lunes, 12 de mayo de 2014

SEMANA DEL 12 DE MAYO

CANTICO 49
JEHOVA ES TU REFUGIO
ESTUDIO DE CONGREGACIÓN
Cl. cap. 7 parrs. 1-8

El poder protector: “Dios es para nosotros refugio”
1, 2. En 1513 a.E.C., ¿qué peligros afrontaban los israelitas al penetrar en la región del Sinaí, y cómo los tranquilizó Jehová?

EN LA primera parte del año 1513 a.E.C., los israelitas afrontaban graves peligros. Al penetrar en la región del Sinaí, emprendían un viaje intimidante por un “grande y terrible desierto, lleno de serpientes venenosas y escorpiones” (Deuteronomio 8:15Versión Popular). Además, se exponían a sufrir ataques de naciones hostiles. Dado que quien los había conducido a dicha situación era su Dios, Jehová, ¿tendría él la capacidad de protegerlos?

(Deuteronomio 8:15) que te hizo andar por el desierto grande e inspirador de temor, con serpientes venenosas y escorpiones y con suelo sediento que no tiene agua; que hizo salir para ti agua de la roca pedernalina;

2 Jehová les dirigió palabras muy tranquilizadoras: “Ustedes mismos han visto lo que hice a los egipcios, para llevarlos a ustedes sobre alas de águilas y traerlos a mí mismo” (Éxodo 19:4). Les recordó que los había liberado de sus opresores, valiéndose de águilas, por así decirlo, para conducirlos a un lugar seguro. Pero hay otros motivos por los que las “alas de águilas” constituyen un símbolo idóneo de la protección divina.

(Éxodo 19:4) ‘Ustedes mismos han visto lo que hice a los egipcios, para llevarlos a ustedes sobre alas de águilas y traerlos a mí mismo.
3. ¿Por qué constituyen las “alas de águilas” un símbolo idóneo de la protección divina?

3 Las águilas no solo emplean sus robustas y amplias alas —de hasta dos metros de envergadura— para planear en el aire. Con ellas también abrigan a los polluelos cuando soplan vientos fríos y forman una especie de sombrilla para resguardarlos del sol abrasador en las horas más calurosas. Al igual que esta ave cuida de sus crías, Jehová había amparado a la joven nación de Israel y, ya en el desierto, seguiría cobijándola bajo sus vigorosas alas siempre que esta le fuera fiel (Deuteronomio 32:9-11; Salmo 36:7). Ahora bien,  ¿tenemos nosotros razón para esperar hoy día la protección divina?

(Deuteronomio 32:9-11) Porque la parte que corresponde a Jehová es su pueblo; Jacob es el lote asignado que él hereda. 10 Vino a hallarlo en una tierra de desierto, y en un desierto árido, vacío y aullador. Se puso a rodearlo, a cuidarlo, a salvaguardarlo como a la niña de su ojo. 11 Tal como el águila revuelve su nido, revolotea sobre sus polluelos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas remeras,

(Salmo 36:7) ¡Cuán preciosa es tu bondad amorosa, oh Dios! Y en la sombra de tus alas los hijos de los hombres mismos se refugian.
La promesa de protección divina
4, 5. ¿Qué razones tenemos para confiar sin reservas en la promesa de Dios de velar por nosotros?

4 Sin duda, Jehová posee la capacidad de proteger a sus siervos. Es el “Dios Todopoderoso”, designación que destaca su irresistible fuerza en acción, imparable como una ola arrolladora (Génesis 17:1). En vista de que él es capaz de hacer cuanto dispone su voluntad, cabe preguntarse si esta incluye valerse de su poder para resguardar a su pueblo.

(Génesis 17:1) Cuando Abrán alcanzó la edad de noventa y nueve años, entonces Jehová se apareció a Abrán y le dijo: “Yo soy Dios Todopoderoso. Anda delante de mí y resulta exento de falta.

5 Contestamos con una sola palabra: sí. Jehová nos asegura que amparará a sus siervos. “Dios es para nosotros refugio y fuerza, una ayuda que puede hallarse prontamente durante angustias”, dice Salmo 46:1. Puesto que “no puede mentir”, tenemos confianza absoluta en su promesa de velar por nosotros (Tito 1:2). Examinemos algunas vívidas imágenes literarias con las que él mismo describe su cuidado protector.

(Salmo 46:1) Dios es para nosotros refugio y fuerza, una ayuda que puede hallarse prontamente durante angustias.

(Tito 1:2) sobre la base de una esperanza de la vida eterna que Dios, que no puede mentir, prometió antes de tiempos de larga duración,
6, 7. a) ¿Cómo protegía a sus ovejas el pastor de tiempos bíblicos? b) ¿Cómo ilustra la Biblia el deseo sincero de Jehová de proteger y cuidar a sus ovejas?

6 Jehová es el Pastor y nosotros “somos su pueblo, y las ovejas de su apacentamiento” (Salmo 23:1; 100:3). Hay pocos animales tan faltos de recursos defensivos como la oveja doméstica. El pastor de tiempos bíblicos tenía que ser valiente, ya que debía proteger su rebaño de leones, lobos y osos, así como de los ladrones (1 Samuel 17:34, 35;Juan 10:12, 13). Pero a veces su labor requería ternura. Por poner un caso: cuando alguna oveja paría lejos del aprisco, el buen pastor se quedaba con ella durante el difícil trance y luego recogía al indefenso corderito y lo llevaba al redil.

(Salmo 23:1) Jehová es mi Pastor. Nada me faltará.
(Salmo 100:3) Sepan que Jehová es Dios. Es él quien nos ha hecho, y no nosotros mismos. [Somos] su pueblo, y las ovejas de su apacentamiento.

(1 Samuel 17:34, 35) Y David pasó a decir a Saúl: “Tu siervo llegó a ser pastor de su padre entre el rebaño, y vino un león, y también un oso, y [cada uno] se llevó una oveja del hato. 35 Y yo salí tras él y lo derribé y de su boca hice el rescate. Cuando empezó a levantarse contra mí, lo agarré de la barba y lo derribé y le di muerte.

(Juan 10:12, 13) El asalariado, que no es pastor, y a quien las ovejas no pertenecen como suyas propias, ve venir al lobo y abandona las ovejas y huye —y el lobo las arrebata y las desparrama— 13 porque es asalariado y no le importan las ovejas.

 7 Al compararse a un pastor, Jehová nos garantiza que desea de corazón protegernos (Ezequiel 34:11-16). Recordemos la descripción que ofrece de él Isaías 40:11, que ya vimos en el capítulo 2 de este libro: “Como pastor pastoreará su propio hato. Con su brazo juntará los corderos; y en su seno los llevará”. ¿De qué forma logra el corderito que el cuidador lo ponga en su “seno”, es decir, en los pliegues de su vestidura exterior? Tal vez se le acerque e incluso le empuje levemente la pierna. Sin embargo, es el pastor quien tiene que inclinarse a recogerlo y luego colocarlo con cuidado al amparo de su seno. ¡Qué imagen tan tierna de la disposición del Gran Pastor a protegernos!
 (Ezequiel 34:11-16) ”’Porque esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “Aquí estoy, yo mismo, y ciertamente buscaré a mis ovejas y las cuidaré. 12 Según el cuidado de uno que apacienta su hato en el día de llegar a estar en medio de sus ovejas que han sido dispersadas, así es la manera como cuidaré de mis ovejas; y ciertamente las libraré de todos los lugares a los cuales han sido esparcidas en el día de nubes y densas tinieblas. 13 Y ciertamente las sacaré de los pueblos y las juntaré de las tierras y las traeré a su suelo y las apacentaré en las montañas de Israel, junto a los cauces de los arroyos y junto a todos los lugares de morada de la tierra. 14 En buenos pastos las apacentaré, y en las montañas altas de Israel su lugar de habitación llegará a ser. Allí se echarán en buen lugar de habitación, y en pingües pastos se apacentarán sobre las montañas de Israel”. 15”’“Yo mismo apacentaré a mis ovejas, y yo mismo haré que se recuesten —es la expresión del Señor Soberano Jehová—. 16 A la perdida buscaré, y a la dispersada traeré de vuelta, y a la quebrada vendaré y a la doliente fortaleceré, pero a la gorda y a la fuerte aniquilaré. Apacentaré a esa con juicio.”

(Isaías 40:11) Como pastor pastoreará su propio hato. Con su brazo juntará los corderos; y en su seno [los] llevará. Conducirá [con cuidado] a las que están dando de mamar.

8. a) ¿A quién promete Dios su protección, y cómo lo indica Proverbios 18:10? b) ¿Qué implica refugiarse en el nombre divino?

8 Dios promete protección, pero siempre que se cumpla con el siguiente requisito: solo la obtendrán quienes se acerquen a él. Proverbios 18:10 dice: “El nombre de Jehová es una torre fuerte. A ella corre el justo, y se le da protección”. En tiempos bíblicos se construían en el desierto torres que servían de refugios seguros. Claro, quien se hallaba en peligro tenía que huir a ellas para guarecerse. Otro tanto han de hacer quienes deseen el amparo del nombre divino. No basta con que repitan la palabra Jehová, pues no es un amuleto. Más bien, deben conocer al Portador de ese nombre, confiar en él y vivir en armonía con sus justos principios. ¡Qué gran bondad demuestra al asegurarnos que si nos acercamos a él con fe, será para nosotros una torre que nos resguardará!

(Proverbios 18:10) El nombre de Jehová es una torre fuerte. A ella corre el justo, y se le da protección.

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Escuela del Ministerio Teocrático
      Lectura de la Biblia: Éxodo 27 al 29 | Puntos sobresalientes (10 min.)
w04 15/3 pág. 27 Puntos sobresalientes del libro de Éxodo
Respuestas a preguntas bíblicas:
¿Qué eran el Urim y el Tumim, y para qué se utilizaban en el antiguo Israel? (Exo. 28:30.) (12 de mayo, w06 15/1 pág. 18; w0l 1/9 pág. 27.) Probablemente eran suertes sagradas que se consultaban cuando la nación se enfrentaba a situaciones graves. Jehová las utilizó en diversas ocasiones dar respuestas directas y para confirmar a los líderes de Israel que sus decisiones estaban de acuerdo con la voluntad divina. Según la tradición judía, el Urim y el Tumim desaparecieron cuando el templo fue destruido en el año 607 antes de nuestro era.
w87 1/11 pág. 15 párr. 21 “Tienen que ser santos [...]”
21 Como se ve, hoy el recordatorio desplegado en el turbante del sumo sacerdote es más apropiado que nunca: “La santidad pertenece a Jehová”. (Éxodo 28:36.) ¡Jehová requiere, sí, exige, que permanezcamos limpios en todo respecto! Pero ¿cómo, precisamente, puede uno hacer eso? ¿Qué aspectos pudieran necesitar atención particular? El artículo siguiente considerará estas preguntas.
w84 15/12 pág. 30 ¿Recuerda usted?
En varios casos se hace referencia al corazón literal, como en Éxodo 28:30 y Salmo 45:5. Pero en casi mil referencias adicionales el término “corazón” se utiliza en sentido figurado para describir las cualidades emocionales y morales que forman la persona que somos por dentro.—1⁄9, página 7.
w07 15/5 pág. 24 párrs. 11-12 Pronto acabará todo el sufrimiento
11 ¿Podía Jehová sencillamente haber perdonado a Adán y Eva? En este caso no cabía el perdón. Al ser perfectos, eligieron deliberadamente rechazar la soberanía de Jehová y aceptar la guía de Satanás. Por eso no hubo ninguna señal de arrepentimiento de parte de los rebeldes. Sin embargo, cuando alguien plantea esta cuestión del perdón, en realidad se pregunta por qué no rebajó Jehová su norma y toleró el pecado y la rebelión. Para hallar la respuesta, es preciso tomar en cuenta un rasgo esencial de su naturaleza: su santidad (Éxodo 28:36; 39:30).
12 En la Biblia se recalca la santidad de Jehová cientos de veces, aunque, lamentablemente, pocas personas en este mundo corrupto entienden lo que implica. Jehová es limpio y puro, y está separado de todo pecado (Isaías 6:3; 59:2). En cuanto al pecado, él ha dispuesto un medio para expiarlo, o eliminarlo, y no lo tolerará para siempre. Si Jehová estuviera dispuesto a tolerarlo por la eternidad, no nos quedaría ninguna esperanza para el futuro (Proverbios 14:12). Al debido tiempo, restaurará toda la creación a un estado de santidad. Y así habrá de ser, pues es la voluntad del Santísimo.
w08 15/8 pág. 15 párr. 17 Honremos a Jehová actuando con dignidad
17 Cuando estamos adorando a Jehová, debemos comportarnos con la dignidad que merece la ocasión. “Guarda tus pies siempre que vayas a la casa del Dios verdadero”, nos recuerda Eclesiastés 5:1. Moisés y Josué debían mostrar respeto y reverencia a Dios quitándose las sandalias antes de pisar suelo santo (Éxo. 3:5; Jos. 5:15). Y los sacerdotes israelitas tenían que usar calzoncillos de lino “para cubrir la carne desnuda” (Éxo. 28:42, 43). Dicho mandato impedía que se dieran situaciones indecorosas mientras estos servían en el altar. Además, la familia de un sacerdote debía conducirse de acuerdo con las elevadas normas sagradas y la dignidad del puesto sacerdotal.
w11 15/8 pág. 8 párr. 2 Esperaban al Mesías
2 Como judíos que eran, los pastores sabían que la palabra “Mesías”, o “Cristo”, se refería al “Ungido”, es decir, a la persona escogida por Jehová para desempeñar una función especial (Éxo. 29:5-7). Ahora bien, ¿cómo podría cualquiera de ellos aprender más sobre el Mesías y convencer a otras personas de que aquel niño era el elegido para serlo, tal como señaló el ángel? Examinando las profecías de las Escrituras Hebreas que hablaban del Mesías y observando cómo se cumplían durante la vida del niño.
w96 1/8 pág. 11 párr. 4 ‘Deben ser santos porque yo soy santo’
4 Todo lo relacionado con la adoración de Israel a Jehová Dios habría de considerarse santo y tratarse como tal. ¿Por qué? Porque Jehová mismo es el origen y la fuente de la santidad. El relato de Moisés sobre la preparación del tabernáculo santo y de las vestiduras y la decoración concluye diciendo: “Finalmente hicieron la lámina resplandeciente, la santa señal de dedicación, de oro puro, e inscribieron sobre ella una inscripción con los grabados de un sello: ‘La santidad pertenece a Jehová’”. Esta lámina resplandeciente de oro puro se colocó en el turbante del sumo sacerdote, y significaba que se le había apartado para un servicio de santidad especial. Ver esta señal inscrita brillar con la luz del sol constituía para los israelitas un recordatorio constante de la santidad de Jehová. (Éxodo 28:36; 29:6; 39:30.)
w01 1/2 pág. 14 párr. 2 ¿Cumplimos con nuestra dedicación?
2 Ahora bien, ¿qué significa dedicación en el sentido bíblico? Dedicar traduce un verbo hebreo que significa “mantener separado; estar separado; retirar”. En el antiguo Israel, el sumo sacerdote Aarón llevaba en el turbante “la santa señal de dedicación”, una lámina resplandeciente de oro puro en la que figuraba en hebreo la inscripción “La santidad pertenece a Jehová”. Esa señal recordaba al sumo sacerdote que debía evitar todo lo que profanara el santuario, “porque la señal de la dedicación, el aceite de la unción de su Dios, [estaba] sobre él” (Éxodo 29:6; 39:30; Levítico 21:12). Evitar hoy lo mismo.
w94 1/12 pág. 9 párr. 5 El lugar legítimo de la adoración de Jehová en nuestra vida
5 Israel erigía el tabernáculo en cada uno de los aproximadamente cuarenta lugares donde acampó durante su marcha por el desierto, y era el punto central de su campamento. (Capítulo 33 de Números.) Por ello la Biblia dice que Jehová moraba en el mismo centro del campamento de su pueblo. Su gloria llenó el tabernáculo. (Éxodo 29:43-46; 40:34; Números 5:3; 11:20; 16:3.) Una obra bíblica comenta: “Este santuario portátil era de primerísima importancia, pues suponía un punto de reunión para las tribus. Las mantuvo unidas durante los largos años en que vagaron por el desierto e hizo posible que obraran de común acuerdo”. (Our Living Bible.) Es más, el tabernáculo era un constante recordatorio de que la adoración del Creador era el punto central de la vida de los israelitas. ¿Qué nos une hoy?
w96 1/7 págs. 9-10 párr. 10 ‘Una casa de oración para todas las naciones’
10 Todas las mañanas y todas las tardes se ofrecía en holocausto sobre el altar un carnero expiatorio joven acompañado de una ofrenda de grano y una libación. (Éxodo 29:38-41.) Se hacían otros sacrificios en días especiales. A veces era necesario presentar una ofrenda debido a un pecado concreto de índole personal. (Levítico 5:5, 6.) En otras ocasiones, un israelita podía ofrecer voluntariamente un sacrificio de comunión, en el que los sacerdotes y el oferente comían distintas porciones de la víctima. Este hecho denotaba que los humanos pecadores podían tener paz con Dios y, por decirlo así, disfrutar de una comida con él. Incluso los residentes forasteros podían hacerse adoradores de Jehová y tener el privilegio de presentar ofrendas espontáneas en la casa de Dios. No obstante, en muestra de la honra que se debe a Jehová, los sacerdotes solo podían aceptar ofrendas de óptima calidad. La harina de las ofrendas de grano debía estar finamente molida y las víctimas animales no debían tener ningún defecto. (Levítico 2:1; 22:18-20; Malaquías 1:6-8.). No damos solo un servicio de muestra.
w09 15/7 pág. 6 párrs. 14-15 Busquemos los tesoros “cuidadosamente ocultados” en Cristo
14 Jesús es “el Cordero de Dios” (Juan 1:29, 36). En tiempos bíblicos, un medio importante para acercarse a Dios y obtener su perdón era sacrificar ovejas. Por ejemplo, al ver que Abrahán estaba dispuesto a sacrificar a su hijo, Jehová le dijo que no le hiciera daño y le dio un carnero (es decir, una oveja macho) para que lo ofreciera en lugar de Isaac (Gén. 22:12, 13). Antes de ser liberados de Egipto, los israelitas usaron ovejas para celebrar “la pascua de Jehová” (Éxo. 12:1-13). Y más tarde se estableció en la Ley mosaica el sacrificio de ovejas y cabras, entre otros animales (Éxo. 29:38-42; Lev. 5:6, 7).
15 Sin embargo, ninguno de estos sacrificios —ni ningún otro efectuado por seres humanos— podía expiar de manera permanente los pecados ni librar de la muerte a nadie (Heb. 10:1-4). En cambio, Jesús es “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Por sí solo, este hecho convierte a Jesús en un tesoro superior a cualquier tesoro que se haya descubierto en la historia. Por eso debemos estudiar con detenimiento el tema del rescate y ejercer fe en ese maravilloso regalo. Si lo hacemos, tendremos la esperanza de recibir una gran recompensa: gloria y honra en el cielo con Jesucristo si somos miembros del “rebaño pequeño” o vida eterna en un paraíso terrestre si somos de las “otras ovejas” (Luc. 12:32; Juan 6:40, 47; 10:16).
Núm. 1: Éxodo 29:19-30
Núm. 2: Jesús no dividió la Ley mosaica en dos partes, una “ceremonial” y otra “moral” (rs pág. 336 párrs.1, 2) 
 Mat. 5:17, 21, 23, 27, 31, 38: “No piensen que vine a destruir la Ley o los Profetas. No vine a destruir, sino a cumplir.” Ahora note lo que Jesús abarcó en otros comentarios que hizo. “Oyeron que se dijo a los de la antigüedad: ‘No debes asesinar [Éxo. 20:13; el Sexto Mandamiento]’ [...] Si, pues, traes tu don al altar [Deu. 16:16, 17; que no es parte de los Diez Mandamientos] [...] Oyeron ustedes que se dijo: ‘No debes cometer adulterio [Éxo. 20:14; el Séptimo Mandamiento].’ Además se dijo: ‘Cualquiera que se divorcie de su esposa, déle un certificado de divorcio [Deu. 24:1; que no es parte de los Diez Mandamientos].’ Oyeron ustedes que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente [Éxo. 21:23-25; que no es parte de los Diez Mandamientos].’” (De modo que Jesús mezcló referencias a los Diez Mandamientos y a otras partes de la Ley, y no hizo distinción entre ellas. ¿Debemos nosotros tratarlas de modo diferente?)
  Cuando a Jesús le preguntaron: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”, ¿aisló él los Diez Mandamientos? En vez de eso, contestó: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.’ Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo, semejante a él, es éste: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’ De estos dos mandamientos pende toda la Ley, y los Profetas” (Mat. 22:35-40). Si algunas personas se adhieren a los Diez Mandamientos (Deu. 5:6-21) y dicen que los cristianos están obligados a obedecerlos, pero no al resto de la Ley, ¿no están de hecho rechazando lo que Jesús dijo (cuando citó Deu. 6:5 y Lev. 19:18) en cuanto a cuáles mandamientos son los mayores?
Núm. 3: Abrahán. La obediencia, la generosidad y el valor agradan a Jehová (it-1 pág. 30 párr. 7–pág. 31 párr. 2)
Residencia temporal en Canaán. A los setenta y cinco años, Abrahán salió de Harán junto con su casa hacia la tierra de Canaán, donde había de vivir los restantes cien años de su vida en tiendas de campaña como residente forastero y nómada. (Gé 12:4.) Después de la muerte de su padre, Abrahán salió de Harán en 1943 a. E.C. y cruzó el río Éufrates, probablemente el día 14 del mes que más tarde se llamaría Nisán. (Gé 11:32; Éx 12:40-43LXX.) Fue entonces cuando entró en vigor el pacto entre Jehová y Abrahán y comenzó el período de cuatrocientos treinta años de residencia temporal que concluyó con la celebración del pacto de la Ley con Israel. (Éx 12:40-42; Gál 3:17.)
Abrahán viajó hacia el S., con sus rebaños y vacadas, probablemente pasando por Damasco, hasta llegar a Siquem (situada a 48 Km. al N. de Jerusalén), cerca de los árboles grandes de Moré. (Gé 12:6.) Allí fue donde Jehová se le apareció de nuevo y le confirmó y amplió Su promesa y Su pacto con las palabras: “A tu descendencia voy a dar esta tierra”. (Gé 12:7.) Abrahán construyó en ese lugar un altar para Jehová e hizo lo mismo en otros lugares del camino a medida que se desplazaba hacia el S., y en ellos invocaba el nombre de Jehová. (Gé 12:8, 9.) Con el tiempo, un hambre muy severa le obligó a mudarse temporalmente a Egipto, donde, para proteger su vida, dijo que Sara era su hermana. Esto resultó en que Faraón introdujera a esta hermosa mujer en su casa para tomarla como esposa, pero Jehová hizo que la devolviera a su esposo antes de que tuviera relaciones con ella. Abrahán entonces regresó a Canaán, al campamento que estaba entre Betel y Hai, y de nuevo invocó “el nombre de Jehová”. (Gé 12:10–13:4.)
Luego Abrahán y Lot tuvieron que separarse debido a que sus rebaños y vacadas habían aumentado mucho. Lot escogió la cuenca de la parte baja del Jordán, una región bien regada que era “como el jardín de Jehová”, y más tarde asentó su campamento cerca de Sodoma. (Gé 13:5-13.) Abrahán, por su parte, después que se le dijo que viajara a lo largo y ancho de la tierra, llegó a morar entre los árboles grandes de Mamré, en Hebrón, a 30 Km. al SSO. de Jerusalén. (Gé 13:14-18.)
Cuando cuatro reyes aliados, encabezados por el rey mesopotámico Kedorlaomer, lograron aplastar a cinco reyes cananeos que se habían rebelado, Sodoma y Gomorra fueron saqueadas y a Lot se lo llevaron cautivo junto con todas sus propiedades. Al enterarse de esto, Abrahán rápidamente juntó en formación militar a sus hombres adiestrados, 318 esclavos de su casa. Junto con sus aliados, Aner, Escol y Mamré, emprendió una marcha forzada en persecución de los captores hasta más allá de Damasco, a unos 300 Km. en dirección norte, y, gracias a la ayuda de Jehová, derrotó a una fuerza muy superior a la suya. Así se rescató a Lot y todo lo suyo. (Gé 14:1-16, 23, 24.) Al regreso de Abrahán de esta gran victoria, Melquisedec, un “sacerdote del Dios Altísimo” que también era rey de Salem, salió y bendijo a Abrahán, quien a su vez “le dio el décimo de todo”. (Gé 14:17-20.)
Reunión de Servicio
Cántico 75
LOS MOTIVOS DE NUESTRO GOZO
15 min. A ella acudirán todas las naciones (Is. 2:2). Entreviste a dos publicadores, uno que lleve muchos años en la verdad y otro que sea relativamente nuevo. ¿Por qué les interesó la verdad? ¿Qué dificultades tuvieron que superar? ¿Qué fue lo que más les impresionó cuando asistieron a su primera reunión? ¿Qué es lo que recuerdan de la primera vez que salieron a predicar? ¿Cómo los ayudaron otros hermanos de la congregación a progresar en sentido espiritual?
(Isaías 2:2) Y en la parte final de los días tiene que suceder [que] la montaña de la casa de Jehová llegará a estar firmemente establecida por encima de la cumbre de las montañas, y ciertamente será alzada por encima de las colinas; y a ella tendrán que afluir todas las naciones.
15 min. “Mejore sus habilidades en el ministerio: prepare una buena introducción.” Análisis con el auditorio. Presente una breve demostración en dos partes: en la primera, se usa una introducción improvisada; en la segunda, una bien preparada. Mencione algunos puntos pertinentes de las páginas 215 a 219 del libro Benefíciese, según lo permita el tiempo.
Por qué es importante. Si nuestra introducción no despierta el interés de quien nos escucha, quizás la persona termine la conversación antes de que podamos darle testimonio. Por eso, muchos publicadores opinan que lo primero que dicen es lo más importante. Aunque Nuestro Ministerio del Reino y el libro Razonamiento sugieren algunas presentacionesestas no siempre tienen una introducción completa, para dejar un margen de flexibilidad. Y aun si la tuvieran, los publicadores pueden cambiarlas o usar las suyas. Seremos más eficientes si preparamos bien las frases iniciales en vez de decir lo primero que se nos venga a la mente cuando nos abran la puerta (Prov. 15:28).
(Proverbios 15:28) El corazón del justo medita para responder, pero la boca de los inicuos hace salir burbujeando cosas malas.
Cómo hacerlo:
Elija un tema que esté basado en la publicación que vaya a ofrecer y que sea interesante para las personas del territorio.
Piense bien las primeras frases que dirá tras saludar a la persona. Puede empezar diciendo algo así: “He venido porque...”, “A mucha gente le preocupa...”, “Me gustaría saber qué opina sobre...”. Por lo general, suelen ser mejor las frases cortas y sencillas. Algunos publicadores deciden memorizar su introducción.
Haga una pregunta de opinión para que la persona participe en la conversación (Mat. 17:25). Recuerde que cuando usted llegue, quizás la persona esté pensando en otras cosas, así que la pregunta no debería ser demasiado difícil ni hacer que se sienta presionada.
(Mateo 17:25) Él dijo: “Sí”. Sin embargo, cuando entró en la casa, Jesús se le anticipó, diciendo: “¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes reciben los reyes de la tierra contribuciones o la capitación? ¿De sus hijos, o de los extraños?”.
Intente esto durante el mes:
Dedique tiempo durante la adoración en familia a preparar algunas frases iniciales para el ministerio y practicarlas.
Cuando predique con otros publicadores dígales la introducción que tiene pensada (Prov. 27:17). Si ve que no da resultados, cámbiela.
(Proverbios 27:17) Con hierro, el hierro mismo se aguza. Así un hombre aguza el rostro de otro.

Cántico 117
NECESITAMOS LA INSTRUCCIÓN DIVINA
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Estudio de la Atalaya:
Mantengamos una actitud positiva” 
Cántico 74
EL GOZO DE JEHOVA

- 1 –
(Salmos 144:15) ¡Feliz es el pueblo para quien es justamente así!”. ¡Feliz es el pueblo cuyo Dios es Jehová!
(Juan 6:44) Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga; y yo lo resucitaré en el último día.
(Jeremías 31:3) Desde lejos se me apareció Jehová mismo [y dijo]: “Y con un amor hasta tiempo indefinido te he amado. Por eso te he atraído con bondad amorosa.
(2 Corintios 4:16) Por lo tanto no nos rendimos; más bien, aunque el hombre que somos exteriormente se vaya desgastando, ciertamente el hombre que somos interiormente va renovándose de día en día.
- 2 –
(Eclesiastés 11:8) pues si un hombre viviera aun muchos años, que en todos ellos se regocije. Y que se acuerde de los días de la oscuridad, aunque pudieran ser muchos; todo [día] que ha venido es vanidad.
- 3 –
(Salmos 71:9) No me deseches en el tiempo de la vejez; justamente cuando mi poder está fallando, no me dejes.
(Proverbios 13:12) La expectación pospuesta enferma el corazón, pero la cosa deseada es árbol de vida cuando sí viene.
(Eclesiastés 7:7) Porque la mera opresión puede hacer que un sabio se porte como loco; y una dádiva puede destruir el corazón.
(Jeremías 17:9) ”El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado. ¿Quién puede conocerlo?
(1 Juan 3:20) respecto a cualquier cosa en que nos condene nuestro corazón, porque Dios es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas.
(Job 4:18-19) ¡Mira! En sus siervos él no tiene fe, y a sus mensajeros imputa tener faltas. 19¡Cuánto más a los que moran en casas de barro, cuyo fundamento está en el polvo! Los aplasta uno más rápidamente que a una polilla.
- 4 –
(Salmos 23:4) Aunque ande en el valle de sombra profunda, no temo nada malo, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado son las cosas que me consuelan.
(2 Corintios 10:4-5) Porque las armas de nuestro guerrear no son carnales, sino poderosas por Dios para derrumbar cosas fuertemente atrincheradas. 5Porque estamos derrumbando razonamientos y toda cosa encumbrada que se levanta contra el conocimiento de Dios; y ponemos bajo cautiverio todo pensamiento para hacerlo obediente al Cristo;
(2 Corintios 13:5) Sigan poniéndose a prueba para ver si están en la fe, sigan dando prueba de lo que ustedes mismos son. ¿O no reconocen que Jesucristo está en unión con ustedes? A no ser que estén desaprobados.
(Santiago 2:10-11) Porque cualquiera que observa toda la Ley, pero da un paso en falso en un solo punto, se ha hecho ofensor respecto de todos ellos. 11Porque el que dijo: “No debes cometer adulterio”, también dijo: “No debes asesinar”. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero sí asesinas, te has hecho transgresor de ley.
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(Isaías 55:8-9) “Porque los pensamientos de ustedes no son mis pensamientos, ni son mis caminos los caminos de ustedes —es la expresión de Jehová—. 9Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que los caminos de ustedes, y mis pensamientos que los pensamientos de ustedes.
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(Lucas 21:1-4) Ahora bien, al levantar la vista, vio a los ricos que echaban sus dádivas en las arcas de la tesorería. 2Entonces vio a cierta viuda necesitada echar allí dos monedas pequeñas de ínfimo valor, 3y dijo: “En verdad les digo: Esta viuda, aunque pobre, echó más que todos ellos. 4Porque todos estos echaron dádivas de lo que les sobra, mas esta echó, de su indigencia, todo el medio de vivir que tenía”.
(Lucas 20:47) y que devoran las casas de las viudas y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán juicio más pesado”.
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(1 Reyes 19:4) Y él mismo entró en el desierto camino de un día, y por fin llegó y se sentó debajo de cierta retama. Y se puso a pedir que muriera su alma, y a decir: “¡Basta! Ahora, oh Jehová, quítame el alma, porque no soy mejor que mis antepasados”.
(Job 6:3) Porque ahora es más pesada aun que las arenas de los mares. Por eso mis propias palabras han sido habla desatinada.
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(1 Reyes 18:37-40) Respóndeme, oh Jehová, respóndeme, para que sepa este pueblo que tú, Jehová, eres el Dios [verdadero] y tú mismo has vuelto atrás el corazón de ellos”. 38Ante eso, el fuego de Jehová vino cayendo, y se puso a comer la ofrenda quemada y los pedazos de leña y las piedras y el polvo, y lamió el agua que estaba en la zanja. 39Cuando todo el pueblo lo vio, inmediatamente cayeron sobre sus rostros y dijeron: “¡Jehová es el Dios [verdadero]! ¡Jehová es el Dios [verdadero]!”. 40Entonces Elías les dijo: “¡Prendan a los profetas de Baal! ¡No permitan que escape ni uno solo de ellos!”. En seguida los prendieron, y Elías entonces los llevó abajo al valle torrencial de Cisón, y allí los degolló.
(1 Reyes 19:1-4) Entonces Acab refirió a Jezabel todo lo que Elías había hecho y todo acerca de cómo había matado a todos los profetas a espada. 2Ante eso, Jezabel envió un mensajero a Elías, para decirle: “¡Así hagan los dioses, y así añadan a ello, si mañana a esta hora no hago tu alma como el alma de cada uno de ellos!”. 3Y a él le dio miedo. Por lo tanto, se levantó y empezó a irse por su alma, y llegó a Beer-seba, que pertenece a Judá. Entonces dejó allá atrás a su servidor. 4Y él mismo entró en el desierto camino de un día, y por fin llegó y se sentó debajo de cierta retama. Y se puso a pedir que muriera su alma, y a decir: “¡Basta! Ahora, oh Jehová, quítame el alma, porque no soy mejor que mis antepasados”.
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(1 Reyes 19:5-8,15-19) Por fin se acostó y se quedó dormido debajo de la retama. Pero, ¡mire!, ahora estaba tocándolo un ángel. Entonces este le dijo: “Levántate, come”. 6Cuando él miró, pues, allí junto a su cabeza estaba una torta redonda sobre piedras calentadas, y una jarra de agua. Y él se puso a comer y beber, después de lo cual volvió a acostarse. 7Más tarde el ángel de Jehová volvió por segunda vez y lo tocó y dijo: “Levántate, come, porque el viaje es demasiado para ti”. 8Por lo tanto él se levantó y comió y bebió, y siguió yendo por el poder de aquel alimento durante cuarenta días y cuarenta noches hasta la montaña del Dios [verdadero], Horeb. 15Jehová ahora le dijo: “Anda, vuélvete por tu camino al desierto de Damasco; y tienes que entrar y ungir a Hazael por rey sobre Siria. 16Y a Jehú nieto de Nimsí lo debes ungir por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat de Abel-meholá lo debes ungir por profeta en lugar de ti. 17Y tiene que suceder que, al que escape de la espada de Hazael, Jehú le dará muerte; y al que escape de la espada de Jehú, Eliseo le dará muerte. 18Y he dejado que siete mil permanezcan en Israel, todas las rodillas que no se han doblado a Baal, y toda boca que no lo ha besado”. 19Por lo tanto, él se fue de allí y halló a Eliseo hijo de Safat mientras estaba arando con doce yuntas delante de él, y él con la duodécima. Elías, pues, cruzó a donde él y echó sobre él su prenda de vestir oficial.
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(Gálatas 6:2) Sigan llevando las cargas los unos de los otros, y así cumplan la ley del Cristo.
(Salmos 121:1-2) Alzaré mis ojos a las montañas. ¿De dónde vendrá mi ayuda? 2Mi ayuda viene de Jehová, el Hacedor del cielo y de la tierra.
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(Romanos 14:4) ¿Quién eres tú para juzgar al sirviente de casa ajeno? Para su propio amo está en pie o cae. En verdad, se le hará estar en pie, porque Jehová puede hacer que esté en pie.
- 18 –
(Jeremías 20:11) Pero Jehová estuvo conmigo como un terrible poderoso. Por eso los mismísimos que me persiguen tropezarán y no prevalecerán. Ciertamente quedarán muy avergonzados, porque no habrán prosperado. [Su] humillación, de duración indefinida, será una que no se olvidará.
(Mateo 25:23) Su amo le dijo: ‘¡Bien hecho, esclavo bueno y fiel! Fuiste fiel sobre unas cuantas cosas. Te nombraré sobre muchas cosas. Entra en el gozo de tu amo’.
- 19 –
(Salmos 102:3-4,6,11) Porque mis días se han acabado tal como humo, y mis huesos mismos han quedado al rojo como un fogón. 4Mi corazón ha sido herido tal como vegetación, y está seco, pues me he olvidado de comer mi alimento. 6De veras me parezco al pelícano del desierto. He venido a ser como un mochuelo de lugares desolados. 11Mis días son como una sombra que ha declinado, y yo mismo estoy seco como simple vegetación.
(Salmos 102:10) a causa de tu denunciación y tu indignación; porque me has alzado, para que puedas desecharme.
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(Salmos 102:19-21) Porque él ha mirado desde su santa altura, desde los mismísimos cielos Jehová mismo ha mirado aun a la tierra, 20para oír el suspirar del prisionero, para desatar a los que están señalados para la muerte; 21para que el nombre de Jehová se declare en Sión, y su alabanza en Jerusalén,
(Salmos 102:7) Me he demacrado, y he venido a ser como un pájaro aislado sobre un techo.
(Salmos 102:17) Ciertamente se volverá hacia la oración de los que están despojados [de todo], y no despreciará su oración.
- 21 –
(Salmos 102:12,27) En cuanto a ti, oh Jehová, hasta tiempo indefinido morarás, y la mención conmemorativa de ti será por generación tras generación. 27Pero tú eres el mismo, y tus propios años no se completarán.
(Salmos 102:20-21) para oír el suspirar del prisionero, para desatar a los que están señalados para la muerte; 21para que el nombre de Jehová se declare en Sión, y su alabanza en Jerusalén,
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(Mateo 24:13) Pero el que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo.
Cántico 119
VEN A RECIBIR ÁNIMO
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