lunes, 25 de junio de 2012

SEMANA DEL 25 DE JUNIO



REPASO DE LA ESCUELA DEL MINISTERIO TEOCRÁTICO

1¿Qué seguridad nos da el hecho de que Jeremías sobreviviera en tiempos de dificultades económicas? (Jer. 37:21.) [7 de mayo, w97 15/9 pág. 3 párr. 4–pág. 4 párr. 1.]
Así mismo, Jehová sostuvo al fiel profeta Jeremías en tiempos de gran penuria económica. Jeremías sobrevivió al sitio babilonio de Jerusalén, cuando la gente tenía que “comer pan por peso y con solicitud ansiosa”. (Ezequiel 4:16 Con el tiempo, el hambre se hizo tan severa en la ciudad que algunas mujeres se comieron la carne de sus propios hijos. Lamentaciones 2:20.) Aunque Jeremías se encontraba detenido a causa de su predicación valerosa, Jehová se encargó de que se le suministrara diariamente “un pan redondo [...], hasta que todo el pan de la ciudad se agotó”. (Jeremías 37:21.)

(Ezequiel 4:16) Y continuó diciéndome: “Hijo del hombre, mira, voy a quebrar las varas alrededor de las cuales se suspenden panes anulares, en Jerusalén, y tendrán que comer pan por peso y con solicitud ansiosa, y será por medida y con horror que beberán el agua misma,


(Lamentaciones 2:20) Mira, oh Jehová, y de veras observa a aquella a quien has tratado severamente de esta manera. ¿Acaso las mujeres deben seguir comiendo su propio fruto, los hijos que han nacido completamente formados?, ¿o se debe matar en el santuario de Jehová a sacerdote y profeta?


(Jeremías 37:21) En conformidad, el rey Sedequías dio orden, y entonces custodiaron a Jeremías en el Patio de la Guardia; y diariamente se le daba un pan redondo de la calle de los panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se agotó. Y Jeremías continuó morando en el Patio de la Guardia.

Así pues, Jeremías, al igual que Elías, disponía de poco alimento. Las Escrituras no nos revelan qué comió Jeremías ni con cuánta frecuencia después de acabarse el pan en Jerusalén. Aun así, sabemos que Jehová lo sostuvo y que sobrevivió a ese pavoroso período de hambre. 
2. ¿Cómo imitan el buen ejemplo de Ébed-mélec los cristianos que tienen la esperanza de vivir para siempre en la Tierra?  (Jer. 38:8-13.) [7 de mayo, su pág. 179 párr. 9.]
¡Cuán preciosa es esa promesa para los siervos de Jehová de hoy! Como Ebed-melec, las “otras ovejas” ven las injusticias que se cometen contra la clase de Jeremías de nuestros días, el resto ungido, y los esfuerzos que se hacen para detener su predicación del mensaje de Jehová. No han vacilado en tomar la acción que han podido para proteger y apoyar a la clase ungida. Por tanto, apropiadamente la promesa de Jehová a Ebed-melec los fortalece, y fortifica su confianza en que Jehová no permitirá que los opositores los destruyan, sino que los conservará como clase a través de la cercana destrucción mundial y los introducirá en Su justa “nueva tierra”.

(Jeremías 38:8-13) De manera que Ébed-mélec salió de la casa del rey y habló al rey, y dijo: 9 “Oh mi señor el rey, estos hombres han hecho mal en todo lo que han hecho a Jeremías el profeta, a quien han arrojado en la cisterna, de modo que morirá donde está a causa del hambre. Porque ya no hay pan en la ciudad”. 10 Entonces el rey dio orden a Ébed-mélec el etíope, y dijo: “Toma a tu cargo de este lugar a treinta hombres, y tienes que sacar de la cisterna a Jeremías el profeta antes que muera”. 11 En conformidad, Ébed-mélec tomó los hombres a su cargo y entró en la casa del rey al lugar debajo de la tesorería y tomó de allí trapos gastados y pedazos de tela gastada, y se los bajó a Jeremías en la cisterna por medio de las sogas. 12 Entonces Ébed-mélec el etíope dijo a Jeremías: “Por favor, ponte los trapos gastados y los pedazos de tela debajo de las axilas, bajo las sogas”. Jeremías ahora lo hizo. 13 Por fin tiraron de Jeremías mediante las sogas y lo subieron de la cisterna. Y Jeremías continuó morando en el Patio de la Guardia.


3. Puesto que Jehová se valió de los guardaespaldas de Nabucodonosor para proteger a Jeremías y a Baruc, ¿sería correcto que los cristianos de hoy día buscaran la protección de policías armados? (Jer. 39:11-14.) [14 de mayo, w83 1/10 pág. 31.]
Pudiéramos comparar la situación actual con la del tiempo de Jeremías. En aquel entonces Jehová usó el ejército de “Nabucodorosor, el rey de Babilonia, mi siervo” para ejecutar juicio sobre el reino apóstata de Judá. Para protegerse en medio de aquella situación crítica, ¿se armaron Jeremías y Baruc? No, pues Jehová mismo había hecho de Jeremías “una ciudad fortificada y una columna de hierro y muros de cobre contra todo el país”. Y, aunque no se unieron al ejército del “siervo” que Jehová empleó para ejecutar Su juicio, aceptaron la liberación de ese “siervo” cuando Jerusalén fue destruida. (Jeremías 1:17-19; 25:9; 39:11-14.)
Del mismo modo, hoy día los testigos de Jehová buscan la paz a medida que proclaman el mensaje del Reino en un mundo violento. Sin embargo, mientras Jehová permita que las autoridades gubernamentales porten la “espada”, o su equivalente del día moderno, para mantener el orden, ellos pudieran legítimamente aceptar la protección de dicha “espada”.

*  (Jeremías 39:11-14) Además, Nabucodorosor el rey de Babilonia dio orden respecto a Jeremías por medio de Nebuzaradán el jefe de la guardia de corps, y dijo: 12 “Tómalo y mantén tus propios ojos puestos en él, y no le hagas nada malo. Antes bien, tal como él te hable, así haz con él”. 13 En conformidad, Nebuzaradán el jefe de la guardia de corps y Nebusazbán el Rabsarís, y Nergal-sarézer el Rabmag y todos los hombres principales del rey de Babilonia, enviaron; 14 aun procedieron a enviar y tomar a Jeremías del Patio de la Guardia y entregarlo a Guedalías hijo de Ahiqam hijo de Safán, a fin de que lo sacara a [su] casa, para que morara en medio del pueblo.


(Jeremías 1:17-19) ”Y en cuanto a ti, debes ceñirte las caderas, y tienes que levantarte y hablarles todo lo que yo mismo te mande. No te sobrecojas de terror alguno a causa de ellos, para que yo no te infunda terror delante de ellos. 18 Pero en cuanto a mí, aquí he hecho de ti hoy una ciudad fortificada y una columna de hierro y muros de cobre contra todo el país, para con los reyes de Judá, para con sus príncipes, para con sus sacerdotes y para con la gente de la tierra. 19 Y de seguro pelearán contra ti, pero no prevalecerán contra ti, porque: ‘Yo estoy contigo —es la expresión de Jehová— para librarte’”.


(Jeremías 25:9) miren, voy a enviar y ciertamente tomaré a todas las familias del norte —es la expresión de Jehová—, hasta [enviar aviso] a Nabucodorosor el rey de Babilonia, mi siervo, y ciertamente las traeré contra esta tierra y contra sus habitantes y contra todas estas naciones en derredor; y ciertamente los daré por entero a la destrucción y haré de ellos objeto de pasmo y algo de qué silbar y lugares devastados hasta tiempo indefinido.


(Jeremías 39:11-14) Además, Nabucodorosor el rey de Babilonia dio orden respecto a Jeremías por medio de Nebuzaradán el jefe de la guardia de corps, y dijo: 12 “Tómalo y mantén tus propios ojos puestos en él, y no le hagas nada malo. Antes bien, tal como él te hable, así haz con él”. 13 En conformidad, Nebuzaradán el jefe de la guardia de corps y Nebusazbán el Rabsarís, y Nergal-sarézer el Rabmag y todos los hombres principales del rey de Babilonia, enviaron; 14 aun procedieron a enviar y tomar a Jeremías del Patio de la Guardia y entregarlo a Guedalías hijo de Ahiqam hijo de Safán, a fin de que lo sacara a [su] casa, para que morara en medio del pueblo.

4. ¿Cuáles pudieron haber sido las “cosas grandes” que Baruc buscaba para sí, y qué aprendemos de su respuesta al consejo de Jehová? (Jer. 45:5.) [21 de mayo, w06 15/8 pág. 18 párr. 1; pág. 19 párr. 6.]
Jehová no especificó qué eran esas “cosas grandes”, pero Baruc debió de saber si se refería a deseos egoístas, prominencia o prosperidad material. Dios le aconsejó que fuera realista y no olvidara lo que iba a suceder: “Mira, voy a traer una calamidad sobre toda carne [...], y ciertamente te daré tu alma como despojo en todos los lugares adonde vayas”. La posesión más valiosa de Baruc era su vida, y Jehová le prometió preservarla adondequiera que fuera (Jeremías 45:5).
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Cuando a Baruc se le recordó que en los últimos días de Judá no había tiempo para buscar “cosas grandes” para sí mismo, es obvio que respondió bien, pues efectivamente recibió “[su] alma como despojo”. Ese consejo también es útil para nosotros, pues al igual que Baruc vivimos en los últimos días de un sistema de cosas. Jehová nos promete lo mismo: salvar nuestra vida. ¿Respondemos nosotros a sus consejos como lo hizo Baruc?

*  (Jeremías 45:5) Pero en cuanto a ti, tú sigues buscando cosas grandes para ti. No sigas buscando”’. ”‘Porque, mira, voy a traer una calamidad sobre toda carne —es la expresión de Jehová—, y ciertamente te daré tu alma como despojo en todos los lugares adonde vayas’”.

5. A diferencia de lo que hacen los “vendimiadores” y los “ladrones”, ¿qué haría Jehová cuando Edom recibiera su merecido castigo? (Jer. 49:9, 10.) [28 de mayo, w78 15/2 pág. 9 párrs. 1, 2.]
Jehová Dios no dejó pasar inadvertidos estos hechos faltos de fraternidad. Por medio de sus profetas Abdías, Ezequiel y Jeremías, decretó ruina para Edom. En esencia, Jeremías y Abdías presentaron el mismo mensaje, lo cual hizo doblemente seguro el cumplimiento de la palabra de Jehová en cuanto a la caída de Edom: “Si fueran ladrones que vinieran a ti, si despojadores violentos vinieran de noche, ¿hasta qué grado se te hubiera reducido a silencio? ¿No hurtarían ellos tanto como quisieran? O si fueran vendimiadores que vinieran a ti, ¿no dejarían que algunos rebuscos quedaran? ¡Oh a qué grado han sido escudriñados los de Esaú! ¡Cómo han sido buscados sus tesoros ocultos!” (Abd. 5, 6; Jer. 49:9, 10) Sí, los ladrones solo roban lo que quieren, y los vendimiadores dejan rebuscos. Pero, en el caso de Esaú (Edom), nada sería pasado por alto cuando ellos fueran derrotados.
Y ¿por medio de quién vendría la calamidad? La respuesta profética fue: “Los hombres mismos que están en pacto contigo, todos te han engañado. Los hombres en paz contigo han prevalecido contra ti. Los que comen alimento contigo colocarán una red debajo de ti como uno en quien no hay discernimiento.” (Abd. 7) De modo que la derrota vendría a manos de las mismísimas personas con quienes los edomitas habían estado aliados, evidentemente los babilonios a quienes habían entregado los escapados de Judá.

*  (Jeremías 49:9, 10) Si realmente vinieran a ti vendimiadores mismos, ¿no dejarían que quedaran algunos rebuscos? Si [entraran] ladrones de noche, ciertamente causarían solo la ruina que quisieran. 10 Pero en cuanto a mí, ciertamente desnudaré a Esaú. Verdaderamente descubriré sus escondrijos, y uno no podrá esconderse. Su prole y sus hermanos y sus vecinos ciertamente serán despojados con violencia, y él no existirá.

(Abdías 5-7) “Si fueran ladrones los que vinieran a ti, si despojadores violentos [vinieran] de noche, ¿hasta qué grado se te habría silenciado? ¿No hurtarían ellos cuanto quisieran? O si fueran vendimiadores los que vinieran a ti, ¿no dejarían que algunos rebuscos quedaran? 6 Oh, ¡a qué grado han sido escudriñados los de Esaú! ¡[Cómo] han sido buscados sus tesoros ocultos! 7 Hasta el límite te han enviado. Los hombres mismos [que están] en pacto contigo, todos te han engañado. Los hombres [que están] en paz contigo han prevalecido contra ti. Los [que comen] alimento contigo colocarán una red debajo de ti como uno en quien no hay discernimiento.

6. ¿Qué importantes lecciones aprendemos de lo que le ocurrió al rey Sedequías después de “rebelarse contra el rey de Babilonia”? (Jer. 52:3, 7-11.) [4 de jun., w88 15/9 pág. 17 párr. 8; w83 15/5 pág. 26 párrs. 3, 4; pág. 27 párr. 6.]
Después Dios comparó a los gobernantes de Babilonia y Egipto con grandes águilas. Una arrancó la cima de un cedro al quitar al rey Joaquín y reemplazarlo con Sedequías. Aunque Sedequías había jurado lealtad a Nabucodonosor, quebrantó aquel juramento y procuró que el gobernante de Egipto, la otra gran águila, le ayudara. Si Sedequías invocó el nombre de Dios al hacer aquel juramento, el quebrantarlo causó oprobio a Jehová. La mismísima idea de que causaríamos oprobio a Dios debería impedir que en alguna ocasión violáramos la palabra que hubiéramos dado. ¡Ciertamente tenemos un gran privilegio al llevar el nombre divino como testigos de Jehová! 
(Ezequiel 17:1-21.)
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Sedequías, el hijo del rey Josías por su esposa Hamutal, originalmente se llamaba Matanía. Cuando los babilonios se llevaron cautivo a su sobrino el rey Joaquín, Matanía fue hecho rey vasallo, sujeto a Nabucodonosor, el rey de Babilonia. Entonces, el rey Nabucodonosor le cambió el nombre de Matanía a Sedequías, que significa “Jehová es justicia”. Se requirió que Sedequías jurara por el nombre de Jehová que permanecería leal a Nabucodonosor. Pero, ¿cumpliría él con la promesa a la cual estaba atado por juramento? (2 Reyes 24:12, 17, 18; 2 Crónicas 36:13; Jeremías 37:1.)
Por algún tiempo Sedequías cumplió con aquel juramento. Pero más adelante cedió ante la presión de los poderosos príncipes de su reino, quienes estaban promoviendo una revuelta en contra de los babilonios. Así que violó su promesa, se rebeló contra Nabucodonosor y se volvió a Egipto por ayuda. Para sofocar esta rebelión, el rey de Babilonia dirigió sus ejércitos contra Jerusalén y sitió la ciudad en el noveno año del reinado de Sedequías. (Jeremías 52:3, 4;Ezequiel 17:15.)
Según lo predijo Jeremías, Jerusalén cayó en manos de los babilonios. En el undécimo año del reinado de Sedequías, las fuerzas enemigas abrieron brecha a través de las murallas de la ciudad. Bajo el amparo de la oscuridad, Sedequías y un destacamento de guerreros huyeron, pero se les dio alcance en las llanuras desérticas de Jericó. Al ser llevado ante Nabucodonosor para ser juzgado, Sedequías primero presenció la ejecución de sus hijos. Entonces fue cegado y llevado prisionero a Babilonia. El temor al hombre verdaderamente resultó en un lazo para él. (Jeremías 52:9-11.)

*  (Ezequiel 17:1-21) Y la palabra de Jehová continuó ocurriéndome, y dijo: 2 “Hijo del hombre, propón un enigma y compón un dicho proverbial [dirigido] a la casa de Israel. 3 Y tienes que decir: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “La gran águila, poseedora de grandes alas, con largas plumas remeras, llena de plumaje, que tenía variedad de colores, vino al Líbano y procedió a tomar la punta del cedro. 4 Arrancó la misma cima de sus vástagos jóvenes y vino trayéndola a la tierra de Canaán; en una ciudad de comerciantes la colocó. 5 Además, tomó alguna de la semilla de la tierra y la puso en un campo para semilla. Como un sauce al lado de vastas aguas, como un sauce la colocó. 6 Y esta empezó a brotar y gradualmente llegó a ser una vid que crecía con frondosidad, baja en altura, inclinada a volver su follaje hacia dentro; y en cuanto a sus raíces, gradualmente llegaron a estar debajo de ella. Y finalmente llegó a ser una vid y produjo sarmientos y envió ramas. 7 ”’”Y llegó a haber otra gran águila, con grandes alas, y con grandes plumas remeras, y, ¡mire!, esta misma vid extendió sus raíces hambrientamente hacia ella. Y su follaje le alargó para [que ella] la regara, lejos de los cuadros de jardín donde estaba plantada. 8 A un buen campo, junto a vastas aguas, había sido ya trasplantada, para producir ramas mayores y llevar fruto, para llegar a ser una vid majestuosa”’. 9 ”Di: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “¿Tendrá éxito? ¿No arrancará alguien sus mismísimas raíces y hará escamoso su mismísimo fruto? ¿Y [no] tendrán que secarse todos sus brotes recientemente arrancados? Se secará. Ni por un gran brazo ni por un pueblo numeroso tendrá que ser alzada de sus raíces. 10 Y, ¡mira!, aunque trasplantada, ¿tendrá éxito? ¿No se secará completamente, aun como cuando el viento del este la toca? En los cuadros de jardín de su brote se secará”’”. 11 Y la palabra de Jehová continuó ocurriéndome, y dijo: 12 “Di, por favor, a la casa rebelde: ‘¿No saben ustedes realmente lo que estas cosas significan?’. Di: ‘¡Miren! El rey de Babilonia vino a Jerusalén y procedió a tomar a su rey y sus príncipes y a llevárselos a sí a Babilonia. 13 Además, tomó uno de la descendencia real y celebró un pacto con él y lo introdujo en un juramento; y a los hombres de nota del país se los llevó, 14 para que el reino llegara a ser bajo, sin poder alzarse, para que, guardando el pacto de él, subsistiera. 15 Pero este finalmente se rebeló contra él al enviar sus mensajeros a Egipto, [para que este] le diera caballos y un pueblo numeroso. ¿Tendrá éxito? ¿Escapará él, el que está haciendo estas cosas, y que ha quebrantado un pacto? ¿Y realmente escapará?’. 16 ”‘“Tan ciertamente como que yo estoy vivo —es la expresión del Señor Soberano Jehová—, en el lugar del rey que puso como rey al que despreció su juramento y que quebrantó su pacto, con él en medio de Babilonia morirá. 17 Y por una gran fuerza militar y por una congregación numerosa Faraón no lo hará eficiente en la guerra, por amontonar un cerco de sitiar y por construir un muro de asedio, para cortar muchas almas. 18 Y él ha despreciado un juramento al quebrantar un pacto, y, ¡mira!, él había dado su mano y ha hecho aun todas estas cosas. No logrará escapar.”’ 19 ”‘Por lo tanto, esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “Tan ciertamente como que estoy vivo, de seguro mi juramento que él ha despreciado y mi pacto que él ha quebrantado... ciertamente hasta lo traeré sobre su cabeza. 20 Y ciertamente extenderé sobre él mi red, y ciertamente será cogido en mi red de cazar; y ciertamente lo llevaré a Babilonia y me pondré en juicio con él allí respecto a su infidelidad con la cual actuó contra mí. 21 Y en lo que respecta a todos los fugitivos de él en todas sus partidas, a espada caerán, y los que queden serán esparcidos aun a todo viento. Y ustedes tendrán que saber que yo mismo, Jehová, [lo] he hablado”.


(2 Reyes 24:12) Por fin Joaquín el rey de Judá salió al rey de Babilonia, él con su madre y sus siervos y sus príncipes y sus oficiales de la corte; y el rey de Babilonia finalmente lo tomó en el año octavo de ser él rey.

(2 Reyes 24:17, 18) Además, el rey de Babilonia hizo rey a su tío Matanías en lugar de él. Entonces cambió el nombre de este al de Sedequías. 18 Veintiún años de edad tenía Sedequías cuando empezó a reinar, y por once años reinó en Jerusalén. Y el nombre de su madre era Hamutal hija de Jeremías de Libná.

(2 Crónicas 36:13) Y hasta contra el rey Nabucodonosor se rebeló, el cual le había hecho jurar por Dios; y siguió poniendo tiesa su cerviz y endureciendo su corazón para no volverse a Jehová el Dios de Israel.


(Jeremías 37:1) Y el rey Sedequías hijo de Josías empezó a reinar en lugar de Conías hijo de Jehoiaquim, a quien Nabucodorosor el rey de Babilonia hizo rey en la tierra de Judá.


(Jeremías 52:3) Porque a causa de la cólera de Jehová esto sucedió en Jerusalén y Judá, hasta que él los hubo echado de delante de su rostro. Y Sedequías procedió a rebelarse contra el rey de Babilonia.

(Jeremías 52:7-11) Por fin se abrió brecha en la ciudad; y en cuanto a todos los hombres de guerra, se pusieron a huir y a salir de noche de la ciudad por el camino de la puerta entre el muro doble que está junto al jardín del rey, mientras los caldeos estaban todo alrededor contra la ciudad; y siguieron yendo por el camino del Arabá. 8 Y una fuerza militar de los caldeos fue corriendo tras el rey, y lograron alcanzar a Sedequías en las llanuras desérticas de Jericó; y toda su propia fuerza militar fue esparcida de su lado. 9 Entonces prendieron al rey y lo hicieron subir al rey de Babilonia en Riblá, en la tierra de Hamat, para que este pronunciara contra él decisiones judiciales. 10 Y el rey de Babilonia procedió a degollar a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y también a todos los príncipes de Judá los degolló en Riblá. 11 Y cegó los ojos de Sedequías, después de lo cual el rey de Babilonia lo sujetó con grilletes de cobre y lo llevó a Babilonia y lo puso en la casa de custodia hasta el día de su muerte.

7. ¿Qué son el “escabel” y la “cabaña” de Jehová? (Lam. 2:1, 6.) [11 de jun., w07 1/6 pág. 9 párr. 2.]
El salmista cantó: “Entremos en su magnífico tabernáculo; inclinémonos ante el escabel de sus pies” (Salmo 132:7). Por lo tanto, el “escabel” deLamentaciones 2:1 es el templo, o casa de adoración, de Jehová. Los babilonios “quemar[on] la casa de Jehová” como si fuera una cabaña, o una simple choza, en medio de un jardín (Jeremías 52:12, 13).

*  (Lamentaciones 2:1) ¡Oh, cómo oscurece Jehová en su cólera a la hija de Sión! Ha arrojado del cielo a la tierra la hermosura de Israel. Y no se ha acordado del escabel de sus pies en el día de su cólera.


(Lamentaciones 2:6) Y trata con violencia su cabaña como la de un jardín. Ha arruinado su fiesta. Jehová ha hecho olvidar en Sión fiesta y sábado, y en su airada denunciación no muestra respeto a rey ni a sacerdote.

(Salmo 132:7) Entremos en su magnífico tabernáculo; inclinémonos ante el escabel de sus pies.

(Jeremías 52:12, 13) Y en el mes quinto, el día diez del mes, es decir, [en] el año diecinueve del rey Nabucodorosor, el rey de Babilonia, entró en Jerusalén Nebuzaradán el jefe de la guardia de corps, que tenía su puesto delante del rey de Babilonia. 13 Y procedió a quemar la casa de Jehová y la casa del rey y todas las casas de Jerusalén; y quemó con fuego toda casa grande.

8. ¿A qué se refería Jeremías cuando dijo que Jehová “se acordará [...] y se inclinará” sobre él, y por qué es esto tan importante para nosotros?(Lam. 3:20.) [18 de jun., w07 1/6 pág. 11 párr. 2.]
Jehová, “el Altísimo sobre toda la tierra”, es tan excelso que tiene que condescender para “tender la vista sobre cielo y tierra” (Salmo 83:18; 113:6). Pero Jeremías sabía muy bien que el Todopoderoso está dispuesto a inclinarse hacia la gente, es decir, a descender a su nivel para animarla. ¡Qué felices podemos estar de que el Dios verdadero no solo sea omnipotente y omnisciente, sino también humilde! 

(Lamentaciones 3:20) Sin falta se acordará tu alma y se inclinará sobre mí.

(Salmo 83:18) para que la gente sepa que tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra.

(Salmo 113:6) Está condescendiendo en tender la vista sobre cielo y tierra,

9. ¿Por qué es beneficioso aprender a llevar el yugo del sufrimiento durante la juventud? (Lam. 3:27.) [18 de jun., w07 1/6 pág. 11 párr. 4; w87 15/2 pág. 24 párr. 1.]
Las pruebas de fe que sobrevienen en la juventud quizás impliquen aguantar penalidades y burlas; pero “bueno le es al hombre [...] llevar el yugo durante su juventud”. ¿Por qué? Porque aprender a llevar el yugo del sufrimiento en la juventud lo prepara para afrontar los problemas que surjan más adelante en la vida.
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Note que durante dicho tiempo de aflicción uno debería continuar esperando en Dios con optimismo por alivio, y acercarse más a él. La persona querrá ser paciente y esperar callada o sin quejarse hasta que el Todopoderoso haya traído la liberación o salvación. Por lo tanto, es muy beneficioso el que uno aprenda a llevar un yugo de sufrimiento durante su juventud. ¿Por qué? Porque esto hará que sea mucho más fácil para uno aguantar una experiencia similar más tarde en la vida sin perder la esperanza. El saber que se ha enfrentado a grandes dificultades anteriormente le dará una base para tener la esperanza de que podrá hacerlo de nuevo. 

(Lamentaciones 3:27) Bueno le es al hombre físicamente capacitado llevar el yugo durante su juventud.

10. ¿Cómo nos ayuda el ejemplo de Ezequiel a hablar con valor a pesar de la indiferencia de la gente? .) [25 de jun., w08 15/7 pág. 8 párrs. 6, 7.]

El libro de Ezequiel revela algo que también nos ayudará a hablar con valor. En una visión, Jehová le dio al profeta un rollo escrito por ambos lados con “endechas y gemir y plañir” y le mandó que se lo comiera. Le dijo: “Hijo del hombre, debes hacer que tu propio vientre coma, para que llenes tus intestinos mismos con este rollo que te estoy dando”. ¿Qué significa esta visión? Ezequiel debía absorber por completo el mensaje que iba a proclamar. Este tenía que convertirse en parte de él, por decirlo así, y llegar hasta lo más profundo de su ser. Él mismo relató: “Empecé a comérmelo, y llegó a ser en mi boca como miel por lo dulce”. Para Ezequiel era un deleite dar a conocer los mensajes de Dios; era como probar miel. El profeta consideraba un honor representar a Jehová y cumplir su comisión, aunque eso significara declarar un mensaje enérgico a un pueblo poco receptivo (léase Ezequiel 2:8–3:4, 7-9).

(Ezequiel 2:8) ”Y tú, oh hijo del hombre, oye lo que te hablo. No te hagas rebelde como la casa rebelde. Abre tu boca y come lo que te doy”.

*  (Ezequiel 3:4) Y continuó, diciéndome: “Hijo del hombre, ve, entra entre los de la casa de Israel, y tienes que hablarles con mis palabras.

*   (Ezequiel 3:7-9) Pero en cuanto a la casa de Israel, no querrán escucharte, porque no quieren escucharme; porque todos los de la casa de Israel son de cabeza dura y de duro corazón. 8 ¡Mira! He hecho tu rostro exactamente tan duro como los rostros de ellos, y tu frente exactamente tan dura como sus frentes. 9 Como un diamante, más dura que el pedernal, he hecho tu frente. No debes tenerles miedo, y no debes sobrecogerte de terror ante sus rostros, porque son casa rebelde”.

Esta visión encierra una valiosa lección para los siervos de Dios de hoy, pues nosotros también tenemos un mensaje enérgico que proclamar a gente que no siempre valora nuestros esfuerzos. Para seguir viendo el ministerio cristiano como un honor que Jehová nos otorga, debemos estar bien alimentados en sentido espiritual. Si solo estudiamos de vez en cuando o superficialmente, no podremos absorber por completo el mensaje de la Palabra de Dios. ¿Podría usted aumentar la calidad y la regularidad de su lectura y estudio de la Biblia? ¿Por qué no medita más a menudo en lo que lee? (Sal. 1:2, 3.) 


* (Salmo 1:2, 3) Antes bien, su deleite está en la ley de Jehová, y día y noche lee en su ley en voz baja.  3 Y ciertamente llegará a ser como un árbol plantado al lado de corrientes de agua, que da su propio fruto en su estación y cuyo follaje no se marchita, y todo lo que haga tendrá éxito.


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