedaban del entero campamento de los orientales; y los que ya habían caído eran ciento veinte mil hombres que solían sacar la espada.
Párrafo 13
<> Jueces 7:9-14 Y durante aquella noche aconteció que Jehová procedió a decirle: “Levántate, desciende sobre el campamento, porque lo he dado en tu mano. 10 Pero si temes descender, desciende con Purá tu servidor, al campamento. 11 Y tienes que escuchar lo que hablarán, y después tus manos ciertamente se pondrán fuertes, y de seguro descenderás sobre el campamento”. Con eso, él y Purá su servidor fueron bajando hasta el borde de los que, en orden de batalla, se hallaban en el campamento. 12 Ahora bien, Madián y Amaleq y todos los orientales se hallaban echados en la llanura baja, tan numerosos como las langostas; y sus camellos eran sin número, tan numerosos como los granos de arena que están en la orilla del mar. 13 Ahora llegó Gedeón, y, ¡mire!, un hombre estaba contando un sueño a su compañero, y pasó a decir: “Aquí está un sueño que he soñado. Y, ¡mira!, había una torta redonda de pan de cebada que entraba dando vuelta tras vuelta en el campamento de Madián. Entonces llegó a una tienda y le dio de modo que esta cayó, y fue volcándola de arriba abajo, y la tienda cayó a plomo”. 14 Ante esto, su compañero contestó y dijo: “Esta no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, un hombre de Israel. El Dios [verdadero] ha dado en su mano a Madián y todo el campamento”.
<> Jueces 6:36-40 Entonces Gedeón dijo al Dios [verdadero]: “Si vas a salvar a Israel por medio de mí, tal como has prometido, 37 aquí voy a mantener expuesto un vellón de lana en la era. Si llega a haber rocío sólo sobre el vellón, pero sobre toda la tierra hay sequedad, entonces tendré que saber que salvarás a Israel por medio de mí, tal como has prometido”. 38 Y resultó así. Cuando él se levantó temprano al día siguiente y exprimió el vellón, logró escurrir del vellón suficiente rocío como para llenar de agua un gran tazón de banquete. 39 Sin embargo, Gedeón dijo al Dios [verdadero]: “No se encienda tu cólera contra mí, pero déjame hablar sólo una vez más. Déjame, por favor, hacer una prueba solamente una vez más con el vellón. Quede seco, por favor, el vellón sólo, y sobre toda la tierra llegue a haber rocío”. 40 De modo que Dios lo hizo así en aquella noche; y llegó a haber sequedad solo sobre el vellón, y sobre toda la tierra hubo rocío.
Párrafo 14
<> Romanos 8:31, 32 Entonces, ¿qué diremos a estas cosas? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? 32 El que ni aun a su propio Hijo perdonó, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿por qué no nos dará bondadosamente también con él todas las demás cosas?
Párrafo 15
<> Jueces 11:29-31 El espíritu de Jehová ahora vino sobre Jefté, y él procedió a pasar por Galaad y Manasés, y a pasar por Mizpé de Galaad, y desde Mizpé de Galaad pasó adelante a donde los hijos de Ammón. 30 Entonces Jefté hizo un voto a Jehová y dijo: “Si tú sin falta das a los hijos de Ammón en mi mano, 31 entonces tiene que suceder que el que venga saliendo, que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro cuando yo vuelva en paz de los hijos de Ammón, tiene que llegar a ser entonces de Jehová, y tengo que ofrecer a ese como ofrenda quemada”.
<> Jueces 11:34 Por fin Jefté vino a Mizpá, a su casa, y, ¡mire!, ¡su hija salía a su encuentro con toque de panderetas y baile! Ahora bien, ella era absolutamente la única hija. Además de ella, él no tenía ni hijo ni hija.
<> Jueces 11:36 Pero ella le dijo: “Padre mío, si has abierto tu boca a Jehová, haz conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca, puesto que Jehová ha ejecutado para ti actos de venganza sobre tus enemigos, los hijos de Ammón”.
Párrafo 17
<> Jueces 13:24, 25 Más tarde la mujer dio a luz un hijo y lo llamó por nombre Sansón; y el muchacho siguió creciendo, y Jehová continuó bendiciéndolo. 25 Con el tiempo, el espíritu de Jehová comenzó a impelerlo en Mahané-dan, entre Zorá y Estaol.
<> Hebreos 11:32-34 ¿Y qué más diré? Porque me faltará tiempo si sigo contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como también de Samuel y de los [demás] profetas, 33 que por fe derrotaron reinos en conflicto, efectuaron justicia, obtuvieron promesas, taparon bocas de leones, 34 detuvieron la fuerza del fuego, escaparon del filo de la espada, de un estado débil fueron hechos poderosos, se hicieron valientes en guerra, pusieron en fuga a los ejércitos de extranjeros.
<> Jueces 16:18-21 Cuando Dalila llegó a ver que él le había descubierto todo su corazón, inmediatamente envió a llamar a los señores del eje filisteos, y dijo: “Suban esta vez, porque me ha descubierto todo su corazón”. Y los señores del eje filisteos subieron a donde ella para traer el dinero en la mano. 19 Y ella procedió a hacerlo dormir sobre sus rodillas. Entonces llamó al hombre y le hizo afeitar las siete trenzas de su cabeza, después de lo cual comenzó a mostrar dominio sobre él, y el poder de él siguió apartándose de sobre él. 20 Ahora ella dijo: “¡Los filisteos están sobre ti, Sansón!”. Con eso él despertó de su sueño y dijo: “Saldré como otras veces y, sacudiéndome, me libraré”. Y él mismo no sabía que era Jehová quien se había apartado de él. 21 De modo que los filisteos lo agarraron y le perforaron y sacaron los ojos y lo bajaron a Gaza y lo sujetaron con dos grilletes de cobre; y vino a ser molendero en la casa de encierro.
<> Jueces 16:28-30 Sansón ahora clamó a Jehová y dijo: “Señor Soberano Jehová, acuérdate de mí, por favor, y fortaléceme, por favor, solo esta vez, oh tú el Dios [verdadero], y deja que me vengue de los filisteos con venganza por uno de mis dos ojos”. 29 Con eso Sansón se aseguró contra las dos columnas de en medio sobre las cuales estaba firmemente establecida la casa, y se agarró fuertemente de ellas, de una con la mano derecha y de la otra con la izquierda. 30 Y Sansón procedió a decir: “Muera mi alma con los filisteos”. Entonces se inclinó con poder, y la casa vino cayendo sobre los señores del eje y sobre toda la gente que estaba en ella, de modo que los muertos a que dio muerte en su propia muerte vinieron a ser más que aquellos a que había dado muerte durante toda su vida.
Párrafo 18
<>Hechos 10:42 También, nos ordenó que predicáramos al pueblo y que diéramos testimonio cabal de que este es Aquel de quien Dios ha decretado que sea juez de vivos y de muertos.
<> Efesios 6:17, 18 También, acepten el yelmo de la salvación, y la espada del espíritu, es decir, la palabra de Dios, 18 mientras que, con toda forma de oración y ruego, se ocupan en orar en toda ocasión en espíritu. Y, con ese fin, manténganse despiertos con toda constancia y con ruego a favor de todos los santos,
Cántico 51
ESTE DOCUMENTO FUE REALIZADO POR LOS HERMANOS = LUIS Y ERICKA,
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