CANTICO 49
JEHOVA ES TU REFUGIO
ESTUDIO DE CONGREGACIÓN
Cl.
cap. 7 parrs. 1-8
El
poder protector: “Dios es para nosotros refugio”
1, 2. En 1513 a.E.C.,
¿qué peligros afrontaban los israelitas al penetrar en la región del Sinaí, y
cómo los tranquilizó Jehová?
EN LA primera parte del
año 1513 a.E.C., los israelitas afrontaban graves peligros.
Al penetrar en la región del Sinaí, emprendían un viaje intimidante por un
“grande y terrible desierto, lleno de serpientes venenosas y escorpiones” (Deuteronomio 8:15, Versión Popular). Además, se exponían
a sufrir ataques de naciones hostiles. Dado que quien los había conducido a
dicha situación era su Dios, Jehová, ¿tendría él la capacidad de protegerlos?
(Deuteronomio 8:15) que te hizo andar por
el desierto grande e inspirador de temor, con serpientes venenosas y
escorpiones y con suelo sediento que no tiene agua; que hizo salir para ti agua
de la roca pedernalina;
2 Jehová les dirigió palabras muy tranquilizadoras: “Ustedes mismos han
visto lo que hice a los egipcios, para llevarlos a ustedes sobre alas de
águilas y traerlos a mí mismo” (Éxodo 19:4). Les recordó que los había liberado de sus
opresores, valiéndose de águilas, por así decirlo, para conducirlos a un lugar
seguro. Pero hay otros motivos por los que las “alas de águilas” constituyen un
símbolo idóneo de la protección divina.
(Éxodo 19:4) ‘Ustedes mismos han
visto lo que hice a los egipcios, para llevarlos a ustedes sobre alas de
águilas y traerlos a mí mismo.
3. ¿Por qué constituyen las
“alas de águilas” un símbolo idóneo de la protección divina?
3 Las águilas no solo emplean sus robustas y amplias alas —de hasta
dos metros de envergadura— para planear en el aire. Con ellas también abrigan a
los polluelos cuando soplan vientos fríos y forman una especie de sombrilla para
resguardarlos del sol abrasador en las horas más calurosas. Al igual que
esta ave cuida de sus crías, Jehová había amparado a la joven nación de Israel
y, ya en el desierto, seguiría cobijándola bajo sus vigorosas alas siempre que
esta le fuera fiel (Deuteronomio 32:9-11; Salmo 36:7). Ahora bien, ¿tenemos nosotros
razón para esperar hoy día la protección divina?
(Deuteronomio 32:9-11) Porque la parte que
corresponde a Jehová es su pueblo; Jacob es el lote asignado que él hereda. 10 Vino
a hallarlo en una tierra de desierto, y en un desierto árido, vacío y aullador.
Se puso a rodearlo, a cuidarlo, a salvaguardarlo como a la niña de su ojo. 11 Tal
como el águila revuelve su nido, revolotea sobre sus polluelos, extiende sus
alas, los toma, los lleva sobre sus plumas remeras,
(Salmo 36:7) ¡Cuán preciosa es tu
bondad amorosa, oh Dios! Y en la sombra de tus alas los hijos de los hombres
mismos se refugian.
La promesa de protección divina
4, 5. ¿Qué razones tenemos
para confiar sin reservas en la promesa de Dios de velar por nosotros?
4 Sin duda, Jehová posee la capacidad de proteger a sus siervos.
Es el “Dios Todopoderoso”, designación que destaca su irresistible fuerza
en acción, imparable como una ola arrolladora (Génesis 17:1). En vista de que él es capaz de hacer cuanto
dispone su voluntad, cabe preguntarse si esta incluye valerse de su poder para
resguardar a su pueblo.
(Génesis 17:1) Cuando Abrán alcanzó la
edad de noventa y nueve años, entonces Jehová se apareció a Abrán y le dijo:
“Yo soy Dios Todopoderoso. Anda delante de mí y resulta exento de falta.
5 Contestamos con una sola palabra: sí. Jehová nos asegura que amparará a
sus siervos. “Dios es para nosotros refugio y fuerza, una ayuda que puede
hallarse prontamente durante angustias”, dice Salmo 46:1. Puesto que “no puede mentir”, tenemos confianza
absoluta en su promesa de velar por nosotros (Tito 1:2). Examinemos algunas vívidas imágenes literarias
con las que él mismo describe su cuidado protector.
(Salmo 46:1) Dios es para nosotros
refugio y fuerza, una ayuda que puede hallarse prontamente durante angustias.
(Tito 1:2) sobre la base de una
esperanza de la vida eterna que Dios, que no puede mentir, prometió antes de
tiempos de larga duración,
6, 7. a) ¿Cómo protegía a
sus ovejas el pastor de tiempos bíblicos? b) ¿Cómo ilustra la Biblia el
deseo sincero de Jehová de proteger y cuidar a sus ovejas?
6 Jehová es el Pastor y nosotros “somos su pueblo, y las ovejas de su
apacentamiento” (Salmo 23:1; 100:3). Hay pocos animales tan faltos de recursos defensivos como la oveja
doméstica. El pastor de tiempos bíblicos tenía que ser valiente, ya que
debía proteger su rebaño de leones, lobos y osos, así como de los ladrones (1 Samuel 17:34, 35;Juan 10:12, 13). Pero a veces su labor requería ternura. Por
poner un caso: cuando alguna oveja paría lejos del aprisco, el buen pastor se
quedaba con ella durante el difícil trance y luego recogía al indefenso
corderito y lo llevaba al redil.
(Salmo 23:1) Jehová es mi Pastor. Nada me
faltará.
(Salmo 100:3) Sepan que Jehová es
Dios. Es él quien nos ha hecho, y no nosotros mismos. [Somos] su pueblo, y las
ovejas de su apacentamiento.
(1 Samuel 17:34, 35) Y David pasó a decir a
Saúl: “Tu siervo llegó a ser pastor de su padre entre el rebaño, y vino un
león, y también un oso, y [cada uno] se llevó una oveja del hato. 35 Y
yo salí tras él y lo derribé y de su boca hice el rescate. Cuando empezó a
levantarse contra mí, lo agarré de la barba y lo derribé y le di muerte.
(Juan 10:12, 13) El asalariado, que no
es pastor, y a quien las ovejas no pertenecen como suyas propias, ve venir al
lobo y abandona las ovejas y huye —y el lobo las arrebata y las desparrama— 13 porque
es asalariado y no le importan las ovejas.
7 Al compararse a un pastor, Jehová nos
garantiza que desea de corazón protegernos (Ezequiel 34:11-16). Recordemos la descripción que ofrece de él Isaías 40:11, que ya vimos en el capítulo 2 de este libro:
“Como pastor pastoreará su propio hato. Con su brazo juntará los corderos; y en
su seno los llevará”. ¿De qué forma logra el corderito que el cuidador lo ponga
en su “seno”, es decir, en los pliegues de su vestidura exterior? Tal vez se le
acerque e incluso le empuje levemente la pierna. Sin embargo, es el pastor
quien tiene que inclinarse a recogerlo y luego colocarlo con cuidado al amparo
de su seno. ¡Qué imagen tan tierna de la disposición del Gran Pastor a
protegernos!
(Ezequiel 34:11-16) ”’Porque esto es lo que
ha dicho el Señor Soberano Jehová: “Aquí estoy, yo mismo, y ciertamente buscaré
a mis ovejas y las cuidaré. 12 Según el cuidado de uno
que apacienta su hato en el día de llegar a estar en medio de sus ovejas que
han sido dispersadas, así es la manera como cuidaré de mis ovejas; y
ciertamente las libraré de todos los lugares a los cuales han sido esparcidas
en el día de nubes y densas tinieblas. 13 Y ciertamente
las sacaré de los pueblos y las juntaré de las tierras y las traeré a su suelo
y las apacentaré en las montañas de Israel, junto a los cauces de los arroyos y
junto a todos los lugares de morada de la tierra. 14 En
buenos pastos las apacentaré, y en las montañas altas de Israel su lugar de
habitación llegará a ser. Allí se echarán en buen lugar de habitación, y en
pingües pastos se apacentarán sobre las montañas de Israel”. 15”’“Yo
mismo apacentaré a mis ovejas, y yo mismo haré que se recuesten —es la
expresión del Señor Soberano Jehová—. 16 A la perdida
buscaré, y a la dispersada traeré de vuelta, y a la quebrada vendaré y a la
doliente fortaleceré, pero a la gorda y a la fuerte aniquilaré. Apacentaré
a esa con juicio.”
(Isaías 40:11) Como pastor pastoreará
su propio hato. Con su brazo juntará los corderos; y en su seno [los] llevará.
Conducirá [con cuidado] a las que están dando de mamar.
8. a) ¿A quién promete Dios su protección, y cómo
lo indica Proverbios 18:10? b) ¿Qué
implica refugiarse en el nombre divino?
8 Dios promete protección, pero siempre que se cumpla con el siguiente
requisito: solo la obtendrán quienes se acerquen a él. Proverbios 18:10 dice: “El nombre de Jehová es una torre fuerte. A ella corre el
justo, y se le da protección”. En tiempos bíblicos se construían en el
desierto torres que servían de refugios seguros. Claro, quien se hallaba en
peligro tenía que huir a ellas para guarecerse. Otro tanto han de hacer quienes
deseen el amparo del nombre divino. No basta con que repitan la palabra Jehová, pues
no es un amuleto. Más bien, deben conocer al Portador de ese nombre,
confiar en él y vivir en armonía con sus justos principios. ¡Qué gran bondad
demuestra al asegurarnos que si nos acercamos a él con fe, será para nosotros
una torre que nos resguardará!
(Proverbios 18:10) El nombre de Jehová es
una torre fuerte. A ella corre el justo, y se le da protección.
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Escuela del
Ministerio Teocrático
Lectura
de la Biblia: Éxodo 27 al
29 | Puntos sobresalientes (10 min.)
w04 15/3 pág. 27 Puntos sobresalientes del libro de Éxodo
Respuestas a preguntas bíblicas:
¿Qué eran el Urim y el Tumim, y para qué se utilizaban en el
antiguo Israel? (Exo. 28:30.) (12 de mayo, w06 15/1 pág. 18; w0l 1/9
pág. 27.) Probablemente eran suertes sagradas que se consultaban cuando la
nación se enfrentaba a situaciones graves. Jehová las utilizó en diversas
ocasiones dar respuestas directas y para confirmar a los líderes de Israel que
sus decisiones estaban de acuerdo con la voluntad divina. Según la tradición
judía, el Urim y el Tumim desaparecieron cuando el templo fue destruido en el
año 607 antes de nuestro era.
w87 1/11 pág. 15 párr. 21 “Tienen que ser santos [...]”
21 Como se ve, hoy el recordatorio desplegado en el turbante del
sumo sacerdote es más apropiado que nunca: “La santidad pertenece a Jehová”. (Éxodo
28:36.) ¡Jehová requiere, sí, exige, que permanezcamos limpios en todo
respecto! Pero ¿cómo, precisamente, puede uno hacer eso? ¿Qué aspectos pudieran
necesitar atención particular? El artículo siguiente considerará estas
preguntas.
w84 15/12 pág. 30 ¿Recuerda usted?
En varios casos se hace referencia al corazón literal, como en Éxodo
28:30 y Salmo 45:5. Pero en casi mil referencias adicionales el término
“corazón” se utiliza en sentido figurado para describir las cualidades
emocionales y morales que forman la persona que somos por dentro.—1⁄9,
página 7.
w07 15/5 pág. 24 párrs. 11-12 Pronto acabará todo el sufrimiento
11 ¿Podía Jehová sencillamente haber perdonado a Adán y Eva?
En este caso no cabía el perdón. Al ser perfectos, eligieron
deliberadamente rechazar la soberanía de Jehová y aceptar la guía de Satanás.
Por eso no hubo ninguna señal de arrepentimiento de parte de los rebeldes.
Sin embargo, cuando alguien plantea esta cuestión del perdón, en realidad se pregunta
por qué no rebajó Jehová su norma y toleró el pecado y la rebelión. Para
hallar la respuesta, es preciso tomar en cuenta un rasgo esencial de su
naturaleza: su santidad (Éxodo 28:36; 39:30).
12 En la Biblia se recalca la santidad de Jehová cientos de veces,
aunque, lamentablemente, pocas personas en este mundo corrupto entienden lo que
implica. Jehová es limpio y puro, y está separado de todo pecado (Isaías 6:3;
59:2). En cuanto al pecado, él ha dispuesto un medio para expiarlo, o
eliminarlo, y no lo tolerará para siempre. Si Jehová estuviera dispuesto a
tolerarlo por la eternidad, no nos quedaría ninguna esperanza para el
futuro (Proverbios 14:12). Al debido tiempo, restaurará toda la creación a
un estado de santidad. Y así habrá de ser, pues es la voluntad del
Santísimo.
w08 15/8 pág. 15 párr. 17 Honremos a Jehová actuando con dignidad
17 Cuando estamos adorando a Jehová, debemos comportarnos con la
dignidad que merece la ocasión. “Guarda tus pies siempre que vayas a la casa
del Dios verdadero”, nos recuerda Eclesiastés 5:1. Moisés y Josué debían
mostrar respeto y reverencia a Dios quitándose las sandalias antes de pisar
suelo santo (Éxo. 3:5; Jos. 5:15). Y los sacerdotes israelitas tenían que
usar calzoncillos de lino “para cubrir la carne desnuda” (Éxo.
28:42, 43). Dicho mandato impedía que se dieran situaciones
indecorosas mientras estos servían en el altar. Además, la familia de un
sacerdote debía conducirse de acuerdo con las elevadas normas sagradas y la
dignidad del puesto sacerdotal.
w11 15/8 pág. 8 párr. 2 Esperaban al Mesías
2 Como judíos que eran, los pastores sabían que la palabra
“Mesías”, o “Cristo”, se refería al “Ungido”, es decir, a la persona escogida
por Jehová para desempeñar una función especial (Éxo. 29:5-7). Ahora
bien, ¿cómo podría cualquiera de ellos aprender más sobre el Mesías y convencer
a otras personas de que aquel niño era el elegido para serlo, tal como señaló
el ángel? Examinando las profecías de las Escrituras Hebreas que hablaban del
Mesías y observando cómo se cumplían durante la vida del niño.
w96 1/8 pág. 11 párr. 4 ‘Deben ser santos porque yo soy santo’
4 Todo lo relacionado con la adoración de Israel a Jehová Dios
habría de considerarse santo y tratarse como tal. ¿Por qué? Porque Jehová mismo
es el origen y la fuente de la santidad. El relato de Moisés sobre la
preparación del tabernáculo santo y de las vestiduras y la decoración concluye
diciendo: “Finalmente hicieron la lámina resplandeciente, la santa señal de
dedicación, de oro puro, e inscribieron sobre ella una inscripción con los
grabados de un sello: ‘La santidad pertenece a Jehová’”. Esta lámina
resplandeciente de oro puro se colocó en el turbante del sumo sacerdote, y
significaba que se le había apartado para un servicio de santidad especial. Ver
esta señal inscrita brillar con la luz del sol constituía para los israelitas
un recordatorio constante de la santidad de Jehová. (Éxodo 28:36; 29:6; 39:30.)
w01 1/2 pág. 14 párr. 2 ¿Cumplimos con nuestra dedicación?
2 Ahora bien, ¿qué significa dedicación en el sentido bíblico? Dedicar
traduce un verbo hebreo que significa “mantener separado; estar separado;
retirar”. En el antiguo Israel, el sumo sacerdote Aarón llevaba en el turbante
“la santa señal de dedicación”, una lámina resplandeciente de oro puro en la
que figuraba en hebreo la inscripción “La santidad pertenece a Jehová”. Esa
señal recordaba al sumo sacerdote que debía evitar todo lo que profanara el
santuario, “porque la señal de la dedicación, el aceite de la unción de su
Dios, [estaba] sobre él” (Éxodo 29:6; 39:30; Levítico 21:12). Evitar hoy
lo mismo.
w94 1/12 pág. 9 párr. 5 El lugar legítimo de la adoración de
Jehová en nuestra vida
5 Israel erigía el tabernáculo en cada uno de los aproximadamente
cuarenta lugares donde acampó durante su marcha por el desierto, y era el punto
central de su campamento. (Capítulo 33 de Números.) Por ello la Biblia
dice que Jehová moraba en el mismo centro del campamento de su pueblo. Su
gloria llenó el tabernáculo. (Éxodo 29:43-46; 40:34; Números 5:3; 11:20;
16:3.) Una obra bíblica comenta: “Este santuario portátil era de primerísima
importancia, pues suponía un punto de reunión para las tribus. Las mantuvo
unidas durante los largos años en que vagaron por el desierto e hizo posible
que obraran de común acuerdo”. (Our Living Bible.) Es más, el
tabernáculo era un constante recordatorio de que la adoración del Creador era
el punto central de la vida de los israelitas. ¿Qué nos une hoy?
w96 1/7 págs. 9-10 párr. 10 ‘Una casa de oración para todas las
naciones’
10 Todas las mañanas y todas las tardes se ofrecía en holocausto
sobre el altar un carnero expiatorio joven acompañado de una ofrenda de grano y
una libación. (Éxodo 29:38-41.) Se hacían otros sacrificios en días
especiales. A veces era necesario presentar una ofrenda debido a un pecado
concreto de índole personal. (Levítico 5:5, 6.) En otras ocasiones, un
israelita podía ofrecer voluntariamente un sacrificio de comunión, en el que
los sacerdotes y el oferente comían distintas porciones de la víctima. Este
hecho denotaba que los humanos pecadores podían tener paz con Dios y, por
decirlo así, disfrutar de una comida con él. Incluso los residentes forasteros
podían hacerse adoradores de Jehová y tener el privilegio de presentar ofrendas
espontáneas en la casa de Dios. No obstante, en muestra de la honra que se
debe a Jehová, los sacerdotes solo podían aceptar ofrendas de óptima calidad.
La harina de las ofrendas de grano debía estar finamente molida y las víctimas
animales no debían tener ningún defecto. (Levítico 2:1; 22:18-20;
Malaquías 1:6-8.). No damos solo un servicio de muestra.
w09 15/7 pág. 6 párrs. 14-15 Busquemos los tesoros “cuidadosamente
ocultados” en Cristo
14 Jesús es “el Cordero de Dios” (Juan 1:29, 36).
En tiempos bíblicos, un medio importante para acercarse a Dios y obtener
su perdón era sacrificar ovejas. Por ejemplo, al ver que Abrahán estaba
dispuesto a sacrificar a su hijo, Jehová le dijo que no le hiciera daño y
le dio un carnero (es decir, una oveja macho) para que lo ofreciera en lugar de
Isaac (Gén. 22:12, 13). Antes de ser liberados de Egipto, los israelitas
usaron ovejas para celebrar “la pascua de Jehová” (Éxo. 12:1-13). Y más
tarde se estableció en la Ley mosaica el sacrificio de ovejas y cabras, entre
otros animales (Éxo. 29:38-42; Lev. 5:6, 7).
15 Sin embargo, ninguno de estos sacrificios —ni ningún otro
efectuado por seres humanos— podía expiar de manera permanente los pecados
ni librar de la muerte a nadie (Heb. 10:1-4). En cambio, Jesús es “el
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Por sí solo, este hecho
convierte a Jesús en un tesoro superior a cualquier tesoro que se haya
descubierto en la historia. Por eso debemos estudiar con detenimiento el tema
del rescate y ejercer fe en ese maravilloso regalo. Si lo hacemos,
tendremos la esperanza de recibir una gran recompensa: gloria y honra en el
cielo con Jesucristo si somos miembros del “rebaño pequeño” o vida eterna en un
paraíso terrestre si somos de las “otras ovejas” (Luc. 12:32; Juan
6:40, 47; 10:16).
Núm.
1: Éxodo
29:19-30
Núm.
2: Jesús
no dividió la Ley mosaica en dos partes, una “ceremonial” y otra “moral” (rs pág. 336 párrs.1,
2)
Mat. 5:17, 21, 23, 27, 31, 38: “No piensen que vine a
destruir la Ley o los Profetas. No vine a destruir, sino a cumplir.” Ahora note
lo que Jesús abarcó en otros comentarios que hizo. “Oyeron que se dijo a los de
la antigüedad: ‘No debes asesinar [Éxo. 20:13; el Sexto
Mandamiento]’ [...] Si, pues, traes tu don al altar [Deu. 16:16, 17; que
no es parte de los Diez Mandamientos] [...] Oyeron ustedes que se dijo:
‘No debes cometer adulterio [Éxo. 20:14; el Séptimo
Mandamiento].’ Además se dijo: ‘Cualquiera que se divorcie de su esposa, déle
un certificado de divorcio [Deu. 24:1; que no es parte de los
Diez Mandamientos].’ Oyeron ustedes que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por
diente [Éxo. 21:23-25; que
no es parte de los Diez Mandamientos].’” (De modo que Jesús mezcló referencias
a los Diez Mandamientos y a otras partes de la Ley, y no hizo distinción entre
ellas. ¿Debemos nosotros tratarlas de modo diferente?)
Cuando a Jesús le preguntaron: “Maestro, ¿cuál es el
mandamiento más grande de la Ley?”, ¿aisló él los Diez Mandamientos? En vez de
eso, contestó: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con
toda tu alma y con toda tu mente.’ Este es el más grande y el primer
mandamiento. El segundo, semejante a él, es éste: ‘Tienes que amar a tu prójimo
como a ti mismo.’ De estos dos mandamientos pende toda la Ley, y los Profetas”
(Mat. 22:35-40). Si
algunas personas se adhieren a los Diez Mandamientos (Deu. 5:6-21) y dicen que los
cristianos están obligados a obedecerlos, pero no al resto de la Ley, ¿no están
de hecho rechazando lo que Jesús dijo (cuando citó Deu. 6:5 y Lev. 19:18) en
cuanto a cuáles mandamientos son los mayores?
Núm.
3: Abrahán. La obediencia, la generosidad y el
valor agradan a Jehová (it-1 pág. 30 párr. 7–pág. 31 párr. 2)
Residencia temporal en Canaán. A
los setenta y cinco años, Abrahán salió de Harán junto con su casa hacia la
tierra de Canaán, donde había de vivir los restantes cien años de su vida en
tiendas de campaña como residente forastero y nómada. (Gé 12:4.) Después de
la muerte de su padre, Abrahán salió de Harán en 1943 a. E.C. y cruzó el
río Éufrates, probablemente el día 14 del mes que más tarde se llamaría Nisán.
(Gé 11:32; Éx 12:40-43, LXX.) Fue entonces cuando entró en vigor el
pacto entre Jehová y Abrahán y comenzó el período de cuatrocientos treinta años
de residencia temporal que concluyó con la celebración del pacto de la Ley con
Israel. (Éx 12:40-42; Gál 3:17.)
Abrahán viajó hacia el S., con sus rebaños y vacadas,
probablemente pasando por Damasco, hasta llegar a Siquem (situada a 48 Km.
al N. de Jerusalén), cerca de los árboles grandes de Moré. (Gé 12:6.) Allí fue donde Jehová se le
apareció de nuevo y le confirmó y amplió Su promesa y Su pacto con las
palabras: “A tu descendencia voy a dar esta tierra”. (Gé 12:7.) Abrahán construyó en ese
lugar un altar para Jehová e hizo lo mismo en otros lugares del camino a medida
que se desplazaba hacia el S., y en ellos invocaba el nombre de Jehová. (Gé 12:8, 9.) Con
el tiempo, un hambre muy severa le obligó a mudarse temporalmente a Egipto,
donde, para proteger su vida, dijo que Sara era su hermana. Esto resultó en que
Faraón introdujera a esta hermosa mujer en su casa para tomarla como esposa,
pero Jehová hizo que la devolviera a su esposo antes de que tuviera relaciones
con ella. Abrahán entonces regresó a Canaán, al campamento que estaba entre
Betel y Hai, y de nuevo invocó “el nombre de Jehová”. (Gé 12:10–13:4.)
Luego Abrahán y Lot tuvieron que separarse debido a que sus
rebaños y vacadas habían aumentado mucho. Lot escogió la cuenca de la parte
baja del Jordán, una región bien regada que era “como el jardín de Jehová”, y
más tarde asentó su campamento cerca de Sodoma. (Gé 13:5-13.) Abrahán, por su
parte, después que se le dijo que viajara a lo largo y ancho de la tierra,
llegó a morar entre los árboles grandes de Mamré, en Hebrón, a 30 Km. al
SSO. de Jerusalén. (Gé 13:14-18.)
Cuando cuatro reyes aliados, encabezados por el rey mesopotámico Kedorlaomer,
lograron aplastar a cinco reyes cananeos que se habían rebelado, Sodoma y
Gomorra fueron saqueadas y a Lot se lo llevaron cautivo junto con todas sus
propiedades. Al enterarse de esto, Abrahán rápidamente juntó en formación
militar a sus hombres adiestrados, 318 esclavos de su casa. Junto con sus
aliados, Aner, Escol y Mamré, emprendió una marcha forzada en persecución de
los captores hasta más allá de Damasco, a unos 300 Km. en dirección norte,
y, gracias a la ayuda de Jehová, derrotó a una fuerza muy superior a la suya.
Así se rescató a Lot y todo lo suyo. (Gé 14:1-16, 23, 24.) Al
regreso de Abrahán de esta gran victoria, Melquisedec, un “sacerdote del Dios
Altísimo” que también era rey de Salem, salió y bendijo a Abrahán, quien a su
vez “le dio el décimo de todo”. (Gé 14:17-20.)
Reunión de
Servicio
Cántico 75
LOS MOTIVOS DE
NUESTRO GOZO
15
min. A ella
acudirán todas las naciones (Is. 2:2). Entreviste a dos publicadores,
uno que lleve muchos años en la verdad y otro que sea relativamente nuevo. ¿Por
qué les interesó la verdad? ¿Qué dificultades tuvieron que superar? ¿Qué fue lo
que más les impresionó cuando asistieron a su primera reunión? ¿Qué es lo que
recuerdan de la primera vez que salieron a predicar? ¿Cómo los ayudaron otros hermanos
de la congregación a progresar en sentido espiritual?
(Isaías 2:2) Y en la parte final de los días
tiene que suceder [que] la montaña de la casa de Jehová llegará a estar
firmemente establecida por encima de la cumbre de las montañas, y ciertamente
será alzada por encima de las colinas; y a ella tendrán que afluir todas las
naciones.
15
min. “Mejore sus
habilidades en el ministerio: prepare una buena introducción.” Análisis con el auditorio. Presente una
breve demostración en dos partes: en la primera, se usa una introducción
improvisada; en la segunda, una bien preparada. Mencione algunos puntos
pertinentes de las páginas 215 a 219 del libro Benefíciese, según
lo permita el tiempo.
Por qué es importante. Si nuestra introducción
no despierta el interés de quien nos escucha, quizás la persona termine la
conversación antes de que podamos darle testimonio. Por eso, muchos
publicadores opinan que lo primero que dicen es lo más importante. Aunque Nuestro
Ministerio del Reino y el libro Razonamiento sugieren
algunas presentaciones, estas no siempre tienen una introducción
completa, para dejar un margen de flexibilidad. Y aun si la tuvieran, los
publicadores pueden cambiarlas o usar las suyas. Seremos más eficientes si
preparamos bien las frases iniciales en vez de decir lo primero que se nos
venga a la mente cuando nos abran la puerta (Prov. 15:28).
(Proverbios 15:28) El corazón del justo
medita para responder, pero la boca de los inicuos hace salir burbujeando cosas
malas.
Cómo hacerlo:
Elija un tema
que esté basado en la publicación que vaya a ofrecer y que sea interesante para
las personas del territorio.
Piense bien las
primeras frases que dirá tras saludar a la persona. Puede empezar diciendo algo
así: “He venido porque...”, “A mucha gente le preocupa...”, “Me gustaría saber
qué opina sobre...”. Por lo general, suelen ser mejor las frases cortas y
sencillas. Algunos publicadores deciden memorizar su introducción.
Haga una
pregunta de opinión para que la persona participe en la conversación (Mat. 17:25). Recuerde que cuando usted
llegue, quizás la persona esté pensando en otras cosas, así que la pregunta no
debería ser demasiado difícil ni hacer que se sienta presionada.
(Mateo 17:25) Él dijo: “Sí”. Sin embargo,
cuando entró en la casa, Jesús se le anticipó, diciendo: “¿Qué te parece,
Simón? ¿De quiénes reciben los reyes de la tierra contribuciones o la
capitación? ¿De sus hijos, o de los extraños?”.
Intente esto durante el mes:
Dedique tiempo
durante la adoración en familia a preparar algunas frases iniciales para el
ministerio y practicarlas.
Cuando predique
con otros publicadores dígales la introducción que tiene pensada (Prov. 27:17). Si ve que no da resultados,
cámbiela.
(Proverbios 27:17) Con hierro, el hierro
mismo se aguza. Así un hombre aguza el rostro de otro.
Cántico 117
NECESITAMOS LA INSTRUCCIÓN
DIVINA
=================
Estudio de la Atalaya:
“Mantengamos una actitud positiva”
Cántico
74
EL
GOZO DE JEHOVA
- 1 –
(Salmos 144:15) ¡Feliz
es el pueblo para quien es justamente así!”. ¡Feliz es el pueblo cuyo Dios es
Jehová!
(Juan 6:44) Nadie
puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga; y yo lo resucitaré
en el último día.
(Jeremías 31:3) Desde
lejos se me apareció Jehová mismo [y dijo]: “Y con un amor hasta tiempo
indefinido te he amado. Por eso te he atraído con bondad amorosa.
(2 Corintios 4:16) Por lo
tanto no nos rendimos; más bien, aunque el hombre que somos exteriormente se
vaya desgastando, ciertamente el hombre que somos interiormente va
renovándose de día en día.
- 2 –
(Eclesiastés 11:8) pues
si un hombre viviera aun muchos años, que en todos ellos se regocije. Y que se
acuerde de los días de la oscuridad, aunque pudieran ser muchos; todo [día] que
ha venido es vanidad.
- 3 –
(Salmos 71:9) No me
deseches en el tiempo de la vejez; justamente cuando mi poder está fallando, no
me dejes.
(Proverbios 13:12) La
expectación pospuesta enferma el corazón, pero la cosa deseada es árbol de vida
cuando sí viene.
(Eclesiastés 7:7) Porque
la mera opresión puede hacer que un sabio se porte como loco; y una dádiva
puede destruir el corazón.
(Jeremías 17:9) ”El
corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado. ¿Quién
puede conocerlo?
(1 Juan 3:20)
respecto a cualquier cosa en que nos condene nuestro corazón, porque Dios es
mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas.
(Job 4:18-19) ¡Mira!
En sus siervos él no tiene fe, y a sus mensajeros imputa tener faltas. 19¡Cuánto
más a los que moran en casas de barro, cuyo fundamento está en el polvo! Los
aplasta uno más rápidamente que a una polilla.
- 4 –
(Salmos 23:4) Aunque
ande en el valle de sombra profunda, no temo nada malo, porque tú estás
conmigo; tu vara y tu cayado son las cosas que me consuelan.
(2 Corintios 10:4-5) Porque
las armas de nuestro guerrear no son carnales, sino poderosas por Dios para
derrumbar cosas fuertemente atrincheradas. 5Porque estamos
derrumbando razonamientos y toda cosa encumbrada que se levanta contra el
conocimiento de Dios; y ponemos bajo cautiverio todo pensamiento para hacerlo
obediente al Cristo;
(2 Corintios 13:5) Sigan
poniéndose a prueba para ver si están en la fe, sigan dando prueba de lo que
ustedes mismos son. ¿O no reconocen que Jesucristo está en unión con ustedes? A
no ser que estén desaprobados.
(Santiago 2:10-11) Porque
cualquiera que observa toda la Ley, pero da un paso en falso en un solo punto,
se ha hecho ofensor respecto de todos ellos. 11Porque el que dijo:
“No debes cometer adulterio”, también dijo: “No debes asesinar”. Ahora bien, si
no cometes adulterio, pero sí asesinas, te has hecho transgresor de ley.
- 6 –
(Isaías 55:8-9)
“Porque los pensamientos de ustedes no son mis pensamientos, ni son mis caminos
los caminos de ustedes —es la expresión de Jehová—. 9Porque como los
cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que los
caminos de ustedes, y mis pensamientos que los pensamientos de ustedes.
- 8 –
(Lucas 21:1-4) Ahora
bien, al levantar la vista, vio a los ricos que echaban sus dádivas en las
arcas de la tesorería. 2Entonces vio a cierta viuda necesitada echar
allí dos monedas pequeñas de ínfimo valor, 3y dijo: “En verdad les
digo: Esta viuda, aunque pobre, echó más que todos ellos. 4Porque
todos estos echaron dádivas de lo que les sobra, mas esta echó, de su
indigencia, todo el medio de vivir que tenía”.
(Lucas 20:47) y que
devoran las casas de las viudas y por pretexto hacen largas oraciones. Estos
recibirán juicio más pesado”.
- 12 –
(1 Reyes 19:4) Y él
mismo entró en el desierto camino de un día, y por fin llegó y se sentó debajo
de cierta retama. Y se puso a pedir que muriera su alma, y a decir: “¡Basta!
Ahora, oh Jehová, quítame el alma, porque no soy mejor que mis antepasados”.
(Job 6:3) Porque ahora es más
pesada aun que las arenas de los mares. Por eso mis propias palabras han sido
habla desatinada.
- 13 –
(1 Reyes 18:37-40)
Respóndeme, oh Jehová, respóndeme, para que sepa este pueblo que tú, Jehová,
eres el Dios [verdadero] y tú mismo has vuelto atrás el corazón de ellos”. 38Ante
eso, el fuego de Jehová vino cayendo, y se puso a comer la ofrenda quemada y
los pedazos de leña y las piedras y el polvo, y lamió el agua que estaba en la
zanja. 39Cuando todo el pueblo lo vio, inmediatamente cayeron sobre
sus rostros y dijeron: “¡Jehová es el Dios [verdadero]! ¡Jehová es el Dios
[verdadero]!”. 40Entonces Elías les dijo: “¡Prendan a los profetas
de Baal! ¡No permitan que escape ni uno solo de ellos!”. En seguida los
prendieron, y Elías entonces los llevó abajo al valle torrencial de Cisón, y
allí los degolló.
(1 Reyes 19:1-4)
Entonces Acab refirió a Jezabel todo lo que Elías había hecho y todo acerca de
cómo había matado a todos los profetas a espada. 2Ante eso, Jezabel
envió un mensajero a Elías, para decirle: “¡Así hagan los dioses, y así añadan
a ello, si mañana a esta hora no hago tu alma como el alma de cada uno de
ellos!”. 3Y a él le dio miedo. Por lo tanto, se levantó y empezó a
irse por su alma, y llegó a Beer-seba, que pertenece a Judá. Entonces dejó allá
atrás a su servidor. 4Y él mismo entró en el desierto camino de un
día, y por fin llegó y se sentó debajo de cierta retama. Y se puso a pedir que
muriera su alma, y a decir: “¡Basta! Ahora, oh Jehová, quítame el alma, porque
no soy mejor que mis antepasados”.
- 15 –
(1 Reyes 19:5-8,15-19) Por
fin se acostó y se quedó dormido debajo de la retama. Pero, ¡mire!, ahora
estaba tocándolo un ángel. Entonces este le dijo: “Levántate, come”. 6Cuando
él miró, pues, allí junto a su cabeza estaba una torta redonda sobre piedras
calentadas, y una jarra de agua. Y él se puso a comer y beber, después de lo
cual volvió a acostarse. 7Más tarde el ángel de Jehová volvió por
segunda vez y lo tocó y dijo: “Levántate, come, porque el viaje es demasiado
para ti”. 8Por lo tanto él se levantó y comió y bebió, y siguió
yendo por el poder de aquel alimento durante cuarenta días y cuarenta noches
hasta la montaña del Dios [verdadero], Horeb. 15Jehová ahora le
dijo: “Anda, vuélvete por tu camino al desierto de Damasco; y tienes que entrar
y ungir a Hazael por rey sobre Siria. 16Y a Jehú nieto de Nimsí lo
debes ungir por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat de Abel-meholá lo
debes ungir por profeta en lugar de ti. 17Y tiene que suceder que,
al que escape de la espada de Hazael, Jehú le dará muerte; y al que escape de
la espada de Jehú, Eliseo le dará muerte. 18Y he dejado que siete
mil permanezcan en Israel, todas las rodillas que no se han doblado a Baal, y
toda boca que no lo ha besado”. 19Por lo tanto, él se fue de allí y
halló a Eliseo hijo de Safat mientras estaba arando con doce yuntas delante de
él, y él con la duodécima. Elías, pues, cruzó a donde él y echó sobre él su
prenda de vestir oficial.
- 16 –
(Gálatas 6:2) Sigan
llevando las cargas los unos de los otros, y así cumplan la ley del Cristo.
(Salmos 121:1-2) Alzaré
mis ojos a las montañas. ¿De dónde vendrá mi ayuda? 2Mi ayuda viene
de Jehová, el Hacedor del cielo y de la tierra.
- 17 –
(Romanos 14:4) ¿Quién
eres tú para juzgar al sirviente de casa ajeno? Para su propio amo está en pie
o cae. En verdad, se le hará estar en pie, porque Jehová puede hacer que esté
en pie.
- 18 –
(Jeremías 20:11) Pero
Jehová estuvo conmigo como un terrible poderoso. Por eso los mismísimos que me
persiguen tropezarán y no prevalecerán. Ciertamente quedarán muy avergonzados,
porque no habrán prosperado. [Su] humillación, de duración indefinida, será una
que no se olvidará.
(Mateo 25:23) Su amo
le dijo: ‘¡Bien hecho, esclavo bueno y fiel! Fuiste fiel sobre unas cuantas
cosas. Te nombraré sobre muchas cosas. Entra en el gozo de tu amo’.
- 19 –
(Salmos 102:3-4,6,11) Porque
mis días se han acabado tal como humo, y mis huesos mismos han quedado al rojo
como un fogón. 4Mi corazón ha sido herido tal como vegetación, y
está seco, pues me he olvidado de comer mi alimento. 6De veras me
parezco al pelícano del desierto. He venido a ser como un mochuelo de lugares
desolados. 11Mis días son como una sombra que ha declinado, y yo
mismo estoy seco como simple vegetación.
(Salmos 102:10) a
causa de tu denunciación y tu indignación; porque me has alzado, para que
puedas desecharme.
- 20 –
(Salmos 102:19-21) Porque
él ha mirado desde su santa altura, desde los mismísimos cielos Jehová mismo ha
mirado aun a la tierra, 20para oír el suspirar del prisionero, para
desatar a los que están señalados para la muerte; 21para que el
nombre de Jehová se declare en Sión, y su alabanza en Jerusalén,
(Salmos 102:7) Me he
demacrado, y he venido a ser como un pájaro aislado sobre un techo.
(Salmos 102:17)
Ciertamente se volverá hacia la oración de los que están despojados [de todo],
y no despreciará su oración.
- 21 –
(Salmos 102:12,27) En
cuanto a ti, oh Jehová, hasta tiempo indefinido morarás, y la mención
conmemorativa de ti será por generación tras generación. 27Pero tú
eres el mismo, y tus propios años no se completarán.
(Salmos 102:20-21) para
oír el suspirar del prisionero, para desatar a los que están señalados para la
muerte; 21para que el nombre de Jehová se declare en Sión, y su
alabanza en Jerusalén,
- 22 –
(Mateo 24:13) Pero
el que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo.
Cántico 119
VEN A RECIBIR ÁNIMO
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PFC777
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