lunes, 3 de diciembre de 2012

SEMANA DEL 3 DE DICIEMBRE


Cántico 128
LA ESCENA DE ESTE MUNDO ESTA CAMBIANDO

  • Textos del Estudio Bíblico de Congregación 
  • (jr cap. 2 párrs. 7-13 y rec. de pág. 20.) (30 minutos)

Párrafo 7
(2 Reyes 22:8) Más tarde Hilquías el sumo sacerdote dijo a Safán el secretario: “He hallado en la casa de Jehová el mismísimo libro de la ley”. De modo que Hilquías dio el libro a Safán, y él empezó a leerlo.
(2 Reyes 22:14-20) Por lo tanto, Hilquías el sacerdote y Ahiqam y Acbor y Safán y Asaya fueron a Huldá la profetisa la esposa de Salum hijo de Tiqvá hijo de Harhás, el cuidador de las prendas de vestir, pues ella moraba en Jerusalén, en el segundo barrio; y procedieron a hablarle. 15 A su vez ella les dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Digan al hombre que los ha enviado a mí: 16 “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Mira que voy a traer calamidad sobre este lugar y sobre sus habitantes, aun todas las palabras del libro que el rey de Judá ha leído; 17 debido a que me han dejado y se han puesto a hacer humo de sacrificio a otros dioses a fin de ofenderme con toda la obra de sus manos, y mi furia se ha encendido contra este lugar, y no se extinguirá’”’. 18 Y en cuanto al rey de Judá que los envía a inquirir de Jehová, esto es lo que deben decirle: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: “En cuanto a las palabras que has oído: 19 por razón de que tu corazón estuvo blando, de manera que te humillaste a causa de Jehová al oír lo que he hablado contra este lugar y sus habitantes [para que] llegue a ser objeto de pasmo e invocación de mal, y entonces rasgaste tus prendas de vestir y te pusiste a llorar delante de mí, yo, sí, yo, he oído —es la expresión de Jehová—. 20 Por eso, mira, voy a recogerte a tus antepasados, y ciertamente serás recogido a tu propio cementerio en paz, y tus ojos no mirarán toda la calamidad que voy a traer sobre este lugar”’”. Y procedieron a llevar la respuesta al rey.
Párrafo 8
(2 Reyes 23:4-25) Y el rey pasó a mandar a Hilquías el sumo sacerdote y a los sacerdotes del segundo rango y a los guardas de la puerta que sacaran del templo de Jehová todos los utensilios hechos para Baal y para el poste sagrado y para todo el ejército de los cielos. Entonces los quemó fuera de Jerusalén, en los terraplenes de Cedrón, y trajo el polvo de ellos a Betel. 5 Y a la fuerza dejó sin negocio a los sacerdotes de dioses extranjeros, que los reyes de Judá habían colocado para que hicieran humo de sacrificio en los lugares altos de las ciudades de Judá y en los alrededores de Jerusalén, y también a los que hacían humo de sacrificio a Baal, al sol y a la luna y a las constelaciones del zodíaco y a todo el ejército de los cielos. 6 Además, sacó el poste sagrado desde la casa de Jehová hasta las afueras de Jerusalén, al valle torrencial de Cedrón, y lo quemó en el valle torrencial de Cedrón y lo molió hasta que quedó hecho polvo, y echó su polvo sobre la sepultura de los hijos del pueblo. 7 Además, demolió las casas de los prostitutos de templo que estaban en la casa de Jehová, donde las mujeres tejían tiendas-capillas para el poste sagrado. 8 Entonces trajo a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, a fin de hacer inservibles para adoración los lugares altos donde los sacerdotes habían hecho humo de sacrificio, desde Gueba hasta Beer-seba; y demolió los lugares altos de las puertas que estaban a la entrada de la puerta de Josué, el jefe de la ciudad, que quedaba a la izquierda de una persona que entrara por la puerta de la ciudad. 9 Solo que los sacerdotes de los lugares altos no subían al altar de Jehová en Jerusalén, sino que comían tortas no fermentadas entre sus hermanos. 10 E hizo inservible para adoración a Tófet, que está en el valle de los hijos de Hinón, para que nadie hiciera pasar a su hijo o a su hija por el fuego a Mólek. 11 Además, hizo que los caballos que los reyes de Judá habían dado al sol cesaran de entrar en la casa de Jehová por el comedor de Natán-mélec el oficial de la corte, que estaba en las galerías; y los carros del sol los quemó en el fuego. 12 Y los altares que estaban sobre el techo de la cámara del techo de Acaz, que los reyes de Judá habían hecho, y los altares que Manasés había hecho en dos patios de la casa de Jehová, los demolió el rey, después de lo cual los trituró allí, y echó su polvo en el valle torrencial de Cedrón. 13 Y los lugares altos que estaban enfrente de Jerusalén, que estaban a la derecha del monte de Arruinamiento, que Salomón el rey de Israel había edificado a Astoret, la cosa repugnante de los sidonios, y a Kemós, la cosa repugnante de Moab, y a Milcom, la cosa detestable de los hijos de Ammón, el rey los hizo inservibles para adoración. 14 E hizo pedazos las columnas sagradas y pasó a cortar los postes sagrados y a llenar sus lugares de huesos humanos. 15 Y también el altar que estaba en Betel, el lugar alto que había hecho Jeroboán hijo de Nebat, que hizo pecar a Israel, aun aquel altar y el lugar alto los demolió. Entonces quemó el lugar alto; [lo] molió hasta que quedó hecho polvo, y quemó el poste sagrado. 16 Cuando Josías se volvió, llegó a ver las sepulturas que había allí en la montaña. De manera que envió y tomó los huesos de las sepulturas y los quemó sobre el altar, para hacerlo inservible para adoración, conforme a la palabra de Jehová que el hombre del Dios [verdadero] había proclamado, [aquel] que proclamó estas cosas. 17 Entonces dijo: “¿Qué es la lápida sepulcral que estoy viendo allá?”. Ante eso, los hombres de la ciudad le dijeron: “Es la sepultura del hombre del Dios [verdadero] que vino de Judá y procedió a proclamar estas cosas que tú has hecho contra el altar de Betel”. 18 De modo que él dijo: “Déjenlo descansar. No dejen que nadie moleste sus huesos”. En consecuencia, dejaron intactos sus huesos junto con los huesos del profeta que había venido de Samaria. 19 Y también todas las casas de los lugares altos que había en las ciudades de Samaria, que los reyes de Israel habían construido para causar ofensa, las quitó Josías, y pasó a hacer con ellas conforme a todas las obras que había hecho en Betel. 20 Por consiguiente, sacrificó sobre los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos que había allí y quemó sobre ellos huesos humanos. Después de eso regresó a Jerusalén. 21 El rey ahora mandó a todo el pueblo, diciendo: “Celebren una pascua a Jehová su Dios conforme a lo que está escrito en este libro del pacto”. 22 Pues no se había celebrado pascua como esta desde los días de los jueces que habían juzgado a Israel, ni en todos los días de los reyes de Israel y de los reyes de Judá. 23 Pero en el año dieciocho del rey Josías se celebró esta pascua a Jehová en Jerusalén. 24 Y también a los médium espiritistas y a los pronosticadores profesionales de sucesos y los terafim y los ídolos estercolizos y todas las cosas repugnantes que habían aparecido en la tierra de Judá y en Jerusalén, Josías los eliminó, a fin de realmente poner por obra las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que Hilquías el sacerdote había hallado en la casa de Jehová. 25 Y resultó que no hubo rey como él antes de él que se volviera a Jehová con todo su corazón y con toda su alma y con toda su fuerza vital, conforme a toda la ley de Moisés; tampoco después de él se ha levantado uno semejante a él.
(Jeremías 11:1-3) La palabra que le ocurrió a Jeremías de parte de Jehová, diciendo: 2 “¡Oigan ustedes las palabras de este pacto! ”Y tienes que hablarlas a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén, 3 y tienes que decirles: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: “Maldito es el hombre que no escuche las palabras de este pacto,
(Jeremías 11:13) Porque tus dioses han llegado a ser tantos como el número de tus ciudades, oh Judá; y son tantos como el número de las calles de Jerusalén los altares que ustedes han puesto para la cosa vergonzosa, altares para hacer humo de sacrificio a Baal’.
Párrafo 9
(2 Crónicas 35:20-24) Después de todo esto, cuando Josías hubo preparado la casa, Nekó el rey de Egipto subió para pelear en Carquemis junto al Éufrates. Entonces Josías salió a un encuentro con él. 21 Ante aquello, aquel le envió mensajeros, diciendo: “¿Qué tengo yo que ver contigo, oh rey de Judá? No es contra ti contra quien vengo hoy, sino que es contra otra casa contra la que tengo mi pelea, y a la que Dios mismo dijo que causara perturbación. Guárdate de hacerlo por tu propio bien a causa de Dios, que está conmigo, y no dejes que él te arruine”. 22 Y Josías no apartó su rostro de él; antes bien, para pelear contra él se disfrazó y no escuchó las palabras de Nekó procedentes de la boca de Dios. De manera que vino a pelear en la llanura-valle de Meguidó. 23 Y los disparadores lograron disparar contra el rey Josías, de modo que el rey dijo a sus siervos: “Bájenme, porque me han herido muy gravemente”. 24 Por lo tanto, sus siervos lo bajaron del carro e hicieron que montara en el segundo carro de guerra que era suyo, y lo trajeron a Jerusalén. Así murió y fue enterrado en el cementerio de sus antepasados; y todo Judá y Jerusalén estuvieron de duelo por Josías.
Párrafo 10
(2 Crónicas 35:25) Y Jeremías se puso a salmodiar por Josías; y todos los cantores y las cantoras siguen hablando de Josías en sus endechas hasta hoy; y las tienen establecidas como disposición reglamentaria sobre Israel, y allí están escritas entre las endechas.
Párrafo 11
(Jeremías 22:10-12) ”No lloren ustedes al muerto, y no se conduelan por él. Lloren profusamente por el que está yéndose, porque no volverá más, y realmente no verá la tierra de sus parientes. 11 Porque esto es lo que ha dicho Jehová acerca de Salum hijo de Josías, el rey de Judá que está reinando en lugar de Josías su padre, que ha salido de este lugar: ‘No volverá más allí. 12 Porque en el lugar adonde lo han llevado en destierro morirá, y ya no verá esta tierra’.
(2 Crónicas 36:1-4) Entonces la gente de la tierra tomó a Jehoacaz hijo de Josías y lo hicieron rey en el lugar de su padre en Jerusalén. 2 Veintitrés años de edad tenía Jehoacaz cuando empezó a reinar, y por tres meses reinó en Jerusalén. 3 Sin embargo, el rey de Egipto lo quitó en Jerusalén y multó al país en cien talentos de plata y un talento de oro. 4 Además, el rey de Egipto hizo rey sobre Judá y Jerusalén a Eliaquim su hermano, y le cambió el nombre al de Jehoiaquim; pero a Jehoacaz, el hermano de este, Nekó lo tomó y se lo llevó a Egipto.
(2 Reyes 23:36, 37) Veinticinco años de edad tenía Jehoiaquim cuando empezó a reinar, y por once años reinó en Jerusalén. Y el nombre de su madre era Zebidá hija de Pedaya de Rumá. 37 Y él continuó haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová, conforme a todo lo que habían hecho antepasados suyos.
Párrafo 12
(Jeremías 7:1-15) La palabra que le ocurrió a Jeremías de parte de Jehová, diciendo: 2 “Ponte de pie en la puerta de la casa de Jehová, y tienes que proclamar allí esta palabra, y tienes que decir: ‘Oigan la palabra de Jehová, todos ustedes los de Judá, que están entrando en estas puertas para inclinarse ante Jehová. 3 Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: “Hagan buenos sus caminos y sus tratos, y ciertamente haré que sigan residiendo en este lugar. 4 No cifren su confianza en palabras falaces, diciendo: ‘¡El templo de Jehová, el templo de Jehová, el templo de Jehová son ellos!’. 5 Porque si positivamente hacen buenos sus caminos y sus tratos, si positivamente llevan a cabo la justicia entre un hombre y su compañero, 6 si a ningún residente forastero, a ningún huérfano de padre y a ninguna viuda oprimen, y sangre inocente no derraman en este lugar, y tras otros dioses no andan para su propia calamidad, 7 yo, en cambio, ciertamente haré que sigan residiendo en este lugar, en la tierra que di a sus antepasados, desde tiempo indefinido aun hasta tiempo indefinido”’”. 8 “Miren, ustedes están cifrando su confianza en palabras falaces... ciertamente no será de ningún provecho en absoluto. 9 ¿Acaso se puede hurtar, asesinar y cometer adulterio y jurar en falso y hacer humo de sacrificio a Baal y andar tras otros dioses que ustedes no habían conocido, 10 y acaso tienen que venir ustedes y estar de pie delante de mí en esta casa sobre la cual se ha llamado mi nombre, y tienen que decir: ‘Ciertamente seremos librados’, a pesar de hacer todas estas cosas detestables? 11 ¿Acaso esta casa sobre la cual se ha llamado mi nombre ha llegado a ser sencillamente una cueva de salteadores a los ojos de ustedes? Miren, yo mismo también [lo] he visto”, es la expresión de Jehová. 12 “‘Sin embargo, vayan, sí, a mi lugar que estaba en Siló, donde al principio hice residir mi nombre, y vean lo que le hice a causa de la maldad de mi pueblo Israel. 13 Y ahora, por la razón de que ustedes siguieron haciendo todas estas obras —es la expresión de Jehová—, y yo seguí hablándoles, madrugando y hablando, pero no escucharon, y seguí llamándolos, pero no respondieron, 14 yo ciertamente haré también a la casa sobre la cual se ha llamado mi nombre, en la que ustedes confían, y al lugar que di a ustedes y a sus antepasados, tal como hice a Siló. 15 Y ciertamente los arrojaré de delante de mi rostro, tal como arrojé a todos sus hermanos, a toda la prole de Efraín.’
(Jeremías 7:34) Y ciertamente haré cesar de las ciudades de Judá y de las calles de Jerusalén la voz de alborozo y la voz de regocijo, la voz del novio y la voz de la novia; porque el país llegará a ser solo un lugar devastado.’”
(Jeremías 26:1-6) En el principio del regir real de Jehoiaquim hijo de Josías, el rey de Judá, ocurrió esta palabra de parte de Jehová, y dijo: 2 “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Manténte de pie en el patio de la casa de Jehová, y tienes que hablar, acerca de todas las ciudades de Judá que están entrando a inclinarse en la casa de Jehová, todas las palabras que ciertamente te mandaré hablarles. No quites palabra alguna. 3 Quizás escuchen y se vuelvan, cada uno de su camino malo, y yo tenga que sentir pesar por la calamidad que estoy pensando ejecutar sobre ellos a causa de la maldad de sus tratos. 4 Y tienes que decirles: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Si ustedes no me escuchan mediante andar en mi ley que he puesto delante de ustedes, 5 mediante escuchar las palabras de mis siervos los profetas —a quienes estoy enviando a ustedes, aun madrugando y enviándo[los]—, a quienes no han escuchado, 6 yo, en cambio, ciertamente haré que esta casa sea como la de Siló, y haré que esta ciudad sea una invocación de mal para todas las naciones de la tierra’”’”.
(Hebreos 10:39) Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.
(Hebreos 13:6) De modo que podemos tener buen ánimo y decir: “Jehová es mi ayudante; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?”.
Párrafo 13
(Jeremías 26:8-11) Aconteció que cuando Jeremías hubo terminado de hablar todo lo que Jehová [le] había mandado hablar a todo el pueblo, entonces los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo le echaron mano y dijeron: “Positivamente morirás. 9 ¿Por qué has profetizado en el nombre de Jehová, diciendo: ‘Como la de Siló es como esta casa llegará a ser, y esta mismísima ciudad será devastada de modo que quede sin habitante’?”. Y todo el pueblo siguió congregándose alrededor de Jeremías en la casa de Jehová. 10 Andando el tiempo, los príncipes de Judá llegaron a oír estas palabras, y procedieron a subir de la casa del rey a la casa de Jehová y a sentarse en la entrada de la puerta nueva de Jehová. 11 Y los sacerdotes y los profetas empezaron a decir a los príncipes y a todo el pueblo: “A este hombre le corresponde el juicio de muerte, porque ha profetizado acerca de esta ciudad tal como han oído ustedes con sus propios oídos”.

Textos del recuadro de la pagina 20
(2 Reyes 21:19-22:2) Veintidós años de edad tenía Amón cuando empezó a reinar, y por dos años reinó en Jerusalén. Y el nombre de su madre era Mesulémet hija de Haruz de Jotbá. 20 Y él continuó haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová, tal como había hecho Manasés su padre. 21 Y siguió andando en todo el camino en que su padre había andado, y continuó sirviendo a los dioses estercolizos que su padre había servido, e inclinándose ante ellos. 22 Así dejó a Jehová el Dios de sus antepasados, y no anduvo en el camino de Jehová. 23 Con el tiempo, los siervos de Amón conspiraron contra él y dieron muerte al rey en su propia casa. 24 Pero la gente de la tierra derribó a todos los que fueron conspiradores contra el rey Amón. Entonces la gente de la tierra hizo rey a Josías su hijo en lugar de él. 25 En cuanto al resto de los asuntos de Amón, lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de los días de los reyes de Judá? 26 Así que lo enterraron en su sepulcro en el jardín de Uzá; y Josías su hijo empezó a reinar en lugar de él.
22 Ocho años de edad tenía Josías cuando empezó a reinar, y por treinta y un años reinó en Jerusalén. Y el nombre de su madre era Jedidá hija de Adaya de Bozqat. 2 Y él procedió a hacer lo que era recto a los ojos de Jehová y a andar en todo el camino de David su antepasado, y no se desvió a la derecha ni a la izquierda.
(2 Crónicas 34:2-8) Y procedió a hacer lo que era recto a los ojos de Jehová y a andar en los caminos de David su antepasado; y no se desvió a la derecha ni a la izquierda. 3 Y en el año octavo de reinar, siendo todavía muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su antepasado; y en el año doce comenzó a limpiar a Judá y Jerusalén de los lugares altos y los postes sagrados y las imágenes esculpidas y las estatuas fundidas. 4 Además, demolieron delante de él los altares de los Baales; y cortó de sobre ellos los estantes de incienso que estaban más arriba; y los postes sagrados y las imágenes esculpidas y las estatuas fundidas los hizo pedazos y los redujo a polvo, y entonces [lo] regó sobre la superficie de las sepulturas de los que solían hacerles sacrificios. 5 Y quemó los huesos de los sacerdotes sobre sus altares. Así limpió a Judá y Jerusalén. 6 También, en las ciudades de Manasés y de Efraín y de Simeón y hasta Neftalí, en sus lugares devastados todo en derredor, 7 aun fue demoliendo los altares y los postes sagrados, y las imágenes esculpidas las trituró y redujo a polvo; y todos los estantes del incienso los cortó en toda la tierra de Israel, después de lo cual regresó a Jerusalén. 8 Y en el año dieciocho de reinar, cuando hubo limpiado la tierra y la casa, envió a Safán hijo de Azalías y a Maaseya el jefe de la ciudad y a Joah hijo de Joacaz el registrador para reparar la casa de Jehová su Dios.
(2 Crónicas 34:14-35:19) Ahora bien, mientras estaban sacando el dinero que se traía a la casa de Jehová, Hilquías el sacerdote halló el libro de la ley de Jehová por la mano de Moisés. 15 Por lo tanto, Hilquías respondió y dijo a Safán el secretario: “El mismísimo libro de la ley he hallado en la casa de Jehová”. Con eso, Hilquías dio el libro a Safán. 16 Entonces Safán trajo el libro al rey y respondió más detalladamente al rey, diciendo: “Todo lo que ha sido puesto en la mano de tus siervos, lo están haciendo. 17 Y vacían el dinero que se halla en la casa de Jehová y lo ponen en la mano de los hombres nombrados y en la mano de los hacedores del trabajo”. 18 Y Safán el secretario pasó a dar informe al rey, diciendo: “Hay un libro que Hilquías el sacerdote me dio”. Y Safán se puso a leer de él delante del rey. 19 Y aconteció que en cuanto el rey oyó las palabras de la ley, inmediatamente rasgó sus prendas de vestir. 20 Entonces el rey dio orden a Hilquías y a Ahiqam hijo de Safán y a Abdón hijo de Miqueas y a Safán el secretario y a Asaya el siervo del rey, y dijo: 21 “Vayan, inquieran de Jehová a favor de mí mismo y a favor de lo que queda en Israel y en Judá respecto a las palabras del libro que se ha hallado, porque grande es la furia de Jehová que tiene que derramarse contra nosotros debido al hecho de que nuestros antepasados no guardaron la palabra de Jehová por medio de hacer todo lo que está escrito en este libro”. 22 Por lo tanto, Hilquías junto con los que el rey [había dicho] fueron a Huldá la profetisa, la esposa de Salum hijo de Tiqvá hijo de Harhás el cuidador de las prendas de vestir, puesto que ella moraba en Jerusalén en el segundo barrio; y procedieron a hablarle conforme a esto. 23 A su vez, ella les dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Digan al hombre que los envió a mí: 24 “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘¡Mira!, voy a traer calamidad sobre este lugar y sus habitantes, todas las maldiciones que están escritas en el libro que ellos leyeron delante del rey de Judá, 25 debido a que me han dejado y se han puesto a hacer humo de sacrificio a otros dioses, a fin de ofenderme con todos los hechos de sus manos y para que mi furia se derrame sobre este lugar y no se extinga’”. 26 Y al rey de Judá, que los envía a inquirir de Jehová, esto es lo que deben decirle: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘En cuanto a las palabras que has oído, 27 por razón de que tu corazón estuvo blando de manera que te humillaste a causa de Dios al oír sus palabras acerca de este lugar y sus habitantes, y te humillaste delante de mí y rasgaste tus prendas de vestir y lloraste delante de mí, yo, sí, yo, he oído, es la expresión de Jehová. 28 ¡Mira!, te voy a recoger a tus antepasados, y ciertamente serás recogido a tu cementerio en paz, y tus ojos no mirarán toda la calamidad que voy a traer sobre este lugar y sus habitantes’”’”. Entonces llevaron la respuesta al rey. 29 Y el rey procedió a enviar y a reunir a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. 30 El rey ahora subió a la casa de Jehová con todos los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén y los sacerdotes y los levitas y todo el pueblo, el grande lo mismo que el pequeño; y se puso a leer a oídos de ellos todas las palabras del libro del pacto, que se había hallado en la casa de Jehová. 31 Y el rey se quedó de pie en su lugar y procedió a celebrar el pacto ante Jehová, de ir siguiendo a Jehová y de guardar sus mandamientos y sus testimonios y sus disposiciones reglamentarias con todo su corazón y con toda su alma, para ejecutar las palabras del pacto que estaban escritas en este libro. 32 Además, hizo que todos los que se hallaban en Jerusalén y Benjamín se levantaran [en apoyo del pacto]. Y los habitantes de Jerusalén procedieron a hacer conforme al pacto de Dios, el Dios de sus antepasados. 33 Después de aquello Josías quitó todas las cosas detestables de todas las tierras que pertenecían a los hijos de Israel, e hizo que todos los que se hallaban en Israel emprendieran el servicio, para servir a Jehová el Dios de ellos. Durante todos los días de él, no se desviaron de seguir a Jehová el Dios de sus antepasados.
35 Entonces Josías celebró en Jerusalén una pascua a Jehová, y degollaron la víctima pascual el día catorce del mes primero. 2 De manera que él apostó a los sacerdotes sobre las cosas [que estaban] bajo el cuidado de ellos y los animó en el servicio de la casa de Jehová. 3 Y pasó a decir a los levitas, los instructores de todo Israel, los que eran santos a Jehová: “Pongan el Arca santa en la casa que edificó Salomón hijo de David el rey de Israel; no es de ustedes como carga sobre el hombro. Ahora sirvan a Jehová su Dios y al pueblo de él, Israel. 4 Y hagan preparación según la casa de sus antepasados conforme a sus divisiones, según lo escrito por David el rey de Israel y según lo escrito por Salomón su hijo. 5 Y estén de pie en el lugar santo según las clases de la casa de los antepasados por sus hermanos, los hijos del pueblo, y la porción de una casa paterna perteneciente a los levitas. 6 Y degüellen la víctima pascual y santifíquense y hagan preparación para sus hermanos, a fin de hacer conforme a la palabra de Jehová por medio de Moisés”. 7 Josías ahora contribuyó a los hijos del pueblo rebaños, corderos y cabritos, todo ello para las víctimas pascuales para todos los que se hallaban, hasta el número de treinta mil, y reses vacunas, tres mil. Estos eran de los bienes del rey. 8 Y sus príncipes mismos hicieron una contribución como ofrenda voluntaria para el pueblo, para los sacerdotes y para los levitas. Hilquías y Zacarías y Jehiel mismos, como caudillos de la casa del Dios [verdadero], dieron a los sacerdotes para víctimas pascuales dos mil seiscientos, y trescientas reses vacunas. 9 Y Conanías y Semaya y Netanel sus hermanos y Hasabías y Jeiel y Jozabad, los jefes de los levitas, contribuyeron a los levitas para víctimas pascuales cinco mil, y quinientas reses vacunas. 10 Y el servicio fue preparado, y los sacerdotes se quedaron de pie en sus lugares, y los levitas por sus divisiones, conforme al mandamiento del rey. 11 Y procedieron a degollar la víctima pascual, y los sacerdotes rociaron [la sangre] desde su mano, a la vez que los levitas estaban arrancando las pieles. 12 Además, prepararon las ofrendas quemadas a fin de darlas a las clases según la casa paterna, a los hijos del pueblo, a fin de hacer una presentación a Jehová conforme a lo que está escrito en el libro de Moisés; y así también [hicieron] con las reses vacunas. 13 Y se pusieron a cocer la ofrenda pascual sobre el fuego conforme a la costumbre; y las cosas santificadas las cocieron en ollas y en vasijas de fondo redondo y en tazones de banquete, después de lo cual lo llevaron rápidamente a todos los hijos del pueblo. 14 Y después prepararon para sí y para los sacerdotes, porque los sacerdotes los hijos de Aarón estuvieron ocupados en ofrecer los sacrificios quemados y los trozos grasos hasta la noche, y los levitas, por su parte, prepararon para sí y para los sacerdotes los hijos de Aarón. 15 Y los cantores los hijos de Asaf estaban en su oficio conforme al mandamiento de David y de Asaf y de Hemán y de Jedutún el hombre de visiones del rey; y los porteros estaban en las diferentes puertas. No había necesidad de que se desviaran de su servicio, porque sus hermanos los levitas mismos preparaban para ellos. 16 Y todo el servicio de Jehová fue preparado en aquel día para celebrar la pascua y para ofrecer las ofrendas quemadas sobre el altar de Jehová, conforme al mandamiento del rey Josías. 17 Y los hijos de Israel que [allí] se hallaban procedieron a celebrar la pascua en aquel tiempo, y también la fiesta de las tortas no fermentadas por siete días. 18 Y nunca se había celebrado una pascua como esta en Israel desde los días de Samuel el profeta, ni ninguno de los mismos otros reyes de Israel había celebrado una pascua como aquella que celebraron Josías y los sacerdotes y los levitas y todo Judá e Israel que se hallaban [allí], y los habitantes de Jerusalén. 19 En el año dieciocho del reinado de Josías se celebró esta pascua.

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Escuela del Ministerio Teocrático

  • Lectura de la Biblia: Nahúm 1 a Habacuc 3, Puntos sobresalientes (10 min.)

w07 15/11 págs. 9-10 Puntos sobresalientes de los libros de Nahúm, Habacuc
1:9. ¿Cómo se beneficiará Judá cuando Nínive sufra “un exterminio consumado”? Quedará libre para siempre del acoso de Asiria. “La angustia no se levantará una segunda vez.” Como si Nínive ya no existiera, Nahúm anuncia: “¡Mira! Sobre las montañas los pies de uno que trae buenas nuevas, uno que publica la paz. Oh Judá, celebra tus fiestas” (Nahúm 1:15).
2:6. ¿En qué sentido se abrirían “las puertas [...] de los ríos”? Tales puertas fueron los boquetes que se abrieron en las murallas de Nínive por acción de las aguas del río Tigris. En el año 632 antes de nuestra era, las fuerzas conjuntas de los babilonios y los medos sitiaron la ciudad de Nínive, pero esta no se sintió amenazada. Creía que, con sus altas murallas, nadie podría conquistarla. No obstante, las lluvias torrenciales provocaron el desbordamiento del Tigris. Según el historiador Diodoro de Sicilia, el río “inundó parte de la ciudad y derrumbó la muralla a lo largo de [varios kilómetros]”. De este modo, se abrieron “las puertas [...] de los ríos” y, tal como se había predicho, Nínive fue tomada con la misma rapidez con la que el fuego devora el rastrojo seco (Nahúm 1:8-10).
3:4. ¿Por qué se compara a Nínive con una prostituta? Porque esta ciudad engañó a varias naciones, pues les prometió su amistad y ayuda, pero terminó sometiéndolas a su yugo. Por ejemplo, el monarca asirio ayudó al rey Acaz de Judá a hacer frente a una conspiración de Israel y Siria. Sin embargo, después “vino contra él y le causó angustia” (2 Crónicas 28:20).

Lecciones para nosotros:
1:2-6. Jehová se venga de quienes se niegan a darle devoción exclusiva y así se convierten en sus enemigos. Esto nos muestra que Dios exige que sus siervos lo adoremos solo a él (Éxodo 20:5).
1:10. Las imponentes murallas de Nínive, con sus cientos de torres, no pudieron evitar que se cumpliera la sentencia divina contra la ciudad. Hoy día, los enemigos del pueblo de Jehová tampoco podrán impedir que él los castigue (Proverbios 2:22; Daniel 2:44).

‘EL JUSTO SEGUIRÁ VIVIENDO’
(Habacuc 1:1–3:19)
En los primeros dos capítulos del libro de Habacuc aparece un diálogo entre este profeta y Jehová. Angustiado por lo que estaba sucediendo en Judá, Habacuc le pregunta a Dios: “¿Por qué me haces ver lo que es perjudicial, y sigues mirando [nuestro] penoso afán?”. Jehová le responde: “Voy a levantar a los caldeos, la nación amarga e impetuosa”. El profeta se sorprende de que Dios vaya a castigar a Judá valiéndose de quienes “tratan traidoramente” a los demás (Habacuc 1:3, 6, 13). Pero Jehová le asegura que el justo seguirá viviendo y que el enemigo recibirá su merecido. Después del diálogo encontramos cinco ayes, o expresiones de condena, que Jehová pronuncia contra sus enemigos caldeos (Habacuc 2:4).
A continuación, Habacuc implora la misericordia divina mediante una oración en forma de endechas, o lamentos. El profeta alude a las ocasiones en las que Jehová demostró su impresionante poder en el mar Rojo, el desierto, Jericó y otros lugares. También predice el momento en el que Jehová, lleno de cólera, marchará contra las naciones para destruirlas en Armagedón. Su oración concluye así: “Jehová el Señor Soberano es mi energía vital; y él hará mis pies como los de ciervas, y sobre mis lugares altos me hará pisar” (Habacuc 3:1, 19).

Respuestas a preguntas bíblicas:
1:5, 6. ¿Por qué se asombrarían los judíos de que Dios levantara a los caldeos contra Jerusalén? Cuando Habacuc empezó a profetizar, Judá se hallaba bajo el control de Egipto (2 Reyes 23:29, 30, 34). Aunque los caldeos (o babilonios) iban creciendo en poderío, todavía no habían logrado derrotar a los ejércitos del faraón Nekó (Jeremías 46:2). Además, en Jerusalén estaban el templo de Jehová y la sede del gobierno, que había ejercido de forma ininterrumpida la casa de David. Por eso, a los judíos les resultaba inconcebible la “actividad” que Jehová iba a efectuar, a saber, permitir que los caldeos destruyeran Jerusalén. Pero en el año 607 antes de nuestra era, la visión que anunciaba la destrucción de la ciudad a manos de los babilonios “sin falta se realiz[ó]” (Habacuc 2:3).
2:5. ¿Qué representa el “hombre físicamente capacitado” de este versículo, y por qué “no alcanzará su meta”? Dicho hombre representa el Imperio babilónico, que con su pericia militar había conquistado una nación tras otra. Tantas victorias lo habían embriagado, como si de vino se tratara. Sin embargo, no lograría su meta de ‘recoger todas las naciones’ (es decir, controlarlas), pues Jehová lo derrocaría valiéndose de los medos y los persas. En nuestros días, el “hombre físicamente capacitado” constituye un conjunto de potencias políticas. Este hombre, al igual que el de tiempos antiguos, está ebrio de arrogancia y tiene una insaciable sed de conquista. Pero tampoco él alcanzará su objetivo de ‘recoger todas las naciones’. Jehová es el único que conseguirá reunir a la humanidad bajo un solo gobierno: el Reino de Dios (Mateo 6:9, 10).
1:1-4; 1:12–2:1. Habacuc hizo preguntas sinceras, y Jehová le respondió. El Dios verdadero escucha las oraciones de sus siervos fieles.
2:1. Al igual que Habacuc, debemos mantenernos siempre en guardia y activos espiritualmente. También hemos de estar dispuestos a cambiar nuestro punto de vista si se nos “censura” o corrige.
2:3; 3:16. Debemos esperar con fe la venida del día de Jehová, sin perder el sentido de urgencia.
2:4. Para sobrevivir al cercano día del juicio divino, tenemos que aguantar fielmente (Hebreos 10:36-38).
2:6, 7, 9, 12, 15, 19. A los codiciosos, los que buscan ganancias ilícitas, los violentos, los inmorales y los idólatras les aguarda un futuro calamitoso. Debemos evitar a toda costa comportarnos como ellos.
2:11. Si no denunciamos la maldad de este mundo, “una piedra [...] clamará lastimosamente”. Por eso, es importante que prediquemos el mensaje del Reino con valor y tesón.
3:6. Cuando Jehová ejecute su juicio, nada se interpondrá en su camino, ni siquiera las organizaciones humanas que parecen tan perdurables como colinas y montañas.
3:13. Tenemos la seguridad de que Jehová no destruirá de manera indiscriminada a las personas en Armagedón, pues salvará a las que le sirvan fielmente.
3:17-19. Estamos seguros de que, a pesar de sufrir penalidades antes de la guerra de Armagedón o durante esta, Jehová nos dará “energía vital” para que sigamos sirviéndole gozosamente.

w82 1/1 pág. 26 párr. 5 Sirviendo a Jehová “hombro a hombro”
5. ¿Qué poderoso mensaje contiene esta profecía para nuestro día?
5 Sin embargo, más importante aún es que ese registro profético contiene un mensaje para nuestro día. Sirve de “amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado.” (1 Corintios 10:11, 12; Romanos 15:4; 2 Timoteo 3:16, 17) Este mensaje nos anima a evitar el orgullo, la búsqueda de placeres sin límite, el pensar materialista y las inclinaciones a la violencia que hicieron que Jehová trajera juicio sobre aquellas naciones. Además, debemos recordar que esas profecías siguen tan vigentes hoy como cuando se escribieron, y que su cumplimiento culminante se acerca apresuradamente. No ha sido simplemente para mantener un registro histórico que Jehová, el Dios vivo, las ha conservado hasta nuestro día. Se puede establecer un paralelo entre aquellas naciones antiguas y las del día moderno, especialmente las que son potencias político-militares semejantes a Asiria que se jactan de su poderío militar. Jehová ciertamente se vengará de todos aquellos que se oponen a su reino.—Nahúm 1:2; Sofonías 1:2, 9.

w88 15/3 pág. 16 párr. 4 Servicio a Jehová como colaboradores que confían en él
4. Fundamentalmente, ¿qué significa “ejercer justicia”?
4 Para empezar, tenemos el requisito de “ejercer justicia”. Como colaboradores de Jehová Dios tenemos que tener una buena conciencia. Fundamentalmente, “ejercer justicia” significa hacer lo correcto, lo que Dios requiere de nosotros. Esto quiere decir que tenemos que cumplir con nuestras obligaciones, la principal de las cuales es dar a Jehová devoción exclusiva. (Nahúm 1:2.) Él no tolera rivalidad. Sencillamente no podemos servir como esclavos a dos amos. (1 Corintios 10:22; Mateo 6:24.)

w00 1/3 pág. 18 párr. 18 ‘Hallemos a Jehová y su fuerza’
18. a) ¿Cómo debemos imitar el ejemplo de Jehová en cuanto a controlar la cólera? b) ¿Qué deben fomentar quienes poseen autoridad?
18 Los que tienen autoridad en la familia y en la congregación deben cuidarse especialmente de controlar la cólera, ya que esta promueve temor más bien que amor. El profeta Nahúm dijo: “Jehová es tardo para la cólera y grande en poder” (Nahúm 1:3; Colosenses 3:19). Controlar la cólera es una señal de fortaleza, mientras que darle rienda suelta es prueba de debilidad (Proverbios 16:32). Tanto en la familia como en la congregación, la meta es fomentar el amor: a Jehová, unos a otros y a los principios justos. El amor es el mejor vínculo de unión, así como la motivación más fuerte para hacer lo que es debido (1 Corintios 13:8, 13; Colosenses 3:14).

w72 1/1 pág. 16 párr. 24 Felices son ustedes cuando los persiguen
24. ¿Qué se esforzará siempre el cristiano por mantener delante de sí, y por qué?
24 El cristiano siempre debe recordar que no aguanta la persecución por su propia fuerza y que Dios no permitirá que sea tentado más allá de lo que pueda aguantar, que Jehová dispondrá la salida a fin de que pueda aguantarla. (2 Cor. 4:9, 10; 1 Cor. 10:13) Para algunos, la fidelidad hasta la muerte quizás sea la salida, pero Jehová les dará la fuerza necesaria hasta para aguantar tan severa prueba. Al hacer de Jehová su plaza fuerte, el cristiano hallará fuerza en su momento de apuro. La esperanza de la resurrección y la promesa de vida eterna fortalecen la fe. Fortalecieron la fe de Jesús y fortalecerán la fe de todos los que confían en Jehová: “Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.” (Heb. 12:2) Mantenga siempre delante de usted las promesas de Jehová para que pueda hacer lo mismo.—Nah. 1:7; Pro. 18:10.

w11 15/5 pág. 21 párr. 2 ¡Qué profunda es la sabiduría de Dios!
2. ¿Por qué es un privilegio sin par conocer a Jehová y ser conocidos por él?
2 ¿Por qué decimos que es un honor inmenso conocer a Jehová y ser conocidos por él? No solo porque se trata del Ser más ilustre del universo, sino porque es el Protector de las personas a quienes ama. Bien dijo el profeta Nahúm en un mensaje inspirado: “Jehová es bueno, una plaza fuerte en el día de la angustia. Y sabe de los que buscan refugio en él” (Nah. 1:7; Sal. 1:6). En realidad, si queremos obtener vida eterna, es imprescindible que conozcamos bien al único Dios verdadero y a su Hijo Jesucristo (Juan 17:3).

ip-2 cap. 28 págs. 414-415 párr. 21 Luz para las naciones
21. ¿Para quiénes concluye el libro de Isaías con una nota optimista, y por qué?
21 En vista de la referencia a los cadáveres, el fuego y los gusanos, ¿puede decirse que el emocionante libro profético de Isaías concluye con una nota macabra? Los enemigos declarados de Dios sin duda pensarán que sí. Para Sus amigos, en cambio, la descripción que hace Isaías de la destrucción eterna de los impíos es muy alentadora. El pueblo de Jehová necesita tal garantía de que sus adversarios no volverán a dominar jamás. Todos los que han ocasionado tanto sufrimiento a los adoradores de Dios y tanto oprobio a Su nombre serán destruidos para siempre. Por ello, “la angustia no se levantará una segunda vez” (Nahúm 1:9).
cl cap. 26 págs. 263-264 párr. 10 Un Dios “listo para perdonar”
10. ¿Por qué no debemos creer que conservaremos toda la vida la mancha de los pecados que nos ha perdonado Jehová?
10 ¿Ha intentado usted sacar una mancha de una prenda de color claro? Es posible que, a pesar del empeño que pusiera, siguiera notándose. Pues bien, observe cómo describe Jehová su capacidad de perdonar: “Aunque los pecados de ustedes resulten ser como escarlata, se les hará blancos justamente como la nieve; aunque sean rojos como tela de carmesí, llegarán a ser aun como la lana” (Isaías 1:18). El “escarlata” era un rojo vivo, y el “carmesí”, el color intenso de ciertas telas teñidas (Nahúm 2:3). Nunca lograremos eliminar la mancha del pecado con nuestros propios esfuerzos, pero Dios consigue que, por así decirlo, transgresiones escarlatas y carmesíes se vuelvan blancas como la nieve o la lana sin teñir. No debemos creer que perdurará toda la vida la mancha de los errores que nos ha perdonado.

w10 15/6 pág. 8 párr. 10 El pueblo de Jehová nos ofrece protección
10. ¿Por qué es tan importante que analicemos las inquietudes que tenía el salmista?
10 ¿Alguna vez ha tenido usted inquietudes como las del salmista? Si así es, no tiene por qué dejarse llevar por la culpa o pensar que su fe se está derrumbando. Un buen número de siervos de Jehová —incluidos algunos escritores de la Biblia— han abrigado sentimientos similares (Job 21:7-13; Sal. 37:1; Jer. 12:1; Hab. 1:1-4, 13). En realidad, todo el que desea agradar a Dios tiene que plantearse inevitablemente la siguiente pregunta: ¿es el mejor camino obedecer a Jehová? Esta pregunta está muy relacionada con un asunto que Satanás hizo surgir en el jardín de Edén: el derecho de Jehová a ser Soberano universal (Gén. 3:4, 5). Por eso es importante que analicemos el dilema al que se enfrentó el salmista. ¿Deberíamos envidiar a los malvados que presumen de tener vidas exitosas? ¿Deberíamos desviarnos del camino de Jehová y actuar como ellos? Eso es justo lo que Satanás quisiera.

w10 15/7 pág. 24 párr. 15 “El espíritu escudriña [...] las cosas profundas de Dios”
15. ¿Por qué tenemos que mantenernos al día con la lectura de nuestras publicaciones, y cómo podemos lograrlo?
15 Manténgase al día. Toda la información que recibimos —incluso la que no se analiza en las reuniones— tiene el propósito de beneficiarnos. Aun las revistas que se distribuyen entre el público han sido preparadas pensando en nosotros. En este mundo tan ajetreado, no es raro que por una u otra razón tengamos que pasar tiempo esperando. Podríamos aprovechar esos momentos para leer algún artículo o publicación que tengamos pendiente. Hay quienes se mantienen al día escuchando las grabaciones mientras caminan o conducen. No hay que olvidar que toda la información se prepara con cuidado y se redacta de forma que cualquiera pueda disfrutarla y llegar a apreciar más los asuntos espirituales (Hab. 2:2)

ip-1 cap. 9 págs. 112-113 párr. 25 Confianza en Jehová frente a la adversidad
25. ¿Qué similitudes existen entre el tiempo de Isaías y el nuestro?
25 Las repetidas advertencias de Isaías encierran una lección para los cristianos. El apóstol Pablo reveló que, en este drama histórico, Isaías representó a Jesucristo, y sus hijos, a los discípulos ungidos de este (Hebreos 2:10-13). Mediante sus seguidores ungidos, Jesús ha venido recordando a los cristianos verdaderos la necesidad de que ‘se mantengan despiertos’ en estos tiempos críticos (Lucas 21:34-36). Al mismo tiempo, se advierte a los opositores impenitentes de que se aproxima su destrucción, aun cuando muchos de ellos se mofen de tales advertencias (2 Pedro 3:3, 4). El que las profecías mencionadas se cumplieran oportunamente en el tiempo de Isaías, constituye una garantía de que, de igual modo, lo que Dios ha programado para nuestros días “sin falta se realizará. No llegará tarde” (Habacuc 2:3).
dp cap. 18 pág. 319 párr. 26 Jehová promete a Daniel una magnífica recompensa
26. ¿Cómo reconoce Jehová que la espera del fin de este sistema no resulta fácil?
26 ¿No es cierto que nuestro corazón rebosa de gratitud al pensar en ello? ¿Acaso no ansía estar allí? No es de extrañar, entonces, que los testigos de Jehová anhelen saber cuándo llegará el fin de este sistema de cosas. Jehová sabe que la espera no resulta fácil, de modo que nos insta a ‘mantenernos en expectación’ del fin “aun si tardara”. Con estas palabras se refería a un retraso desde nuestro punto de vista, pues en el mismo texto nos asegura: “No llegará tarde” (Habacuc 2:3; compárese con Proverbios 13:12). Sí, el fin vendrá justo a tiempo.

w87 15/3 pág. 23 Un pueblo gozoso... ¿por qué?
Nosotros, por lo tanto, tenemos un gran privilegio —un gozoso privilegio— de declarar el único mensaje de esperanza que hay en el mundo. La obra de predicar es la asignación que Dios nos ha dado durante estos últimos días. Tiene que efectuarse antes de que venga el fin. (Mateo 24:14.) ¿Cuánto falta para que venga el fin del inicuo sistema de Satanás? Sabemos que no llegará tarde. (Compárese con Habacuc 2:3.) Mientras tanto, aún queda tiempo para que otros aprendan la verdad. Aprovechemos el tiempo que queda y participemos celosamente en nuestra obra de predicar. Tengamos una actitud positiva, trabajando arduamente a fin de ‘salvarnos a nosotros mismos y a los que nos escuchan’. (1 Timoteo 4:16.) Al hacer eso, continuaremos siendo un pueblo feliz que participa en el aumento del Reino.

w99 15/12 pág. 21 párr. 8 Seamos de la clase que tiene fe
8. ¿Por qué fue útil para los cristianos del siglo primero, y es útil para nosotros, el ejemplo de Habacuc?
8 Habacuc no sabía lo cerca que estaba la destrucción de Jerusalén. De igual modo, los cristianos del siglo primero desconocían cuándo terminaría el sistema de cosas judío, y nosotros tampoco conocemos hoy el “día y hora” del juicio de Jehová contra este sistema inicuo (Mateo 24:36). Veamos ahora la respuesta doble que Jehová dio a Habacuc. Primero, aseguró al profeta que el fin vendría justo a tiempo. “No llegará tarde”, dijo Dios, aunque desde un punto de vista humano pudiera parecer que se retrasaba (Habacuc 2:3). En segundo lugar, Jehová recordó a Habacuc: “En cuanto al justo, por su fidelidad seguirá viviendo” (Habacuc 2:4). Dos verdades sencillas y hermosas. Lo más importante no es cuándo vendrá el fin, sino que sigamos viviendo con fe.

km 12/02 pág. 6 Repaso de la Escuela del Ministerio Teocrático
18. ¿Qué da a entender la expresión “con sus propias varas traspasaste la cabeza de sus guerreros”, que aparece en Habacuc 3:14? [Lectura semanal de la Biblia; véase w00-S 1/2 pág. 22 §15; w81-S 15/12 pág. 29 §4, 5.] En Armagedón, se pondrá en confusión suicida a los enemigos del pueblo de Dios cuando Jehová haga que utilicen sus armas contra mismos.

w00 1/2 pág. 24 párr. 18 Gozosos en el Dios de nuestra salvación
18. ¿Qué actitud tuvo Habacuc, aunque esperaba penalidades?
18 La guerra siempre conlleva penalidades, incluso para quienes finalmente salen vencedores. Tal vez haya escasez de alimento. Puede que se pierdan las propiedades. Quizás descienda el nivel de vida. Si nos vemos afectados de tal manera, ¿cómo reaccionaremos? Habacuc manifestó una actitud ejemplar, pues dijo: “Aunque la higuera misma no florezca, y no haya fruto en las vides; la obra del olivo realmente resulte un fracaso, y los terraplenes mismos realmente no produzcan alimento; el rebaño realmente sea cortado del aprisco, y no haya vacada en los cercados; sin embargo, en cuanto a mí, ciertamente me alborozaré en Jehová mismo; ciertamente estaré gozoso en el Dios de mi salvación” (Habacuc 3:17, 18). Habacuc era realista y esperaba penalidades, como pudiera ser el hambre. Sin embargo, nunca perdió el gozo en Jehová, su fuente de salvación.
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  • Núm. 1: Habacuc 2:1-14
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  • Núm. 2: ¿Por qué debemos hablar acerca de la verdad con convicción? (2 Tim. 1:7, 8)
*** w10 15/11 págs. 7-9 Joven, resiste la presión de grupo ***
¿Cuánto poder tiene la presión de grupo?
3 Habrá momentos en que te sentirás tentado a comportarte como tus compañeros para evitar que te critiquen. No caigas en ese error. Los cristianos no podemos actuar como niños a los que se puede llevar de aquí para allá como si fueran “aventados [...] por olas” (Efe. 4:14). En efecto, los niños son muy fáciles de influenciar. Pero tú ya vas camino de convertirte en adulto. Así que si estás convencido de que las normas de Jehová son para tu bien, no permitas que nadie te impida seguirlas. ¡Es tu derecho! (Deu. 10:12, 13.) Actuar de otro modo es dejar que los demás controlen tu vida. La realidad es que si cedes a la presión, te convertirás en un simple títere en manos de tus compañeros (léase 2 Pedro 2:19).
4 En cierta ocasión, Aarón, el hermano de Moisés, se dejó llevar por la presión de grupo. Cuando los israelitas le pidieron que les hiciera un ídolo, accedió a sus deseos. Pero no creas que era un debilucho. Recuerda el valor que había demostrado anteriormente cuando se presentó junto con su hermano delante del faraón —el hombre más poderoso de Egipto— y le comunicó los mensajes de Dios. En cambio, ahora, al enfrentarse a sus compañeros israelitas, su reacción fue totalmente distinta. Le fue más difícil resistir su influencia que plantarse delante del rey de Egipto. ¡Qué poderosa es la presión de grupo! (Éxo. 7:1, 2; 32:1-4.)
5 Como muestra este ejemplo, la presión de grupo no es un problema solo para los jóvenes o para quienes están débiles y se sienten atraídos por el mundo. También afecta a quienes, como tú, se esfuerzan de corazón por comportarse bien. Quizás tus compañeros recurran a burlas, desafíos o acusaciones para incitarte a hacer algo malo. Sea cual sea la situación, no es nada fácil resistir. Si quieres vencer, primero debes estar bien convencido de lo que has aprendido.
“Sigan dando prueba de lo que ustedes mismos son”
6 ¿Estás convencido de que tus creencias y las normas que sigues son las correctas? Ese es el primer paso para resistir la presión de grupo (léase 2 Corintios 13:5). ¿Por qué? Porque si estás seguro de lo que crees, tendrás el valor de defenderlo, aunque seas tímido por naturaleza (2 Tim. 1:7, 8). En cambio, si solo lo crees a medias, te va a costar mucho trabajo, aunque sientas una gran confianza en ti mismo. Así que, ¿por qué no compruebas si es cierto lo que te han enseñado de la Biblia? Empieza por lo más básico. Por ejemplo, tú crees en Dios y has oído las razones por las que otras personas también creen en él. Pero ahora pregúntate: “¿Qué me convence a de que Dios existe?”. Claro, el propósito al plantearte esta cuestión no es llenarte de dudas, sino fortalecer tu fe. Así mismo, podrías preguntarte: “¿Cómo sé que Dios inspiró la Biblia?” (2 Tim. 3:16). “¿Qué pruebas tengo de que vivimos en ‘los últimos días’?” (2 Tim. 3:1-5.) “¿Qué motivos tengo para pensar que las normas de Jehová son para mi bien?” (Isa. 48:17, 18.)
7 Tal vez dudes en hacerte esas preguntas por miedo a no poder contestarlas. Pero eso sería tan ilógico como negarte a ver el marcador de combustible del automóvil por temor de que el tanque esté vacío. Si ese fuera el caso, necesitarías saberlo para tomar medidas. Del mismo modo, deberías averiguar si hay algún campo en el que tengas que fortalecer tu fe (Hech. 17:11).
8 Pongamos un ejemplo. La Biblia advierte: “Huyan de la fornicación”. Pregúntate: “¿Por qué es sabio este consejo?”. Piensa en por qué tienen relaciones inmorales tus compañeros y en por qué dice la Biblia que el que actúa así “peca contra su propio cuerpo” (1 Cor. 6:18). Luego compara las razones y plantéate lo siguiente: “¿Qué es mejor? ¿Realmente vale la pena caer en la tentación?”. Ve más allá y reflexiona en qué pasaría si lo hicieras. Puede que algunos compañeros te felicitaran, pero ¿cómo te sentirías después, cuando estuvieras con tus padres o con los hermanos en el Salón del Reino? ¿Y cómo te sentirías al tratar de orar a Dios? ¿De verdad estarías dispuesto a echar a perder tu relación con él por ganar la aceptación de tus compañeros?
9 Si eres adolescente, estás en una etapa de la vida en la que tu “facultad de raciocinio” —tu capacidad de analizar las cosas— se está desarrollando como nunca antes (léase Romanos 12:1, 2). Este es el momento de pensar seriamente en lo que significa para ti ser testigo de Jehová. Eso te permitirá fortalecer tus convicciones. Entonces, cuando tus compañeros te presionen, sabrás responder de inmediato y con más confianza. Te sentirás como una joven cristiana que dijo: “Cuando me mantengo firme ante mis compañeros, les estoy mostrando quién soy yo. Mi religión no es una simple etiqueta. Es lo que da forma a mis opiniones, mis metas, mis principios. Es mi vida entera”.
10 No es fácil mantenerse firme y defender los principios justos (Luc. 13:24). Y probablemente te preguntes si vale la pena tanto esfuerzo. Pero recuerda: si das la impresión de que te estás disculpando o de que te avergüenzas de tus creencias, tus compañeros lo notarán y quizás hasta se pongan más pesados. En cambio, si te expresas con convicción, tal vez te sorprenda lo rápido que se dan por vencidos (compárese con Lucas 4:12, 13).
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  • Núm. 3: ¿Cómo puede cualquiera de nosotros adquirir verdadero conocimiento y sabiduría? (rs pág. 170 párr. 3-pág. 171 párr. 2)
Pro. 1:7; Sal. 111:10: “El temor de Jehová es el principio del conocimiento [...] [y de] la sabiduría.” (Si el universo no fuera el producto de un Creador inteligente, sino solo de alguna fuerza ciega e irracional, entonces no sería posible tener una visión unificada del universo, ¿verdad? Nada que pudiera calificarse de sabiduría podría resultar de un estudio de algo que fuera en sí irracional, ¿no es cierto? Los que intentan comprender el universo —o la vida misma— al mismo tiempo que procuran excluir del asunto a Dios y sus propósitos, experimentan frustraciones constantes. Interpretan mal lo que aprenden y dan mal uso a los hechos que recogen. El no tomar en cuenta que Dios existe destruye lo que es la clave para adquirir conocimiento exacto y hace imposible una estructura de pensamiento verdaderamente coherente.)
Pro. 2:4-7: “Si sigues buscando esto como a la plata, y como a tesoros escondidos sigues en busca de ello, en tal caso entenderás el temor de Jehová, y hallarás el mismísimo conocimiento de Dios. Porque Jehová mismo da la sabiduría; procedentes de su boca hay conocimiento y discernimiento. Y para los rectos atesorará sabiduría práctica.” (Jehová proporciona la ayuda necesaria mediante su Palabra escrita y su organización visible. También es preciso tener un deseo sincero y hacer un esfuerzo personal, lo cual incluye el usar de manera constructiva la propia habilidad de pensar de uno.)
¿Es realista la expectativa de hallar la verdad absoluta de esta Fuente?
 2 Tim. 3:16; Juan 17:17: “Toda Escritura es inspirada de Dios.” “[Jesús dijo a su Padre celestial:] Tu palabra es la verdad.” (¿No es razonable que el Creador del universo tuviera pleno entendimiento de tal creación? En la Biblia él no nos dice todo lo que se pudiera saber acerca del universo, pero lo que él sí ha hecho que se escriba en ella no es teorizar ni razonamiento somero; es verdad. También, él ha declarado en la Biblia cuál es su propósito para la Tierra y para la humanidad, y cómo lo cumplirá. Su omnipotencia, sabiduría superlativa, justicia perfecta y gran amor garantizan que este propósito se cumplirá plenamente, y de la mejor manera posible. Así, pues, sus cualidades nos aseguran que la declaración de su propósito es completamente fidedigna; es la verdad.)
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Reunión de Servicio
Cántico 106
LA AMISTAD CON JEHOVA

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  • 10 min. Ideas para ofrecer las revistas en diciembre. Análisis con el auditorio. En treinta o sesenta segundos explique por qué las revistas le interesarán a la gente del territorio. A continuación, pida a los presentes que digan qué preguntas y qué textos podrían usarse al presentar los artículos de portada de La Atalaya. Haga lo mismo con la serie de portada de ¡Despertad! y, si hay tiempo, hágalo también con otro artículo de cualquiera de las dos revistas. Incluya una demostración para cada revista.

Algunas presentaciones
Cómo iniciar estudios bíblicos el primer sábado de diciembre
“En esta época del año, la gente piensa más en Jesús. ¿Cuál cree usted que fue su mayor logro? [Permita que la persona responda.] Fíjese en cómo se titula este artículo de la página 16.” Dele un ejemplar de La Atalaya del 1 de diciembre, examine con ella la información de uno de los subtítulos y léale al menos uno de los textos. Ofrézcale las revistas y quede en volver para analizar otra de las preguntas.

LA ATALAYA 1 de diciembre “En estas fechas, muchas personas se contagian del llamado ‘espíritu de la Navidad’. ¿Cuál de estos aspectos cree que es el más importante de esta celebración? [Muéstrele a la persona la lista de la página 3 y permita que responda. Luego diríjase al artículo correspondiente y lea el texto citado al principio.] Esta revista muestra cómo honrar a Jesús todo el año, y no solo durante la Navidad.”

¡Despertad! Diciembre “Hoy día, la gente está sometida a mucha presión y parece que pierde la paciencia con más facilidad. ¿Lo ve usted igual? [Permita que la persona responda.] De hecho, algunos creen que vivimos en los tiempos tan difíciles que la Biblia profetizó en 2 Timoteo 3:1 [léalo]. Esta revista analiza por qué es peligroso ser impacientes y da algunas claves para tener más paciencia.”
 (2 Timoteo 3:1) Mas sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar.
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  • 10 min. Necesidades locales.
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  • 10 min. Experiencias al ofrecer los tratados. Análisis con el auditorio a cargo del superintendente de servicio. Pida a los presentes que relaten experiencias que hayan tenido al ofrecer los tratados durante el mes de noviembre. Que dos publicadores demuestren las presentaciones que les dieron buenos resultados de casa en casa.

Cántico 96
BUSQUEN A LOS MERECEDORES
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Estudio de la Atalaya: 
¿Qué clase de espíritu manifiesta usted?”

Cántico 122
MILES Y MILES DE HERMANOS

Párrafo 2
1 Pedro 3:4 sino que sea la persona secreta del corazón en la [vestidura] incorruptible del espíritu quieto y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios.
Proverbios 17:27 Cualquiera que retiene sus dichos posee conocimiento, y un hombre de discernimiento es sereno de espíritu.
Párrafo 3
2 Timoteo 4:22 El Señor [esté] con el espíritu que [manifiestas]. Su bondad inmerecida [esté] con ustedes.
Colosenses 3:9-12 No estén mintiéndose unos a otros. Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, 10 y vístanse de la nueva [personalidad], que mediante conocimiento exacto va haciéndose nueva según la imagen de Aquel que la ha creado, 11 donde no hay ni griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, extranjero, escita, esclavo, libre, sino que Cristo es todas las cosas y en todos. 12 De consiguiente, como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de los tiernos cariños de la compasión, la bondad, la humildad mental, la apacibilidad y la gran paciencia.
Párrafo 4
Efesios 2:2 en los cuales en un tiempo anduvieron conforme al sistema de cosas de este mundo, conforme al gobernante de la autoridad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia.
Párrafo 5
Números 16:3 De modo que se congregaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: “Ya basta de ustedes, porque la entera asamblea son todos santos, y Jehová está en medio de ellos. ¿Por qué, pues, deben ustedes alzarse por encima de la congregación de Jehová?”.
Números 16:12-14 Más tarde Moisés envió a llamar a Datán y Abiram, hijos de Eliab, pero ellos dijeron: “¡No vamos a subir! 13 ¿Es cosa tan pequeña el que nos hayas hecho subir de una tierra que mana leche y miel para hacernos morir en el desierto, que también procuras hacerte príncipe sobre nosotros hasta el límite? 14 El caso es que no nos has introducido en una tierra que mane leche y miel, para que nos des una herencia de campo y viña. ¿Será acaso que quieres perforar y sacar los ojos de aquellos hombres? ¡No vamos a subir!”.
Números 16:28-35 Entonces Moisés dijo: “En esto sabrán que Jehová me ha enviado a hacer todas estas obras, que no es de mi propio corazón: 29 Si fuera según la muerte de toda la humanidad como murieran estas personas, y con el castigo de toda la humanidad como se les impusiera castigo, entonces no es Jehová quien me ha enviado. 30 Pero si es algo creado que Jehová haya de crear, y el suelo tiene que abrir su boca y tragárselos, y todo cuanto les pertenece, y ellos tienen que bajar vivos al Seol, entonces de cierto sabrán ustedes que estos hombres han tratado a Jehová irrespetuosamente”. 31 Y aconteció que, tan pronto como él hubo acabado de hablar todas estas palabras, el suelo que estaba debajo de ellos empezó a partirse. 32 Y la tierra procedió a abrir su boca y a tragárselos a ellos y a sus casas y a todo el género humano que pertenecía a Coré, y todos los bienes. 33 Así que abajo fueron ellos, y todos los que les pertenecían, vivos al Seol, y la tierra fue cubriéndolos, de modo que perecieron de en medio de la congregación. 34 Y todos los israelitas que estaban en su derredor huyeron al grito de ellos, porque empezaron a decir: “¡Tenemos miedo de que la tierra nos trague a nosotros!”. 35 Y un fuego salió de Jehová y procedió a consumir a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso.
Párrafo 6
Judas 8 De igual manera, no obstante, estos hombres, también, entregados a sueños, están contaminando la carne y desatendiendo el señorío y hablando injuriosamente de los gloriosos.
3 Juan 9, 10 Escribí algo a la congregación, pero Diótrefes, a quien le gusta tener el primer lugar entre ellos, no recibe nada de nosotros con respeto. 10 Por eso, si voy, traeré a memoria sus obras que sigue haciendo, charlando acerca de nosotros con palabras inicuas. Además, no estando contento con estas cosas, tampoco recibe él mismo a los hermanos con respeto, y a los que quieren recibirlos él trata de impedírselo y de echarlos de la congregación.
Párrafo 8
Revelación 1:16 Y en su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada larga de dos filos, y su semblante era como el sol cuando resplandece en su poder.
Revelación 1:20 En cuanto al secreto sagrado de las siete estrellas que viste sobre mi mano derecha, y [de] los siete candelabros de oro: Las siete estrellas significan [los] ángeles de las siete congregaciones, y los siete candelabros significan siete congregaciones.
Revelación 1:14 Además, su cabeza y su cabello eran blancos como lana blanca, como nieve, y sus ojos como una llama de fuego;
Párrafo 9
Salmo 11:5 Jehová mismo examina al justo así como al inicuo, y Su alma ciertamente odia a cualquiera que ama la violencia.
1 Timoteo 3:8-10 Los siervos ministeriales, igualmente, deben ser serios, no de lengua doble, no dados a mucho vino, no ávidos de ganancia falta de honradez, 9 manteniendo el secreto sagrado de la fe con una conciencia limpia. 10 También, que primero se pruebe a estos en cuanto a aptitud; entonces que sirvan como ministros, al estar libres de acusación.
Lamentaciones 3:28, 29 Que se siente solitario y se quede callado, porque él le ha impuesto [algo]. 29 Que ponga su boca en el mismísimo polvo. Quizás exista una esperanza.
Párrafo 10
Santiago 3:16-18 Porque donde hay celos y espíritu de contradicción, allí hay desorden y toda cosa vil. 17 Pero la sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer, llena de misericordia y buenos frutos, sin hacer distinciones por parcialidad, sin ser hipócrita. 18 Además, en cuanto al fruto de la justicia, su semilla se siembra en condiciones pacíficas para los que están haciendo la paz.
Párrafo 11
Hechos 20:28 Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del [Hijo] suyo.
1 Pedro 5:2 Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia, no como obligados, sino de buena gana; tampoco por amor a ganancia falta de honradez, sino con empeño;
1 Samuel 18:9 Y Saúl estuvo mirando a David de continuo con sospecha desde aquel día en adelante.
1 Samuel 26:23 Y Jehová es quien pagará a cada cual su propia justicia y su propia fidelidad, ya que Jehová te dio hoy en mi mano, y yo no quise alargar la mano contra el ungido de Jehová.
Párrafo 12
Romanos 12:10 En amor fraternal ténganse tierno cariño unos a otros. En cuanto a mostrarse honra unos a otros, lleven la delantera.
Romanos 12:16 Estén dispuestos para con otros del mismo modo como lo están para consigo mismos; no tengan la mente puesta en cosas encumbradas, sino déjense llevar con las cosas humildes. No se hagan discretos a sus propios ojos.
Filipenses 4:5 Llegue a ser conocido de todos los hombres lo razonables que son ustedes. El Señor está cerca.
Párrafo 13
Hechos 15:2 Pero cuando hubo ocurrido no poca disensión y disputa de Pablo y Bernabé con ellos, hicieron los arreglos para que Pablo y Bernabé y algunos otros de ellos subieran a donde los apóstoles y ancianos en Jerusalén respecto a esta disputa.
Hechos 15:31 Después de leerla, ellos se regocijaron por el estímulo.
Hechos 16:4, 5 Ahora bien, a medida que iban viajando por las ciudades entregaban a los de allí, para que los observaran, los decretos sobre los cuales habían tomado decisión los apóstoles y ancianos que estaban en Jerusalén. 5 Por lo tanto, en realidad, las congregaciones continuaron haciéndose firmes en la fe y aumentando en número de día en día.
Párrafo 15
Job 16:2 “He oído muchas cosas como estas. ¡Todos ustedes son consoladores molestos!
Job 42:10 Y Jehová mismo volvió atrás la condición de cautiverio de Job cuando este oró a favor de sus compañeros, y Jehová empezó a dar, además, todo lo que había sido de Job, en cantidad doble.
Juan 13:34, 35 Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros. 35 En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí”.
Lucas 11:13 Por lo tanto, si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¡con cuánta más razón dará el Padre en el cielo espíritu santo a los que le piden!”.
Gálatas 5:22, 23 Por otra parte, el fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 apacibilidad, autodominio. Contra tales cosas no hay ley.
Párrafo 16
Hebreos 4:12 Porque la palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y [su] tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones de[l] corazón.
Párrafo 17
Filipenses 4:8 Finalmente, hermanos, cuantas cosas sean verdaderas, cuantas sean de seria consideración, cuantas sean justas, cuantas sean castas, cuantas sean amables, cuantas sean de buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza, continúen considerando estas cosas.
Filemón 25 La bondad inmerecida del Señor Jesucristo [esté] con el espíritu que ustedes [manifiestan].

Cántico 124
SIGUE LA SENDA DE LA HOSPITALIDAD
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LUIS Y ERICKA
ESCLAVO Y AMO

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