domingo, 15 de junio de 2014

SEMANA DEL 16 DE JUNIO

Cántico 111 
Llamare
Estudio Bíblico de Congregación cl cap. 8 párr. 17-24 y recuadro de la pág. 86 (30 minutos)
Se restituye la vida a los muertos
17, 18. a) ¿Por qué censuró Jesús a los saduceos? b) ¿Qué circunstancias llevaron a que Elías rogara a Jehová que realizara una resurrección?
17 Ciertos religiosos del siglo primero, los saduceos, no creían en la resurrección, por lo que Jesús les dirigió esta censura: “Ustedes están equivocados, porque no conocen ni las Escrituras ni el poder de Dios” (Mateo 22:29). En efecto, la Biblia revela que Jehová tiene dicho poder restaurador. ¿De qué manera lo hace?
(Mateo 22:29) En respuesta, Jesús les dijo: “Ustedes están equivocados, porque no conocen ni las Escrituras ni el poder de Dios;
18 Visualicemos un suceso de tiempos de Elías. Una viuda sostenía en sus brazos el cuerpo sin vida de su único hijo. El profeta Elías, huésped de aquella casa, debió de sentirse horrorizado; antes ya había ayudado al muchacho para que no muriera de inanición y seguramente le había cobrado cariño. La madre estaba destrozada. Aquel joven era la única persona que le recordaba a su difunto esposo, y tal vez contara con que él la cuidase en la vejez. Angustiada, temía que se la estuviera castigando por algún error del pasado. Pero Elías no podía soportar que se agravase así su dolor. Tomó con cuidado al niño del regazo de su madre, lo subió a su habitación y pidió a Jehová Dios que le devolviera el alma, es decir, la vida (1 Reyes 17:8-21).
(1 Reyes 17:8-21) La palabra de Jehová ahora le vino, diciendo: 9 “Levántate, ve a Sarepta, que pertenece a Sidón, y tienes que morar allí. ¡Mira! Ciertamente daré orden allí a una mujer, una viuda, para que te suministre alimento”. 10 Por lo tanto, él se levantó y se fue a Sarepta, y entró por la entrada de la ciudad; y, ¡mire!, allí estaba una mujer, una viuda, recogiendo pedazos de leña. De modo que la llamó y dijo: “Por favor, consígueme un sorbo de agua en una vasija para beber”. 11 Cuando ella empezó a ir para conseguirlo, él pasó a llamarla y a decir: “Por favor, consígueme un pedacito de pan en tu mano”. 12 Por lo cual ella dijo: “Tan ciertamente como que vive Jehová tu Dios, no tengo torta redonda, sino un puñado de harina en el jarro grande y un poco de aceite en el jarro pequeño; y aquí estoy recogiendo unos cuantos pedazos de leña, y tengo que entrar y hacer algo para mí y mi hijo, y tendremos que comerlo y morir”. 13 Entonces le dijo Elías: “No tengas miedo. Entra, haz conforme a tu palabra. Solo que de lo que hay allí, hazme primero una pequeña torta redonda, y tienes que traérmela acá fuera, y para ti y tu hijo puedes hacer algo después. 14 Porque esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘El jarro grande de harina mismo no se agotará, y el jarro pequeño de aceite mismo no fallará hasta el día en que Jehová dé un aguacero sobre la superficie del suelo’”. 15 Por lo tanto, ella se fue e hizo conforme a la palabra de Elías; y continuó comiendo, ella junto con él y con su casa, por días. 16 El jarro grande de harina mismo no se agotó, y el jarro pequeño de aceite mismo no falló, conforme a la palabra de Jehová que él había hablado por medio de Elías. 17 Y después de estas cosas aconteció que el hijo de la mujer, el ama de la casa, enfermó, y su enfermedad llegó a ser tan grave que no quedó aliento en él. 18 Ante esto, ella dijo a Elías: “¿Qué tengo yo que ver contigo, oh hombre del Dios [verdadero]? Has venido a mí para que se recuerde mi error y para dar muerte a mi hijo”. 19 Pero él le dijo: “Dame tu hijo”. Entonces lo tomó del seno de ella y lo llevó arriba a la cámara en el techo, donde él moraba, y lo acostó sobre su propio lecho. 20 Y empezó a clamar a Jehová y a decir: “Oh Jehová mi Dios, ¿también sobre la viuda con quien estoy residiendo como forastero tienes que traer perjuicio, dando muerte a su hijo?”. 21 Y procedió a estirarse sobre el niño tres veces y a clamar a Jehová y a decir: “Oh Jehová mi Dios, por favor, haz que el alma de este niño vuelva dentro de él”.
19, 20. a) ¿Cómo demostró Abrahán fe en el poder restaurador de Jehová, y en qué se basó tal fe? b) ¿Cómo premió Jehová la fe de Elías?
19 Elías no era el primer ser humano que creía en la resurrección. Siglos antes, Abrahán tuvo fe —una fe bien fundamentada— en que Jehová poseía dicho poder restaurador. Cuando contaba 100 años y su esposa Sara 90, Dios  les restituyó las facultades reproductivas, lo que permitió el milagro de engendrar un niño (Génesis 17:17; 21:2, 3). Más tarde, ante la solicitud divina de que sacrificara al hijo ya crecido, Abrahán actuó con fe, pues estimó que el Creador podía devolverle la vida a su amado Isaac (Hebreos 11:17-19). Su firme confianza tal vez explique por qué dijo a sus sirvientes, antes de subir a la montaña para ofrecer a su hijo, que ambos volverían juntos (Génesis 22:5).
(Génesis 17:17) Ante esto, Abrahán cayó sobre su rostro y se puso a reír y a decir en su corazón: “¿A un hombre de cien años de edad le nacerá un hijo, y Sara, sí, una mujer de noventa años de edad, dará a luz?”.
(Génesis 21:2, 3) Y Sara quedó encinta y entonces le dio a luz un hijo a Abrahán, en la vejez de él, al tiempo señalado del cual le había hablado Dios. 3 Por lo tanto Abrahán llamó por nombre Isaac a su hijo que le había nacido, que Sara le había dado a luz.
(Hebreos 11:17-19) Por fe Abrahán, cuando fue probado, ofreció, por decirlo así, a Isaac, y el que gustosamente había recibido las promesas trató de ofrecer a [su hijo] unigénito, 18 aunque se le había dicho: “Lo que será llamado ‘descendencia tuya’ será mediante Isaac”. 19 Pero estimó que Dios podía levantarlo hasta de entre los muertos; y de allí lo recibió también a manera de ilustración.
(Génesis 22:5) Entonces Abrahán dijo a sus servidores: “Quédense aquí con el asno, pero yo y el muchacho queremos ir allá, y adorar, y volver a ustedes”.
20 Jehová dejó que Isaac siguiera vivo, por lo que no fue preciso que lo resucitara entonces. Pero en el caso de Elías, el hijo de la viuda ya se encontraba muerto, aunque no lo estaría por mucho tiempo. Dios premió la fe del profeta resucitando al joven. Luego, Elías se lo entregó a su madre con estas inolvidables palabras: “Mira, tu hijo está vivo” (1 Reyes 17:22-24).
(1 Reyes 17:22-24) Finalmente Jehová escuchó la voz de Elías, de modo que el alma del niño volvió dentro de él, y llegó a vivir. 23 Elías ahora tomó al niño y lo bajó desde la cámara en el techo hasta dentro de la casa, y se lo dio a su madre; y entonces dijo Elías: “Mira, tu hijo está vivo”. 24 Ante esto, la mujer dijo a Elías: “Ahora, de veras, sí sé que eres un hombre de Dios, y que la palabra de Jehová en tu boca es verdadera”.
21, 22. a) ¿Qué propósito tuvieron las resurrecciones que refieren las Escrituras? b) ¿Cuántas personas se levantarán en la resurrección en el Paraíso, y quién la llevará a cabo?
21 Esta es la primera vez que las Escrituras relatan que Jehová utilizó su poder para devolver la vida a un ser humano. Más tarde, él también facultó a Eliseo, Jesús, Pablo y Pedro para levantar a los muertos. Aunque es evidente que aquellos resucitados fallecieron con el tiempo, su resurrección, referida en la Biblia, es un maravilloso adelanto de sucesos futuros.
22 En el Paraíso, Jesús actuará como “la resurrección y la vida” (Juan 11:25). Resucitará a incontables millones de personas y les ofrecerá la posibilidad de tener vida eterna en una Tierra paradisíaca (Juan 5:28, 29). Pensemos en cómo será el reencuentro de amigos y parientes queridos que, tras una larga separación a causa de la muerte, se abrazarán con emoción y gozo indescriptibles. Toda la humanidad alabará a Jehová por su poder restaurador.
(Juan 11:25) Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir;
(Juan 5:28, 29) No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz 29 y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.
23. ¿Cuál fue la mayor demostración del poder de Jehová, y cómo garantiza nuestra esperanza para el futuro?
 23 Jehová nos da una garantía solidísima de que tales esperanzas son firmes. La mayor demostración de su poder fue resucitar a su Hijo, Jesús, como gloriosa criatura espiritual, a la que concedió un rango solo inferior al suyo. Jesús resucitado se apareció ante centenares de testigos oculares (1 Corintios 15:5, 6). Hasta para los escépticos, estas pruebas deberían constituir una base más que suficiente para creer que Dios tiene la capacidad de devolver la vida.
(1 Corintios 15:5, 6) y que se apareció a Cefas, entonces a los doce. 6 Después de eso se apareció a más de quinientos hermanos de una vez, de los cuales la mayoría permanece hasta ahora, pero algunos se han dormido [en la muerte].
24. ¿Por qué tenemos la seguridad de que Jehová levantará a los muertos, y qué esperanza debemos albergar?
24 Pero él no solo puede devolver la vida a los muertos, sino que además desea hacerlo. El fiel Job habló por inspiración de que anhela resucitarlos (Job 14:15). ¿No nos atrae un Dios que ansía utilizar de forma tan amorosa su poder restaurador? Recordemos, no obstante, que la resurrección no es más que un aspecto de la gran obra de restauración que está en curso. Al acercarnos cada vez más a Jehová, valoremos como un tesoro la maravillosa esperanza de ser testigos presenciales del día en que proceda a “hacer nuevas todas las cosas” (Revelación 21:5).
(Job 14:15) Tú llamarás, y yo mismo te responderé. Por la obra de tus manos sentirás anhelo.
(Revelación 21:5) Y Aquel que estaba sentado en el trono dijo: “¡Mira!, voy a hacer nuevas todas las cosas”. También, dice: “Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas”.
Preguntas para meditar
2 Reyes 5:1-15 ¿Cómo se benefició del poder restaurador de Jehová un hombre de tiempos bíblicos por ser humilde?
(2 Reyes 5:1-15) Ahora bien, cierto Naamán, el jefe del ejército del rey de Siria, había llegado a ser hombre grande delante de su señor y a ser tenido en estima, porque por medio de él Jehová había dado salvación a Siria; y el hombre mismo había resultado ser hombre valiente y poderoso, aunque leproso. 2 Y los sirios, por su parte, habían salido como partidas merodeadoras, y llegaron a tomar cautiva de la tierra de Israel a una muchachita, y esta llegó a estar delante de la esposa de Naamán. 3 Con el tiempo ella dijo a su ama: “¡Si solo mi señor estuviera delante del profeta que hay en Samaria! En ese caso él le daría recobro de su lepra”. 4 Posteriormente, alguien vino y se lo informó a su señor, y dijo: “Así y así fue como habló la muchacha que es de la tierra de Israel”. 5 Entonces el rey de Siria dijo: “¡Anda! Ven, y déjame enviar una carta al rey de Israel”. De manera que él procedió a ir y tomar en su mano diez talentos de plata y seis mil piezas de oro y diez mudas de prendas de vestir. 6 Y vino trayendo al rey de Israel la carta que decía: “Y ahora bien, al mismo tiempo que te llegue esta carta, aquí realmente te envío a Naamán mi siervo, para que le des recobro de su lepra”. 7 Y aconteció que, en cuanto el rey de Israel leyó la carta, inmediatamente rasgó sus prendas de vestir y dijo: “¿Soy yo Dios, para dar muerte y conservar vivo? Pues esta persona envía a mí para que dé recobro de su lepra a un hombre; porque nada más fíjense, por favor, y vean cómo anda buscando una riña conmigo”. 8 Y aconteció que, tan pronto como Eliseo el hombre del Dios [verdadero] oyó que el rey de Israel había rasgado sus prendas de vestir, en seguida envió a decir al rey: “¿Por qué rasgaste tus prendas de vestir? Permite que venga a mí, por favor, para que él sepa que existe profeta en Israel”. 9 De manera que Naamán fue con sus caballos y sus carros de guerra y se paró a la entrada de la casa de Eliseo. 10 Sin embargo, Eliseo le envió un mensajero, que dijo: “Yendo allá, tienes que bañarte siete veces en el Jordán para que vuelva a ti tu carne; y sé limpio”. 11 Ante esto, Naamán se indignó y empezó a irse y a decir: “Mira que yo [me] había dicho: ‘Saldrá a mí hasta afuera, y ciertamente estará de pie e invocará el nombre de Jehová su Dios, y moverá su mano de acá para allá sobre el lugar, y realmente dará recobro al leproso’. 12 ¿No son el Abaná y el Farpar, los ríos de Damasco, mejores que todas las aguas de Israel? ¿No puedo bañarme en ellos y ciertamente ser limpio?”. Con eso se volvió y se fue furioso. 13 Sus siervos ahora se acercaron y le hablaron y dijeron: “Padre mío, si hubiera sido una cosa grande la que te hubiera hablado el profeta mismo, ¿no la harías? ¿Cuánto más, pues, dado que te dijo: ‘Báñate y sé limpio’?”. 14 Por lo cual él bajó y empezó a sumergirse en el Jordán siete veces, conforme a la palabra del hombre del Dios [verdadero]; después de lo cual su carne se volvió como la carne de un muchachito, y quedó limpio. 15 Entonces se volvió al hombre del Dios [verdadero], él con todo su campamento, y vino y estuvo de pie delante de él y dijo: “Mira aquí, sé con certeza que no hay Dios en ninguna parte de la tierra sino en Israel. Y ahora acepta, por favor, un regalo de bendición de parte de tu siervo”.
Job 14:12-15 ¿Qué confianza tenía Job, y qué efecto produce este pasaje en nuestra esperanza para el futuro?
(Job 14:12-15) El hombre también tiene que acostarse, y no se levanta. Hasta que el cielo ya no sea no despertarán, ni se les hará despertar de su sueño. 13 ¡Oh que en el Seol me ocultaras, que me mantuvieras secreto hasta que tu cólera se volviera atrás, que me fijaras un límite de tiempo y te acordaras de mí! 14 Si un hombre físicamente capacitado muere, ¿puede volver a vivir? Todos los días de mi trabajo obligatorio esperaré, hasta que llegue mi relevo. 15 Tú llamarás, y yo mismo te responderé. Por la obra de tus manos sentirás anhelo.
Salmo 126:1-6 ¿Cómo nos sentimos los cristianos ante la restauración de la adoración pura y el hecho de participar en ella?
(Salmo 126:1-6) Cuando Jehová recogió de vuelta a los cautivos de Sión, nos pusimos como los que estaban soñando.  2 En aquel tiempo nuestra boca se llenó de risa, y nuestra lengua de clamor gozoso. En aquel tiempo procedieron a decir entre las naciones: “Jehová ha hecho una cosa grande en lo que ha hecho con ellos”.  3 Jehová ha hecho una cosa grande en lo que ha hecho con nosotros. Nos hemos puesto gozosos.  4 De veras recoge de vuelta, oh Jehová, a nuestra compañía de cautivos, como los cauces de los arroyos en el Négueb.  5 Los que siembran con lágrimas segarán aun con clamor gozoso.  6 El que sin falta sale, aun llorando, llevando consigo una bolsa llena de semilla, sin falta entrará con un clamor gozoso, trayendo consigo sus gavillas.
Romanos 4:16-25 ¿Por qué es importante tener fe en el poder restaurador de Jehová?
(Romanos 4:16-25) A causa de esto fue como resultado de fe, para que sea según bondad inmerecida, a fin de que la promesa le sea segura a toda su descendencia, no solo a la que se adhiere a la Ley, sino también a la que se adhiere a la fe de Abrahán. (Él es el padre de todos nosotros, 17 así como está escrito: “Te he nombrado padre de muchas naciones”.) Esto fue a vista de Aquel en quien tenía fe, sí, de Dios, que vivifica a los muertos y llama las cosas que no son como si fueran. 18 Aunque más allá de toda esperanza, basado todavía en esperanza tuvo fe, para llegar a ser padre de muchas naciones conforme a lo que se había dicho: “Así será tu descendencia”. 19 Y, aunque no se debilitó en fe, consideró su propio cuerpo, ahora ya amortiguado, pues tenía como cien años, además del amortiguamiento de la matriz de Sara. 20 Pero, a causa de la promesa de Dios, no titubeó con falta de fe, sino que se hizo poderoso por su fe, dando gloria a Dios 21 y estando plenamente convencido de que lo que él había prometido también lo podía hacer. 22 Por tanto, “le fue contado por justicia”. 23 El que “le fue contado” fue escrito, sin embargo, no solo por causa de él, 24 sino también por causa de nosotros a quienes está destinado a ser contado, porque creemos en el que levantó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor. 25 Él fue entregado a causa de nuestras ofensas y fue levantado a fin de declararnos justos.
Escuela del Ministerio Teocrático
Lectura de la Biblia: Levítico 6 al 9 | Puntos sobresalientes (10 min.)
*** W04 15/5 pág. 22 Puntos sobresalientes del libro de Levítico ***
7:26, 27. Los israelitas no debían comer sangre. A la vista de Dios, la sangre representa la vida. “El alma [la vida] de la carne está en la sangre”, dice Levítico 17:11. Se espera que también los adoradores verdaderos de hoy se abstengan de sangre (Hechos 15:28, 29).
9:9. ¿Qué tenía de importante el que se derramara sangre en la base del altar y el que se pusiera sobre los cuernos del altar? Demostraba que Jehová aceptaba la sangre para fines expiatorios. De hecho, la expiación tenía su fundamento en la sangre. “Casi todas las cosas son limpiadas con sangre según la Ley —escribió el apóstol Pablo—, y a menos que se derrame sangre no se efectúa ningún perdón.” (Hebreos 9:22.)
¿Qué propósito sobresaliente tenían los sacrificios de comunión en los tiempos de la antigua nación de Israel? ¿Qué simbolizan en nuestros días? (Lev. 7:31-33.) [16 de jun., w12 15/1 pág. 19 párr. 11, 12.]
W12 15/1 pág. 19 párr. 11-12 Lecciones que aprendemos de “la armazón [...] de la verdad”
11 La Ley mosaica también estipulaba que los fieles hicieran sacrificios de comunión como muestra de que estaban en paz con Jehová. Tanto ellos como sus familias comían la carne de los animales, a menudo en los comedores del templo. También recibían porciones el sacerdote que oficiaba y los demás que se hallaban de servicio (Lev. 3:1, nota; 7:31-33). Lo único que se pretendía con estos sacrificios era gozar de una buena relación con Dios. Era como si el adorador, su familia, los sacerdotes y Jehová celebraran un banquete juntos y en paz.
12 ¿Podía haber un mayor privilegio que, por decirlo así, invitar a Jehová a una comida y que él aceptara? Como es lógico, quienes fueran los anfitriones querrían ofrecerle lo mejor a tan ilustre huésped. Los sacrificios de comunión, como parte de la armazón de la verdad que hallamos en la Ley, apuntaban a una realidad mayor: gracias al sacrificio de Jesús, todos los seres humanos tienen la oportunidad de entrar en una relación pacífica con su Creador. En la actualidad, quienes le sacrifican a Dios de buena gana sus energías y recursos disfrutan de una estrecha amistad con él.
W00 15/8 pág. 16 párr. 17-18 Sacrificios que agradaron a Dios
17 La ofrenda por el pecado se aceptaba solo para cubrir pecados involuntarios contra la Ley provocados por la debilidad de la carne. ‘En caso de que pecara un alma por equivocación en cualquiera de las cosas que Jehová mandaba que no debían hacerse’, el pecador tenía que presentar una ofrenda por el pecado adecuada a su posición social en la comunidad (Levítico 4:2, 3, 22, 27). Por otra parte, los pecadores impenitentes eran cortados del pueblo; no había sacrificios para ellos (Éxodo 21:12-15; Levítico 17:10; 20:2, 6, 10; Números 15:30; Hebreos 2:2).
18 El significado y el propósito de la ofrenda por la culpa se aclaran en los capítulos 5 y 6 de Levítico. Aunque una persona pecara involuntariamente, su transgresión podía haber vulnerado los derechos de su prójimo o de Jehová Dios, error que exigía una satisfacción o reparación. Se mencionan varias categorías de pecado. Algunos eran pecados íntimos (5:2-6); otros, pecados contra “las cosas santas de Jehová” (5:14-16), y otros, aunque no totalmente involuntarios, pecados provocados por deseos impropios o debilidades de la carne (6:1-3). Además de confesar tales pecados, el oferente tenía que hacer compensación en los casos debidos y luego presentar a Jehová una ofrenda por la culpa (Levítico 6:4-7).
W97 1/12 págs. 13-14 párr. 15-16 Jehová, un Dios que está “listo para perdonar”
15 Nuestros pecados pueden tener también otros efectos. Considere, por ejemplo, el capítulo 6 de Levítico. La Ley mosaica trata en este pasaje el caso de un israelita que comete el grave error de apropiarse de los bienes ajenos por robo, extorsión o fraude. El pecador niega luego su culpabilidad, atreviéndose incluso a jurar en falso. Es la palabra de una persona contra la de otra. Más tarde, sin embargo, la conciencia molesta al ofensor y este confiesa su pecado. Para conseguir el perdón de Dios, debe hacer tres cosas más: devolver lo que había tomado, pagar a la víctima una multa del veinte por ciento y presentar un cordero como ofrenda por la culpa. Luego la ley dice: “El sacerdote tiene que hacer expiación por él delante de Jehová, y así tiene que serle perdonado”. (Levítico 6:1-7; compárese con Mateo 5:23, 24.)
16 Esta ley era una provisión misericordiosa de Dios. Favorecía a la víctima, pues se le devolvían sus bienes y, sin duda le suponía un gran alivio el que el ofensor reconociera por fin su pecado. Al mismo tiempo, la ley beneficiaba al pecador cuya conciencia lo motivaba finalmente a admitir la culpa y enmendar su error. En realidad, de no haber actuado así, Dios no lo habría perdonado.
W12 15/1 págs. 22-23 párr. 8 Ofrezcamos sacrificios a Jehová con toda nuestra alma
8 Jehová consideraba santos los sacrificios que le hacían sus siervos israelitas (Lev. 6:25; 7:1). La palabra hebrea para “santo” se aplica a todo lo que se ha apartado o separado para el uso exclusivo de Dios. En armonía con este hecho, si deseamos que nuestros sacrificios gocen de su aprobación, deben estar completamente libres de influencias mundanas. No podemos amar nada de lo que nuestro Padre odia (léase 1 Juan 2:15-17). Por ejemplo, no queremos establecer ningún vínculo o relación que pueda llevarnos a estar contaminados a su vista (Isa. 2:4; Rev. 18:4). Y tampoco debemos recrear la mirada en nada que sea sucio o inmoral, ni dejar que la mente se entregue a fantasías inmundas (Col. 3:5, 6).
W87 15/10 pág. 19 párr. 14 ¿Dirá usted: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí”?
14 Antes que el Isaías Mayor ascendiera al cielo, dijo que sus discípulos recibirían espíritu santo y después ‘serían testigos de él tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra’. (Hechos 1:8.) Tal como el altar de los sacrificios suministró lo que se necesitaba para que el error de Isaías se fuera, así el sacrificio de Jesús fue la base para que ‘fuera expiado el pecado mismo’ de sus discípulos. (Levítico 6:12, 13; Hebreos 10:5-10; 13:10-15.) Así, Dios podía ungirlos con espíritu santo, lo que también les daría poder para ser ‘testigos hasta la parte más distante de la tierra’. Tanto el profeta Isaías como el Isaías Mayor habían sido enviados a proclamar el mensaje de Dios. De manera similar, los seguidores ungidos de Jesús fueron “enviados de parte de Dios [...] en compañía con Cristo”. (2 Corintios 2:17.)
W92 1/12 pág. 9 párr. 9 La bendición de Jehová enriquece
9 Según la Ley, una de las obligaciones de Israel era llevar ofrendas al templo y pagar diezmos. Algunas ofrendas se quemaban completamente sobre el altar de Jehová, mientras que otras se dividían entre los sacerdotes y los que presentaban el sacrificio, y se ofrecían a Jehová porciones especiales. (Levítico 1:3-9; 7:1-15.) Respecto a los diezmos, Moisés dijo a los israelitas: “Toda décima parte de la tierra, de la semilla de la tierra y del fruto del árbol, pertenece a Jehová. Es cosa santa a Jehová”. (Levítico 27:30.) Los levitas que trabajaban en el tabernáculo, y más tarde en el templo, recibían el diezmo. A su vez, los levitas que no eran sacerdotes daban un diezmo de lo que recibían a los sacerdotes aarónicos. (Números 18:21-29.) ¿Por qué requería Jehová que Israel pagara diezmos? En primer lugar, para que mostraran de manera tangible su aprecio por la bondad de Jehová. En segundo lugar, para que ayudaran a mantener a los levitas, quienes así podrían concentrarse en sus obligaciones, inclusive enseñar la Ley. (2 Crónicas 17:7-9.) También era una forma de apoyar la adoración pura, y todos se beneficiaban.
W06 1/7 págs. 22-23 párr. 8-9 Nacieron dentro del pueblo escogido por Dios
8 Jehová dio a su pueblo muchas oportunidades de demostrar que en realidad era una nación dedicada a él. Por ejemplo, su Ley estipuló un sistema de sacrificios, u ofrendas, algunos de los cuales eran obligatorios y otros voluntarios (Hebreos 8:3). Las ofrendas quemadas, de grano y de comunión eran voluntarias, pues se trataba de regalos ofrecidos a Jehová para conseguir su favor y expresarle gratitud (Levítico 7:11-13).
9 Aquellos sacrificios de carácter voluntario complacían a Jehová. De las ofrendas quemadas y de grano se decía que tenían para él un “olor conducente a descanso” (Levítico 1:9; 2:2). En el sacrificio de comunión, la sangre y la grasa del animal se ofrecían a Dios, mientras que las porciones de carne eran para los sacerdotes y el israelita que hacía la ofrenda. Se trataba, pues, de una comida simbólica que evidenciaba una relación pacífica con Jehová. La Ley decía: “Ahora bien, en caso de que sacrifiquen un sacrificio de comunión a Jehová, deben sacrificarlo para granjearse aprobación” (Levítico 19:5). Es verdad que todos los israelitas estaban dedicados a Jehová por nacimiento; sin embargo, los que con sus ofrendas voluntarias demostraban su deseo de escogerlo como su Dios ‘se granjeaban la aprobación’ de Jehová y recibían incontables bendiciones (Malaquías 3:10).
W94 1/7 págs. 8-9 párr. 2 ¿De qué mesa se alimenta usted?
2 Las palabras de Pablo nos recuerdan los sacrificios de comunión que los israelitas de la antigüedad ofrecían bajo la Ley de Jehová. Al altar de Dios se le llamaba una mesa, y se decía que el que llevaba el animal para ser sacrificado tenía comunión con Jehová y con los sacerdotes. ¿En qué sentido? Primero, Jehová participaba en el sacrificio porque la sangre se rociaba sobre su altar y las llamas por debajo consumían la grasa. Segundo, el sacerdote participaba en el sentido de que él (y su familia) comía el pecho asado y la pierna derecha del animal sacrificado. Y tercero, el que presentaba la ofrenda participaba comiéndose el resto de la carne. (Levítico 7:11-36.) Hoy día, comer de la mesa de Jehová significa adorarlo como él manda, según ejemplificaron Jesús y sus apóstoles. Para lograrlo tenemos que alimentarnos espiritualmente de lo que Jehová provee mediante su Palabra y su organización. A los israelitas, que disfrutaban de comunión especial con Jehová a Su mesa, se les prohibió ofrecer sacrificios a los demonios en su mesa. Dios ha prohibido lo mismo a los israelitas espirituales y a sus compañeros, las “otras ovejas”. (Juan 10:16.)
W90 1/5 pág. 20 párr. 13 Su opinión sobre el alma tiene efecto en su vida
13. ¿De qué maneras se usa en la Biblia la palabra “alma”?
13 En la Biblia se usa la palabra “alma” de muchas otras maneras. Génesis 9:5 dice: “Su sangre de sus almas la reclamaré”. Aquí se señala que el alma tiene sangre. Éxodo 12:16 dice: “Solo lo que cada alma necesite comer, solo eso puede hacerse para ustedes”. En este caso se indica que el alma come. Deuteronomio 24:7 habla de un hombre que ‘secuestre a un alma de sus hermanos’. Obviamente no se secuestraba a un alma inmortal. Salmo 119:28 dice: “Mi alma se ha desvelado de desconsuelo”. Así que el alma hasta puede perder el sueño. La Biblia muestra también que el alma es mortal. Muere. “Esa alma tiene que ser cortada de su pueblo.” (Levítico 7:20.) “No podrá venir hacia ninguna alma muerta.” (Números 6:6.) “Nuestras almas han de morir.” (Josué 2:14.) “Cualquier alma que no escuche a ese Profeta será completamente destruida.” (Hechos 3:23.) “Toda alma viviente murió.” (Revelación 16:3.)
W03 15/2 págs. 18-19 párr. 4-5 ¿Qué significa para usted la Cena del Señor?
4 Todos los años, al acercarse la Conmemoración, es esencial que quienes participan de los emblemas se hagan un autoexamen. Para que puedan tener parte apropiadamente en esta comida de comunión, deben gozar de una condición espiritual saludable. Cualquiera que trate el sacrificio de Jesús con falta de respeto, o hasta con desdén, corre el riesgo de ser ‘cortado del pueblo de Dios’, como le ocurría al israelita que estando impuro comía de un sacrificio de comunión (Levítico 7:20; Hebreos 10:28-31).
5 Pablo comparó la Conmemoración a una comida de comunión en el antiguo Israel. Tras explicar que los comensales se hallaban en comunión con Cristo, agregó: “No pueden estar bebiendo la copa de Jehová y la copa de demonios; no pueden estar participando de ‘la mesa de Jehová’ y de la mesa de demonios” (1 Corintios 10:16-21). Si alguien que participa de los emblemas de la Conmemoración comete un pecado grave, debe confesarlo a Jehová y buscar la ayuda espiritual de los ancianos de la congregación (Proverbios 28:13; Santiago 5:13-16). Si de veras se arrepiente y produce fruto propio del arrepentimiento, no estaría participando indignamente (Lucas 3:8).
W03 15/2 pág. 16 párr. 20-21 ¿Por qué debemos observar la Cena del Señor?
20 Aun cuando pueden emplearse más de un plato de pan y una copa de vino, la Conmemoración es una comida de comunión. En el antiguo Israel, un hombre podía tener una comida de comunión llevando un animal al santuario de Dios para que lo degollaran. Una porción de la víctima se quemaba sobre el altar, otra correspondía al sacerdote que oficiaba, y una tercera era para los hijos sacerdotales de Aarón; también participaban de la comida el oferente y su familia (Levítico 3:1-16; 7:28-36). De igual modo, la Conmemoración es una comida de comunión porque hay una participación conjunta.
21 Jehová es uno de los participantes de esta comida por ser quien le dio origen. Jesús es el sacrificio, y los cristianos ungidos participan unidamente de los emblemas. Comer a la mesa de Jehová significa que los comensales están en paz con él. Por ello, Pablo escribió: “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es un participar de la sangre del Cristo? El pan que partimos, ¿no es un participar del cuerpo del Cristo? Porque hay un solo pan, nosotros, aunque muchos, somos un solo cuerpo, porque todos participamos de ese solo pan” (1 Corintios 10:16, 17).
W90 15/10 pág. 12 párr. 12 Entendimiento de por qué había de venir el Mesías
12 Aarón había sido el primero de una larga sucesión de sumos sacerdotes israelitas. Después que hubo sido ungido con aceite santo, tuvo que esperar siete días en el tabernáculo antes de que se le facultara para servir como sumo sacerdote. (Levítico 8:12, 33.) De manera similar, Jesús tuvo un período de espera antes de que recibiera poder para interceder a favor de la humanidad. Eso fue desde que fue ungido Sumo Sacerdote hasta su resurrección. A diferencia de Aarón, el Hijo inmortal de Dios no necesita sucesores, y sirve como Sacerdote y Rey “a la manera de Melquisedec”. (Salmo 110:1-4; Génesis 14:18-20; Hebreos 6:20; 7:1-3, 11-17, 23-25.)
W78 1/5 pág. 22 párr. 5 Nuestra salud espiritual y “los riñones”
5 Tenemos presente, también, que los riñones están encerrados en una capa de grasa de hasta trece milímetros o más de grueso, dependiendo del tamaño de uno. Esto significa aún mayor profundidad para estos órganos, una profundidad que los pone muy fuera de la vista humana. Por estar cubiertos de tan gruesa capa de grasa, los riñones eran una parte especialmente preciosa de los sacrificios de animales que el pueblo de Jehová le ofrecía antiguamente. Por ejemplo, respecto a los primeros sacrificios de animales de los cuales hay informe de que se ofrecieron a Dios, los que ofreció Abel el hijo de Adán y hermano de Caín, se declara que él “trajo algunos primogénitos de su rebaño, aun sus trozos grasos.” (Gén. 4:4) Entre estos trozos grasos estarían los riñones. También, tocante a los sacrificios que los israelitas tenían que ofrecer a Jehová, repetidas veces leemos acerca de “los dos riñones y la grasa que hay sobre ellos” que se asignaban a Jehová. (Lev. 3:4, 10, 15; 4:9; 7:4; 8:16) La grasa de los riñones ardía bien y producía un olor agradable. De modo que los riñones no eran parte insignificante de los sacrificios a Dios.
 Núm. 1: Levítico 8:18-30.
Núm. 2: Por qué no oramos a los “santos” (rs pág. 351 párr. 4– pág. 352 párr. 2) 
Jesucristo dijo: “Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, [...]”. Por lo tanto las oraciones deben dirigirse al Padre. Jesús también dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré” (Mat. 6:9; Juan 14:6, 14EMN). Así Jesús descartó la idea de que otra persona pudiera desempeñar el papel de intercesor. El apóstol Pablo agregó respecto a Cristo: “No solamente murió por nosotros, sino también resucitó, y está sentado a la diestra de Dios, en donde así mismo intercede por nosotros”. “De ahí que puede también salvar hasta el final a los que por su medio se van acercando a Dios, pues está siempre vivo para interceder por ellos” (Rom. 8:34TA; Heb. 7:25NBE). Si verdaderamente queremos que Dios oiga nuestras oraciones, ¿no sería sensato acercarnos a Dios como su Palabra nos instruye? (Véase también la página 232, en la sección titulada “María”.)
Efe. 6:18, 19FS: “A este fin tened el espíritu en oración incesante. Asimismo en vela continua y perseverante, orando por todos los santos. También por mí a fin de que me sea otorgado predicar con valentía y confianza: Dar a conocer el misterio del evangelio.” (Las bastardillas son nuestras.) (Aquí se insta a los efesios a orar por los santos, pero no a ellos ni mediante ellos. La New Catholic Encyclopedia, 1967, tomo XI, pág. 670, reconoce lo siguiente: “Generalmente en el N[uevo] T[estamento], toda oración, tanto la privada como la oración litúrgica pública, se dirige a Dios el Padre por medio de Cristo”.)
Rom. 15:30TA: “Entre tanto, hermanos, os suplico por nuestro Señor Jesucristo y por la caridad del Espíritu Santo, que me ayudéis con las oraciones que hagáis a Dios por mí.” (El apóstol Pablo, él mismo un santo, pidió a sus compañeros cristianos, quienes también eran santos, que oraran por él. Pero note que Pablo no dirigió sus oraciones a aquellos que eran santos como él, ni reemplazaron las oraciones de ellos a favor de él la relación íntima de que Pablo mismo disfrutaba con el Padre mediante la oración. Compárese con Efesios 3:11, 12, 14.)
Núm. 3: Absalón. Huya de la ambición y la hipocresía (it-1 pág. 34 párr. 6–pág. 36 párr. 5)
Pasaron dos años. Llegó el tiempo de esquilar las ovejas, y como era una ocasión festiva, Absalón organizó un banquete en Baal-hazor, a unos 22 Km. al NNE. de Jerusalén, e invitó a los hijos del rey y al rey David mismo. Cuando este se excusó de asistir, Absalón insistió en que enviara en su lugar a su primogénito, Amnón. (Pr 10:18.) Durante el banquete, cuando Amnón estaba de “humor alegre con el vino”, Absalón ordenó a sus siervos que le dieran muerte. Los otros hijos volvieron a Jerusalén y Absalón se fue al exilio a Guesur, al E. del mar de Galilea, donde reinaba su abuelo sirio. (2Sa 13:23-38.) La “espada” que había predicho el profeta Natán acababa de entrar en la “casa” de David, donde continuaría por el resto de su vida. (2Sa 12:10.)
Recupera el favor. Después de tres años, cuando el dolor de David por la pérdida de su primogénito se había aliviado hasta cierto grado, empezó a sentir nostalgia por su hijo Absalón. Leyendo los pensamientos de su tío el rey, Joab se valió de una estratagema para conseguir que concediera un perdón condicional a Absalón y lo repatriara, aunque sin tener derecho a comparecer en la corte de su padre. (2Sa 13:39; 14:1-24.) Absalón aguantó este extrañamiento por dos años y luego empezó a manejar los asuntos para obtener el perdón completo. Cuando Joab, como funcionario de la corte real, rehusó visitarle, Absalón mandó quemar su campo de cebada, y cuando este le visitó indignado, le dijo que deseaba que el rey tomara una decisión final, y añadió: “Si hay error alguno en mí, él entonces tiene que darme muerte”. Después que Joab remitió el mensaje, David recibió a su hijo, quien inmediatamente cayó al suelo en símbolo de total sumisión, ante lo que el rey le dio un beso en señal de perdón completo. (2Sa 14:28-33.)
Se vuelve traidor. Sin embargo, parece que todo afecto natural o filial que Absalón hubiera sentido por David desapareció durante los cinco años que estuvo separado de su padre. Es posible que los tres años de asociación con la realeza pagana plantaran en él la influencia corrosiva de la ambición. Posiblemente Absalón se veía como heredero al trono debido a que era de ascendencia real tanto por parte de padre como de madre. Puesto que no se hace mención de Kileab (Daniel), el segundo hijo de David, después del relato de su nacimiento, es posible que hubiera muerto, con lo que Absalón sería el mayor de los hijos que aún le quedaban con vida a David. (2Sa 3:3; 1Cr 3:1.) No obstante, después del nacimiento de Absalón, Dios le había prometido a David que habría una “descendencia” futura que heredaría el trono, de manera que Absalón debió haber sabido que Jehová no lo había escogido para ser rey. (2Sa 7:12.) De todos modos, una vez que recuperó su rango real, empezó una campaña política solapada. Con consumada pericia, fingió gran interés en el bienestar público y se presentó como un hombre del pueblo. Insinuaba con cuidado a la gente, y en particular a los que no eran de la tribu de Judá, que la corte del rey no se interesaba lo suficiente en los problemas del pueblo y que se necesitaba con urgencia un hombre de gran corazón como él. (2Sa 15:1-6.)
No se sabe con seguridad a qué período aplicar la expresión “al cabo de cuarenta años”, que aparece en 2 Samuel 15:7, y en la Septuaginta (edición de Lagarde), la Versión Peshitta siriaca y la Vulgata latina se vierte “cuatro años”. Sin embargo, no parece probable que Absalón esperara seis años para cumplir un voto, si se cuentan los “cuatro años” desde que fue completamente perdonado. (2Sa 14:28.) Puesto que durante el reinado de David, y después de los acontecimientos considerados aquí, sobrevino un hambre de tres años, se peleó una guerra contra los filisteos y tuvo lugar el intento de Adonías de apoderarse del trono, es evidente que el punto de partida desde donde el escritor cuenta los “cuarenta años” tuvo que haber sido muy anterior al principio del reinado de cuarenta años de David, y quizás se refiera a cuatro décadas desde que Samuel lo ungió por primera vez. Esto explicaría que Absalón todavía fuera un “joven” para ese tiempo (2Sa 18:5), puesto que nació entre los años 1077 y 1070 a. E.C.
Convencido de que había conseguido bastantes seguidores por todo el reino, Absalón usó un pretexto a fin de obtener el permiso de su padre para ir a Hebrón, la capital original de Judá. Desde allí organizó rápidamente una conspiración a gran escala a fin de apoderarse del trono, para la que contó con una red nacional de espías que tenía que proclamar su gobernación real en un momento fijado de antemano. Después de ofrecer sacrificios para invocar la bendición de Dios sobre su gobernación, obtuvo el apoyo del consejero más respetado de su padre, Ahitofel, y muchas personas se pusieron de su parte. (2Sa 15:7-12.)
Debido a que se encaraba a una importante crisis y preveía un ataque a gran escala, David optó por abandonar el palacio junto con todos los miembros de su casa, aunque contaba con el apoyo leal de una gran cantidad de hombres fieles, como los sacerdotes principales, Abiatar y Sadoc, a quienes envió de regreso a Jerusalén para que sirvieran de enlaces. Mientras subía por el monte de los Olivos, descalzo, con la cabeza cubierta y llorando, salió a su encuentro Husai, el “compañero” del rey, y David también lo envió a Jerusalén para que frustrara el consejo de Ahitofel. (2Sa 15:13-37.) Acosado por oportunistas, uno en busca de favor, otro con espíritu partidista y dando rienda suelta a sus sentimientos de odio, David demuestra un talante humano muy superior al de Absalón por su sumisión humilde y por negarse a devolver mal por mal. Cuando Simeí le tiró piedras y lo maldijo, David rechazó la petición de su sobrino Abisai de “quitarle la cabeza”, con el siguiente razonamiento: “Miren que mi propio hijo, que ha salido de mis mismas entrañas, anda buscando mi alma; ¡y cuánto más ahora un benjaminita! ¡Déjenlo para que invoque el mal, porque así se lo ha dicho Jehová! Quizás vea Jehová con su ojo, y Jehová realmente me restaure el bien en vez de su invocación de mal este día”. (2Sa 16:1-14.)
Después de ocupar Jerusalén y el palacio, Absalón aceptó la aparente defección de Husai, aunque primero hizo una referencia sarcástica al hecho de que hubiera sido el fiel “compañero” de David. Luego, siguiendo el consejo de Ahitofel, tuvo relaciones ante los ojos de todo Israel con las concubinas de su padre como prueba de que había roto por completo con él y estaba absolutamente resuelto a mantener el control del trono. (2Sa 16:15-23.) De este modo se cumplió la parte final de la profecía inspirada de Natán. (2Sa 12:11.)
Entonces Ahitofel instó a Absalón para que le diera autoridad con el fin de conducir una fuerza de combate contra David aquella misma noche y así darle el golpe de gracia antes de que sus fuerzas pudieran organizarse. Aunque complacido, Absalón todavía pensó que sería sabio oír la opinión de Husai. Este, dándose cuenta de que David necesitaba tiempo, le describió gráficamente un plan ideado quizás con el propósito de aprovecharse de cualquier conato de cobardía de Absalón (quien hasta ese momento había demostrado más arrogancia y astucia que valor), así como de estimular su vanidad. Husai recomendó tomar tiempo primero para reunir un ejército abrumador que debía ponerse bajo el mando del mismo Absalón. Por intervención divina, se aceptó este consejo. Ahitofel debió considerar que la sublevación era una causa perdida y se suicidó. (2Sa 17:1-14, 23.)
Como medida precautoria, Husai mandó unos emisarios a David para que le informaran sobre el consejo de Ahitofel, y a pesar de que Absalón intentó prender a estos correos clandestinos, David recibió la advertencia, cruzó al otro lado del Jordán y subió a las colinas de Galaad hasta Mahanaim (donde Is-bóset había tenido su capital). Allí se le recibió con muestras de generosidad y bondad. Al prepararse para el conflicto, David organizó sus fuerzas cada vez mayores en tres divisiones, que puso bajo Joab, Abisai e Ittai el guitita. Aceptó el consejo de permanecer en la ciudad, ya que su presencia era de más valor allí, y de nuevo demostró su sorprendente magnanimidad hacia Absalón al ordenar en público a sus tres capitanes: “Traten con suavidad, por mi causa, al joven Absalón”. (2Sa 17:15–18:5.)
Batalla decisiva y muerte de Absalón. Las fuerzas recién formadas de Absalón sufrieron una derrota aplastante a manos de los expertos combatientes de David. La batalla llegó hasta el bosque de Efraín. Mientras huía cabalgando sobre su mula real, Absalón pasó por debajo de las ramas bajas de un gran árbol y debió de enredársele el pelo en la horquilla de una rama, de manera que quedó suspendido en el aire. El hombre que informó a Joab que le había visto dijo que no hubiera desobedecido la solicitud de David matando a Absalón ni por “mil piezas de plata [si eran siclos, c. 2.200 dólares (E.U.A)]”, pero Joab no sintió tal reparo. Lanzó tres dardos y se los clavó en el corazón, después de lo cual diez de sus hombres se unieron a su capitán, compartiendo así la responsabilidad de la muerte de Absalón. Luego arrojaron su cuerpo en un hueco y lo cubrieron con un montón de piedras, indicando de este modo que no era digno de recibir sepultura. (2Sa 18:6-17; compárese con Jos 7:26; 8:29.)
Cuando los mensajeros llegaron a Mahanaim, donde estaba David, su principal preocupación era su hijo. Al enterarse de su muerte, se puso a andar de acá para allá en la cámara del techo, llorando: “¡Hijo mío, Absalón, hijo mío, hijo mío, Absalón! ¡Oh, que yo pudiera haber muerto, yo mismo, en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!”. (2Sa 18:24-33.) El razonamiento directo y categórico de Joab fue lo único que consiguió sacar a David de su gran pesar debido al trágico desenlace y el final que había tenido este joven astuto y de gran atractivo físico, cuya ambición desenfrenada le había llevado a luchar contra el ungido de Dios y a su propia ruina. (2Sa 19:1-8; compárese con Pr 24:21, 22.)
A juzgar por el encabezamiento del Salmo 3, David lo escribió durante el tiempo de la sublevación de Absalón.
Monumento de Absalón. Absalón erigió una columna en la “llanura baja del Rey”, llamada también “llanura baja de Savé”, cerca de Jerusalén. (2Sa 18:18; Gé 14:17.) Levantó este monumento debido a que no tenía hijos mediante quienes conservar su nombre después de su muerte. Por lo tanto, parece ser que sus tres hijos mencionados en 2 Samuel 14:27 murieron siendo aún jóvenes. A Absalón no se le enterró en la ubicación de su monumento, sino que lo arrojaron a un “hueco” del bosque de Efraín. (2Sa 18:6, 17.)
En el valle de Cedrón hay un monumento cortado de la misma roca llamado “tumba de Absalón”, pero su estilo arquitectónico indica que es del período grecorromano, quizás del tiempo de Herodes. Por consiguiente, no hay ninguna base para relacionar el nombre de Absalón con este monumento.
Reunión de Servicio
Cántico 37
30 min. No olvidemos a quienes viven en residencias de ancianos.” Preguntas y respuestas. Al analizar el párrafo 4, incluya una breve demostración en la que dos publicadores capacitados conversan con el encargado de las actividades de una residencia sobre la posibilidad de llevar a cabo un estudio bíblico en grupo.
1. ¿Por qué necesitamos llevarles las buenas nuevas a quienes viven en residencias de ancianos?
Muchas personas sufren los efectos de la vejez (Ecl. 12:1-7). Algunas viven en residencias de ancianos, por lo que no siempre podemos hablar con ellas al predicar de casa en casa. Esto ocurre incluso en países donde lo normal es que los padres se muden con sus hijos u otros familiares al llegar a la vejez. Las personas mayores que viven en residencias, y otros que necesitan cuidados especiales, quizás tengan limitaciones de movilidad o memoria, pero aún pueden aprender acerca de Jehová y llegar a apreciarlo y amarlo. ¿Qué podemos hacer para llevarles las buenas nuevas de “la feliz esperanza”? (Tito 2:13.)
(Eclesiastés 12:1-7) Acuérdate, ahora, de tu Magnífico Creador en los días de tu mocedad, antes que procedan a venir los días calamitosos, o hayan llegado los años en que dirás: “No tengo en ellos deleite”; 2 antes que se oscurezcan el sol y la luz y la luna y las estrellas, y hayan regresado las nubes, después el aguacero; 3 el día en que tiemblen los guardianes de la casa, y se hayan encorvado los hombres de energía vital, y las mujeres que muelen hayan dejado de trabajar por haber llegado a ser pocas, y las señoras que ven por las ventanas lo hayan hallado oscuro; 4 y las puertas que dan a la calle hayan sido cerradas, cuando el sonido del molino se haga quedo, y uno se levante al sonido de un pájaro, y todas las hijas del canto suenen bajo. 5 También se han llenado de temor meramente de lo que es alto, y hay terrores en el camino. Y el almendro lleva flores, y el saltamontes se arrastra, y la baya de la alcaparra se revienta, porque el hombre va andando a su casa de larga duración y los plañidores han marchado alrededor por la calle; 6 antes que se remueva la cuerda de plata, y se quebrante el tazón de oro, y se quiebre el jarro junto al manantial, y haya sido quebrantada la rueda del agua para la cisterna. 7 Entonces el polvo vuelve a la tierra justamente como sucedía que era, y el espíritu mismo vuelve al Dios [verdadero] que lo dio.
(Tito 2:13) mientras aguardamos la feliz esperanza y la gloriosa manifestación del gran Dios y de[l] Salvador nuestro, Cristo Jesús,
2. ¿Cómo conseguir una lista de residencias de ancianos para visitarlas?
Cómo empezar. Por lo general, se puede conseguir una lista de residencias u hogares de ancianos buscando en Internet o en el directorio telefónico bajo categorías como “residencias de ancianos”, “clínicas geriátricas” o “asilos”. El superintendente de servicio puede ser quien asigne a publicadores capacitados para que visiten estos lugares. Con buena organización y confiando en Jehová, no será muy difícil establecer un estudio bíblico en grupo (Prov. 21:51 Juan 5:1415).
(Proverbios 21:5) Los planes del diligente propenden de seguro a ventaja, pero todo el que es apresurado se encamina de seguro a la carencia.
(1 Juan 5:14, 15) Y esta es la confianza que tenemos para con él, que, no importa qué sea lo que pidamos conforme a su voluntad, él nos oye. 15 Además, si sabemos que nos oye respecto a cualquier cosa que estemos pidiendo, sabemos que hemos de tener las cosas pedidas porque se las hemos pedido a él.
3, 4. a) ¿Con quién deberíamos hablar para ofrecer el estudio bíblico en grupo? b) ¿Cómo podríamos explicar en qué consisten las sesiones de estudio?
La manera de presentar el estudio dependerá del tipo de residencia. Si hay muchos residentes y cuenta con un personal numeroso, lo mejor será preguntarle al recepcionista si podemos hablar con el encargado de actividades. Pero si es un lugar pequeño (un hogar de ancianos con pocos residentes y dos o tres cuidadores), lo mejor será concertar una cita para hablar directamente con el dueño.
En cualquier caso, diga que es un voluntario que se ofrece para animar a las personas que les gusta leer y hablar de relatos bíblicos. Pregunte si hay residentes a los que le gustaría participar en charlas bíblicas en grupo de unos treinta minutos a la semana. Puede utilizar una amplia gama de publicaciones. A muchos les ha dado buenos resultados usar Mi libro de historias bíblicas y El hombre más grande de todos los tiempos. Quizás convenga mostrarle primero al director las publicaciones. Puede concretar con él la hora, el día y la sala donde se reunirán, información que por lo general se colocará en el calendario de actividades de la residencia. No se retraiga de identificarse como testigo de Jehová. Explique al director que no viene para realizar ningún servicio religioso, sino para fomentar el estudio de la Biblia.
5. ¿Qué sugerencias prácticas harán que las sesiones sean amenas y provechosas?
Cómo dirigir las sesiones de estudio. Todo dependerá de las circunstancias y del ambiente de la residencia, así que hay que ser flexibles y considerados. Quien dirija el estudio debería llevar varios ejemplares de la publicación que se va a analizar y traérselos consigo una vez concluida la sesión. Tal vez tenga que llevar ejemplares en letra grande para quienes los necesiten. Se podría pedir a los que quieran y puedan que lean los párrafos o relatos bíblicos y luego hacer las preguntas como de costumbre. Sea simpático, positivo y amigable durante el estudio. Con el permiso del director, también podría mostrar algún video de la organización que fortalezca la fe en la Biblia o destaque lecciones de algún relato bíblico. Puede empezar y terminar las sesiones con una oración breve. Algunos publicadores también han usado cánticos.
6. ¿Qué podría hacer ante una objeción?
¿Qué hacer si un residente no está de acuerdo con algo que usted ha leído o dicho durante la sesión de estudio? Use buen juicio al responderle (Col. 4:6). Tal vez podría mostrarle algún texto bíblico que conteste directamente su pregunta. Si no es un buen momento para hacer eso, será mejor agradecerle su observación y ofrecerse a analizar el asunto con él en privado después del estudio.
(Colosenses 4:6) Que su habla siempre sea con gracia, sazonada con sal, para que sepan cómo deben dar una respuesta a cada uno.
7. ¿Qué podría hacer si un residente tiene una pregunta en particular o muestra mayor interés?
A veces, puede ser que alguien haga una pregunta o exprese su deseo de saber más sobre cierto tema. Cuando eso ocurre, una hermana suele decir: “Esa es una buena observación. Pero como se trata de una pregunta suya, ¿le parece bien si esperamos a terminar lo que estamos leyendo y luego usted y yo la analizamos juntos?”. Normalmente se puede apartar otro momento para dirigir un curso bíblico individual en otro lugar con quienes lo deseen.
8. ¿Cómo se deben contar los estudios bíblicos en grupo e individuales que se establezcan?
Lo mejor es que sean siempre los mismos publicadores quienes lleven a cabo el curso bíblico en grupo en la residencia. Todos ellos pueden apuntarse el tiempo. Una vez que se establezca el estudio, el publicador que dirija las sesiones puede contarse una revisita cada vez que vaya y un estudio bíblico al final del mes. Los estudios individuales que se empiecen con quienes sean capaces de entender y aprender se contarán de la manera acostumbrada.
9, 10. Explique las cualidades que deben demostrar quienes dirijan las sesiones de estudio.
Sea constante. Fije un día y una hora para las sesiones de estudio en grupo. Tanto los estudiantes como el personal del lugar esperan que el curso se realice de manera regular y que empiece y acabe puntualmente (Mat. 5:37). Por tanto, sea diligente, organizado y cumplidor. La experiencia ha demostrado que es mejor que dos publicadores se encarguen de las sesiones de estudio con el grupo (Ecl. 4:9, 10). En las residencias grandes, quizás hagan falta más publicadores.
(Mateo 5:37) Simplemente signifique su palabra Sí, Sí, su No, No; porque lo que excede de esto proviene del inicuo.
(Eclesiastés 4:9, 10) Mejores son dos que uno, porque tienen buen galardón por su duro trabajo. 10 Pues si uno de ellos cae, el otro puede levantar a su socio. Pero ¿cómo le irá al que está solo y cae cuando no hay otro que lo levante?
10 También es muy importante que sea amigable y muestre interés por las personas (Filip. 2:4). El primer día dedique tiempo a conocer a cada uno de los que asistan. Apunte los nombres y trate de memorizarlos antes del siguiente estudio. Recuerde que algunos mayores se ofenden si los llaman por su nombre y no por el apellido. Si muestra paciencia y compasión, todos se sentirán a gusto y apreciados.
(Filipenses 2:4) no vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás.
11. ¿Cómo pueden mostrar respeto por el personal y los familiares de los residentes quienes se encargan del estudio?
11 No olvide ser amable y respetuoso con el personal de la residencia y los familiares de los ancianos. Una vez que el estudio esté establecido, es mejor no cambiar el horario ni la manera de efectuarlo sin consultar antes con el director. De vez en cuando pregúntele cómo cree que va el estudio. Si vienen familiares de visita mientras están reunidos, tome la iniciativa en presentarse. Explíqueles el objetivo de las clases. Confírmeles el interés sincero que siente por su familiar e invítelos a quedarse y escuchar.
12, 13. Cuente algunas experiencias que demuestren los beneficios de dar testimonio en residencias de ancianos.
12 Resultados. Las congregaciones que han participado en este rasgo del ministerio y los superintendentes viajantes han informado muy buenos resultados. En un hogar de ancianos, unos veinte residentes asistieron a la primera clase, lo que llevó a que seis quisieran tener su propio curso bíblico. Una señora progresó hasta el bautismo. En otra residencia, el estudio bíblico motivó a una señora de 85 años a ir a las reuniones de la congregación y a expresar el deseo de bautizarse. Cuando una residencia decidió reducir el número de actividades y eliminar el curso bíblico en grupo que dirigían los testigos de Jehová, los residentes se quejaron al director. Al final, se volvió a programar el curso y llegaron a asistir entre veinticinco y treinta personas.
13 Los residentes no son los únicos que se quedan impresionados por el amor que manifestamos. A veces algunos miembros del personal están presentes y hasta participan. Nuestro esfuerzo y el interés que mostramos por quienes viven en residencias también dan un buen testimonio en la comunidad (1 Ped. 2:12). Luego de que se le explicara el objetivo del estudio bíblico a un director, él se expresó así: “¿Por qué han tardado tanto? ¿Cuándo podrían empezar?”. La directora de otra residencia escribió: “Recomendaría este estudio en grupo a todas las residencias de la zona. Los testigos de Jehová llevan a cabo este servicio gratuito como parte de su obra ministerial en la comunidad”. Una residencia de Hawái otorgó a los Testigos un premio por su servicio voluntario en el que describía a los hermanos como un “inmenso tesoro” para quienes residen y trabajan allí.
(1 Pedro 2:12) Mantengan excelente su conducta entre las naciones, para que, en la cosa de que hablan contra ustedes como [de] malhechores, ellos, como resultado de las obras excelentes de ustedes, de las cuales son testigos oculares, glorifiquen a Dios en el día para la inspección [por él].
14. ¿Por qué queremos llevar el mensaje de las buenas nuevas a quienes viven en residencias de ancianos?
14 Jehová invita a las personas mayores a alabarlo (Sal. 148:12, 13). Esa invitación se extiende a quienes viven en residencias. ¿Hay en su territorio este tipo de lugares con personas mayores que se puedan beneficiar del mensaje de las buenas nuevas? Con la ayuda de los ancianos de la congregación y de los directores de las residencias, quizás podamos darles un buen testimonio. Al no olvidarnos de los mayores, estaremos imitando a Jehová (Sal. 71:9, 18).
(Salmo 148:12, 13) ustedes los jóvenes y también ustedes las vírgenes, viejos junto con muchachos. 13 Alaben ellos el nombre de Jehová, porque solo su nombre es inalcanzablemente alto. Su dignidad está por encima de tierra y cielo.
(Salmo 71:9) No me deseches en el tiempo de la vejez; justamente cuando mi poder está fallando, no me dejes.
(Salmo 71:18) Y aun hasta la vejez y canicie, oh Dios, no me dejes, hasta que informe acerca de tu brazo a la generación; a todos los que han de venir, acerca de tu poderío.
Sesiones de estudio en grupo en residencias de ancianos
• Antes de cada sesión, informe de su llegada al recepcionista y al director de las actividades.
• Lleve suficientes ejemplares de la publicación de estudio en una bolsa decente, y recójalos una vez concluya la sesión.
• Sea amigable, simpático y promueva un ambiente relajado. Llame a los residentes por su nombre.
• Lea y analice la información párrafo por párrafo.
• Haga preguntas cortas. Felicite a todos por los comentarios que den.
• Si alguno hace una pregunta de tipo doctrinal o que pudiera crear controversia, trátela con él en privado en otro momento.
• Responda las preguntas del personal o de los familiares de una manera sencilla y directa.
• Aproveche las oportunidades que se le presenten para comenzar cursos bíblicos individuales con residentes, familiares o miembros del personal.

Cántico 90
Las canas, hermosa corona
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Estudio de la Atalaya:
Nadie puede servir a dos amos” 

Cántico 62
¿A quién servirás?
- 2 -
(Efesios 6:4) Y ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová.
- 4 -
(Salmos 37:25) Un joven era yo, también he envejecido, y sin embargo no he visto a nadie justo dejado enteramente, ni a su prole buscando pan.
(Proverbios 30:8) Aleja de mí la falsedad y la palabra mentirosa. No me des ni pobreza ni riqueza. Déjame devorar el alimento prescrito para mí,
(Génesis 42:1-2) Por fin Jacob llegó a ver que había cereales en Egipto. Entonces Jacob dijo a sus hijos: “¿Por qué siguen mirándose unos a otros?”. 2Y añadió: “Miren que he oído que hay cereales en Egipto. Bajen allá y cómprennos de allí, para que nos mantengamos vivos y no muramos”.
(Génesis 46:6-7) Además, se llevaron sus manadas y sus bienes, que habían acumulado en la tierra de Canaán. Por fin entraron en Egipto, Jacob y toda su prole con él. 7Trajo consigo a sus hijos y a los hijos de sus hijos, a sus hijas y a las hijas de sus hijos, aun a toda su prole, consigo a Egipto.
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(Marcos 14:7) Porque siempre tienen a los pobres con ustedes, y cuando quieran pueden hacerles bien, pero a mí no siempre me tienen.
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(Mateo 6:9, 11,19-20) ”Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera:” ‘Padre nuestro [que estás] en los cielos, santificado sea tu nombre. 11Danos hoy nuestro pan para este día; 19”Dejen de acumular para sí tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan. 20Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni polilla ni moho consumen, y donde ladrones no entran por fuerza y hurtan.
(Mateo 6:24-25,31-34) ”Nadie puede servir como esclavo a dos amos; porque u odiará al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro. No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas. 25”Por esto les digo: Dejen de inquietarse respecto a su alma en cuanto a qué comerán o qué beberán, o respecto a su cuerpo en cuanto a qué se pondrán. ¿No significa más el alma que el alimento, y el cuerpo que la ropa? 31Por eso, nunca se inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’, o ‘¿qué hemos de beber?’, o ‘¿qué hemos de ponernos?’. 32Porque todas estas son las cosas en pos de las cuales las naciones van con empeño. Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. 33”Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas [otras] cosas les serán añadidas. 34Por lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad.
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(Deuteronomio 6:6-7) Y estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón; 7y tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.
(Proverbios 1:8) Escucha, hijo mío, la disciplina de tu padre, y no abandones la ley de tu madre.
(Proverbios 31:10,27-28) Una esposa capaz, ¿quién la puede hallar? Su valor es mucho más que el de los corales. 27Vigila cómo marchan los asuntos de su casa, y el pan de la pereza no come. 28Sus hijos se han levantado y han procedido a pronunciarla feliz; su dueño [se levanta], y la alaba.
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(Proverbios 22:3) Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los inexpertos han pasado adelante y tienen que sufrir la pena.
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(Proverbios 29:15) La vara y la censura son lo que da sabiduría; pero el muchacho que se deja a rienda suelta causará vergüenza a su madre.
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(Proverbios 22:6) Entrena al muchacho conforme al camino para él; aun cuando se haga viejo no se desviará de él.
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(El Cantar de los Cantares 1:2) “Béseme él con los besos de su boca, porque tus expresiones de cariño son mejores que el vino.
(1 Corintios 7:3,5) Que el esposo dé a [su] esposa lo que le es debido; pero que la esposa haga lo mismo también a [su] esposo. 5No se priven [de ello] el uno al otro, a no ser de común acuerdo por un tiempo señalado, para que dediquen tiempo a la oración y vuelvan a juntarse, para que no siga tentándolos Satanás por su falta de regulación en sí mismos.
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(Tito 2:3-5) Igualmente, que las mujeres de edad sean reverentes en su comportamiento, no calumniadoras, ni esclavizadas a mucho vino, maestras de lo que es bueno; 4para que hagan recobrar el juicio a las mujeres jóvenes para que estas amen a sus esposos, amen a sus hijos, 5sean de juicio sano, castas, trabajadoras en casa, buenas, sujetas a sus propios esposos, para que no se hable injuriosamente de la palabra de Dios.
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(Mateo 6:24) ”Nadie puede servir como esclavo a dos amos; porque u odiará al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro. No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas.
(Éxodo 23:2) No debes seguir tras la muchedumbre para fines malos; y no debes testificar en cuanto a una controversia para desviarte con la muchedumbre a fin de pervertir la justicia.
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(Mateo 6:33) ”Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas [otras] cosas les serán añadidas.
(1 Corintios 10:13) Ninguna tentación los ha tomado a ustedes salvo lo que es común a los hombres. Pero Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación también dispondrá la salida para que puedan aguantarla.
(Salmos 37:5,7) Haz rodar sobre Jehová tu camino, y fíate de él, y él mismo obrará. 7Guarda silencio delante de Jehová y espéralo con anhelo. No te muestres acalorado a causa de ninguno que esté logrando éxito en su camino, a causa del hombre que esté llevando a cabo [sus] ideas.
(Génesis 39:3) Y su amo llegó a ver que Jehová estaba con él y que Jehová hacía que todo lo que él efectuaba tuviera éxito en su mano.

Cántico 106
La amistad con Jehová
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